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Your my only love por Haru DS

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Notas del capitulo:

Este capitulo es un poco más largo espero y lo disfruten.

  En la  puerta de la iglesia se podía observar a un pelirrojo con unos ojos un tanto peculiares para quien no lo conociera. Vestía un elegante traje gris que permitía ver con mayor facilidad su cuerpo bien formado, miraba llegar a los invitados y les indicaba donde debían de sentarse, ya que todo estaba perfectamente organizado,  mostrando una gran sonrisa lo cual no era muy común en él,  pero la ocasión lo ameritaba.

Dirigió su mirada hacia la calle donde se apreciaba unos grandes árboles que hacían una gran sombra en pleno verano.  Cambio su mirada de lugar regresando a hacer su trabajo, a lo lejos vio como una castaña se acercaba con un hermoso vestido que la hacía ver más madura acompañada de tres hombres muy bien vestidos.

-Pero Makoto~-se quejaba un castaño bastante alto, que intentaba mirar el rostro de un pelinegro que caminaba no muy lejos de él.

-Teppei ¿podrías comportarte? - pregunto su amigo de lentes mientras se acomodaba las gafas- Te ves preciosa-esta vez se dirigía a su novia mientras la tomaba de la cintura para poder depositar un suave beso en sus labios.

El castaño los veía con envidia,  su  mirada se dirigió a su novio que caminaba a su lado.

-¿Porque nosotros no podemos hacer lo mismo? - hizo un leve puchero señalando que deseaba una demostración de amor.

-Ni loco,  hay mucha gente Kiyoshi-miro de reojo a su castaño y siguió su camino dejándolo atrás.

El pelirrojo sonrió al verlos acercarse,  estaba realmente feliz pero intentaba disimular.

-Hola Akashi-san... - se dirigió la castaña demostrando una sonrisa.

-Me alegro que hayan venido- contesto al saludo que la castaña le brindo- sus lugares son la segunda fila del lado derecho- señaló el lugar con su dedo índice.

-Woooowww,  se ve increíble-dijo un castaño con la mirada posada en el bello lugar- Te quedo muy bien Akashi-kun.

Sonrió por sus adentros al escuchar el comentario  claro que le había quedado bien  si llevaba meses preparando esa boda, en el momento que su amigo le informo que se casaría se ofreció para ser el organizador de dicho evento.  Todo tenía que quedar perfecto ya que era él quien lo hacía y todo lo que hacía era perfecto, pero aún más porque era un gran día para su amigo y excompañero.

Este sería un día muy especial para todos y por supuesto para los novios.

***********

Ya habían pasado días desde que su mejor amigo se le había declarado,  su corazón latía tan fuerte con tan solo recordar el momento en el que todo sucedió, no sabía cómo actuar con él, pero Kuroko lo trataba como siempre, eso lo alivio un poco.

Caminaba sin prestar mucha atención, recordando lo de aquel día, se dirigía hacia el gimnasio con un paso lento y sin prisa alguna.

-Ah~- soltaba un gran suspiro- No tengo ánimos de entrenar- se decía así mismo.

Sin pensarlo se quedó parado justo enfrente del gimnasio de la escuela, totalmente petrificado, no podía creer lo que estaban viendo  en ese momento.

-¿Qué demonios?- dijo molesto.

En frente del gimnasio se podía apreciar a un peli celeste que se encontraba en un fuerte y cariñoso abrazo con un  hombre  de  piel morena. Esto provocó que una vena saltara de la frente de Kagami.

¿Ese es Kuroko?, se preguntaba a sí mismo como si sus ojos le estuvieran jugando una broma al no creer la escena que estaba viendo.

 Los que se encontraban en su mundo se separaron lentamente, el moreno se despidió y se dirigió hacia la calle. Kuroko  veía como se marchaba y se disponía a entrar al gimnasio, Kagami al darse cuenta de la acción decidió entrar corriendo al lugar sin hacer ruido alguno.

-¡Llegas tarde Bakagami!- un castaña le grito a todo pulmón en el momento que vio entrar una melena pelirroja-¿Qué haces aun con el uniforme?, vete a cambiar de inmediato.

-Ah, si

-¿Eh?- se sorprendió  al ver que su jugador  estrella no le había reprochado que lo llamara bakagami como siempre solía hacerlo.

Kagami se dirigió hacia los vestidores, al entrar en la silenciosa habitación se dispuso a cambiarse, pero se quedó estático justo enfrente de la ventana que daba  a la calle, su mente repetía una y otra vez esa escena mientras  creaba historias fantasiosas de lo que tuvo que haber pasado entre esos dos hombres.

“¿Y si?, ¿Aomine le dijo a Kuroko que le gusta? Y luego los dos fueron al parque y estuvieron hablando de lo suyo, después Kuroko debía decirle a Aomine que tenía practica y no podía faltar, entonces el imbécil de Aominme se ofreció a traerlo y llegando aquí lo-lo be-beso… por eso lo abrazo”. Mientras Kagami pensaba cada palabra de sus “hechos” su rostro se tornaba cada vez más enojado y sin poderlo disimularlo.

Estaba totalmente enojado tanto que le quemaba el cuerpo y no era nada placentero para el pelirrojo, estaba tan perdido en sus pensamientos que este no se dio cuenta que su sombra había entrado a la estrecha habitación.

-Hola Kagami-kun

Kagami no pudo evitar congelarse por completo, como vería a su sombra sin levantar sospecha de que presencio acontecimiento tan comprometedor.

-Yo-yo – fue todo lo que dijo sin mirarlo a la cara mientras se dirigía hacía su casillero.

-¿Te pasa algo Kagami-kun?- pregunto intentando ver la cara de su luz.

-No-no.-titubeo un poco al darse cuenta que su sombra lo había notado, Kuroko se disponía a cuestionarlo de nuevo, pero Kagami fue más rápido- Solo que estoy algo cansado, anoche casi no dormí y las clases me agotaron.

-Pero si te dormiste en casi todas- decía totalmente convencido.

-Eso te estoy diciendo- camino hacía la puerta sin ver al peli celeste- será mejor que te apresures o la entrenadora te castigara- salió de la habitación mientras cerraba la puerta de tras de sí.

En la cancha donde ya se encontraba todo el equipo practicando, recibió órdenes de lo que harían de parte de Riko.

-Bien ya que todos están, formen dos equipos al azar- ordeno mientras movía sus manos para que siguieran las indicaciones.

-Es bueno que seamos del mismo equipo Kagami- decía su sempai mientras le sonreía.

-Si lo mismo digo Kiyoshi-sempai- estrecharon sus puños para poder demostrar que estaban de acuerdo.

-Sera un partido de dos cuartos- silbo su silbato – ¡Empiecen!

Todos comenzaron a moverse dentro de la cancha mientras daban indicaciones a sus equipos, para suerte de Kagami el peli celeste se encontraba en el equipo contrario. Kagami corría y sin previo aviso su mirada se dirigió a Kuroko el cual estaba muy concentrado.

¿Que había sido lo que vio en la tarde?, Realmente tenía una relación con aquel moreno, pero si ni siquiera hace una semana Kuroko le había dicho que lo quería y que lo esperaría el tiempo que fuera necesario. ¿Eso fue lo que duro su amor hacía él, solo unos días? ¿Entonces realmente no lo amaba? Como no recibió respuesta de parte de él fue corriendo a los brazos de Aomine, ¿de verdad ese era Kuroko?

-¡Cuidado!

El balón iba con gran velocidad directo a la cara de Kagami, el peli celeste pensó que su luz la atraparía y así no provocarse ningún daño, pero sucedió todo lo contrario. El balón golpeo con gran fuerza el rosto del pelirrojo provocando que este callera por completo al suelo.

-¡Kagami!- se escuchó un grito unísono en todo el gimnasio.

Todos los integrantes del equipo se acercaron despavoridos a auxiliar al pelirrojo quien se incorporaba lentamente del suelo mientras se sobaba la cabeza.

-¿Te encuentras bien?- pregunto uno de los chicos de primero.

-Sí, solo no lo vi venir. Estaba algo distraído.

-Bien entonces sigamos con el juego- ordeno la castaña mientras miraba al pelirrojo para asegurarse que no tuviera ninguna lesión.

 

Estaba a solo un minuto de que se acabara el partido iban 5- 2 , Kagami tenía el balón y era la oportunidad perfecta para poder tirar, se dispuso a hacer su tiro pero la imagen de Kuroko abrazando a Aomine se apareció en su cabeza provocando que fallara su tiro. Era la quinta vez que fallaba y eso estaba perturbando al pelirrojo.

-¡Basta!- grito Riko- Kagami, ¿qué te está pasando hoy?

-¿Eh?, no nada, estoy bien.

-No mientas has estado fallando 5 tiros seguidos- se tomó un mechón de cabello y lo paso por detrás de su oreja-Hasta aquí llega el entrenamiento para ti.

-¿Eh?, pero entrenadora aun puedo jugar.

-No Kagami, no se qué problemas tengas pero será mejor que descanses y despejes tu mente.

-Pero…

-Anda, hazle caso a Riko- Teppei le dio una pequeña palmada en la espalda mientras lo empujaba directo a los vestidores.

-Kagami~- el pelirrojo siguió su camino sin mirar a su sombra a la cara.

Se encontraba en una de las bancas de los vestidores con la cabeza baja sin ningún ánimo.

-¡Maldición!, ¿tanto me afecta lo que haga Kuroko?- saco un suspiro con pesadez, el tanto pensar hacia que le doliera la cabeza.

Salió del gimnasio sin despedirse de nadie, no quería que lo vieran en ese estado tan miserable. Camino por las calles en silencio mientras veía pasar a la gente en plena tarde, se sentía exhausto pero no quería ir aun a su casa, quería tomar el aire y enfriar su cabeza.

Se sentó en un parque donde se podían ver a los niños jugando por todos los juegos  infantiles, tenía su mirada perdida y como en todo el día estaba sumido en sus pensamientos. Hasta que sintió un leve jalón que provenía de una de las bolsas de su sudadera.

-¿Qué?- dio un pequeño salto que hizo que su corazón se detuviera por unos segundos.

-Onii-chan, ¿estas triste?- la pequeña se metía una paleta a la boca.

-¿Eh?- no podía evitar tener una cara de sorpresa al ver a aquella pequeña que se encontraba a su lado para ¿consolarlo?

Llevaba un vestido muy bonito para su edad, dos coletas y unos ojos completamente celestes que se le hicieron similares a los de su sombra, llevaba en la mano una paleta que por ratos se la llevaba a la boca.

-Dime, ¿estas perdida?- intentaba no sonar agresiva para no asustarla- ¿Quieres que te ayude a buscar a tus padres?

-No, mamá esta por allá- señalo con su pequeño dedo índice a una banca no muy lejos donde se encontraba  a dos señoras un tanto grandes  y con un bebe en brazos conversando plácidamente.

-Am … y ¿porque no vas con ella o juegas con tus amigos?- no quería verse como una persona extraña o peor aún un pedófilo.

- No quiero- se metió nuevamente la paleta la boca y alzo sus brazos hacía el pelirrojo.

Kagami la veía con mucha atención no entendía las acciones de aquella pequeña que lo veía con tanta insistencia.

-Amm.. etto, ¿te duele algo?

-¡Cárgame!- volvía a alzar sus brazos.

No pudo evitarlo pero su rostro se sonrojo hasta las orejas lo cual no era nada bueno ya que era algo más sospechoso, nunca había sido bueno con los niños ya que les causaba terror por su expresión de enojado que solía tener la mayoría del tiempo, pero ahora esa criatura se acercaba a él como si lo conociera de toda la vida y no fuera un completo extraño.

-Ah~- suspiro mientras se rascaba la nuca, toma a la niña con suma delicadeza la sintió tan frágil que le daba miedo romperla.

La sentó a su lado, ya que en sus piernas de verdad seria sospechoso y no quería dormir en una celda esa noche.

-¿Estas triste?- repitió su pregunta al notar que no le habían dado respuesta- Eh Onii-chan.

-¿Onii-chan?

-Sí, porque eres grande y entonces eres un onii-chan- afirmaba dando una sonrisa al más alto.

-No estoy triste, ¿qué te hace pensarlo?

-Mmmmm, porque tienes la misma cara que mi mamá pone cuando se pelea con papá.

-¿Eh?, o-oye no creo que debas decirle eso a un extraño.

-¿No?, ¿Porque?

-Porque a veces los extraños pueden ser malos.

-¿Y tú eres malo onii-chan?

-¿Qué?, ¡claro que no!

-Entonces no pasa nada- sonrió con la paleta en su boca- ¿Por qué estas triste onii-chan?

-Yo-yo no estoy triste- se quedó en silencio unos segundos- Bueno estoy pasando por unos cuantos problemas.- se sorprendió el mismo ¿porque se estaba desahogando con una extraña? Y peor aún con una niña de máximo 4 años, no pudo evitarlo se sobo la frente que le dolía de una manera tremenda.

-¿Problemas?- su cara expresaba confusión absoluta- ¿Qué clase de problema?

-Amm..etto- no sabía cómo explicarle la situación a la pequeña inocente- Bueno pues veras me he peleado con un amigo.

-¿Porque?, ¿te dijo algo feo?

-¿Eh?, Ah no, el no hizo nada malo- trago hondo- No hi-hizo nada, pero últimamente cuando lo veo con alguien más me molesto mucho- se sonrojo al percatarse de lo que había dicho.

-¿Cómo cuando Kei-chan te quita las galletas?

-Oh, em si podría ser similar- no podía creer el ejemplo que la niña le dio, al comparar su situación.

-¿Y porque no le dices?

-¿Decirle que?

-Qué no te agrada que haga eso, y te lastima mucho. Yo le digo eso siempre a Kei-chan y después él se disculpa y me regala sus galletas.

-Pero no creo que a él le guste, sabes cuándo a las personas se les dice la verdad pueden llegar a enfadarse- dijo de forma gentil para que la niña pudiera entender con facilidad.

-Pero si no le dices se van a enojar peor, y él es un amigo importante ¿no?

-Si-sí, se podría decir que es mi mejor amigo.

-Mamá dice, que con las personas que queremos no debemos enojarnos con ellas, ya que un día podemos perderlas, aunque no sé a qué se refiere.

Kagami empezó a pensar y la niña tenía razón, no podía enojarse con Kuroko por cosas tontas y menos con todo lo que han pasado, sonrió y miro a la pequeña.

-Ves, ahora ya eres feliz- sonrió con todos sus dientes al pelirrojo.

-Si gracias- miro a su alrededor y vio que ya casi no había gente en el parque y empezaba a oscurecer- Ven será mejor llevarte con tu mamá antes de que se angustie.

Tomo a la niña entre sus brazos con suma delicadeza y la carga dirigiéndose hacia la madre de la criatura.

-Ahí esta- señalo con su dedo a una señora que buscaba con su mirada a su pequeña.-¡Mamá!

La señora volteo de inmediato y vio a un joven demasiado alto que tenía en brazos a su hija.

-¡Yukii!- grito mientras corría hacia el chico.

-Onii-chan estaba triste, pero Yukii lo ayudo- el comentario hizo que el joven se sonrojara.

-¡Oh! Yukii, eso es grosero- dijo mientras tomaba a la niña y la cargaba- Siento si te causo molestias- hacia una leve reverencia al pelirrojo.

-Ah, no se preocupe, no fue ninguna molestia me divertí con ella- le mostraba una gran sonrisa a la señora lo cual la tranquilizaba- Bueno es hora de irme, hasta luego Yukii- alborotó la cabeza de la niña mientras se despedía.

-Byebye onii-chan- su manita se movía de un lado a otro mientras se iba alejando de aquel joven tan alto.

Una leve sonrisa se podía admirar en su rostro al ver la acción de la criatura, recordó que había dejado sus cosas en la banca y se dispuso a caminar hacia aquella dirección.

-No sabía que fueras tan gentil con los niños

-¿Eh?, Ku-kuroko ¿qué haces aquí?- tartamudeaba al notar que su sombra había presenciado aquella escena.

-Como te fuiste sin despedirte pensé en buscarte. Después de todo tu actitud de hoy me tenía preocupado.

-Ah, y ¿cuánto tiempo llevas aquí?- no podía creerlo que tal si su sombra había oído toda su conversación con aquella pequeña.

-No mucho, cuando llegue te vi cargando a una niña. Eso me sorprendió mucho, no sabía que fueran tan tierno onii-chan- esto último lo dijo en tono burlón lo que ocasiono que el pelirrojo se avergonzara.

-Ca-cállate- tomo asiento de nuevo en la banca-¿Y? ¿De qué quieres hablar?

Kuroko tenía una cara de sorpresa absoluta, ya que él nunca dijo cuáles eran sus verdaderas intenciones de seguirlo hasta aquel lugar.

-¿Cómo supiste?- hizo un leve puchero.

-¡Ja!, te conozco muy bien Kuroko, después de todo eres mi sombra.

-Nada se te escapa- tomo asiento alado de su luz – ¿Porque estás enojado conmigo?

Ahora el sorprendido era Kagami, tan obvio era que estaba evitando al peli celeste o es que acaso este leía su mente.

-Yo-yo no estoy enojado contigo.

-¡Claro que sí!- su voz sonó fuerte pero a la vez quebrada como si estuviera a punto de estallar en llanto.- Desde hoy no me has visto a la cara y me evitas, es ¿por lo que te dije el otro día?

-¡Claro que no!- contesto sin dudarlo – es solo que… no olvídalo es una tontería.

-¿Qué? ¿Solo qué? ¡Dilo!

 

“Mamá dice, que con  las personas que queremos no debemos enojarnos con ellas, ya que un día podemos perderlas.”

Esas últimas palabras de aquella niña le vinieron a la mente en un dos por tres, entendió que debía ser sincero con Kuroko si no quería que su relación se terminara así sin más.

-Solo que… hoy te vi con Aomine- pensaba cada palabra antes de decirla para no alterarse- Mientras se abrazaban en frente del gimnasio.

Kuroko se helo por completo, no quería que nadie viera esa escena y mucho menos su adorada luz, no es que estuviera ocultando algo ¿o sí?

-No pude evitarlo, pero cuando vi que Aomine te rodeaba con sus brazos y tú no te negabas- volvió a hablar para no olvidar todo lo que deseaba decir-  Sentí mucha rabia, mi cuerpo me quemaba de la ira y bueno pues yo…

-Kagami-kun- su voz hizo que el pelirrojo voltear su mirada hacia él- ¿No será que estas celoso?

 


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