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¿Amor? por ZahodySeira

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Hace 4 años en San Valentín

Apretaba los chocolates contra mi pecho, hoy era el día en que le diría todos mis sentimientos, Bakao ya me había enseñado la manera correcta de confesarme, mis manos estaban sudorosas mientras subía al cuarto piso, empezaba a tatarear la canción de “Crazy Little Thing Called Love” de Queen, la tenía pegada en mi cabeza de tanto que la había escuchado la noche anterior. Me acerque a su clase pude verlo apegado a la ventana viendo al exterior, me acerque con paso apresurado cuando unos tres chicos se le pegaron no sabía quiénes eran, y eso era extraño pues él siempre me contaba todo, aunque ahora estaba diferente conmigo, distanciado de mí.

- Oye Reo que haces aquí, afuera tienes un montón de fans que esperan porque recibas sus cartas –dijo uno mientras se acomodaba en su mesa.

- Hombre que suerte la tuya –dijo otro mientras se posaba en su hombre

- Pero creo que está esperando por alguien en especial

- Cierto siempre estas acompañado de esos dos lindos omegas

- Aunque yo prefiero a Akashi –dijo uno mofándose

- Ja, no tienes oportunidad con él, pero ¿es a él a quien esperas?

Reo estaba mirando la ventana, asintió levemente… sentí mis lágrimas correr por mis mejillas y un terrible dolor en mi pecho, desde el año anterior estaba teniendo mis sospechas, su constante rechazo a quedarnos solos los dos, su repentino apego al pelirrojo y lo incomodo que se ponía a mi alrededor, miré los chocolates y los boté me dirigí a la salida con algo más que un corazón roto.

Mis padres me observaron fijamente intercambiando miradas, fue mi hermana la que se paró y me sacudió mientras decía:

-ESTAS LOCO, COMO PUEDES TOMAR ESA DECISIÓN –tenía la mirada asustada y estaba alterada, retire sus manos de mis hombros.

-Estoy consciente de la decisión que estoy tomando –mi mamá me miro dudosa.

-Hijo, tu… ¿no tienes a alguien especial? –sentí un dolor terrible en el pecho.

- No –agache la mirada, me sentía desolado, como si me hubiera arrancado un pedazo de mi alma, una tristeza me embriago cuando me imagine otra marca en mi cuello, una marca que no era de él.

-No te adelantes, lo mejor será que se conozcan, hablaré con los Otsubo para quedar en unas citas programas –mi papá saco su celular y me miro- Al menos tienes que saber con quién va ser, antes de que tomes una decisión –Asentí, mi papá me estaba dando tiempo para pensar las cosas con calma.

Estaba en un restaurant italiano esperando al hijo del medio de los Otsubo, un alfa, sentía mi traje algo ceñido de un color azul opaco, nerviosamente jugaba con el marco de mi reloj, porque se demoraba tanto.

-Buenas tarde, ¿eres Midorima Shintauro?, soy Otsubo Taisuke

Frente mío estaba un chico alto de cabellos negros parados y sus ojos no eran de un verde jade sino de un negro opaco, asentí y procedió a tomar asiento, se bien que pregunto por pura cordialidad, era imposible no reconocer a un Midorima, en especial a mí, tenía un cabello verde corto y unos ojos verde claros que estaban ocultos en mis anteojos. Por algo Aomine me decía Hierba-chan.

Al principio fue algo incómodo, pero conforme pasaba la velada fuimos descubriendo que teníamos gustos en común, como nuestro escritor favorito, o el género musical, fue una tarde tranquila y divertida, era como hablar con un amigo y me sentí bien, íbamos a tener una convivencia tranquila.

-Ya llamé un taxi para dejarte en tu casa.

-Muchas gracias Otsubo-san –él sonrió y se pasó los dedos por el cabello.

-Puedes decirme Otsubo, solo soy tres años mayor que tú

-Oh lo siento, entonces gracias Otsubo

De camino a casa pensé como sería una familia con Otsubo, seriamos más como una relación de amistad que otra cosa, ya podía imaginar estar en un mismo cuarto debatiendo temas sobre trabajo laboral, apoyándonos en nuestras decisiones, pero mi fantasía fue abruptamente cambiada cuando me llego una imagen de mí en un mantel abriendo la puerta a mi esposo, a Reo.

- ¿Cómo fue? - pregunto mi mamá cuando llegue a la sala

- Fue agradable, vamos a tener una buena convivencia

- Espero que así sea, los Otsubo han dicho que van a planear más citas en el transcurso de la semana –dijo mi padre- Ve a descansar, Shinta.

Cuando apenas llegaba a mi cuarto para descansar, sentí un tirón y mi hermana me jalo para ir a su habitación, cerró la puerta y se dispuso a escanearme.

- ¿Porque haces esto? –mi hermana era un alfa y una muy protectora.

- Porque me trae a mí y a la familia muchos beneficios –ella me miro molesta.

- No me mientas, yo no te creo ni una mierda, aun no has botado esa caja de chocolate, ni la tarjeta llena de corazones aún piensas en él –me sonroje y la aparte con fuerza, abriendo la puerta y mirándola con furia.

- No es de tu incumbencia, Kakeru –salí y la tarde se fue a la mierda.

- Mido-chin, vas a faltar esta semana también –me pregunto Murasakibara que estaba comiendo sus papas fritas y me miraba perezosamente.

- Sí, tengo algunos asuntos personales que resolver –Murasakibara asintió y se retiró, desde la semana pasada que me encontraba todas las tardes con Otsubo tanto que a veces me recogía, a este paso ya miraba la boda a la vuelta de la esquina, la mayoría de chicos se asustó cuando dije que me iba a faltar creyendo que algo grave pasaba en mi casa les dije que no se preocuparan que eran cosas de papeleo, el más preocupado fue Akashi que me ofreció su ayuda, aunque al único que quería que mostrara preocupación era Reo, ya no iba a casa de Akashi, tampoco a reuniones del comité y menos a las practicas del club, fue el único que no se me acerco a preguntar. Al único que en verdad quería preocupar. Mire los papeles que tenía en mis manos, eran los términos del matrimonio, dentro de dos semanas se haría la reunión celebrando mi compromiso. Suspire y me dirigí al salón del club, estando casado no tendría tiempo para cumplir con mis labores del club, lo mejor era retirarme.

Cuando abrí la puerta un balón de básquet me golpeo en toda la cara pude escuchar una risas y carcajadas genuinas y mis papeles cayeron por el suelo.

-Jaja, diomio, Hierba-kun, fue directo a tu cara –tanto Aomine, Kotaro y Kise están reventando de risas y Kagami con Kiyoshi trataban de aguantarla.

- No es gracioso chicos duele un montón –trate de masajearme la cara y la nariz para menguar el dolor y recoger mis cosas.

- ¿Qué es esto, Midorima-kun? –detrás de mí estaba Kuroko con mi carta de abandono al club, la sala se tornó sombría.

- Si, explicamos Midorima –Himuro pregunto con voz gélida a sus lados estaban los demás miembros, joder Dios no me ama, como demonios me pasa esto cuando están todos los miembros del club, cuando estaba él presente.

- Creo que yo tengo la respuesta ¿no? - volteé la mirada y ahí estaban mis papeles de matrimonio, en las manos de Akashi, doble mierda.

Estaba sentado mientras todos en la sala se alborotaban, pero a los únicos que les prestaba total atención era a Akashi y a Reo que eran los más tétricos.

-Midorima, ¿es… obligado? –el primero en hablar algo coherente fue Nash.

- Responde Midorima –esta vez Akashi uso su voz demandante y la sala que unía a un silencio total, incrédulos sobre si era cierto o no. Respire profundo.

- No, fue una decisión propia –todos en la sala se agitaron y…

- ¿Porqué? –su voz fue contenida y vacía, me sorprendí que él se fuera a meter.

- Porque es lo mejor para mí –como si hubiera encendido un interruptor, Reo me agarro abruptamente de los hombres, exaltado, furioso.

- ¡¡¡LO MEJOR PARA TI!!!, VETE A LA MIERDA, SABES BIEN QUE YO SOY TU…

- ¡Basta Mibuchi! –grito Akashi y Nash aparto a Reo de mí.

- ¿De qué familia es? –pregunto Reo fríamente, temblé estaba asustado nunca lo había visto tan enojado, con… conmigo.

- Es de los Otsubo –respondió Nijimura que estaba leyendo mis papeles, fue cuando timbro mi celular. * Te estoy esperando, Otsubo* cerré el celular y agarré mis cosas con mis papeles.

- Yo me tengo que ir…

- Es él que te ha estado recogiendo en ese auto blanco estos últimos días ¿verdad? –me sorprendí cuando Reo dijo eso, ¿cómo lo sabía?, ni una sola vez me había cruzado con Reo cuando Otsubo me vino a recoger. - Y es él que te ha mensajeado en estos momentos ¿no? –Reo me miro fijo a los ojos con furia, al no responder se puso a reír como un loco- Y una mierda de esperar por ti, yo lo mato –antes de que alguien reaccione Reo se fue corriendo.

- Mierda Izuki, Ogiwara vayan detrás de Reo –ordeno Akashi mientras ellos corrían por Reo, él me miro y jalo de polera- Vamos, Shintauro en estos momentos eres el único que lo puede parar –empezamos a correr.

Mi corazón latía a mil por hora y las piernas me pesaban esto era porque no había asistido toda la semana anterior a las prácticas, así que me estaba pesando el cuerpo, aún no entendía las palabras de Akashi y porque Reo estaba actuando como un maniático, en especial porque jodidamente corría por alguien que daba una mierda por mí, honestamente sentía mil agujones en mis pies y la garganta adolorida pero sabía que me estaba impulsando el sentimiento de miedo, miedo de lo que pudiera pasarle a Reo.

Cuando volteamos para ir a el estacionamiento vi como había un tumulto de gente, que gritaba y chillaba, algunos con curiosidad, otros divertidos, otros asustados y en el centro lo vi, Otsubo estaba en el suelo con un moretón en el ojo derecho y siendo horcado por Reo, Ogiwara y Izuki trataban de apartarlo, pero lo que me asusto fue la sangre que corría por su labio. Ni siquiera sé porque lo hice, de mi boca salió un pequeño aullido, un pequeño llamado a mi alfa, ese que solo lo tienes para tu pareja y libere mi olor de manzanilla y piña entonces Reo libero un aroma de limón, miel y ese toque invasivo era ¿cilandro?, era la primera vez que lo olía en él, antes de que pudiera pensar en algo, Reo me jalo y me cargo llevándome a una de las canchas cercas al estacionamiento cerrando la puerta de un portazo, cuando me bajo y mis pies tocaron el piso, se puso oler mi cuello justo detrás de mi oreja y apretándome en sus brazos, mientras su aroma me envolvía y enloquecía.

-Joder, mierda hueles delicioso –escuchaba susurrar a Reo, mientras empezaba a dar pequeños besos desde mi cuello hasta mi clavícula.

- N… no… Reo… san… -gemí cuando Reo mordió el lóbulo de mi oreja, sin percatarme que mi cuerpo se pegaba más al suyo, que me estaba moldeando a su abrazo y a sus caricias, sentí una mano tocando mi espalda y desperté.

- ¡¡No!! ¿qué estás haciendo? –me aparté de sus brazos, chillando porque quería estar ahí, quería estar en la calidez de él. Donde pertenecía.

- Por favor ya no te alejes de mi –sus ojos estaban acuosos y temblaba como su estuviera herido, como un niño abandonado.

- ¿Qué estás diciendo? –estaba muy confundido.

- SE QUE ME ODIAS, PERO POR FAVOR DAME UNA OPORTUNIDAD –Reo se inclinó y vi como de sus mejillas corrían lágrimas.

- No… no te entiendo –en un brusco movimiento, Reo nuevamente nos posiciono en el abrazo anterior.

- Por favor, ya no puedo soportarlo, no me dejes, por favor elígeme a mí solo por esta vez –fue voz estaba entrecortada y temblaba, lágrimas caían de mis ojos cuando correspondí el abrazo.

- Por favor no juegues conmigo… ¿una oportunidad?... pero si tu… a… amas… a alguien… más –lo último lo dije en un susurro sentí que me desgarré cuando por fin salió de mis labios la cruda verdad, lo que tenía miedo, lo que no quería aceptar, fui apartado y sus manos se fijaron en mi rostro, nos vimos a los ojos…

- ¡Qué demonios dices! ¡Él único que ha estado en mis ojos! ¡Al único al que he amado ERES TÚ! Desde siempre… -sentí mariposas en el estómago, fue como volver a respirar, sus ojos mostraban todos los sentimientos que siempre quería, los que quería que me vieran, Oh amor mírame una y otra vez así, por favor.

- ¿e… enserio? –me sonreíste y asentiste, temblé, te separaste de mí y pude ver como temblabas y agachaste la cabeza.

- Por favor… te amo, no te cases con nadie más que conmigo por favor –inclinaste el cuerpo, no pude evitar que saliera una sonrisa de mis labios, levantaste la cabeza, curioso, fue entonces cuando corrí a tus brazos, me apretaste fuerte, nuestros ojos se conectaron y se acercaron nuestros labios.

El beso fue solo un toque y luego dos para que después me cargaras en tus brazos teniendo el beso más apasionado que tuve en mi vida, dentro de mi cabeza sonaba música, el mundo giro rápido, la textura de tus labios, eran cálidos y tiernos, pronto abrí mi boca dejándote entrar, entrar en mi vida. Tu lengua salvajemente recorrió todo, jugando con mi lengua escuchando como gemía. Mis manos empezaron a agarrarse fuerte de tu cuello anhelando más, queriendo ser uno contigo, nuestras entrepiernas empezaron a chocarse enviando electricidad por todo mi cuerpo y te separaste de mí.

- ¿Cuál es tu respuesta? –dijiste entrecortadamente, sí que eras lento. Me acerqué a tu oído y dije lentamente.

- Yo siempre te he amado, Mibuchi –Lágrimas recorrieron tus mejillas.

- Shin-chan… -Fue un susurro cuando tu boca ya estaba ocupada con la mía.

Notas finales:

Hasta la proxima XD


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