Capítulo 6
Resultó, que los besos no eran una cosa de solo una vez. Choi parecía pensar que ahora que lo había hecho una vez, tenía el derecho de meter su lengua en la boca de Taemin cuando quisiera - y él parecía quererlo muy a menudo.
Como resultado, Taemin había estado pasando un montón de tiempo en el regazo de Choi, con la lengua de Choi en su boca y las manos de Choi en su culo. Lo último le hizo sentir un poco incómodo, pero Choi no parecía querer otra cosa. Taemin pensó que el chico no podía evitarlo, así que no hizo un escándalo sobre ello.
Por lo general, después de unos diez minutos de besarse duro, Choi le ordenaba que se la chupara, pero hoy se estaba tomando su tiempo, besándolo una y otra vez, profundo y muy sucio, hasta que Taemin apenas podía respirar. La sensación familiar de estar completamente abrumado estaba de vuelta, y Taemin se encontró a sí mismo jadeando y haciendo pequeños ruiditos - ni siquiera estaba seguro de por qué. Era simplemente demasiado. Él no estaba seguro de si le gustaba este sentimiento el sentimiento de estar completamente abrumado - o lo odiaba.
Por fin, Choi rompió el beso, pero en lugar de simplemente ordenarle que se la chupara, como generalmente hacía, él comenzó a bajar besando por el cuello de Taemin.
"Err, estoy bastante seguro de que esto no era parte del trato", dijo Taemin.
Choi lo ignoró, por supuesto.
Taemin puso los ojos. Desde que todo empezó, había descubierto que en realidad Choi se mantuvo a sí mismo bajo control en clases y no demostró el alcance de su... personalidad. Cuando estaban solos, Choi
no se contenía: era completamente dominante. Todo tenía que hacerse del modo en que Choi quería.
Taemin fue arrancado de sus pensamientos cuando sintió la gran mano de Choi deslizarse bajo su remera para acariciar su espalda desnuda.
"Cómo que estás cruzando la línea, hombre," Taemin murmuró, aunque si era honesto consigo mismo, no le molestaba tanto que Choi lo tocara. Se preguntó si debía hacerlo.
No era la primera vez que se le había ocurrido a Taemin, que él no estaba ni cerca de estar tan asustado
por todo el asunto como probablemente debería haberlo estado. Pero, de nuevo, él tenía la polla del hombre en su boca todos los días. Esto no era nada.
Choi continuó mordisqueando su cuello agresivamente. "Sácamela y mastúrbame."
Antes de que Taemin pudiera hacerlo, el teléfono celular de Choi empezó a vibrar en el escritorio.
Maldiciendo entre dientes, Choi levantó la cabeza del cuello de Taemin y extendió la mano por su teléfono.
"¿Sí?", espetó sin mirar el identificador de llamadas.
Taemin observó con interés como la cara de Choi se convirtió en una máscara de piedra. Obviamente, no le gustaba lo que sea que quien fuera que llamara le decía, porque su voz se volvió dura. "No me interesa, Somin." Una pausa. "Me importa un bledo lo que quiere. Guarda tu aliento. No estoy yendo."
Despertada su curiosidad, Taemin se acercó al teléfono, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
"...padre está muy enfermo, Minho," la mujer Somin - dijo. "Te juro que no estoy mintiendo. Él nunca lo admitiría, pero yo sé que él quiere verte antes de - antes... Por favor. Por mí."
La mandíbula de Choi se apretó. "Yo no voy a hacer lo que él quiere que haga. Yo no me voy a casar con esa niña tonta".
"Amanda es una joven agradable", dijo Somin. "Sí, su padre es amigo de nuestro padre, pero ella no es su padre. Ella es amable y -"
"Somin" Choi la interrumpió, clavando la vista en su escritorio. "Te estás olvidando de algo. No me interesan las mujeres. E incluso si lo hicieran, nunca me habría casado con la mujer que él eligió para mí".
Somin suspiró. "sólo ven a casa este fin de semana. Eso es lo único que te pido".
Choi se pellizcó el puente de la nariz. "Bien," escupió. Colgó bruscamente y tiró el teléfono sobre su escritorio.
"¿Tu hermana?", dijo Taemin. Pensando que Choi ya no estaría de humor para sexo, estaba a punto de deslizarse de su regazo cuando Choi lo agarró y lo tiró en un beso.
El beso fue cruel, duro y castigador. Se terminó tan rápido como empezó.
Choi le agarró de la barbilla y lo miró fijamente, la ira aun rodando fuera de él en oleadas. "Tú vas a acompañarme."
Taemin se rió entre dientes. "¿Lo haré? Gracias por informarme".
"Te voy a pagar", dijo Choi, en absoluto inmutado. "Otros tres mil por el fin de semana."
Taemin se le quedó mirando. "No puedes estar hablando en serio. ¿Estás dispuesto a pagarme tres mil dólares sólo para molestar a tu padre?"
La mirada que Choi le dirigió le habría hecho estremecerse algunas semanas atrás. "Eso no es asunto tuyo." Echó un vistazo a su reloj. "Son casi las dos. Vete a casa y empaca para el fin de semana. Voy a recogerte en dos horas".
Taemin puso las manos sobre los hombros de Choi. "Whoa, espera un segundo. Yo no voy a ir a ningún lado. Lo digo en serio. No puedo".
Choi le lanzó una mirada irritada. "¿Por qué no?"
Taemin vaciló. "Tengo dos hermanas pequeñas. Tienen sólo cuatro años. No puedo dejarlas el fin de semana. No tienen a nadie más".
Choi tenía una expresión en su rostro que Taemin no podía leer. "Consígueles una niñera. Yo lo pagaré."
Poniendo los ojos, Taemin saltó de su regazo. "¿Esa es tu respuesta para todo? No se puede comprar todo, ¿sabes? Yo no voy a dejar a las niñas con alguien que no conocen. Su niñera habitual tiene el fin de semana libre."
Choi exhaló un suspiro, sus cejas alzándose levemente mientras el ceño fruncido alcanzaba a sus labios. "Bien. Trae a las mocosas con nosotros".
Taemin hizo una pausa antes de enfrentársele. "Yo no creo que sea una buena idea. Ellas se ponen ansiosas con los extraños, y tú... bueno, tú eres tú".
Una sonrisa irónica apareció en el rostro de Choi.
"Contrariamente a la opinión popular, yo no como bebés para el desayuno." Se puso de pie y caminó hacia Taemin. "Te vienes conmigo", dijo, deteniéndose frente a él. "No me importa lo que hagas con las niñas, pero tú te vienes conmigo."
Antes de que Taemin pudiera decir nada, Choi lo agarró del cuello y lo tiró en un beso.
Unos minutos más tarde Choi finalmente le permitió respirar de nuevo, y Taemin estuvo perturbado de encontrar sus dedos apretados en la camisa de Choi.
"Correcto", dijo, un tanto aturdido, parpadeando.
Choi le dio un empujón hacia la puerta. "Te recogeré en dos horas. Conozco tu dirección."
"Correcto", dijo Taemin de nuevo y se fue, sintiéndose más que un poco confundido y asustado.