-Axel escúchame-le sujete del brazo apretando un poco para que me hiciera caso-¿por qué ya no me quieres hablar?
-¡Suéltame, no me gusta que me toques!
-¿Qué está pasando aquí?-de repente apareció mi madre entrando al cuarto de Axel. Le solté el brazo cuando la vi entrar.
-Bueno es que yo le estaba diciendo a Axel que saliéramos un rato, pero no quiere-no supe que más inventarle a mi madre, así que fue lo único que se me vino a la cabeza.
-Haber Axel, ¿por qué no sales un rato con tu hermano?-y allí estaba mi madre tratando de convencer a Axel.
-Tengo tarea que hacer-bajo un poco su mirada, parecía como si no quería que ella viera aquellos ojos llenos de lágrimas que aun traía.
-Me parece buena idea que Daniel te invite a salir, tienen que compartir muchos momentos como hermanos que son.
-¡Yo no quiero!-Axel lo grito algo fuerte a lo cual parecía que la sorprendió, él jamás se portaba de esa manera, nunca se negaba en nada y ya comenzaba a preocuparme su comportamiento.
-¿Estás bien, mi amor?-mi madre se acercó a él algo preocupada. Yo no podía permitir que lo viera en ese estado, sentía que sospecharía que le hice algo malo.
-Mamá-tosí un poco-será mejor que bajemos a hacer la cena, seguro mi padre ya tiene hambre-cada vez que le hablaba de mi padre se olvidaba de todo, ellos dos se amaban mucho. Algún día quisiera estar con Axel como ellos lo están, sin tener que rendirle cuentas a nadie de nuestra relación.
-Sí, sí, tienes razón Daniel-ella se salió del cuarto y nos dejó solos, ya no sabía que decirle, él se veía muy mal y no quería hacerlo llorar más.
-Axel…-se sentó en su cama sin dejar las lágrimas de lado.
-Dani, quiero estar solo.
-No vayas a contarle nada a nuestros padres de todo lo que hemos hecho, ¿está bien?-aun temía que ellos se enteraran sobre lo nuestro y desconfiaba de que él pudiera mantener la boca cerrada.
-No les diré nada.
-Te haré de comer tu comida favorita, quizá con eso vuelvas a ser el de antes-le di un beso y lo deje solo, para que se calmara un poco.
La comida favorita de Axel es el Espagueti, siempre que él quiere le cocino, pero últimamente a estado muy distante conmigo y eso me duele, pero hoy lo iba a consentir con eso.
-¡Ya esta la cena!-grito mi madre para que Axel y mi padre se acercaran a la mesa a comer. Mi familia me agradaba mucho, ya que jamás sufríamos por peleas, yo siempre he estado al pendiente de mi Axel, a él nunca le ha faltado nada y todo lo que necesita yo se lo consigo como pueda. Ambos se sentaron en la mesa, y mi hermanito aún estaba con sus ojos llorosos, pareciese que no se había tranquilizado nada desde que lo deje solo.
-¿Cómo les ha ido en la escuela?-esa pregunta fue de mi madre directo a ambos.
-Pues a mí muy bien, solamente que tengo muchos exámenes juntos-voltee a ver a Axel para que el siguiera con la plática. Se le notaba distraído y distante, no había tocado casi su espagueti que le hice con tanta delicadeza.
-¿Axel?-lo dijo ella, esperando su respuesta.
-¿He? Bueno, pues bien, no hay nada nuevo.
-Bien, pues me alegra que los dos les esté yendo bien, su padre y yo estamos muy orgullosos de ustedes, como se los he dicho siempre-esa sonrisa de ambos broto de nuevo. Ellos se sentían orgullosos de nosotros, porque nunca sacamos bajas calificaciones, yo soy de excelencia en la escuela, Axel últimamente no le ha estado yendo muy bien y cuando puedo le ayudo en lo que no entiende.
Terminamos la cena y cada quien a su cuarto, rápidamente se hicieron las 11 y como siempre yo estaba de insistente con saber que era lo que le pasaba a mi hermanito, en verdad me preocupaba que él estuviera mal y yo no pudiera hacer nada para ayudarlo.
-¿Por qué no te vas? Quiero estar solo, entiéndeme-me encontraba en su cuarto, se podría decir que entre a la fuerza porque él no quería que estuviera allí.
-No, no entiendo, ¿por qué has cambiado tanto conmigo? Ya no me tienes confianza, yo quiero que nuestra relación vaya bien, sin secretos.
-Antes podía soportar el que me besaras, que me masturbaras e inclusive que me introdujeras tus dedos, pero yo no soporto que me penetres, entiende, no me gusta, me duele.
-¿Pero por qué? Si hasta te has corrido y gimes muy bien cuando lo hacemos-jamás podría entender cómo se siente él, siento que cada día se volvía más difícil de entenderlo-Axel, yo te amo y quiero que estemos bien por favor.
-Es que tu no entiendes nada-se jalo sus cabellos algo desesperado-¡no quiero que me vuelvas a hacer eso, solo soporto que me beses!
-Pero somos pareja, es lo normal entre las parejas que tengan relaciones, inclusive tú y yo no somos una pareja normal, porque las normales lo hacen todos los días y nosotros no, nos hace falta más.
-Dani, yo no te quiero como pareja, solamente te quiero como mi hermano, ¿Podríamos ser como antes, como cuando nos llevábamos bien y no nos tocábamos?
-Axel, tú y yo estamos destinados a ser pareja, tal vez ahora no me veas como pareja, pero sé que pronto lo harás. Vamos a mi cuarto-lo agarre de su brazo y lo lleve con algo de esfuerzo, siempre se oponía cuando se trataba de ir a mi cuarto.
-Dani, yo en verdad no quiero hacer esto-no lo escuché y baje su pants junto con sus calzoncillos, mi plan era solamente masturbarlo para que sintiera placer. Sujeté su pequeño miembro y lo comencé a masturbar algo suave, seguido de unas cuantas lamidas-D-dani-escuché como su voz estaba ida, su cara se tornó color rojo, sabía que le gustaba que lo tocara.
-Dime que me amas-se lo dije, para que en seguida me respondiera. Seguí masturbándolo y no duro mucho en correrse dentro de mi boca, como siempre para mí era una delicia tragar su semen-¿quieres que lo hagamos?-le susurré en su oído, a lo cual negó de inmediato con su cabeza-bien, por hoy será todo, tengo que estudiar y tú tienes que dormir, te amo-me despedí de él con un beso largo y se fue a dormir como todo buen niño.