Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un amor que va más allá de la sangre. por Niche

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Al siguiente día de estar en ese lugar sin una sola diversión que ver la televisión me sacaron de allí, por fin podía regresar a casa. Por alguna extraña razón no me sentía yo mismo luego de salir de ese lugar, ya no me importaba absolutamente nada de lo que pasara a mi alrededor, inclusive la escuela la dejé por un lado. Absolutamente todo, solo me importaba estar en mi cuarto encerrado pensando en todo lo que iba a hacer. Al entrar pude ver a Axel que me seguía viendo de arriba abajo con aquellos ojos de preocupación igual que mi madre los cargaba cada que me veía.

Pasé por un lado de él sin si quiera decirle una sola palabra, no tenía aliento para hablar, lo único que quería era recostarme.

-Hijo, te prepararé algo para que comas-se dirigió mi madre hacía mí. Acerté con la cabeza sin detenerme.

Comencé a subir las escaleras algo lento pues no me sentía del todo bien.

-Axel, ayuda a tu hermano-él dejo de estar de espectador para pasar a ayudarme.

-No, suéltame-le dije en cuanto me sujeto la muñeca para proporcionarme ayuda.

-Déjame ayudarte hermano-siguió insistiéndome.

-No quiero tu ayuda-aquella mirada fija y matadora que siempre tuve la puse sobre él, cosa que hizo que me viera nuevamente con temor. Esta vez no sabía que era lo que pasaba por mi cabeza, pero ya ni Axel podía cambiar ese humor que tenía.

Subí las escaleras como pude y aun así me dirigí lentamente hacía el cuarto, debía de acostarme, tenía mucha pesadez en mis piernas. La otra cosa extraña es que ya no estaba deprimido, no me importaba ya nada.

En cuestión de minutos mi madre me había llevado la comida, era una sopa de verduras. En el hospital le dijeron que me diera lo más posible de hierro en los alimentos, para poder mejorar más pronto.

El día se pasó volando, ya que luego de dar unos cuantos sorbos a esa sopa me quedé completamente dormido.

-Dani-me despertó Axel con aquella voz que me encantaba-dijo mi madre que bajes a cenar, te preparo un guisado.

-Gracias-me senté en la cama sin verlo a los ojos, no tenía ganas de comer absolutamente nada.

-Papá no cenará otra vez con nosotros-escuché esa vaga voz de él junto a la puerta. Acerté  con la cabeza sin decirle una palabra más-B-Bueno, te espero en la mesa-salió sin decirme más. No tenía ganas de decirle una palabra.

Estábamos en la mesa y como siempre sin una plática decente. Ya nada era igual eso lo teníamos muy previsto los tres que estábamos allí.

-¿Cómo te sientes Daniel?-preguntó mi madre, parecía que quería hacer una pequeña plática.

-Mejor-dije luego de tragar el primer bocado.

-El doctor dijo que tenías que comer todo, apenas y tocaste la comida que te di en la tarde.

-No tenía hambre-cortante como siempre.

-Deberías de comer hermano-la única voz que quedaba sin decir una palabra habló.

-No he tenido apetito de nada-no tenía ni apetito, ni ganas de hablar así que el resto de la cena optamos por mantenernos callados.

Luego de un rato de haber recogido la mesa llego la única persona que faltaba en esa casa tan miserable. Mi padre, entró con una fachada de borracho, tenía su camisa desfajada y aquel olor a alcohol que se podía oler a metros.

-¡Marian, Marian!-entro gritando aquel hombre dueño de esa casa.

-Pero ¿Qué haces así?-preguntó mi madre en cuanto escuchó los gritos de él.

Axel se veía algo asustado al ver eso. La verdad es que era la primera vez que lo veíamos de esa manera, como creí, todo en este lugar se estaba saliendo de control y no me gustaba para nada, pero no era capaz de arreglar la situación ahora.

-Mírate nada más-se lamentaba esa mujer, como su fuera la causante de algo aquí.

-Tu ni me digas nada, esos, esos-apuntó con su dedo índice de la mano derecha a mi hermano y a mí-esos hijos nuestros, no los has sabido cuidar, y ¿sabes qué? Estoy cansado. Si muy cansado.

-Padre, tranquilízate-dijo Axel con su semblante de preocupación.

Yo me quedé callado, pues no tenía nada productivo que aportar a esa situación nada agradable para esta pequeña familia, que por lo visto ya estaba por quebrarse.

Di media vuelta ignorando toda clase de grito y me fui directo a mi cuarto cerrando la puerta. Aunque ya estaba lejos de allí podía sentir esa tención que no me dejaba en paz.

Quizá como hijo mayor debí de haber hecho algo por calmarlo, pero sentía que ya había hecho demasiado en esta casa por todos ellos, así que no planeaba meterme nuevamente a asuntos que aparentemente no me concernían o al menos eso sentía.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).