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Un amor que va más allá de la sangre. por Niche

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La buena noticia de haberme enfermado aquellos días de mi débil anemia fue que estaba en fin de semana y no fui capaz de perder tantos días de escuela.

Hoy si me preocupa, porque creo que ya me estoy reponiendo de eso, ya han pasado dos semanas luego de ese gran accidente que me hizo terminar en el hospital. Las cosas no iban mejorando, pero por lo menos se podría decir que están estables y no empeorando. Aunque las peleas entre mis padres no han cesado y eso es algo que aún mantiene intranquila la casa.

Desde que me pude recuperar seguí con mi vida rutinaria de llevar a Axel a su escuela, pero debo de decir que cada día que pasa me habla más, sin embargo trato de mantener la mayor distancia entre él y yo, sin embargo no hacemos una plática mayor a un minuto, no quiero volver a hacerle lo mismo, lo de antes, cuando lo lastimaba, aún tenía un poco del Daniel de antes y planeaba desaparecerlo para siempre.

-Nos vemos Daniel-Mérida se despidió de mí, como todos los días.

Al parecer ya casi todo el mundo se estaba olvidando de lo último que había pasado conmigo. Hablo de aquel día que me desmayé y que en ese momento media escuela prácticamente me acorralo justo antes de perder el conocimiento, en parte me alegraba eso, porque no estaba en boca de cada persona aquí.

Fui en el carro a la escuela de Axel, me estacioné justamente frente a la entrada y esperé alrededor de diez minutos para solamente verlo de nuevo junto a esa chica con la que una vez lo vi besándose. No di ni un vistazo más hacía esa dirección donde se encontraban ambos, no esperé mucho para escuchar el azoton de puerta que dio Axel al subirse al carro.

-Hola Dani-dijo poniéndose el cinturón.

-Hola-quité el freno de mano y comencé a conducir sin decirle una palabra más.

-¿Me viste con ella?-era obvio que se refería a la chica-yo solamente le hablaba de una tarea que nos dejaron-paré en un semáforo que para mi suerte se encontraba en rojo.

-Axel, está bien, no te estoy pidiendo explicaciones, yo hace mucho que dejé de pedírtelas-lo vi directo sin ninguna sonrisa que interfiriera para verme amable. Dirigí mi mirada hacía el semáforo que apenas se había puesto en verde.

Ninguno de los dos dijo nada de camino a casa. Era obvio que yo no quería discutir más con Axel, así que me mantuve callado hasta entonces.

-Hola madre-la saludé en cuanto la vi.

-Hola mis niños, ¿cómo les fue?

-Bien-ambos respondimos sin motivo de alguna coordinación. Aunque la verdad creo que ninguno de los dos estábamos bien, así que no dijimos una palabra más.

Nos fuimos a nuestros cuartos, yo tenía que hacer unas tareas y realmente no sabía que era lo que él haría, pero en ese momento no pensé un segundo en Axel, solamente me dediqué a hacer unas tareas y alguna hora de televisión que vi.

El día se había pasado volando sin que me diera cuenta. Una manera muy peculiar de que me diera cuenta de cuando se hacía de noche, era cuando mis padres comenzaban a discutir e irrumpían mi tranquilidad.

Esta vez parecían pelear por los gastos de la casa, realmente no se entendía todo bien, porque había puesto algo de música para ignorar aquellos gritos de ellos.

-Que fastidioso se ha vuelto vivir aquí.

Yo me mantenía sentado en mi cama, con mis codos sobre mis rodillas y con la cabeza mirando el piso, no sabía que era lo que tenía. Estaba con la cabeza echa un lio. La canción de Clock Strikes se llevaba perfectamente con mi vida en ese momento, cada letra, cada palabra me describían en ese instante que más mal la estaba pasando. “¿Qué esperabas? ¿Qué se está rompiendo? Nada es para siempre. Estás seguro de que es verdad. Si dices que no hay para siempre. Estarías solo y en el dolor”

-¿Dani?-escuché aquella voz de Axel por sobre la música.

-¿Qué pasa?-me levanté y apagué la canción.

-Quiero hablar contigo.

-Pues ya lo estamos haciendo-me noté indiferente.

-Quisiera que volviera Dani.

-¿A qué te refieres?-no entendía esa actitud suya que estaba tomando, porque se notaba muy serio y triste.

-¡Necesito a Dani!-me lo gritó algo molesto.

-¿Cómo que necesitas a Dani? ¿Me necesitas?

-¡No a ti, no al Dani de ahora!

-Axel, explícate porque no te estoy entendiendo nada.

-Ese Dani que se preocupaba por mí, que le importaba lo que hiciera, el que me decía “todo estará bien” cuando nada lo estaba-sus ojos se llenaron en lágrimas cuando me decía todo eso. Me quedé perplejo sin poder decirle una sola palabra-¡Quiero que vuelva, ya no lo quiero lejos!

-Nadie se ha ido-fue lo más congruente que fui capaz de responderle.

-¡Si, se fue y me siento tan solo sin él, lo quiero de vuelta, has que vuelta!-tenía su cara completamente roja y húmeda por las lágrimas que no las podía detener.

-¿Ese Daniel que abusaba de ti, ese que siempre te decía que hacer, ese que no te dejaba en  paz? ¡¿A caso extrañas a esa persona?!-se quedó callado con lo que le pregunté. Sonreí y moví mi cabeza de un lado a otro diciéndole que no-tu no quieres a alguien así-sus lágrimas no dejaban de brotar cuando me veía y escuchaba decir cada palabra.

-¿Por qué siempre me acostumbras a algo y luego me lo quitas?-salió de mi cuarto azotando la puerta y con aquellos pucheros de niño pequeño que siempre hacía cuando lo chiqueaba.

 


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