-Come. -ordenó Daniel alejándose aun más de la cocina y marcando el número de Francisco.
-Dany, quédate junto a Jerónimo y no te alejes.
-No Fran, Pablo quiere verme. Me iré a verlo. Raul también necesita que nos reunamos, el asesino estuvo siguiéndonos!!! Nicolás está como loco, amenaza que nos denunciará. No podemos dejar que crean que fuimos nosotros!!!
-Dany, yo hablaré con los tres, tu quédate en la casa!! no quiero que te expongas. Por lo que sé la prensa ya está en el hospital. Están todos al acecho para la confirmación sobre si el muchacho encontrado es otra víctima del asesino. Ya se habla de un asesino serial.
-Serial? dios mío... si la gente supiera quienes son las víctimas!! de todas maneras creo que debo ir, no puedo simplemente hacerme a un lado.
-Yo hablaré con los chicos, les diré que te quedaste a cuidar a Jerónimo.
-Nadie le hará nada a Jerónimo!! nadie le tocará un pelo al niño!!
-Ya sé amor!! sé que puedes cuidarlo. No te harán sufrir de nuevo, juro por dios que nadie te quitará nada más! -jadeó Fran, y Daniel se tapó los ojos para llorar.
Daniel tenía 30 años, 13 años atrás, cuando contaba con 17 y era un estudiante modelo, su hermano menor se metió en problemas (como siempre, como cada día) y terminó detenido. Los policías al día siguiente le dieron la noticia a su madre que el muchacho había entrado en una gresca con otros prisioneros y terminó muerto. Les entregaron un cajón cerrado y una herida que no cicatrizaría nunca.
Cuando su mejor amigo Pablo entró al cuerpo de policía se encargó de investigar qué había sucedido. Con los años descubrieron que esa noche era noche de cena y que a los policías les faltaba un hombre. Desesperados, le habían dado a los monstruos, al pequeño de 15 años.
Al llegar Jerónimo con la misma edad que tenía su hermano al desaparecer, para estudiar, solo, sin nadie que lo defendiera... Dany juró que se haría cargo de él para sanar un poco su pecho herido. Era un mecanismo de expiación, había sentido toda la vida que si hubiese cuidado mejor de su hermano, tal vez, todavía lo tendría a su lado.
Giró y miró a Jerónimo, el muchacho lo observaba asustado desde la puerta de la cocina.
-¿Qué pasa Dany?
-Nada mi niño -gimió ya sin poder contener el llanto y Jerónimo se asustó aun más, se acercó rápido y lo abrazó fuerte.
-Qué pasa? dime que pasa? no me trates como a un niño, por favor. Dime que está pasando realmente. Ustedes me ocultan cosas.
Daniel hipó, desconsolado y Jerónimo lo hizo sentar para darle un vaso con agua.
-Tienes razón, no eres un niño. Y si te sigo tratando así te puedo causar daño. -respiró profundo porque el recuerdo de su hermano había quedado tan oculto en lo más hondo de su alma que llevarlo de nuevo a flote, lo cristalizó. -Ven, sientate a mi lado. Voy a contarte una historia de terror.
***
"Detuvieron a mi hermano esa noche... velamos un cajón cerrado... nunca pudimos sobreponernos... madre falleció de tristeza... Pablo ingresó a la policía... investigación... Fran ayudó desde el juzgado... Raul se unió a la búsqueda... Nico fue elegido por el gobierno... hay monstruos escondidos entre nosotros... se lo comieron... no podría perder a nadie más..."
***
La historia fue saliendo e hilvanando todos los acontecimientos que los había llevado a tramar cómo descubrir el infierno y denunciar el encubrimiento del gobierno. La gente tenía que saber la verdad para poder cuidarse por si mismos ya que los altos mandatarios no lo hacían.
Jerónimo estaba pálido y temblaba.
-¿Ustedes mataron al hombre que encontraron en los incendios?
Daniel negó con la cabeza.
-Destruimos el cementerio.
-¿Qué tanto tienen que ver en las muertes de los otros hombres?
-Nada! No son hombres, son montruos! Pablo está tras sus pasos, intentamos dar con ellos y denunciarlos. No dudes de Pablo, Pablo no es un asesino! Raul teme que quedemos metidos en el lío como sospechosos, Fran ya debe estar en el hospital. Se iban a reunir para ver qué pasos seguir.
-Por qué no estas ahí con ellos?
-Porque tenía que cuidarte!
-Puedo solo, Dany!
-No contra esos monstruos, mi niño. Ya no perderé a nadie más.
Jerónimo le trajo agua y un calmante suave cuando Daniel comenzó a llorar nuevamente y tras calmarse, calentó la comida y se tiraron en el sofá del salón para comer mientras venían el noticiero.
El hospital acababa de confirmar que el cuerpo encontrado tenía las mismas lesiones que los muertos anteriores... el niño era la quinta víctima.
Daniel negó con la cabeza lleno de odio, la gente creía que el muerto eran en realidad una víctima inocente.
Jerónimo lo abrazó.
Tomás se removió en la cama, en medio de la tierra, intranquilo.
***
A las 7 de la tarde-noche, Tomás abrió los ojos.
Se quedó en el lugar con el pecho temblando, algo malo había sucedido. Podía percibir con claridad el sufrimiento y el odio de sus hermanos, pero ya no era por su abandono... había algo más.
Miró el celular, tenia varios mensajes de Jerónimo pero ninguno de Mateo. No abrió los de su amor, necesitaba concentrarse en encontrar al niño!
No quería llamar a Carlos y preguntar porque eso sería un pretexto para que el hombre regresara y no quería. Él podía con todo.
Inquieto se paseó por el salón, llegó hasta el televisor y lo prendió.
El titular lo dejó mudo.
"SE CONFIRMA: NUEVO ATAQUE DEL EXTRAÑO SANGUINARIO."
de fondo dos periodistas conversaban entre ellos, con las piernas cruzadas. Habían invitado a un reconocido psiquiatra y el hombre hacía un boceto del perfil psicológico que podría tener el asesino serial.
-otro muerto? -jadeó Tomás sin entender bien... sin querer entender.
"La edad de ésta última víctima nos deja claro que es un psicótico que no tiene empatía con ninguna franja etaria. El muchacho hallado no pasaba de los 17 años."
Tomás retrocedió hasta dar la espalda contra la pared... por eso sentía el odio y el sufrimiento de Carlos, Isabel y María... por eso los sentía solo a ellos... Mateo nunca estuvo dormido... no sentía a Mateo, porque Mateo había dejado de existir!!!!
El aire se le fue, abrió la boca para gritar pero no pudo, los ojos colapsaron en lágrimas. Se agarró de la cabeza y cayó al piso de costado. Tiró el aire mientras se ponía en posición fetal y con una nueva inspiración por fin pudo gritar... AULLÓ! AULLÓ GRAVE LLENO DE DOLOR! LE HABÍAN MATADO A SU HERMANO MENOR, AL QUE HABÍA CUIDADO TANTO! SU MATEO YA NO EXISTÍA!!
Gateó intentando pararse pero las piernas no le respondían, chillaba en medio de un llanto histérico.
Jerónimo! donde estaba Jero? necesitaba que lo abrazaran.
Necesitaba que alguien le dijera que todo estaba bien, que era un mal sueño. Necesitaba que Jero lo despertara de esa pesadilla y que lo besara para calmarlo.
Escuchó cuando alguien daba datos y decía que el hospital no podía informar mucho más pero que pronto la policía se encargaría de dar un parte completo. Alguien le preguntó que cargo ocupaba dentro del nosocomio y la voz quebrada dijo que era el encargado de la autopsia.
Tomás giró en el piso para mirar el televisor. Si era el encargado de la autopsia sabía de los vampiros, quería conocer esa cara.
El pecho le tembló.
Agarrándose de todo lo que tenía a mano se puso de pie y se acercó a la pantalla.
En medio de un mar de periodistas, el médico intentaba responder preguntas. Lo reconoció al instante: era el amigo de Jerónimo.
Si ese tal Nicolas sabía de la existencia de los vampiros, seguramente los policías y el juez también.
El rostro le cambió.
Se le pusieron rojo los ojos, los colmillos aparecieron con tanta fuerza que le rasgaron todas las encías y sangró profusamente mientras abría la boca y gritaba ahogado en odio, todo el mentón ensangrentado. La sangre bendita cayendo al piso.
Las manos se le convirtieron en garras.
LOS MATARÍA!!!
MATARÍA A ESOS CINCO!
Mateo! SU PEQUEÑO MATEO!!!!
Salió de la casa enloquecido en su odio e impotencia.