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Siempre fuiste mi meta por DeiitaElric

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Notas del capitulo:

Aquí tenéis el capítulo 3!! Ayer estuve toda la tarde intentando acceder a mi cuenta para actualizar pero no era posible, lo siento mucho!! Espero que os guste <3

Naruto se despertó notando una suave brisa y una luz cálida sobre su cara. Abrió los ojos y esa luz lo cegó momentáneamente. Poco a poco sus ojos se fueron acostumbrando. Miró al frente y el susto que se llevó fue tan grande que, si no hubiera retenido el grito, hubiera despertado hasta a los del país del viento. Tenía la cara de Sasuke a menos de un palmo de la suya. ¿Qué hacía ahí? ¿Qué había pasado? Pero lo que más le sorprendió, sin duda, fue la expresión en la cara del moreno. En sus finos labios se podía ver una leve sonrisa. Una cálida y bella sonrisa que a Naruto se le clavó a fuego. Sintió un revoloteo en su interior que lo hizo sonreír como un tonto. No sabía cómo había llegado a esa situación, pero no le importaba. Inconscientemente, levanto una mano y acarició levemente una mejilla pálida, arrastrando unos mechones azabaches hacia atrás. Sonrió y se quedó ahí quieto, mirando la cara de su compañero mientras dormía. Al cabo de unos minutos, Sasuke se revolvió un poco y abrió los ojos. Lo primero que vio fueron unos ojos de un azul intenso mirándolo fijamente. Recorrió la situación con la mirada y entendió que Naruto estaba acostado frente a él. En el mismo futón. Aparentó tranquilidad.

- No deberías observar a la gente mientras duerme, es siniestro.

- Y tú no deberías meterte en la cama de los demás por la noche, es pervertido.

Sasuke hizo una mueca.

- ¡Fue culpa tuya! Tú me arrastraste a tu lado. – replicó el Uchiha - Me tenías agarrado y no quería despertarte.

- ¿Te tiré al suelo desde la cama? – respondió el otro, confuso.

- No… no estaba en cama. Estaba junto a la tuya. – Sasuke apartó la mirada.

- ¿No decías que mirar a alguien mientras duerme es siniestro? – dijo Naruto sonriendo burlón.

- ¡No te estaba mirando dormir! – increpó este.

- ¿Y qué hacías? - Naruto buscó su mirada.

- Nada.

El rubio seguía intentando mirarlo a la cara, y el moreno seguía apartándose. De repente, Naruto se le subió encima y le agarró la cara con una mano, poniendo una sonrisa traviesa en sus labios.

- Me estabas mirando mientras dormía, admítelo.

Sasuke le estampó la mano abierta en la cara, y tiró de él haca un lado, intentado tirarlo al suelo.

- No es verdad. ¡Quítate de encima!

- ¿Entonces qué hacías?

- Nada.

Naruto se deslizó hacia un lado mientras bufaba y se sentó en el futón, enfurruñado. Sasuke soltó un gran suspiro y se sentó él también, a su lado. Miró hacia otro lado. Cogió aire.

- No podía dormir y me levanté. Te estaba tocando el pelo - el chico Uzumaki dio un pequeño respingo – y cuando quise darme cuenta ya me tenías agarrado. Como ya dije, no quería despertarte y que me vieras ahí, asique decidí esperar un poco antes de salir. Pero me quedé dormido.

- ¿Mi pelo? ¿Qué… qué tiene de especial mi pelo?

- Pffff, nada.

- ¿Entonces por qué? – Naruto se inclinó hacia adelante, intentando mirarle a la cara.

- Solo me llamó la atención y lo toqué. – dijo encogiéndose de hombros. Ante esa respuesta, el rubio se movió para quedar delante de él. Naruto le cogió la mano y los dos se miraron. Sasuke vio como aquellos ojos azules brillaban. Naruto guio la mano hacia su pelo, y la dejó allí, sosteniéndola con la suya.

- Puedes tocarlo siempre que quieras. Tienes mi permiso.

- Como si yo quisiera hacer eso… - Naruto sonrió.

- Bien, entonces no te lo doy. Te lo prohíbo. – dijo mientras tiraba del brazo ajeno para apartarlo de su cabeza. Sasuke retuvo su mano allí. Naruto volvió a sonreír y deslizó su mano libre sobre la cara de Sasuke con una caricia, intentando que lo volviera a mirar. Sin embargo, dejó su mano allí, deslizándose hacia su pelo.

- ¿Qué haces? – dijo este, mirándolo.

- No lo sé.

- Entonces para. – Sasuke apartó la mano del pelo rubio y golpeó la mano ajena para alejarla de su cara. Se levantó y se fue, cerrando la puerta detrás de él. Naruto se quedó solo, sentado en el futón, pensando en lo que acababa de hacer. Más bien, reprochándose lo que acababa de hacer. Su auto-sermón se interrumpió cuando sus tripas rugieron; tenía hambre. Sasuke ya le había preparado de cenar, asique él haría el desayuno para devolverle el favor. Entró en la cocina como un huracán y abrió la nevera. Una gota se deslizó por su frente y bajó la cabeza, deprimido. Él no sabía cocinar nada de lo que sabía que le gustaba a Sasuke. Maldición.

 

Sasuke respiró hondo y salió del baño, después de haberse duchado y cambiado de ropa, preparado para enfrentarse al rubio. Fue hasta la cocina, pensando en qué podría hacer para desayunar y preguntándose si Naruto se habría ido. Su sorpresa fue enorme cuando se encontró la mesa repleta de comida y a un rubio sonriente colocando dos cuencos y dos pares de palillos.

- ¡Buenos días! – dijo el chico rubio ensanchando su sonrisa.

- ¿Has hecho tú todo esto? – respondió con cierta sorpresa latente en su voz.

- Me hubiera gustado hacerlo, – el chico levantó la mano y se rascó la parte posterior de su cabeza – pero no, he salido a comprarlo hace un rato.

- Ya decía yo…

Pero aquel detalle movió algo en su interior. Sus acciones desinteresadas siempre le pillaban por sorpresa. Naruto le sonrió y le hizo un gesto invitándolo a sentarse. Este lo hizo mientras Naruto se dirigía hacia el lado opuesto de la mesa. Sasuke volvió a ver el emblema de los Uchiha en su espalda. ¿Había salido de casa así? Naruto se sentó y lo miró, esperando para empezar a comer. Al ver que no se movía y se quedaba ahí mirándolo, frunció el ceño.

- ¿Estás bien? - El moreno apartó los ojos de él y asintió. - ¿Seguro? Si no te gusta lo que he traído puedo ir a por otra cosa.

- No, está todo bien.

Desayunaron en silencio. Sasuke seguía dando vueltas a las cosas en su cabeza, mientras Naruto se preguntaba cuánto había metido la pata con lo que había hecho antes.

- ¿Vamos a ver a Kakashi-sensei? Puede que tenga noticias. – preguntó mientras recogían la cocina.

- No – el rubio lo miró extrañado – Quiero decir, prefiero ir solo. Necesito hablar a solas con él. – Naruto lo miró interrogante - Ya sabes, sobre lo que me robaron. - Sasuke lo miró a los ojos, esperando que se lo creyera.

- Está bien, te esperaré en mi casa. Ven a contarme si averiguaron algo.

- Hm.

Naruto se puso su chaqueta, sin cambiarse la camiseta primero, mientras Sasuke lo miraba de reojo. ¿Se habría dado cuenta? No se atrevió a decirle nada. Este se puso su capa y los dos salieron de la casa. Sasuke le había vuelto a mentir sobre su visita al despacho del Hokage, pero no le podía contar la verdad. Ni siquiera sabía qué iba a decirle a Kakashi.

 

Unos golpecitos resonaron en el despacho del Hokage.

- Adelante.

- Kakashi…

- Oh, Sasuke, eres tú. Te iba a hacer llamar ahora mismo. – dirigió una mirada a la espalda del chico - ¿No está Naruto contigo?

- De eso quería hablarte…

- Los han atrapado – dijo el Hokage interrumpiendo lo que fuera que iba a decir el joven.

Sasuke puso toda su atención a lo que su antiguo sensei le tenía que decir. Ya hablaría de Naruto después.

- ¿Qué ha pasado? – dijo impaciente.

- Ahora mismo están llegando aquí con ellos. La mala noticia es que parece que se encontraron con otro grupo y no llevaban nada encima.

Sasuke dio un golpe en la mesa.

- Tendría que haber ido yo mismo, joder…

- No es momento de lamentarse. Esto es más que un simple robo. Está demasiado organizado. Necesitamos saber qué traman – observó un pequeño papel que tenía en el escritorio - Por ahora, ve a avisar a Naruto. Os quiero en el edificio de inteligencia dentro de dos horas.

 

 

Dos horas después, los dos chicos se encontraron con Yamato a las puertas del edificio de inteligencia.

- Hola, Yamato-sensei.

- Hola, Naruto. Sasuke. - El moreno no le estaba prestando atención, solo estaba impaciente. – Acompañadme - Los guió por el edificio hasta una sala aséptica.

- ¿Se sabe algo? – preguntó el rubio.

- Aún no ha dicho nada. – les dijo Yamato. – Sasuke, en cuanto se pueda, vas a entrar ahí, pero antes escúchame.

- Yo también voy a entrar. – interrumpió el rubio cruzándose de brazos. – Llevo metido en esto desde el principio, no me vais a excluir ahora, para eso he venido.

- Kakashi-senpai ya contaba con ello, entrarás como testigo de lo que ocurra. - Miró al moreno y este le prestó atención. - El que está ahí dentro es el líder de ese segundo grupo de ninjas que cogieron vuestros compañeros. Hemos averiguado que no conoce realmente tu aspecto. Solo sabe que eres joven, de piel blanca, con pelo y ojos oscuros. Como es obvio, sabe que posees el sharingan, por lo que no debe saber cuál de los presentes es el Uchiha.

- Entonces que modifique su aspecto con una transformación. – dijo Naruto, sin más.

Yamato negó con la cabeza.

- Tiene una gran capacidad para detectar flujos de chakra. Lo notaría y no bajaría la guardia ante él.

- ¿Entonces qué vamos a hacer? – sus ojos azules brillaron burlones - ¿Acaso vamos a disfrazar a Sasuke? - El moreno lo miró de reojo con una mirada mortífera.

- Cállate. - Miró a Yamato para que le aclarara qué demonios iban a hacer.

- Ejem. Bueno, hemos buscado a alguien que tuviera unas características similares a las tuyas. Entraréis juntos y no usarás el sharingan hasta que sepas que te va a mirar a los ojos. Es precavido, no nos ha mirado mucho a ninguno.

- ¿A quién habéis traído? – dijo Naruto ladeando la cabeza, dudoso.

 - Tiene que estar llegando ya. – le contestó el mayor.

- Ya estoy aquí. - En ese momento apareció Sai. Saludó con la mano, sonriendo.

Sasuke no se creía lo que veía. ¿Ese ser era lo más parecido a él que habían encontrado? Aquello era absurdo. Tuvo que contenerse para no quemarlo allí mismo con un Amaterasu.

- ¿Sai? Es cierto que tiene el pelo y los ojos oscuros como Sasuke, pero… Bueno, y la piel blanca… Y se rondan en edad… Vale, es el mejor que se me ocurre. - Sasuke lo volvió a mirar de reojo, con una mirada peor que la anterior.

- ¿Tú también?

- Tienes que reconocer que vuestro físico general es similar. Para alguien que solo conoce esos datos de ti, no sabrá cuál de los dos es el Uchiha.

- ¡Tchs! – Sasuke apartó la mirada. No podía creer lo que acababa de oír. Miró al chico de reojo, no se parecían en nada.

Yamato les ofreció a los chicos unas capas negras, sin ningún distintivo. Naruto sujetó la capa que ya llevaba puesta Sasuke para que este se cambiara. Ahora los dos chicos iban vestidos igual y no se distinguía la falta de ninguna extremidad. Naruto desvió la mirada intentando no reírse ante la expresión de fastidio de Sasuke y se fijó en el emblema de la capa que sujetaba. Pasó un dedo por él, recordando haberse visto reflejado ese mismo símbolo en su espalda cuando había salido a comprar el desayuno. Volvió a la realidad y vio unos ojos negros mirándolo de reojo, que desviaron la mirada inmediatamente, fingiendo atención a lo que decía el mayor.

- Escucha, Sai – dijo Yamato dirigiéndose al chico – no hables, no sonrías, no hagas nada. Solo mantente serio, frío, mirándolo fijamente. Intenta no parecer demasiado desinteresado – Dicho esto, se giró hacia el otro moreno, que justo devolvía su mirada hacia él – Mientras, Sasuke, tú interrógalo. Hazle preguntas, provócalo e intenta que te mire a los ojos. Una vez que lo haga, ya sabes lo que hacer. Seguro que no se espera que sea Sasuke Uchiha quién lo interrogue directamente. Es importante que lo hagáis bien, porque ahora mismo el sharingan es nuestro mejor recurso. – Yamato miró a los chicos alternativamente - ¿Está todo claro?

Los dos morenos soltaron un sonido de afirmación a coro. Aquello a Sasuke le hizo molestarse aún más. Naruto reprimió una risotada. Mientras esperaban para poder acceder a la habitación, Sai intentaba mantener una conversación con Naruto mientras este dedicaba la mitad de su atención a ver la cara de molestia e impaciencia de Sasuke. Por fin llegó la hora y los tres ninjas entraron en la habitación. El ninja allí dentro ni siquiera levantó la cabeza. Sasuke empezó enseguida a hacerle preguntas, pero solo recibía silencio y el maldito evitaba mirarlo, y a Sai también. Acabó por perder la paciencia. Le agarró la cara con fuerza, dejando sus dedos clavados en sus mejillas.

- ¡¿Quién os envió?!

Recibió una escandalosa carcajada como respuesta. Sasuke le soltó la cara. Se enderezó, cogió aire y le pegó una bofetada tan fuerte que hizo que el recluso se tambaleara a punto de caerse de la silla. Escupió sangre al suelo, volvió a reír y lo miró a los ojos con furia. En ese momento, el Uchiha usó su magenkyo sharingan.

- Ahora hablarás – escuchó el ninja, una voz retumbando en todos lados, en un mundo lila, extraño.

- Ya no podéis hacer nada. El plan ya está en marcha. – dijo con esfuerzo - Ya tiene seis de ellos. Parece que tu tonto hermano no sabía lo que tenía. – volvió a reír de una manera escandalosa, aunque estrangulada.

Sasuke temblaba de ira. Tenía el puño apretado, y se empezaban a ver finos hilos de sangre allí donde sus uñas se clavaban en su piel. Notó que alguien lo rozaba, y se encontró con unos ojos azules que le instaban a tranquilizarse. Suavizó su expresión y salió de la sala sin decir nada. Se arrancó la capa y se sentó en uno de los asientos que había un poco más allá de la puerta por la que acabada de salir. Apoyó el codo en su rodilla y se tapó la cara con la mano. Necesitaba centrarse, tenía que averiguar más cosas sobre ese plan. Tenían seis. ¿Para qué los querrían? ¿Qué poder tenían? ¿Lo sabría su hermano? No, seguro que si lo supiera le hubiera dicho que lo protegiera. “Joder, ¿por qué tiene que pasar esto ahora? Ojalá estuvieras aquí…”

Naruto salió y buscó con la mirada a Sasuke. Lo encontró allí sentado, con la cara tapada con la mano.

- Sasuke, ¿estás bien? - No obtuvo respuesta. - Siento tener que pedirte esto, pero tienes que decirnos qué fue lo que se llevaron.

- Iré a contarle todo a Kakashi - Sasuke se levantó bruscamente, recogió la capa que seguía llevando el otro chico y se encaminó a la salida del edificio - Intentad que hable más de ese plan.

- De acuerdo. ¿Nos vemos después? - El rubio estaba preocupado, y su amigo lo notó en su voz.

- Hm. – fue la única respuesta que obtuvo antes de verle salir por la puerta.

 

Sasuke estaba en la azotea del edificio del Hokage, pensando. Se apoyó en la barandilla, sintiendo el aire en la cara. Respiró hondo, intentando recuperar la calma. Su hermano se había sacrificado por la aldea, y todos lo consideraban un traidor. Y aquel idiota se había atrevido a mencionarlo, “Tu tonto hermano”, había dicho. Cerró los ojos con fuerza, recordándose a sí mismo que al menos podía apoyarse en Naruto y Kakashi. Al menos ellos sabían la verdad. Sacudió la cabeza, alejando cualquier otro pensamiento que no fuera el interrogatorio, llevaba demasiados minutos allí arriba. Soltó un fuerte suspiro, no tenía tiempo que perder.

- Kakashi, ¿se puede? – dijo mientras tocaba la puerta del despacho.

- Sí, adelante. ¿Alguna novedad?

Vio como al Hokage le cambiaba la cara mientras narraba lo ocurrido.

- Sasuke, tienes que decirme que fue lo que te robaron, lo entiendes, ¿verdad? Y cómo es posible que se lo llevaran delante de tus narices.

Sasuke suspiró. Mientras se lo contaba todo, Kakashi lo miraba sin pestañear demasiado, prestando toda su atención.

- Sasuke… Ya te lo he dicho antes, muchas veces, no me parece buena idea que sigas viviendo en esa casa tú solo.

- Estoy bien.

- No, no lo estás. No dejas de meter el dedo en la llaga. – suspiró, no era el momento de volver a darle una charla – Al menos deja que Naruto se quede contigo hasta que esto esté resuelto.

- ¿Por qué? Ya te he dicho…

- Porque he aprendido mucho con vosotros, ¿vale? No voy a dejar que estas cosas sigan pasando. Y sabes que Naruto tampoco.

- ¿Qué tiene que ver él con todo esto? – no podía sentirse más confuso.

- ¿No te ha hablado de su investigación?

- ¿Eh? ¿Qué…?

Un rayo amarillo entró por la ventana, parando en seco su voz. El Uchiha y el Hokage se pusieron tensos.

- Kakashi-sensei, esto es grave.

Notas finales:

Hasta la semana que vieneeeeee!! o puede que antes ;)


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