Dia 6: Mano
La mano de Bud era áspera, con callos y con marcadas cicatrices, una mano tan diferente a la suya a pesar de ser gemelos. Aunque ambos tenían piel pálida, sus uñas fuertes y afiladas para acabar con cualquier oponente a su paso, y aun así ambas habían pasado por situaciones completamente opuestas.
Las manos de Bud eran las manos de un campesino, un hombre trabajador, que se había fortalecido en la adversidad del clima, un hombre formado por las tormentas, por la caza, por la tala de árboles para conseguir leña.
Sus manos eran demasiado suaves, limpias, sin rastros de cicatrices, él nunca había pasado por luchar para sobrevivir, tuvo servidumbre que siempre se ocupaba de los más mínimos requerimientos.
— ¿Te gusta mi mano? — le interrumpió Alcor Z, no había pasado desapercibido para el que Syd miraba sus manos detalladamente desde hacía buen tiempo mientras se ocupaba de curar las heridas que persistían.
— No son como las mías — confeso apenado.
— Claro que son como las tuyas — dijo sereno poniendo su mano al lado de la de su gemelo —. Son iguales, igual en tamaño y tienen uñas asimiles
— Tu piel es…
— Es igual que la tuya — le recalco mostrando aquellas igualdades de ambas manos.
— Siempre sabes que decir — sonrió ante aquel cumplido, no podía negarlo, Bud parecía tener un sexto sentido, estaba más que claro que Alcor z se había dado cuenta que había comparado ambas manos y esto desato un sentimiento de culpa y desasosiego, y Bud claramente sabia como frenarlo, demostrándole que a pesar de sus deferencias de crianza seguían siendo iguales.
Bud asintió con la mirada mirando a Syd, y comparo ambas manos, para cualquier con vista entrenada ambas manos eran distintas a pesar de aquellas igualdades. La mano de Syd se sentía suave al tacto en comparación con la suya, que estaba áspera, las uñas de Syd eran fuertes y se veían brillantes, las suyas estaban cortas, porque simplemente la vida como aldeano le impedía cuidarlas mejor.
Se levanto de la silla y fue directo a una mesita donde había frascos con medicinas varias, todas hechas a mano por el propio Bud con hierbas medicinales que conocía. Saco un pote de color verde y de olor fuerte, se unto un poco en la mano y regreso a sentarse en la silla, para tomar las manos de Syd y esparcir en ella aquella crema de color verdosa y olor fuerte.
— Huele fuerte, como a medicina concentrada con alguna hierba que potencia el mal olor — exclamo con desagrado.
— Es una crema para la piel — explico mirando la mueca de desagrado.
— Huele mal.
— No te quejes, huele a menta, no es mal olor— corrigió frotando su mano a la de Syd, haciendo que la crema penetrara la piel.
Al terminar con su labor en el cuidado de las manos de Syd, Bud se levanto y fue directo a la cocina para hacer la merienda. Aprovechando que su hermano acababa de irse, Mizard comenzó a frotar su mano contra las sabanas para quitarse aquella crema.