Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce San Valentín por Loreto W

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: ¡¡¡AQUI ESTA EL CAPITULO 2!!! Oh estoy muy feliz T_T por todos los comentarios que recibi, jamas pense que está historia les gustaría, muchas gracias a todas las personas que leyeron, nunca pense que gustaría n_n!! ¡¡Bueno aquí esta el segundo capitulo!! ^O^

Dulce San Valentín
By Loreto W

RoyxEd

Capitulo 2: El Concurso Empieza


El día transcurría pacíficamente mientras las horas pasaban lentamente, y el sol en lo alto del cielo, pese a esas horas seguía manteniendo su intenso brillo iluminando las calles y cada rincón de Ciudad Central. El cielo seguía estando hermosamente despejado y en las calles las ramas de los frondosos y verdes arboles que habían, se agitaban frecuentemente al ser sacudidos por la fresca brisa que soplaba en aquel instante y que hacía desprender de los arboles flores y hojas por igual, haciéndolas caer en un mimetisada lluvia verde y rosácea, mientras que dos hermanos después de una larga caminata con estas condiciones climáticas, habían logrado llegar a su destino, especialmente cierto Alquimista Rubio de ojos dorados, que aún se preguntaba a si mismo curioso la razón por la cual con tanta urgencia, había sido convocado a presentarse en aquel cuartel general.  Sin embargo al pensar en esto, no pudo evitar sentirte un tanto ansioso sobre todo porque tendría la oportunidad de poder ver a aquel Coronel, que pese a ser un bastardo le tenía absolutamente enamorado y en sus redes a su total antojo, pensaba Ed, imaginando en su mente, lo que se sentiría poder ser besado, amado, acariciado por Roy...

Roy que dulce y hermoso sonaba aquel nombre del Alquimista de fuego para Ed, parecía que al pensarlo en su mente, su corazón de pronto se acelerara y su cuerpo entero ardiera en intensas llamas de pasión y de amor ante la idea de aquello que tanto ansiaba en ese día, que sus deseos, sueños e ilusiones de amor, pudieran hacerse realidad, con nada más y nada menos que su sensual y deseado Taiza, sin embargo todo pensamiento de amor, y esperanza así como sus sueños, fueron interrumpidos bruscamente por una conocida voz.

- ¡¡¡BIENVENIDOOOOS HERMANOS ELRICS!!! – Mencionaba un musculoso y cariñoso hombre cubierto de un aura de rosadas estrellas alrededor de él, mientras abrazaba con sus fuertes y poderosos brazos, a un pobre chico rubio que apenas podría respirar, con tantos músculos aprisionándole en ese cálido y cariñoso abrazo de saludo por parte del Mayor.

-  Ma… Mayor no puedo respirar – Menciono aturdido Edward intentando recuperar el aliento, pero con una cálida y tierna sonrisa en su rostro y sus mejillas sonrojadas por la falta de oxigeno haciendo lucir sencillamente encantador, con ese hermoso aspecto, y más aún ante la alegría visible que le causaba el sentir ese afectuoso saludo de bienvenida.

- Oh lo siento Edward – Menciono el Mayor Alex Louis Armstrong, disculpándose y soltando a Ed.

- Nii-san ¿estás bien? – Pregunto preocupado Aru.

- Sí, Al estoy bien y por cierto Mayor ese fue un abrazo muy poderoso, por poco y termino muerto  – Menciono riendo Ed.

-  ¡Esa técnica de abrazos ha pasado de generación en generación en la familia Armstrong!. – Mencionaba el Alquimista del Brazo Fuerte, realizando unas tan típicas poses de físico culturismo, sin perder esa aura de estrellas, a ambos hermanos Elrics, les salió una gran gota y Aru por un momento se sintió feliz de no haber experimentado el poderoso abrazo.

-  ¡Ed, Al! ¡Que bueno que llegaron, llegan justo a tiempo! – Saludaba muy animadamente de pronto, Maes Hughes, que hacía acto de aparición en la peculiar escena.

-  ¡Teniente Coronel! –  Saludaba efusivamente Ed, al ver al mencionado.

- ¡Hola chicos! ¿Qué tal? Vaya Ed estás más alto, ¿has crecido un poco verdad? – Ed ante el cumplido no pudo evitar sonrojarse ¿sería verdad lo que decía el Teniente Coronel? Decidió creer que sí, de ese modo, sentía que al crecer unos centímetros más como suponía estaría más cerca de la altura de su Taiza, para besar sus sensuales labios.

- ¿Señor Hughes? – Menciono dubitativo el menor de los hermanos Elrics dirigiendo su vista hacia el susodicho.

- ¿Qué sucede Al?

- Usted dijo que mi nii-san y yo llegamos justo a tiempo ¿para qué? – Pregunto tímidamente Alphonse.

- Ah ahora que lo mencionas, llegaron justo a tiempo para un evento que se realiza en nuestro cuartel, y el coronel dio la orden de que Ed debía estar en él.

- ¿El Coronel solicito que yo debía estar en él? – Pregunto extrañado Acero, sin saber de que trataba el supuesto evento, en el que debía estar presente por órdenes de su amado superior.

- Así es Ed, así que apresúrate yo me adelantaré después de todo soy el presentador del evento ¡Nos vemos! – Menciono sonriente el oji dorado dispuesto a irse, pero no sin antes voltearse para decir:

- ¡Te deseo suerte!

Y así fue como el Teniente Coronel Hughes, se retiro dejando desconcertado a ambos hermanos, pero especialmente a cierto rubio alquimista ¿por qué Roy estaría tan interesado en que participara en tal evento? Se preguntaba Acero, y mientras su mente era un mar confuso de pensamientos, y su corazón latía intensamente ante el sólo hecho de pensar en ver aquel coronel bastardo, que simplemente por un beso en un sueño le había cautivado y robado el corazón y hasta su ultimo aliento, no podía evitarlo como amaba a Roy, simplemente el hecho de pensar en su atractivo rostro y en su sensual sonrisa, le hacían ponerse nervioso.

 Hoy era San Valentín, no perdería la oportunidad, estaba decidido, se declararía al Coronel, como fuera, lo amaba, maldita sea, lo amaba, no podía evitarlo, no tenía certeza alguna de cómo  había sucedido exactamente que su corazón había sido capaz de albergar tales sentimientos, profundos, bellos, nobles e intensos, por su superior, aquel hombre que creía odiar y detestar profundamente, pero si sufrir por guardar el secreto de lo que su corazón sentía por él, le representaba un tormento, entonces no dudaría en confesarlo y librar su alma de tal peso incluso si tal vez era rechazado…

Y mientras el joven de trenza, continuaba sumido en sus pensamientos, ambos hermanos, eran conducidos, por el Mayor Armstrong al lugar, en donde se decidiría, su destino, el destino del Alquimista de Fuego, y el de Acero…

- ¡Hermano mira! – Exclamo emocionado Alphonse, haciendo que Ed levantara su vista para ver el lugar a donde ambos habían sido conducidos por el Alquimista del Brazo Fuerte, quien una vez había dejado ahí a ambos se había retirado.

 Ed al mirar el cuarto, quedo completamente asombrado por la cantidad de decorados del día San Valentín que había en ese lugar, por donde quiera que se mirase, había serpentinas y guirnaldas rojizas colgando bellamente decorando aquella sala; globos en forma de corazón estratégicamente ubicados en algunos lugares, así como también globos con otras formas de osos de peluche, chocolates, etc.

Aquella sala salía completamente de lo normal de aquel cuartel, y en ella numerosos militares, hombres y mujeres estaban reunidos mirando lo que parecía ser un escenario que se encontraba con las cortinas cerradas, esperando a que alguna especie de show comenzará, Ed, se preguntaba que demonios era todo eso, pero sea lo que sea, la decoración sin duda alguna era, maravillosa, sublime, y romántica, llena de rojo y adornos relativos a la ocasión, y poso sus ojos dorados en cada parte de la sala, contemplando embelesado, como había cambiado ese lugar por el mencionado Día del Amor, y mientras continuaba con sus ojos brillando intensamente, emocionado, de pronto sus ojos enfocaron una conocida silueta para él.

Y ahí frente a él a unos cuantos metros de su posición se encontraba el coronel, luciendo aquel uniforme azul de la milicia que resaltaba cada parte de su sensual y cautivante figura, se veía apuesto y sexy como siempre, pensó Ed, sintiendo como su corazón parecía comenzar a golpetear con incesantes latidos, con el sólo hecho de verle, ahí, sin embargo, estos detuvieron  su carrera abruptamente, al ver como un grupo de muchachas luchaban entre sí, por acercársele y ver cual de todas tendría el honor de que el Taiza fuera su Valentín.

- ¡Coronel, Coronel sea mi Valentín! – Gritaba una chica muy atractiva emocionada, jalando a Roy del brazo, con sus ojos brillando por tener a ese hombre tan guapo cerca de ella.

- ¡Coronel por favor salga conmigo! – Gritaba otra.

- ¡Coronel acepte esto!

- ¡Coronel por favor beseme!

- ¡Coronel por favor por favor Coronel!  – Gritaba una multitud de chicas, ofreciendo chocolates al Taiza, y un sin fin de proposiciones.

Ed continuaba observando minuciosamente la escena para ver como Roy les sonría coquetamente a aquellas chicas, que se morían por él. De pronto un sentimiento de pena y angustia inundo su pecho, no, no podía ser cierto, todas esas chicas eran tan guapas, tan lindas y atractivas, eran quizás mucho mejor que él en todos los aspectos, ¿cómo podía tener oportunidad siquiera con toda esta competencia? Veía como Roy les sonría y rechazaba cordial y gentilmente, se sentía enojado, furioso, triste, sentía una gama tan intensa y diversa de sentimientos, pero lo que más sentía en su corazón eran celos, celos de todas aquellas chicas, que estaban cerca de su Taiza, por que sabía que aunque le dijera sus sentimientos sus posibilidades eran escasas.

Edward seguía contemplando aquello, pero de pronto sus ojos se abrieron enormemente al notar algo inesperado, y ante aquella escena, su corazón pareció romperse en infinitos pedazos, no podía ser cierto lo que sus orbes doradas veían, no, no, simplemente no era cierto, quería que fuera una mala pesadilla despierto, cualquier cosa menos la realidad que era, quería llorar, quería huir, no quería ver eso, no quería simplemente no podía soportarlo, que había sucedido, tan solo había parpadeado y de pronto...

¡SU TAIZA SE ESTABA BESANDO APASIONADAMENTE CON UNA CHICA EN SUS NARICES!, no podría ser verdad, sus ojos amenazaron con vidriar, quería hundirse que diablos había sido eso, sentía un malestar tan intenso en su pecho, como si se lo estuvieran estrujando, era una sensación angustiosa, dolorosa, desesperante, ah le dolía tanto, de pronto todo se veía tan oscuro y gris, en unos cuantos segundos sus esperanzas, parecían rotas vanamente, se había hecho castillos en el aire y estos parecían caerse tan abruptamente, como pudo ser tan idiota, como pudo ser tan imbécil, tan ingenuo, tan bobo, tan estúpido, su Taiza, besándose con una cualquiera, su Taiza, el mismo Taiza, al cual él le iba a declarar sus sentimientos, y lo peor fue cuando vio como este dejaba de besarse, y se alejaba para acercarse a él, tratando como pudo, intento mantener un semblante impasible, aún cuando sus ojos reflejaran tristeza, se mantuvo como pudo a la defensiva.

El Coronel, por su parte, intentaba quitarse como podía a ese montón de mujeres que le rodeaban, maldito día de San Valentín, por que demonios le pasaba eso; sabía que sus encantos eran irresistibles para todas esas damas, pero no tenía interés en ninguna de aquellas mujeres, el único que ocupaba sus pensamientos, y cautivaba su corazón era sin duda su pequeño Alquimista de Acero, al cual esperaba ansioso ver, seguía pensando en él, y es que simplemente no podía sacárselo de la mente de ningún modo, incluso si cerraba sus ojos, podía ver el rostro de aquel niño haciendo miles de caras que le encantaban, y tan absorto estaba que no se dio cuenta, como de pronto era besado por una de las chicas que le había tomado desprevenido, la cual le besaba apasionadamente, molesto por aquello,  la alejo de si y fue cuando en ese momento, fijo su vista en una esquina de la habitación y pudo contemplar a Edward.

- Acero – fue lo único que pronunció y se dirigió hacia él, ignorando a todas las muchachas que gritaban como locas por él, para acercarse a su chibi, pero sin demostrar sus sentimientos y la gran alegría que le causaba verlo, su plan marchaba justo como lo había planeado.

- Coronel... – Pronunció en un susurro el trenzado, apenas vio como el Taiza, se dirigía hacia él.

- No te había visto, Acero, ¿acaso te has vuelto más pequeño? – Menciono burlonamente el Coronel, al acercase a hablar con el Alquimista de Acero y esperando la inminente reacción del más pequeño, ansioso de contemplar las simpáticas facciones molestas de su chibi cada vez que alguien pronunciaba su debilidad.

- ¡¡¡ESTA DICIENDO QUE SOY TAN ENANO QUE PAREZCO PULGA ENTRE TANTA GENTE!!! – Grito a todo pulmón Edward, y Aru que aún permanecía junto a él opto por tranquilizarlo.

- Nii-san por favor cálmate, sabes que el Coronel no quiso decir eso – Decía Al, serenamente tratando de que su hermano se relajara, y agrego:

- Nii-san, creo que iré a dar una vuelta para ver mejor la decoración, nos veremos más tarde, ¿está bien?

- Está bien Al – Respondió en afirmación entendiendo y agradeciendo, el gesto de su hermano, quien evidentemente le había dejado para que conversara a solas, con el hombre frente a él.

- Pensé que no vendrías Edward  – Menciono repentinamente el oji rasgado, habiéndose acercado lo suficiente para contemplar a su chibi, lucía hermoso o quizás más que siempre, sus bellos mechones rubios parecían cubrir sus hermosos ojos dorados, y sus mejillas parecían estar sonrojadas dándole un toque apetecible y cautivador, pensaba Roy, mientras seguía deleitándose con la imagen de ese niño y su figura que tan perfectamente lucía con esos ajustados pantalones negros de cuero, que resaltaban su bien formada figura y marcaban su trasero, además de su piel bronceada que podía apreciarse tan perfectamente.

Siguió escudriñando con su mirada al hermoso ángel frente a sus ojos, y pudo ver más detenidamente los profundos y expresivos ojos de este, observando en ellos un dejo de tristeza y extrañándose ante esto, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la firme voz del niño.

- Pero vine – Menciono secamente el menor, aún molesto y celoso por lo que minutos antes había presenciado y sin comprender aún, porque su superior requería de su presencia se lo expreso:

- ¿Y bien Coronel, para que quería que viniera? – Menciono a la defensiva, con un tono de voz resentido. Roy noto esto, pero decidió no cuestionar al rubio alquimista suponiendo que su actitud se debía al haberle llamado enano, aunque en el fondo aquella actitud inusual en el muchacho frente a él, le extrañaba de sobremanera.

- Escúchame Hagane no, hoy se realizará aquí en el cuartel un concurso de citas a ciegas y tu participaras en él, es un orden así que si tienes alguna objeción supérala. – Pronunció clara y burlonamente con una sonrisa sarcástica.

- ¡¡¿QUÉ?!! – Dijo Ed ensanchando sus ojos enormemente en sorpresa, al interiorizar la información que había oído.

- ¡¿ACASO SE VOLVIO LOCO?! – Reprocho como pudo Ed sin entender que demonios pretendía el Taiza con eso.

“Si por ti” – Fue lo que penso al instante Roy al oír el reclamo del rubio, pero sólo se limito  responderle con voz autoritaria.

- Ya lo oíste Acero, es una orden, y no quiero quejas, ¿o acaso olvidas que yo soy quien te da ordenes? – Respondió fríamente, y tajantemente si quería que las cosas para él funcionaran debía hacerse de esa manera, y Edward no tenía nada que reprocharle.

- Pe... pero, Coronel ¿Por qué demonios quiere que participe en una cita con un completo desconocido? ¡¿ACASO SE VOLVIO LOCO?! ¡¡No puede obligarme a hacer eso!!
 
- Ordenes son ordenes Acero, soy tu superior y tienes que obedecerme, ahora eres un perro de la milicia, un perro que me obedece a mi ¿o acaso lo olvidas? Edward – Decía fríamente el coronel, para que Edward dejara de reprocharle, con una mirada fría y congelante, absolutamente impenetrable y sin emoción alguna, sin poder evitar sentir en su corazón una punzada por el trato que estaba usando con Ed, sin embargo todo aquello era necesario.

- ¡¡PERO CORONEL NO ES JUSTO!!

- ¡Ya deja de reclamar Edward, te he dado una orden! ¿Acaso estás en contra de ella? – Le decía secamente Roy, mirándole fríamente y con gélida voz.

- No señor... pero ¡ESTO NO ES JUSTO!

- No todo es justo en la vida, Hagane no, así que limítate a seguir ordenes de tus superiores, y si tienes algo en contra, entonces ahórratelo.

- Pe... pero ¡Coronel! - Intentaba vanamente de reprochar, pero todos sus argumentos eran inútiles.

 ¿Por qué demonios el coronel quería que hiciera algo así? No podía entenderlo, ¿tanto le odiaba?, ¿Realmente sus esperanzas, sus anhelos y sueños se habían desvanecido así tan pronto? ¿Su esperanza para este día había sido vana? ¿Aquel sueño tan hermoso, mágico y profundo, con el cual había despertado esa mañana jamás se llevaría a cabo? , ¿Tanto desprecio le tenía el Coronel? ¿Realmente tanto le odiaba como para obligarle a ir con un total desconocido exponiéndose a quien sabe que podría pasarle? ¿De verdad el Coronel, no escucharía sus suplicas, reclamos y argumentos para objetar aquella orden? ¿Realmente Roy, su Roy, quería mandarlo lejos? ¿Por qué se preguntaba? ¿Por qué Roy había decidido eso? ¡No era justo para él! ¡Por qué maldita sea! ¡Por qué él le hacía eso!

Le dolía, aquella frialdad de sus palabras, la indiferencia de su trato, el tono de voz burlón que con él había empleado, Roy le odiaba, Roy no le quería, Roy jamás le vería como algo más que un simple subordinado al cual darle ordenes, era un perro de la milicia después de todo sólo se limitaba a seguir ordenes, no, no era cierto, era el perro de Mustang, y debía seguir sus ordenes sin reproches…

 Que tonto había sido, una vez más se sentía miserable, patético, y desconsolado, haciéndose ilusiones vanas y estúpidas, suponiendo y deseando cosas, que ahora bien sabía no eran más que una tontería, que iluso había sido, que estúpido, como pensar siquiera, como creer siquiera, como haber soñado despierto, que Roy Mustang podría amar a un remedo de ser humano, que ni siquiera estaba completo, por carecer de partes humanas completas, y en remplazo, frías parte de Acero, simples automail, que jamás se compararían así como su cuerpo, a los voluptuosos y bien formados, de todas esas muchachas que andaban tras su Taiza, el había perdido, había perdido sin siquiera llegar al final de la batalla. Y de pronto el recuerdo de su Taiza besándose con esa mujer, le vino a la mente, no, ¿por qué esos recuerdos asaltaban su mente?

 ¿Por qué su corazón se llenaba de sentimientos dolorosos? Que le herían, no quería sentir, no quería sufrir. No quería que su corazón se desgarrara brutalmente como sentía, no quería sufrir por algo así, pero no podía, la idea de no ser correspondido, era tan dolorosa, aquella persona que le robaba sus pensamientos, que cautivaba su corazón, que su sola presencia, y el solo evocar su recuerdo, le hacían sonreír y suspiras por amor, un amor que nunca jamás se llevaría a cabo, por culpa de su ser amado...

- ¿Acero? ¡¿Acero?! ¡Edward! – Llamo insistentemente el coronel, al ver como de pronto Edward había guardado silencio, con la cabeza gacha sin seguir oponiéndose a sus ordenes. Y preocupado por el silencio imperante en el mayor de los Elrics, le sujeto de los hombros esperando que reaccionara.

- ¡Edward! – Ed se sobresalto al sentir las manos de su Taiza, sostenerle firmemente de sus hombros, y fue cuando se dio cuenta que el Coronel, solo trataba de hacerle entrar en razón, esperando una respuesta de su parte.

- Aceptaré su orden señor... Participaré en ese concurso y acataré su orden – Menciono desganado y apesadumbrado Ed, intentando contener las lagrimas que tanto ansiaba derramar en ese momento, convencido de que Mustang era una maldito bastardo, pero si ya lo sabía entonces ¿por qué le dolía tanto?

- Me alegra oír eso Acero – Menciono firmemente el Coronel, sintiendo como su pecho oprimía más dolorosamente ¿por qué trataba al chico tan fríamente? Si podía ver en el semblante abatido de este cuanto daño la causaba, a Roy le dolía ser el causante de que aquel rostro angelical luciera ensombrecido, pero necesitaba que Ed participara en ese concurso, sólo así podría estar completamente a solas con él, sin interrupciones sin peligro alguno de que algún superior se enterara de sus profundos sentimientos por su subordinado que además era sólo un niño, pero ante todo, para que ese San Valentín para el chibi, fuera una fecha memorable...

- Si señor con su permiso – Fue lo ultimo que balbuceo Edward, y al instante en terminar de pronunciar esto se dio la vuelta rápidamente dándole la espalda al Coronel, y se alejo de él lo más rápido que pudo mientras por sus mejillas, unas lagrimas saladas y amargas a la vez caían deslizándose una y otra vez...

- Perdóname... Edward – Fue lo único que susurro el Coronel, observando a la distancia, la silueta de Ed alejarse...

Y en tanto ambos Alquimistas sufrían independientemente por sus planes en este especial día, de pronto las cortinas de el escenario de aquel cuarto, que hasta ese entonces habían permanecido cerradas comenzaron a abrirse lentamente, al instante en que aplausos y gritos de emoción se escuchaban por doquier, y globos, serpentinas y papelitos de colores caían del techo del cuarto bellamente en una lluvia multicolor cubriendo a los bulliciosos y emocionados presentes, expectantes por lo que estaba a punto de suceder.

- ¿Qué es todo esto? – Exclamo Edward sorprendido, mientras limpiaba su cabello de los papelitos de colores que se habían enredado en él, al mismo tiempo en que intentaba secar las lagrimas de sus enrojecidos ojos, olvidando la tristeza y desesperación que le había embargado, por el asombro que ahora reinaba en él. Y más aún al notar un gigantesco letrero rodeado de corazones y adornos en tonos rojos que decía “Happy Valentine’s Day”

- ¿Acaso es? – Ed estaba a punto de deducir que era lo que pasaba, pero cuando se dio cuenta de que aquel dichoso concurso estaba a punto de comenzar, todos sus pensamientos fueron interrumpidos al momento en que una gran cortina de humo blanco se observaba en el escenario, y acto seguido aparecía de la  nada el Teniente Coronel Maes Hughes, micrófono en mano dispuesto a hablar mientras el griterío en los presentes se hacía más audible.

- ¡¡¡DAMAS Y CABALLEROOOOS BIENVENIDOOOOS AL CONCURSO DE CITAS A CIEGAS EN NUESTRO CUARTEL GENERAL DE CIUDAD CENTRAL!!! – Pronunciaba con voz clara el militar – Y los gritos de expectación aumentaban entre el publico, especialmente para un militar que cigarro en la boca gritaba emocionado saliendo de su estado depresivo.

-¡¡BENDITO DIAAAAA DE SAN VALENTIN!! ¡¡¡AL FIN PODRE TENER UNA CITAAAAA!!! ¡¡¡DESPUES DE MESES!!! – Se oía gritar a un emocionado Havoc, entre toda la multitud con lagrimas de emoción en sus ojos – Y Hughes continuo:

- ¡¡¡COMO CADA AÑO AQUÍ EN NUESTRO CUARTEL GENERAL HOY SE REALIZA ESTE CONCURSO!!! ¡¡¡ASI QUE CADA INTERESADO DEBERA SACAR DE ESTA CAJA JUNTO A MI UN PAPEL QUE TENDRA ESCRITO EL LUGAR Y HORA DEL ENCUENTRO CON SU CITA MISTERIOSA, EN LOS ALREDEDORES DE CIUDAD CENTRAL!!! Y ¡¡MIREEEEEN AQUÍ ESTA MI PEQUEÑA ELYSIA VISTIENDO UN HERMOSO VESTIDO ROJO!! – Decía el hombre, jalando una cuerda, y haciendo que el letrero de San Valentín cayera para mostrar una enorme foto de su pequeña hija, y como era de esperar recibiendo abucheos, por los espectadores.

-  Bien Roy ya hice mi parte ahora será mejor que bajeee – Menciono el Teniente Coronel apresurado, bajando del escenario y limpiando el sudor de su frente ante el susto que había pasado y escapando de algunos presentes que querían lincharlo por la interrupción y dirigiéndose a Edward.

- ¡Hola Ed! ¿Qué tal estuve?  ¡¿Verdad que la foto de mi pequeña es preciosa?! – Mencionaba Maes acercándose animado a entablar conversación con el rubio.

- Sigue siendo el mismo de siempre Teniente Coronel, simpático y loco. – Decía mucho más calmado y con una amplia sonrisa al ver aquel hombre que representaba un figura paternal y cariñosa para él.

- Jaja gracias Ed, y por cierto ¿Roy te informo sobre tu participación en este evento?

- Ese maldito Coronel ¡no entiendo por qué demonios quiere que participe en algo tan absurdo! ¿Por qué yo? – Bufaba Ed irritado ante la sola idea de algo tan estúpido y desconcertante.

- ¡Vamos Ed! Cálmate, Roy sólo sigue ordenes – Menciono Hughes tratando de tranquilizar al joven rubio.

- ¿Ordenes? ¿Es en serio? – Pregunto dudoso Edward sin entender del todo a que se refería el hombre frente a él y mirándole fijamente reflejando la incertidumbre en sus dorados ojos.

- Así es Ed, es un orden que Roy debe cumplir – Decía sonriente y de manera cálida y comprensiva Hughes, a ese niño que era el amor de su mejor amigo, después de todo lo que le decía al niño era cierto, Roy estaba siguiendo los mandatos de su propio corazón dispuesto a cumplirlos a toda costa para estar a solas con el pequeño rubio.

- Entonces yo... – Ed quedo inmóvil por unos segundos, ¿entonces Roy sólo estaba siguiendo una orden y por eso había actuado tan fríamente con él hace unos minutos? ¿Todo aquella desesperación, y tristeza que había sentido no tenían justificación? No, incluso si el Taiza seguía una orden, eso no justificaba en lo absoluto aquellas palabras frías que el oji rasgado le había dirigido, pero si eran ordenes entonces, el debía cumplirlas o su Taiza estaría en problemas por su culpa, pensaba Edward, sin saber que las ordenes que Roy debía seguir eran los deseos de su propio corazón, pero en algo Edward tenía razón, si el alquimista de Fuego, no cumplía sus deseos y el plan no se llevaba a cabo ambos alquimistas jamas podrían terminar juntos y amándose en ese día, pero esto era por supuesto algo que Ed no sabía...

- ¿Ed estás bien? – Pronuncio Maes al notar la postura estática de Edward.

- Si no se preocupe, y dígame Teniente ¿para entrar en este concurso debo sacar un papel de esa caja? – Pregunto el oji dorado, recibiendo un asentamiento de cabeza por parte del hombre mayor en afirmación y devolviéndole el gesto de igual manera, sin saber aún por qué diablos estaba dispuesto a participar.


Era cierto que debía cumplir aquella estúpida orden, pero aún en su corazón se encontraba latente aquella pena en la que tenía la seguridad de que todo lo que había deseado para ese día ya no podría llevarse a cabo, quizás tener una cita con un completo desconocido no fuera tan malo, tal vez y hasta podría divertirse, ¿a quién trataba de engañar?
 ¡Eso no era cierto! ¿Quién en su sano juicio más que un alma desesperada como Havoc, querría tener una cita con un desconocido, y más cuando estaba enamorado?

 El no quería tener una cita con un desconocido, él quería una cita con su  Taiza, anhelaba poder sentir aquellos apasionados, cálidos, húmedos y sensuales labios que había tenido el gozo de probar en sus sueños mientras dormía, deseaba poder sentir los brazos de su Taiza, abrazándole de manera dulce, cálida, posesiva, sobre protectora y amorosa, ansiaba poder tener el cuerpo del mayor consigo y ante todo deseaba poder ser el afortunado de tener el corazón de Roy Mustang, ser amado, protegido, querido y adorado por ese alquimista que le había cautivado.

Pero sabiendo de ante mano que aquello jamás sería posible, decidió resignarse a la idea de cumplir aquellas estúpidas ordenes sin sentido alguno, cerro sus puños firmemente reflejando la ira contenida que sentía ante hacer algo para él tan humillante y como pudo reunió el valor para mover sus piernas y avanzar y subir al escenario, una vez ahí  metió su mano en el fondo de aquella caja sintiendo con su tacto pequeños y numerosos papeles, tomo uno sacándolo, lo miro entre sus manos notando que era de  color amarillo, procedió lentamente a desdoblarlo y al hacerlo pudo leer perfectamente el lugar de su encuentro,  sabiendo ahora que debía informarle a su hermanito, todo lo acontecido y prepararse para su destino... 

Mientras tanto Roy quien se encontraba siguiendo con su vista cada movimiento del ojidorado, dirigió su vista hacia el lugar en donde se encontraba su mejor amigo, recibiendo por parte de Maes una sonrisa amplia y un gesto de que todo marchaba bien con sus dedos, Roy ante esto sonrió complacido devolviéndole la sonrisa, y acercándose a Maes, sabiendo que Fullmetal estaba lejos de alcance.

- ¿Y bien Hughes que tienes para mí? – Pregunto el pelinegro, esperando ansioso la respuesta.

- Míralo tu mismo Roy, este es el lugar de la cita de Ed. – Menciono calmado el ojidorado, enseñándole a Roy el nombre escrito en un papel, del lugar de su encuentro con Edward.

Puente de Ciudad Central 16:00

- Buen trabajo Hughes ¿pero como lo averiguaste? – Preguntaba con cierta incertidumbre el Coronel, sin entender aún como había logrado su amigo conocer el lugar.

- Vamos Roy, cuando estás en investigaciones, un concurso así se vuelve un juego de niños, el papel de Edward era amarillo, solicite a los encargados que escribieran todos los posibles lugares para un encuentro en distintos papeles de colores, así que ese es el lugar en donde debe presentarse Ed.

- Hiciste un buen trabajo Hughes, tal vez y hasta acepte que me regales un álbum de fotos de tu hija – Menciono sonriendo cálidamente Roy, agradeciendo la gran ayuda de su siempre dispuesto y leal amigo, y obteniendo por parte de él una respuesta simple:

- Cuándo quieras Roy... Y por cierto ¿qué harás ahora?

- ¿Qué no es obvio? Prepararme para mi cita con Hagane. – Menciono con una sonrisa sensual el ojioscuro imaginándose todas las cosas que podría hacerle, es decir hacer con Edward. Y disponiéndose a retirarse dando media vuelta.

- ¡Espera Roy! ¿Qué harás con la persona de la cita de Ed? – Le grito Maes, lo suficientemente audible para que sólo Roy escuchara, aunque con el ruido del salón no era necesario mantener tanta precaución.

- Esa es una buena pregunta ¡Maes tú te encargaras  de eso!

- Grandioso – Fue lo único que respondió Maes, mientras divisaba a Roy, alejarse quien se disponía a ir al lugar en donde haría suyo como fuera a su amado y rubio alquimista de ojos dorados, mostrándole así sus verdaderos sentimientos en aquella cita a ciegas...

Continuara...

 ¡¡Bueno aquí esta la segunda parte! Ojala les haya gustado y ahhh ¿qué puedo decir? ¡¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TODAS POR HABERLA LEIDO!!!!

 Honestamente, nunca jamás en toda mi vida, hubiera imaginado que les gustaría esta historia, todas han sido y son muy lindas por sus comentarios, no puedo evitar agradecerle a todas, por su apoyo, sus ánimos, sus comentarios, muchas muchas gracias, espero pronto terminar de escribir el capitulo 3, para que lo lean, pero tengo problemas con la cita n_n!! y tal vez me tarde T_T porque tengo una infección en el ojo y dificultades para ver U.U por eso por favor sean pacientes, la terminaré eso lo tengo claro, pero necesito ver bien para escribir, y necesito mi ojo sano, para estudiar n.n!

Por eso tengan paciencia ;__; ¡AUN ASI MUCHAS MUCHAS GRACIAS A TODAS POR SU APOYO! ¡MUCHAS GRACIAS!

Notas finales:


Aquí están las respuestas a sus reviews,  pero les recuerdo que todos están respondidos en reviews:

Akia Nekoi: ¡¡¡AHHH MUCHAS GRACIAS POR LA CRITICA CONSTRUCTIVA!!! La tomaré en cuenta, y de verdad me alegro mucho que te guste mi historia, y si mi papi está bien afortunadamente, y aquí está la continuación de la historia mm no soy buena respondiendo comentarios jeje pero gracias Akia.

Neko6: ¡Neko! ¡Muchas gracias por tu comentario! Me dices que se me da bien escribir, ahhh (supiro) muchísimas gracias, la verdad me ha costado un mundo escribir todo esto, pero muchas gracias y me alegro profundamente que te guste mi forma de escribir, narrar y los detalles, aunque yo preferiría un estilo lindo y dinámico como el tuyo Neko, porque tu también eres no sólo una gran escrito, sino también excelente dibujando. ¡GRACIAS!

Angie: jejeje así que te gusta Edo jeje es que Ed es tan limdo, imaginate a Roy todo deseosos por hacerlo suyo n///n imaginándose a ese chibi que lo tiene loco, no eres la única a quien se le cayeron las babas, yo estaba así cuando escribí todo eso, pero muchas gracias por tan lindo comentario.

Hitomi316: Ohhh Hitomi me pides un embarazo masculino y apenas, estoy tratando de escribir está historia ahhh me encanto la idea, tal vez en algún día escriba uno jeje de está pareja, pero por ahora debo terminar como sea está historia.  Y ¡¡¡discúlpame el retrazo por la continuación!!! La próxima tardaré más por mi ojo y poca creatividad, aunque ya el próximo sería el final supongo, o tal vez el final sea un lemon, pero como sea muchísimas gracias por tu apoyo.

Yuni: AHHH YUNI T__T no quiero morir, pero ya está aquí la continuación siento muchooooo la tardanza T_T disculpa, y ahhh espero que con todo lo que creo tardaré el proximo no pierdas el animo por leerla, y si pobrecito Al, aún así fue muy bueno y apoyo a su nii-san, ah Yuni ¡¡¡NO ERES LA UNICA QUE AMA A ROYXED!!! Y ¡¡MUCHAS GRACIAS ME ALEGRA QUE TE GUSTE!!

Kurumi: ¡¡¡AHH AMO TUS FAN FICSSS EL OTRO DIA LEI CONFIDENCIAS DE UN HOMBRE CASADO!!! Y CASI ME MATAS, pero de la risa jeje, es una historia muy cómica, y me daba risa Roy lujurioso, pensando en Ed con ese baby doll muy muy cómico, ahh Kurumi me alegra tanto que te guste jejej aunque lamento que por mi exceso descriptivo hayas tardado en leerlo u.u, el próximo no será tan así y espero seguir luchando por captar las personalidades, pero muchas gracias.

Jackiesaku: ¡Hola! Y muchas gracias por tu comentario, es verdad has dado, me gusta mucho describir las escenas, porque pienso que así es mas fácil imaginarlas, al menos desde mi punto de vista y siempre hago lo posible, porque quienes lean sientan al personaje, su dolor, su alegría, lo que siente, aunque me cuesta y a veces me excedo, pero que alegría que te guste y disculpa la tardanza, creo que me demoré una semana en actualizar, espero que seas paciente para la próxima te lo agradecería mucho y gracias por tu comentario.

Astrid: ¡Ya te extrañaba! Y ahora entiendo porque no sabía nada de ti, Astrid, me alegra mucho que te guste mi historia, me pone contenta más aún por que tu también escribes divino, y claro que no me he olvidado de “Amor en tiempos de Guerra”, es una historia tremenda, y sigo esperando que a Hughes no le pase nada, esperaré siempre por leerla, pero volviendo al asunto, muchísimas gracias por tu apoyo y tus lindos comentarios.  Wow ¿una sensibilidad fantástica? Me haces sonrojar n//n gracias n//n
Mady: ¡MADYYYYYYYYY ESCRIBES HERMOSOOOO AMO TU FAN FIC DE SAN VALENTIN SWEET HONEY! Es tan dulce, y tu eres tan buena escribiendo ahhh  bueno aquí está el segundo, jeje ojala te guste, me costo mucho escribirlo, y ahhh que alegría que te guste n_n ¡Gracias!


Lady Yaoi Yuri: Ahora sabes como continua y lo que sigue ahhh lo estoy procesando en mi mente, jeje y siii pero así de profundo de pone Roy, pero que puedo decir, simplemente está enamorado de Ed, hasta morir jeje ¡muchas gracias por leerlo te agradezco tu comentario gracias también por tu apoyo!

Hyuuga Claudia: Claudia si no hubiera sido por ti que te animaste a leer la historia, cuando ni siquiera te gustaba tanto el RoyxEd, y me diste tus comentarios, jamas estaría aquí, pero sin embargo lo hiciste, lo mínimo que podía hacer era ponerte un agradecimiento, de verdad Claudia, muchas gracias por todo tu apoyo, comentarios, ánimos y por decir que capto bien a los personajes jeje ¡¡¡GRACIAS Y MUCHOS ANIMOS CON TODO!!

¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TODASSSS LAS QUE LEYERON!!!

¡NOS VEMOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).