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STAY BY ME por AFQuiro

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A la mañana siguiente, grande fue su enojo al no encontrarlo a su lado, ni en todo el jodido departamento.

Bien, ¿quería ser la victima cuando no le cabía el papel? Que lo hiciese. Estaba loco si pensaba que iba a disculparse, se decía a sí mismo.

Al medio día escucho la puerta abrirse, creyendo que era Sam, salió pitado de la cama y espió; vaya decepción fue la suya al encontrar al compañero de trabajo y no a su novio. Martin, pulcramente vestido como lo ameritaba su profesión, llevaba en la mano un maletín de cuero oscuro; sabia perfectamente a quien pertenecía aquello.

-Lo siento, te desperté…Sam, él me envió por estos-explico incomodo mostrando un sobre de papel madera.-Yo, debo regresar.

Se despidió apresuradamente, sin mas ni menos, que con un leve encogimiento de hombros, evitando hacer contacto visual.

¿Por qué actuaba extraño?. Miro a su alrededor y no había nada fuera de lo común. Se miro en el espejo de pared y se avergonzó. ¡Mierda!, por el deseo de ver a Sam había pasado por alto el hecho de que acostumbraba dormir sin calzoncillos y solo con una degastada remera, las cual llegaba a cubrirle a duras penas sus partes intimas.

*****

Andrew tacho una equis en el calendario de la heladera. El no se consideraba una persona codependiente, podían vivir el uno sin el otro perfectamente, o eso creía, y con el pasar de los días, siendo exactos: una semana y cuatro días sin rastros de Sam, esa afirmación empezaba a tambalearse, turbándole.

Fue un logro personal el mantenerse ocupado los primeros días para cubrir la ausencia de la otra persona, pero con el correr del tiempo, se transformaba en una tarea cada vez mas difícil.

Estaba adoptando una actitud nostálgica: comía poco y cuando lo hacia, solo ingería comida chatarra. Sumándole inusuales hábitos: dormir del lado derecho de la cama, usar las medias de Sam, beber café en la taza de Sam, secarse con la toalla de Sam, ocupar el perfume de Sam, etc.

Tal vez, hacia todo aquello por el instinto animal primitivo arraigado en los seres humanos, como decía el documental que estaba viendo. En algunas especies, el macho marcaba con su olor a su pareja. Frunció el ceño, el no estaba tratando de auto marcarse con el aroma de Sam. Tan solo la ausencia de su persona le resultaba impropia. Nunca habían estado tanto tiempo separados, ni cuando eran solo mejores amigos.
Acostumbrados a hacer todo juntos, incluso en pareja; y cuando se distanciaban por cierto motivo, solían hablar por teléfono o por video llamadas.

Llevo otra cucharada de helado a su boca. Buscar una comedia seria de mejor ayuda para su animo. Y mientras hacia zapping, el estridente timbre sonó.

Musito una maldición antes de caminar a la entrada. Por la mirilla echo un vistazo: un tipo alto de aura “Jason Momoa” versión 25 años, esperaba del otro lado. Su debate entre abrir o no, fue breve. Ignoro las advertencias de su madre sobre “No abrir la puerta a personas desconocidas”. Veinte años repitiendo lo mismo sin obtener resultado.

-Buenas tardes-el sujeto con voz ligeramente gruesa pero de tono amigable, saludo.

Andrew atino a realizar un gesto con la cabeza, dando lugar a que Aquaman explicase el porque de su visita.

-Mi nombre es Logan, Logan Cooper. Nuevo vecino-aclaro cordialmente.

Conteniéndose de soltar ¿Y que carajos consigo yo con eso?, solo asintió por segunda vez. El tipo no demostró signos de sentirse ofendido ante su actitud estoica, por lo contrario, continuo.

-Me preguntaba si podrías compartir la clave del wifi. La señora Jones quedo en hacerlo, pero no logre hablar con ella después de recibir las llaves.

Andrew asintió con la cabeza, y de un tarro de cristal que reposaba en la mesa auxiliar de entrada, extrajo uno de los tantos papelitos que allí se encontraban. No era el primer inquilino preguntando lo mismo. La señora, Margaret Jones, una anciana afable de 71 años, olvidaba siempre compartir esa información con los recién llegados.
Sam, movido por su infinita bondad y compasión por las personas mayores, y su tendencia a ser sociable, se dio con la tarea de imprimir la clave en pequeñas tiras de papel y comprar el frasco de una tienda de “todo por un dólar”.

-Gracias.
Acepto el papel y antes de que dijese algo mas, Andrew cerró la puerta.

Sam ejercía el rol de chico amistoso, no el. Un pote de helado sabor menta granizado esperaba ser comido.

*****

Era el peor lunes de mi vida, todo iba de mal en peor. A la mañana, cuando trate de encender mi computadora esta no funcionaba, la traidora había decidido abandonarme cuando mas la necesitaba y en el momento menos indicado.

Quería arrojarla por la ventana, pero no lo hice, todos los archivos en los que había trabajado inagotablemente estaban guardados en la memoria interna. Pase la mañana entera buscando posibles técnicos desocupados para resolver mi problema cuanto antes mejor. Pésimo, todos tenían turnos para dentro de dos a tres días, o se excusaban con trabajos retrasados.

¿Por qué a mí? solloce internamente. Iban a comerme vivo. Incluso podía imaginar a Hannah riñéndome por no comprar la bendita memoria extraíble cuando lo sugirió. Y luego, el otro problema: Sam, el tipo no se dignaba a dar la cara. ¿Qué pretendía al asuntarse tanto tiempo?¿Darme una lección por bocaza? Bien, reconozco que me excedí, pero el tampoco había dado una mierda por aclarar las cosas o negarlas.

Debía salir, caminar un poco o hacer ejercicios para quitar la tensión en mis hombros. El estrés estaba matándome, transformándome en alguien aun mas irritable, si era posible.
Primero lo primero, iría a la farmacia por una tableta de ibuprofeno; después, compraría una que otra comestible para llenar la nevera y la alacena. Mi hígado resentía cualquier tipo de comida con altas concentraciones de grasas, comenzando a alertarme para que preparase almuerzos saludables.

Repasando la lista de lo que hacia falta escuche a Logan, el nuevo vecino, conversar con el adolescente punk del correo exprés.
-Dijeron que demoraría al menos dos días.
-Rapidez y eficacia, señor-el chico estallo sonoramente su goma de mascar al hablar.
-¡Excelente servicio!. Comentare con cinco estrellas. Un cliente estaba pisándome los talones para que le entregase pronto la Tablet de su hijo.

¿Estaba retrasando a propósito al chico de las entregas? Sí, lo hacia, y disfrutaba ver como se impacientaba.

-Sep. Firme aquí-dijo frustrado por tener que soportar a un cliente parlanchín.

Detuve mis pasos. Había escuchado bien ¿Cierto?. Aquaman era técnico, bueno, no precisamente eso; pero si podía reparar una Tablet, con seguridad también una computadora. Quizas no debí haber sido un completo culo con el tipo.
El karma haciendo de lo suyo.

Gire sobre mis talones y me acerque lentamente esperando a que el muchacho de las entregas se retirase, en cuanto lo hizo, me acerque.

Fui directo al grano.

-¿Eres técnico?-pregunte con mi mejor sonrisa. El miro a ambos lados comprobando que la pregunta iba dirigida a él.

-Mmm-respondió, mirándome atentamente.

Fruncí el entrecejo y con voz rayando lo agradable aclare.

-¿Técnico en computación e informática?

-Mmm.

El hijo de puta estaba tomando revancha. Hice una mueca de disgusto. Que se joda. Me largo. Al adivinar que ese seria el fin de la conversación, se apresuro en disculparse.

-Lo siento- trato de ocultar su diversión, fracasando en el intento.-Ojo por ojo-sonrió de manera agradable. Asentí en común acuerdo.-Lo ideal seria presentarse. Sabes como me llamo, por si no lo recuerdas soy Logan-espero pacientemente mi respuesta.

-Andrew.

-Perfecto, Andrew. No fue dificil ¿Cierto?-queria golperalo-Y sí, soy técnico en informática. Puedes decirme en que puedo ayudarte-me regalo una sonrisa afable.

Mire con recelo su rara actitud amable.

-Mi laptop no enciende.

-Existen varias razones para que no lo haga, por ejemplo: puede que haya sufrido una sobrecarga en sus circuitos internos…-explico. Al ver que no comprendía, agrego-Ahora estoy ocupado con otro trabajo. Puede que me lleve un par de horas, pero en cuanto termine, si aun estas interesado, podría revisarla y examinar la falla.

-Bien-dije, sintiendo como un peso era quitado de mis hombros-Gracias.

-De nada.

Bastante fácil.

*****

-Conseguí a alguien.

-Mas te vale, McGregor. Tienes suerte de no estar aquí o…

-Okey, mamá. No me extrañes.

-Descuida, Andy. Kai y yo apaciguaremos a la bestia- escuche decir a Zoe por el alto voz.

-Que graciosa, Zoe. Y tú…- podía darme una idea de lo molesta que estaba y por ello sonreí- busca la forma de recuperar tu trabajo cuanto antes. Si es necesario que recurras a seducir al técnico-vejestorio, lo haces. ¿Escuchaste?.

Si estaba de humor para bromear, significaba que el viento, poco a poco, se llevaba la tormenta. En cuanto a lo de “técnico-vejestorio” no la corregí, esperaría a ver la expresión que pondría al conocer a mi nuevo vecino. Logan era totalmente del tipo que le gustaban: altos, musculosos y tatuados, y con toda la mierda de aura ruda rodeandole.

Al finalizar la llamada, decidí ordenar las compras, dejando sobre la mesa lo que ocuparía para la cena.

El timbre sonó y me apresure en atender. Logan levanto la mano en señal de saludo cuando me hice a un lado para que ingresase.

-En verdad estoy sorprendido-comento con entera liberalidad.

Tomo asiento en el sillón tras pedirle que lo hiciese.

-¿Esperas que pregunte el por qué?-levante una ceja, acercándole la computadora.

-Supuse que el ser un ermitaño implicaba vivir…

-¿Rodeado de basura esparcida?. Te hare saber que estas equivocado-me apresure en decir.

No era un fanático de la limpieza, pero si enemigo del desorden, y limpiaba para demostrarle a Sam que podía funcionar perfectamente sin él.

-Lo hago y me disculpo por el prejuicio- dijo con socarronería, para luego, dedicarse a su tarea en completo silencio.

El tipo era raro, eso estaba claro; a pesar de lucir intimidante, demostró ser sociable y exageradamente directo. Y sin embargo, no me desagradaba.

Intercalaba mi mirada cada dos por tres del televisor a Logan y de Logan al televisor. Mi computadora se encontraba diseccionada sobre la mesa del comedor siendo inspeccionando cuidadosamente.

Mire su pelo largo y negro, acomodado en un descuidado amarre. En mi mente viaje al pasado, precisamente: vacaciones de verano, cuando tenia diecisiete años y nos encontrábamos en casa del tío Frank, un veterano de la guerra, quien sin intención me confundió con una chica.

-¿Por qué no dijeron que tenia una sobrina?-había preguntado después de saludarme con sus manos tembleques sobre mi cabeza.
Sabia que el tío Frank sufría de problemas de vista, pero no lo suficientes como para confundirme con una.

-No tenemos hija-dijo mi madre ayudándole a subir las escaleras-Es Andrew, tu sobrino.

-¡Oh!-expreso confundido. Acomodo sus lentes y me miro detenidamente.-Cierto, cierto. Perdona a este viejo, Andrew.

Había asentido demostrando que no importaba. Claramente lo hizo, mi orgullo de hombre había sido herido ese día; y en un intento por cambiar mi apariencia, y lucir mas masculino, deje crecer mi cabello junto con mi escasa barba después de ver una película sobre rudos motoqueros envueltos en cuero negro.

Demás esta decir que no obtuve el resultado esperado. Según mis padres, lucia como un vagabundo y por ello volé la escasa barba pero deje el cabello.

Para cuando regresamos a casa después de dos meses de ausencia, en la soledad de mi habitación me disponía a desempacar cuando Sam hizo acto de presencia.

-¡Hey!-saludo con su sonrisa cegadora, acercándose para nuestro característico saludo de manos-Ayer olvidaste mencionar que regresarían.

-Decisión de ultimo minuto-dije tirando el bolso vació a una de las esquinas de la habitación.

-Sigues usando ese gorro. ¿Alguna vez lo has lavado?-censuro mirándolo con desagrado. Me encogí de hombros restándole importancia, y en un abrir de ojos Sam había jalado de él, quitándomelo y dejando caer mi cabello desordenado.

-¡Idiota!-trate rápidamente de que me lo devolviese.

Él me miraba perplejo; y en nuestra pequeña lucha por recuperarlo, me acorralo sobre la cama sosteniendo el gorro lo mas alto posible, alejándolo de mi alcance.

-Whoa-dijo con la vista clavada en mis cabellos caobas esparcidos en el edredón.

-Eres un imbécil-insulte tratando de quitármelo de encima, no lo conseguí-¡Levanta!. Estas aplastándome.

Parpadeo unos míseros instantes y se alejo sin quitar la mirada.

-¡Dilo!-brame al notar que por su rostro pasaban un montón de emociones.

Una de las primeras reglas en nuestra amistad era el decirnos siempre la verdad, aunque estas doliesen.

-Bueno…-se acaricio nerviosamente la parte trasera de su cabeza-No luce mal. Es…es nuevo. Te ves bien-soltó cada frase atropellando la anterior. Fruncí el ceño y continuo-En realidad…

-Luces como una niña- se burlo despiadadamente Carl, mi primo, desde el marco de la puerta.

Incomodo, Sam se había encogió de hombros mirando en otra dirección.

Eso fue todo. Esa misma tarde reserve un turno en la peluquería menos concurrida. Sam me había acompañado en total silencio y sin quitarme el ojo de encima, creyendo que no me daba cuenta.

Aprendí que todos éramos diferentes y por lo tanto, los estilos se adaptaban según la apariencia y no solo porque nos gustase. Obviamente, cada cual podía vestir o arreglarse como se le antojase. ¡Viva la libre expresión!. Pero en mi caso, no funciono.

Volviendo al presente, los vengadores le habían propinado una justa paliza a Ultron.

-Es lo que temía-escuche decir a Logan. Me acerque y prosiguió.-La placa madre esta dañada. Y hay varias piezas sueltas. ¿Se cayo en algún momento?.

Chasquee la lengua. Sincerándome, no era el tipo mas cuidadoso del planeta. Mi tendencia a arrojar las cosas había incluido mi computadora, pero no lo hacia queriendo, solo por costumbre y para cuando me daba cuenta ya era demasiado tarde.

-Digamos que si.

-Bueno, ahí lo tienes. Puedo con las piezas menos importantes, pero esta…-señalo una medianamente grande en comparación a las demás-Es complicada.

-Tengo información importante que me gustaría recuperar.

Inquieto, traslade mi peso a la otra pierna.

-Eso puede arreglarse. Extraer el disco duro es fácil. Recuperaras la información. Puedo prestarte mi ordenador si te urge trabajar con uno-fue alentador escucharlo decir aquello.-En cuanto a esto, tienes dos opciones por si la placa madre o la placa de video no tengan solución, sustituirlas por otras o comprarte un nuevo ordenador-esperó a que respondiese mientras guardaba sus herramientas.

-Te ahorrare la fatiga y comprare uno nuevo.

Extrañaría mi antiguo ordenador. Había desarrollado cierto afecto, pero al parecer no lo suficiente como para tratarla con el cuidado que exigía, lo que me llevaba a ser una mala persona. Espontáneamente pensé en Sam.

-Okey. En ese caso extraeré el disco duro.

*****

-Estas mas delgado-comento Zoe.

¿Era mucho pedir no ser el centro de su escrutinio por una vez?

-Es verdad. ¿Estas enfermo?-pregunto Hannah sosteniendo mi rostro con ambas manos, importándole un carajo el espacio personal.-Tienes ojeras. No estas durmiendo ni comiendo bien-sentencio sin soltarme.-¿Sucede algo?

Sonó igual que mi madre. Una parte de mi estaba feliz de que Kai no estuviese aquí para ver como me desmoronaba.

-Tuvimos una pelea-murmure apoyando la frente en la mesa. No quería que viesen lo mucho que me afectaba aunque mi apariencia ya lo había delatado.

-Oh, Andy. Pasara pronto. Es algo común en las pare…

-No nos vemos hace dos semanas-interrumpí a Zoe sin levantar la mirada. Ambas quedaron en silencio.

-¿Qué hiciste?-acuso Hannah, rompiendo el silencio. Fruncí el ceño, ¿Por qué suponía que era mi culpa?. La mire exigiendo que se explicase.-Sam no es del tipo rencoroso, lleva una vena hippie en él, y si tendría un tatuaje seria el logo “Amor y Paz”-a mi pesar le di la razón.-Zoe y yo lo conocemos, y te conocemos- puntualizo en las dos ultimas palabras, bufe en respuesta.- Te queremos Andrew, seamos justos. Te enojas con bastante facilidad y transformas algo pequeño en gigante-parpadee sosteniéndole la mirada.

Sabia que no se equivocaba, yo también había pensado en lo exagerado que fui esa noche.

-Bien, exagere las cosas; sin embargo, eso no explica el por que sigue sin aparecer.

Hannah me regalo una sonrisa cálida, haciéndome sentir como un niño de cinco años.

-Es bueno que lo admitas-dijo, chasquee la lengua y ella continuo.-Dale tiempo…-¿catorce días le parecían poco?-Confía en mí, regresara.

-Te ama-aporto Zoe.

-Exacto. Y estoy segura de que no te has disculpado.

Mire sorprendido. Tenia razón. Cielos, ¿como no me di cuenta antes?; tal vez, Sam solo esperaba a que me disculpase. Me burlaría de él por ser tan infantil.

Me disculparía, Sam regresaría y hablaríamos como personas civilizadas. Un poco de mi orgullo estaría en juego, pero pensándolo bien, era lo correcto. También yo estaría enojado si alguien atacase furtivamente a uno de mis amigos.

Mis entrañas se anudaron ligeramente, los fastidiosos celos saludando. Me comportaría como un adulto, tenia 25 años por el amor de Dios, no tenia por que sentir celos injustificadamente. Solo había sido una salida de amigos, y conociendo al presumido de Jeremy, no perdió la oportunidad de comprarse algo. Además, Sam era un hombre muy comprometido con lo que amaba, demasiado leal y con valores íntimamente arraigados. Una parte de mí creía fielmente que él jamás me engañaría.
Notas finales:

Nuevamente miles de gracias por dlre una oportunida, lo aprecio de todo corazon. ^u^

Ahora, les hare saber que esta historia esta dividida en dos partes, la primera cuenta con siete capitulos, y esta terminada. En cuento a la segunda parte empezare a escribirla cuando vuelva a mi la inspiracion jejeje. 

Otra cosa, actualizare cada dos días.

Cuidensen y...

¡Peace and Sex!


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