La cabaña se encontraba sumida en la oscuridad, solo la chimenea emitía una pequeña pero nítida fuente de luz. Recostado en la cama miraba hacia el techo, solo pudo notar oscuridad, al girar la cabeza vio la ventana, afuera el paisaje era igual, un bosque cubierto por la noche y al girar hacia el otro lado, vio las sombras donde la luz no llegaba siquiera.
— Bud... ¿Estás ahí? — pregunto temeroso.
Su respuesta fueron un par de pasos, de una imagen casi espectral, saliendo de aquella esquina cubierta por la oscuridad de la noche, donde la luz siquiera llegaba a aparecer. No dijo palabra alguna, solo salió de su escondite, de una manera sigilosa, ni un solo sonido llego a escucharse.
Aquel hombre de aspecto alto y musculoso no tenia la apariencia que reconocía de su hermano, sus ojos miraban distintos, era aquella mirada que recordaba cuando lo vio siendo su sombra como guerrero de Z, mirada agresiva, orgullosa, Arrogante. Sus pasos eran imperceptibles, se acercaba cuan animal de caza a su presa, asechando con la mirada.
— Bud — exclamo temeroso al verlo acercarse amenazadoramente.
En un solo movimiento llego hasta el, colocándose encima, podía sentir la respiración de aquel asechándole. Sus piernas se encontraban a cada lado de la cintura, y lo miraba de manera agresiva. Le dedicaba una sonrisa siniestra mientras lo aprisionaba en la cama, con los pies a cada lado de su cintura que le impedía moverse y sus manos aferrándose a sus brazos.
— Bud...me lastimas.
— ¿Qué pasa Syd? — pregunto sonriendo de manera cínica y sin dudarlo se acerco a lamerle la oreja.
— Hermano — exclamo desesperado—. No por favor...quítate.
— He hecho mucho por ti syd — le susurro al oído —. He curado tus heridas anteponiéndolas sobre las mías, yo también resulte herido... debes pagarme las atenciones, querido hermano.
— No...por favor — partió en llanto desesperado —. Por piedad...soy tu hermano.
— ¿Qué pasa Mizard? — pregunto mirándolo con enojo —. Querías encamarte con Dubhe, te vi cortejándolo.
— Era mi amigo — respondió alterado.
— No...yo te vi, a tu sombra no puedes ocultarle nada — susurro antes de besarlos violentamente —. Te le refregabas para tocarlo, te acercabas para que te tocara.
— No es verdad... era mi amigo...mi amigo...déjame...déjame...
— Quieres sentir a un hombre de verdad...cumpliré tu deseo, sentirás a un hombre — susurro mirándolo a los ojos.
Entonces en el forcejo lo noto, sus ropas ya no estaban, las sabanas habían desparecido, y las ropas oscuras que su hermano llevaba también. Ambos cuerpos estaban desnudos, podía sentir la potente erección de su igual, mientras este levantaba las caderas. Forcejeo con todas sus fuerzas para evitarlo, pero su cuerpo no se movía, se resistía al movimiento, lloro desesperado buscando hacer a su hermano recapacitar de lo que haría, pero este se veía mas decidido, su sonrisa lo delataba.
Llorando impotente, imposibilitado de resistirse solo se rindió ante lo inevitable, fue cuando escucho una voz llamándolo — Syd, Syd — se escuchó un grito que parecía lejano que se acercaba —. Despierta Syd.
Despertó sobresaltado, sentándose de un salto en la cama, se sentía desorientado. Intento levantarse, pero una mano en su pecho lo de tubo, busco la mirada al dueño de la mano, encontrando a su hermano gemelo acostado a su lado — Hermano — grito abrazándolo.
— Solo fue una pesadilla — le susurro confortándolo —. Mientras estés aquí nunca permitiré que algo malo te pase.
— ¿Y si eres tú el que me hace daño? — pregunto sollozando.
— ¿Qué yo que? — exclamo sorprendido.
—¿Cómo voy a pagarte todas las atenciones que has para conmigo?
— No me debes nada Syd — le respondió levantando la cabeza de su igual desde el mentón —. Yo estoy emendando un error que cometí.
Alcor Z sonrió, dando le esa tranquilidad que esperaba Mizard, esa sonrisa, esa mirada esa suficiente para saber la clase de hermano que tenía, alguien incapaz de llevar a cabo hasta sus peores temores. Syd se abrazó buscando aquella protección tan única que Bud le daba, sintiendo el aroma de la camiseta negra que su igual llevaba como pijama, agradeciendo a Odín por tener un hermano como lo era Bud, ajeno al rencor del pasado, un Bud completamente distinto al que conoció cuando fue dios guerrero de Z, y esperaba nunca conocer a ese Bud que había quedado sepultado en el pasado.