Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre fuiste mi meta por DeiitaElric

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hii!! Aquí os dejo un nuevo capítulo!

La tensión del anterior continúa en este, porque me sigue gustando el drama :P

 

Como siempre, espero que os guste el capítulo!! <3

 

 

[Una aclaración: en este capítulo uso una expresión que no sé si se usa en otros países o si significa otra cosa, así que la explico auí, por si acaso. Sasuke utiliza "perro faldero" para referirse a Sai, y esto en mi país significa una persona que te adula y te sigue a donde vayas; algo así como un admirador]

Todo el grupo avanzaba, inspeccionando el terreno, mirando en cada posible lugar, buscando un escondite, una guarida, una cueva, cualquier cosa. Pero todo fue en vano. Llegó la noche. Todos estaban demasiado cansados. No esperaban tener tantos problemas para hallar una mínima pista. Se comunicaron con el otro grupo; estaban igual que ellos. Naruto se dejó caer al pie de un árbol, estaba inusualmente cansado. Delante de él, a lo lejos, podía apreciar la espalda de Sasuke, su pelo ondeando en la suave brisa nocturna. Recorrió cada rincón visible de su cuerpo pensando en qué era lo que tenía de especial, el porqué de no poder dejar de pensar en él. Gran parte de su vida había girado alrededor de ese ninja, siempre había querido ser cercano a él, siempre había querido ser importante para él. Había usado todas sus fuerzas intentado recuperarlo, pero Sasuke se había ido y él se había sentido vacío cada día. Y él entendía el porqué de todo eso. No sabía por qué lo sentía, pero lo sentía, y ahora más que nunca. Seguía dándole vueltas a lo que había pasado. No podía dejar de pensar que Sasuke se había dejado besar, por segunda vez, en realidad. Y de hecho… le había correspondido, ¿verdad? Aunque había visto todas las dudas en sus ojos, la confusión. Arrugó la cara, sintiéndose culpable, quizá Sasuke solo había respondido así a causa de la situación que él mismo había creado. Quizá por eso había reaccionado de esa manera cuando por fin se separó de él, volviendo a la realidad y odiándolo por haberse osado a hacer tal cosa. Le había mirado de una manera… Aquella mirada seguía erizando los pelos de su nuca, el miedo instalado permanentemente en su cuerpo. Intentó buscar las palabras adecuadas para aclarar el asunto con él, pero no las encontró. Estaba tan cansado que se quedó dormido antes de tener la oportunidad.

 

Al día siguiente la búsqueda continuó y terminó sin más pistas. Naruto se había despertado con la noticia de que habían subdividido el grupo en dos para abarcar más terreno. Sasuke se había ido con el otro grupo y ya no estaba allí. Los dos chicos habían estado separados todo el día. No habían vuelto a hablar desde aquello, y Naruto temía que Sasuke lo estuviera evitando a propósito. Lo había enfadado de verdad. Una punzada de miedo se clavó en él, temiendo perder a su mejor amigo por no poder controlar sus sentimientos. Por la noche, los dos subgrupos se unieron en un punto medio para continuar el viaje conjunto al día siguiente. Naruto buscó a Sasuke y se acercó a él, dejando sus cosas en el suelo junto las del otro chico. Este no dijo nada, ni lo miró.

- Sasuke, ¿estás… evitándome? – no obtuvo respuesta - Si es por lo que pasó ayer quiero que sepas que lo siento… no sé qué pasó, me dejé llevar. – apretó fuerte los puños antes de seguir. - Fue una tontería. Y lo siento. Te aseguro que no volverá a pasar, no lo volveré a hacer. – ante esto el moreno por fin se giró hacia él.

- ¿Y por qué lo has hecho?

- ¿Eh? No lo sé, la situación… Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo – respondió, trabándose. Sacudió la cabeza, intentando centrarse – Lo que no quiero es estropear nuestra amistad, Sasuke. Perdóname. De verdad que no lo volveré a hacer.

- ¿Y por qué lo has hecho, entonces? – respondió el otro levantando un poco la voz, apretando los puños. Naruto se quedó en silencio. – Vete. No quiero tenerte cerca.

- ¿Qué? No.

Sasuke dio un paso hacia él, amenazador, y repitió.

- ¡Vete!

- No, Sasuke. – dijo con determinación, acercándose un paso a él. – No voy a dejar que me apartes de ti. Solo ha sido un error, no tienes que…

- Eres insoportable. – casi escupió el Uchiha, haciendo callar a Naruto - Tú y esa estúpida obsesión tuya de encapricharte con todo el que te rodea. ¿Sabes lo confuso que resultas, imbécil?

- ¿A qué viene todo esto, teme? – se estaba empezando a enfadar y no quería llegar a eso, no quería decir cosas que luego podría lamentar. - Yo no tengo la culpa de que tener toda la empatía que no tienes tú. – “Mierda”.

- Empatía… – Sasuke rio sarcásticamente. - ¿Dónde está toda esa mierda cuando se trata de mí? ¿Eh?

- ¿Qué demonios…? – el chico echó el cuerpo hacia delante, encarándose.

- Eres un cobarde – interrumpió el Uchiha con una mirada oscura - ¿Primero me besas y luego actúas como si hubieras cometido un terrible error? Buena jugada. - Naruto apretó la mandíbula. - ¿Con cuánta gente te ha servido? ¿Por eso ahora tienes un perro faldero? – sus ojos se miraban profundamente, oscureciéndose.

- ¿Sigues con esa mierda? Sai es mi amigo. Y no le he besado – concluyó, entre incrédulo y sorprendido.

- ¿Os dejamos a solas y lo intentas? – el rubio apareció a escasos centímetros de él, agarrándole la ropa con la mano echa un puño.

- No sé qué coño te pasa, pero te estás comportando como un completo imbécil – casi gruñó el chico en su cara – Eres la única persona que he besado en toda mi vida, deja de insinuar mierdas de una vez. – el chico lo soltó y se dio la vuelta, dispuesto a irse. No quería discutir más.

- ¿Por qué? – Naruto no paró de andar - ¡¿Por qué?! – Sasuke se había acercado a él y de un tirón en su hombro lo había hecho girar hasta encararlo.

- No quiero hablar contigo ahora mismo – intentó volverse de nuevo. Sasuke lo agarró con fuerza, evitándolo.

- ¡Y una mierda! – sus dedos ardían por el contacto - ¿Por qué yo?

Naruto apretó la mandíbula un momento, mientras agarraba la muñeca del contrario para deshacerse de la garra en su hombro. Su otra mano era un puño. Abrió la boca, mirándolo fijamente a los ojos.

 

Naruto se encontraba adentrado en el bosque, necesitaba despejarse. Su conversación con Sasuke se había visto interrumpida cuando alguien pidió su atención. Naruto se había quedado un momento quieto en el mismo sitio, viendo como Sasuke se alejaba a regañadientes. Cuando se acordó de volver a respirar, se dio la vuelta y se adentró en el bosque. Caminaba con una mano en el pecho, pensando que si no lo agarraba, su corazón se iba a salir de un momento a otro. Caminó sin rumbo entre los árboles. Después de la guerra, se había dicho muchas veces que debía reprimir lo que sentía, pero… Parecía que todo lo que estaba haciendo estaba hiriendo a Sasuke. Y eso era lo último que quería. ¿Qué sentido tenía si al final iba a perderlo de todos modos? Tenía que decírselo. Suspiró. No sabía cómo iba a enfrentarse a esa conversación, ni cómo iba a salir de ello de una pieza, pero haría cualquier cosa por él. “¿Por qué yo?” ¿Habían parecido aquellos ojos negros esperanzados…? Sacudió la cabeza, negando. Imposible. Pero no podía dejar de pensar en ello. Todo el tema de Sai… ¿Acaso eran celos? ¿Sasuke pensaba que sentía algo por Sai como lo sentía por él? No podía ser eso, menuda tontería. Se alborotó el pelo, no pudiendo dejar de pensar en lo estúpido que había sido, pero en la suerte que había tenido de haber besado al Uchiha, dos veces, y haber salido vivo. Pensándolo bien, si Sasuke no hubiera querido, nada de aquello hubiera pasado entre ellos. No le hubiera dejado acercarse, siquiera. Aquello le dio un punto de esperanza. Asintió. Luego negó. Como si fuera a tener alguna oportunidad… De todas maneras, debía hablar con él. Se estaba dando la vuelta para regresar cuando notó que caía al suelo sin poder hacer nada para impedirlo.

 

Sasuke ahora estaba hablando con Sakura. Esta lo había llamado cuando terminó su conversación con Hikari.

- ¿Entonces no has visto ningún comportamiento extraño en Naruto?

- No. – contestó el Uchiha, malhumorado. No quería estar ahí, tenía una conversación pendiente – Está como siempre.

- Bien. De todas maneras, hay que estar atentos. No conocemos las técnicas del enemigo. – se acarició el cuello ladeando levemente la cabeza en un gesto de incomodidad. Llevaba demasiado tiempo en paz, ocupándose de la gente en el hospital, saliendo con sus compañeros, arreglando la pequeña casa donde vivía ella sola desde hacía unos meses… Se había acostumbrado a esa vida tranquila alejada del ajetreo de misiones complicadas. Pero no había podido evitar embarcarse en esa misión. Era algo muy importante. Además, sabía que tanto Naruto como Sasuke irían y ella quería estar ahí para ellos. – Es todo tan complicado ahora, Sasuke.

- Te informaré si noto cualquier cosa.

- Gracias – Sakura le sonrió. – Por cierto, ¿dónde está Naruto ahora?

- Está allí. - el moreno se giró para señalar con la cabeza y cerró la boca al ver que no estaba allí. Sin mediar palabra, se fue hacia el lugar, mirando si veía al anaranjado chico por algún lugar cercano. Sakura se acercó, con la preocupación marcada en sus ojos verdes.

- Sakura, mira entre la gente, puede estar hablando con alguien más. Yo iré por los alrededores.

Sasuke no esperó respuesta, ya estaba en marcha. Se adentró en la espesura del bosque, buscando algún rastro del rubio, su presencia, su chakra, su voz, algo. Su corazón se paró momentáneamente al ver su chaqueta colgando de la rama de un árbol. Se acercó, no había nada más. Apretó los labios, convirtiéndolos en una fina línea blanca. “¿Dónde estás?”. Su respiración agitada creaba pequeñas nubes de vaho, su corazón acelerado bombeaba gran cantidad de sangre a sus músculos, su cabeza no podía pensar con claridad. No podía haberle pasado nada, era Naruto. Nada podía con Naruto. Pero desconocían los efectos de la técnica que había recibido e ignoraban qué más técnicas podría dominar el enemigo. Sacudió la cabeza, intentando deshacerse de esos pensamientos. Recogió la chaqueta y la apretó contra su pecho. Aún desprendía un leve calor. Utilizó todos sus sentidos, lo intentó todo para encontrar aunque fuera una pequeña pista. Sus dedos estaban helados por el frío, su cuerpo temblaba por varias razones. Y encontró algo. Un destello azul llamó su atención. Rápidamente se puso la chaqueta de Naruto, conservando su calor y mezclándolo con el poco calor que quedaba en su cuerpo, y se encaminó hacia allí. La luz desapareció, pero él ya había visto de dónde provenía. Cuando llegó, vio una especie de kunai, que mantenía un pergamino clavado contra un árbol. El chico lo cogió y lo examinó. Su cara perdió el color que pudiera haber en ella y volvió a la velocidad del rayo junto el resto del grupo.

 

Sakura notó algo, y vio como todo el grupo se ponía en tensión. Antes de poder hacer nada, un pergamino fue dejado en su mano y vio a alguien junto las cosas de sus antiguos compañeros de equipo. Se quedó mirando, desconcertada, hasta que reconoció a Sasuke. Llevaba la chaqueta de Naruto. Miró entonces su mano y leyó lo que allí había escrito.

- No puede ser. – dejó caer el rollo y este desapareció sin dejar rastro, consumido por chakra – ¡Sasuke, espera! – por fin reaccionó y gritó a su compañero cuando lo veía desaparecer entre los árboles. Vio cómo se detenía y le daba un puñetazo al árbol donde se había parado, dejando una marca en él.

- Tengo que ir a por él.

- No tienes que hacerlo solo.

- He venido a avisar, cuento con vosotros. – acto seguido desapareció en la oscuridad del bosque.

 

Después de avisar al otro grupo para que desviara su rumbo, y de enviar un aviso a Konoha, todos se reunieron.

- ¿Qué vamos a hacer? - se escuchó con diversas voces.

- Ponía que tienen a Naruto, ¿cierto? – los ojos se dirigieron a Sakura. Asintió. Ella sabía de lo que eran capaces esos dos, sobre todo estando juntos, pero estaba realmente preocupada. Miró a Hikari.

- ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Lo que les interesa es Uchiha Sasuke, - dijo esta - han secuestrado al otro chico para atraerlo a él. Y este ha salido corriendo detrás. Debemos apresurarnos y pararle los pies. Según la información de la que disponemos, podemos deducir que todo esto es porque quieren que abra la caja. Y no podemos dejar que eso ocurra. – dio indicaciones por pequeños grupos y todos recogieron sus cosas, preparados para actuar. – En marcha.

 

Sasuke corría por el bosque recordando cada palabra escrita en el pergamino. “Tenemos al chico. Si queréis que continúe con vida, enviad al Uchiha con las indicaciones de este mapa. Solo.” No se podía creer que hubieran secuestrado a Naruto para atraerlo. Corría a tanta velocidad como furia sentía, dejando pequeños rastros para que los demás supieran por dónde había pasado. No supo cuánto tiempo estuvo corriendo en la oscuridad del bosque. Cuando llegó al punto indicado, vio a un ninja allí de pie, mirándolo directamente. Se puso tenso, en guardia y con la mano encima de la empuñadura de su katana.

- Te estábamos esperando. – dijo el ninja haciendo un gesto con el brazo invitándolo a entrar por una pequeñísima cavidad en una roca detrás de él.

- No voy a entrar ahí.

- Como quieras. Pero el dueño de esa cosa que llevas está ahí dentro.

Aquello crispó los nervios del moreno. En un abrir y cerrar de ojos, Sasuke estaba a cinco centímetros de la cara del otro hombre, agarrando sus ropas y levantándolo en el aire.

- ¿Qué le habéis hecho a Naruto?

- Nada – le contestó, con una sonrisa burlona – por ahora.

El Uchiha lo tiró bruscamente contra el suelo. Se metió por la cavidad y caminó como pudo por el estrecho camino. Llegó a una puerta enorme, que se abrió nada más llegar. Era una puerta muy ancha, de un rojo sangre. Entró con cuidado, alerta, atento a cualquier peligro. Al poner un pie dentro de ese lugar pudo sentirlo todo. Sentía cada chakra que había allí, sentía cada presencia. Aquella enorme puerta actuaba como una pantalla protectora, por eso no habían encontrado nada. Ahora había encontrado lo que buscaba; sintió a Naruto. Corrió entre las sombras del lugar, sin pararse a mirar lo que tenía alrededor, solo le importaba encontrar a Naruto. Aquel lugar era como una especie de laberinto, decenas de pasillos se cruzaban unos con otros una y otra vez, pero él tenía su objetivo marcado. Llegó a una sala enorme y se situó en el centro, estaba aparentemente vacía. Pero él sabía que no lo estaba, notaba la presencia de unos diez ninjas repartidos en círculo a su alrededor, pegados a las paredes e inmersos en las sombras. Pero eso no le importaba, él solo miraba al frente, hacia el fondo de la sala, mientras avanzaba intentando vislumbrar lo que allí se encontraba. Naruto estaba acostado en un sofá enorme de cuero rojo. A su lado se intuía una sombra, de la que surgía una mano que reposaba sobre la cabeza rubia de su compañero. Sasuke apretó los dientes, nunca un gesto tan inofensivo le había sentado tan mal.

- ¿Quién eres? – preguntó alzando la voz, pero controlándose para que no se notara su rabia.

Una carcajada resonó en el silencio de la sala. Una carcajada aguda y tintineante. Mientras tanto, la mano había empezado a moverse, acariciando el pelo rubio, revolviendo esos ya revueltos mechones. Unas uñas de un rojo sangre se mostraban al final de esos dedos largos enmarañados en cabellos dorados, un rojo intenso como el propio sharingan que él mostraba en sus ojos. Unos anillos adornaban esos dedos, y siguiendo la línea del brazo pudo vislumbrar una melena en la oscuridad. La sombra se movió, levantándose y dejándose ver a la tenue luz del lugar. Una mujer, alta, con una melena roja completamente lisa que le llegaba a las caderas, unos ojos de un azul intenso lo miraban fijamente, burlones. Una sonrisa adornaba su cara afilada, dándole un aspecto extraño. Llevaba una especie de chaleco de cuero negro. Por debajo, asomaba una falda rojo sangre, larga, que tapaba sus largas piernas. Sus pies adornados con unas uñas del mismo tono rojo, estaban descalzos. La mujer lo miró de abajo a arriba, al contrario que había hecho él. Su sonrisa se acentuó al ver la chaqueta de Naruto sobre su cuerpo.

- ¿Quién eres? – repitió Sasuke.

- Oh, querido, no tienes que ser tan brusco. Deberías presentarte antes de preguntarle el nombre a alguien.

- Ya sabes quién soy. ¿Quién eres?

La mujer sonrió y caminó hasta situarse detrás del sofá, donde se apoyó y se inclinó hacia abajo, hacia Naruto. Sasuke contuvo el impulso de saltar hacia adelante y sacar a Naruto de allí. Cualquier movimiento imprudente podía costarle caro.

- Saciaré tus dudas cuando tú hagas algo por mí.

- No haré nada de lo que me pidas.

- Ah, ¿no? – la mujer lo miró sonriendo. Una de sus manos acercó una especie de daga doble hasta la cara de Naruto y arañó una de sus mejillas. Siguió arañando su tostada piel, apretando cada vez más, bajando por la mandíbula y llegando hasta el cuello, dejando unos surcos rojos cada vez mayores allí por donde pasaba. – Harás lo que yo diga, Uchiha, o tu amigo sufrirá las consecuencias.

Sasuke sentía su sangre hervir. Un hilo de sangre escarlata brotaba de sus labios allí donde se había mordido para contenerse de no abalanzarse contra esa mujer.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Así me gusta más. – la daga se despegó de la piel del rubio y los dedos que la sujetaban delinearon los surcos rojizos, limpiando lo que brotaba de ellos. Llevó sus dedos manchados con la sangre del inconsciente Uzumaki hacia su cara, observándolos. – El color de su sangre es precioso. Rojo apasionado, el rojo de un chico que da todo por los demás, de una persona que moriría por otro. ¿Acaso tu morirías por él? – los ojos azules se dirigieron hacia él, intentando ver a través de él.

Él no contesto, no se movió, no hizo nada. Si no estuviera dispuesto a morir por él, no estaría ahí, solo, rodeado y sin más preocupación que rescatar a Naruto. ¿Así se había sentido Naruto durante todo el tiempo que estuvo intentando llevarlo de vuelta a su lado? ¿Así se había sentido mientras él solo pensaba en su venganza? No era momento para preguntarse nada de eso. Sí, moriría por él. Pero no tenía pensado morir ahí. Encontraría la manera de llevarse a Naruto y saldrían los dos a salvo de ese agujero.

- Parece que no eres muy hablador. En fin… - la mujer se separó del sofá y Sasuke se relajó un poco. Limpió la sangre de sus dedos y cogió algo entre sus manos. Se acercó a Sasuke, despacio, con el objeto en sus manos. El chico lo reconoció enseguida, era la caja que le habían robado.

- Sa… Sasuke. - El chico desvió su mirada hacia el sofá, donde vio a Naruto incorporarse pesadamente mientras lo miraba con los ojos entrecerrados. - ¿Sasuke? ¿Dónde estamos?

- Oh, querido niño, te has despertado. Que buena suerte para ti. Estás a punto de ver mi ascensión.

- ¿Ascensión? ¿De qué demonios hablas? – replicó Sasuke. Quería llamar la atención de la mujer para que Naruto pudiera escapar de allí.

- Ya lo sabrás. Muy pronto. – la mujer caminó el poco espacio que los separaba y puso la caja frente a él. – Vamos, ábrela.

- ¿Para qué lo quieres?

- Lo sabrás en cuánto la abras. Vamos, querido.

- Eso no te pertenece.

- Todo en este mundo me pertenece ahora.

- ¿De qué estás hablando? – Naruto seguía sentado en aquel sofá. ¿Por qué no se levantaba? – Sasuke, ¿qué me pasa?

- No te preocupes, cielo, es solo una pequeña droga, se acabará pasando. En unos días, quizás. – esa extraña mujer sonreía a Naruto.

- ¡¿Quizás?! – Naruto intentaba levantarse inútilmente. - ¿Quién demonios eres tú?

- Parece que los dos estáis muy interesados en saber mi nombre. Está bien, os lo diré – la mujer levantó su cabeza, con orgullo – Podéis llamarme Akao, y estoy a punto de conseguir un poder inigualable. - Naruto miró a Sasuke con cara de duda y Sasuke negó con la cabeza, ni sabían quién era ni qué era lo que pretendía decir con eso. - Vamos, ábrela – se acercó de nuevo hacia el Uchiha, insistiendo con las manos delante de su cara sujetando la caja. Entonces los vio, los anillos que adornaban sus dedos.

- Llevas los anillos…

- Sí, por supuesto. Los necesito. Y los necesito todos. – acercó la caja un poco más - Necesito lo que hay aquí dentro. Ábrela.

- ¿Qué hay dentro de esa caja, Sasuke? – preguntó el rubio mientras seguía intentando recuperar el control de su cuerpo.

- El anillo de Akatsuki de mi hermano.

Notas finales:

Pues ya estamos a mitad de la historia, ¿qué os está pareciendo?

A veces pienso que debería haberme esforzado más en terminar esta historia en su momento (empecé a escribirla justo cuando el manga llegó a su final) porque el fandom estaba mucho más activo... Ahora está un poco de capa caída, aunque siga habiendo gente que creemos contenido, no tiene nada que ver con cómo era esto antes. Aún así, me alegro de seguir creando contenido para el fandom, porque siempre hay gente nueva incorporándose o gente como yo que no consigue pasar página con estos dos (llora en OTP).

Pues nada, que espero que os esté gustando y nos vemos a media semana. <3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).