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El camino del sucesor por minima

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Los minutos pasaron, el silencio reinaba en el lugar, tanto Yue como Jack se miraban fijamente, los bots del lugar estaban estáticos, algunos analizando el campo que se creó gracias al Chi del recién llegado mientras otros se preparaban para cualquier decisión de su amo.

Jack estaba confundido, toda la información recibida pasaba por su mente de manera vertiginosa, los pros y contras se enumeraban cual diagrama en su ágil conciencia, todas las variables y cambios que podrían surgir, como si de una súper computadora se tratase.

-Oye, esto es más difícil de lo que esperaba- soltó el pelirrojo mientras apartaba su vista de su “invitado” -es decir, me estas ofreciendo poder, sabiduría y quien sabe que más, pero no me estás diciendo el precio- razonó con veracidad, desde que conoció a Wuya, a Chase y a Hannibal, se ha dado cuenta de que no todo es perfecto, siempre existe un precio a pagar, un precio que el joven, no tan joven, frente a él aún no ha dicho.

-¿Precio?- soltó el dragón de metal mientras le miraba extrañado, aquello le tomó por sorpresa ya que no le ofrecía un trato, si no, tomarlo como el nuevo dragón, quizás debía ser más específico “creo que no me estas entendiendo pequeño, no te ofrezco un trato, lo que te ofrezco es algo que te pertenece por derecho- simplificó las cosas mientras se levantaba y limpiaba su rostro con su kimono “yo fui tu antecesor, en estos momentos quiero darte mi poder y al fin lograr ascender, si esto fuera una especie de trato te impondría alguna condición o cambio “equitativo”, lo cual, dicho sea de paso, no planeo imponer o pedir- explicó de manera calmada tomando sus propias manos a modo de plegaria frente a su pecho “solo quiero dejar este mundo, por eso, te pido me ayudes- rogó mientras cerraba sus ojos, implorando a todas las deidades que conocía por la respuesta del menor.

-No lo sé, según tus palabras, me convertiría en un inmortal, vería a todos perecer y me quedaría solo, además, por muy tentador que suene, debe haber algún tipo de trampa en todo esto, no por nada conviví con una bruja y liberé, sin querer, un antiguo mal- comentó el ojos de rubí mientras llevaba una mano a su mentón.

-Sabes, he esperado muchos milenios para poder conocerte, ¿Qué son unos días más?- dijo el joven de ojos grises mientras sonreía -puedo darte el tiempo que quieras Jack, jamás te obligaría a elegir, quizás esto no sea muy ortodoxo de mi parte, pero no quisiera imponerte algo como se me fue impuesto a mí- comentó mientras Jack le miraba de reojo, con la duda brillando en sus irises “a mí me obligaron a ser el dragón de metal, bueno, no tenía muchas elecciones en ese momento, pero si tu no lo deseas ser, lo entenderé, ya he estado tres mil años esperando, que son tres mil años más, ¿verdad?- soltó sin más mientras el albino le miraba extrañado, ¿Qué clase de lógica estaba usando ese ser frente a él?, de un momento a otro, la respuesta llegó a su mente.

-¡Hey!, no trates de manipularme emocionalmente, ya pasé por eso cuando mamá intentaba que le acompañara a sus desfiles y fiestas costosas- le recriminó mientras su acompañante chasqueo la lengua, tal parece que fue descubierto.

-Je, eres el segundo que descubre mis malas mañas- dijo con una sonrisa divertida mientras Jack inflaba su pecho con orgullo por descubrir aquello “pero, por más que intente ser persuasivo, esta es tu decisión, yo solo puedo esperar y respetar- afirmó el mayor mientras tomaba sus cosas y procedía a salir de la mansión.

-¿A dónde vas?- preguntó el albino mientras el ojigris se detenía en la puerta y se giraba a verle.

-No deseo acondicionarte a ninguna respuesta, solo me marcharé unos días para que lo puedas pensar calmadamente, quizás dormir entre los árboles y disfrutar de la brisa nocturna sea agradable- comentó sin más mientras abría la puerta, la cual fue cerrada por un Jack-bot.

-Tengo una habitación disponible, puedes quedarte si quieres, además, tengo demasiada curiosidad como para dejarte ir- habló seriamente el albino mientras el dragón de metal celebraba en su mente por tener una cama caliente y cómoda donde dormir.

-Si así lo deseas, no me negaré- habló con tranquilidad y amabilidad, sin embargo, Jack sacó de sus bolsillos unos tornillos y los extendió frente a él.

-Sin embargo, a pesar de todo ese despliegue de magia y de que nuestras almas se reconozcan, debo ver pruebas fehacientes de que dices la verdad, de que esto no es solo un timo más- habló con seriedad mientras dejaba caer los pequeños metales al piso, los cuales nunca tocaron.

Ante el asombro del albino, se vio como los tornillos se elevaban frente a él, como lentamente cambiaban sus formas de manera rápida y precisa, como se mezclaban como si fueran líquidos y, al final, se viera la forma de un hermoso dragón enroscado en miniatura, la cual descendió a sus manos.

-De haber tenido más metal podría hacer algo un poco más impresionante- comentó el joven con una sonrisa confiada, hacía milenios que no usaba su elemento solo para jugar, se sentía bien poder expresarse un poco.

-¿Podría yo hacer esto?- preguntó con incredibilidad, jamás había visto un sólido moldearse como si fuera líquido para formar nuevas estructuras, aquello fue fascinante.

-Con el debido entrenamiento, con mucho tiempo libre y algo de imaginación, podrías ser capaz de crear cosas magnificas sin despeinarte- aseguró el chico mientras una sonrisa brillaba en los ojos del albino -quizás pueda contarte algunas cosas de mi pasado como dragón, pero temo que el ocaso ya ha caído, deberíamos comer y descansar para el alba venidero- habló formalmente mientras Jack le miraba con una ceja alzada.

-Hablas raro- sentenció el menor antes de indicarle a uno de sus Jack bots que prepararan una habitación para el recién llegado y mandaba a Robo-Jack a cocinar algo rápido.

El primer día de los jóvenes fue curioso, mientras más aprendía el joven Jack de su invitado, más a gusto se veía con la promesa de ser un dragón de metal, sin embargo, la duda y el miedo seguían presentes, que un ser milenario te ofreciera algo sin pedir nada a cambio seguía pareciendo un sueño, por ende, prefería irse por lo seguro.

Los días de convivencia entre ambos fueron amenos, mientras que Jack le enseñaba su laboratorio y las maravillas del siglo veintiuno, el joven monje le explicaba y narraba sus antiguas glorias como cuando lucharon contra un perro demonio o la vez que hizo una travesura en el templo y regañaron a un perro por dicha acción.

-No te creo, ¿realmente lo regañaron?- preguntó con una sonrisa en su rostro el menor.

-Pues claro, todos perjuraban que era un ser mitad demonio que fue mandado para distraernos con su ternura innata, la única que se dio cuenta de la mentira fue Shui, quien guardó el secreto por que se le hizo gracioso ver al Gran maestro hacer un ritual de purificación de grado siete a un simple perrito- respondió con gracia, ese día se había hecho la promesa de no volver a esconder los pergaminos sagrados ni tocar las plantas medicinales del maestro, no querían otro exorcismo tan masivo sin razón aparente.

El tiempo pasó volando para ambos jóvenes, quienes se conocían aún más, siendo honestos y llevando una buena convivencia, según Jack, jamás había tenido tanta alegría desde que se unió a los duelos, siempre estaba solo y ver que alguien soportaba sus peroratas sin interrumpirle fue simplemente gratificante.

Ya habían sonado tres alarmas de Sheng Gong Wus, sin embargo, el menor decidió quedarse con el mayor, aprendiendo sobre el metal y sus cualidades, jamás había tenido ese tipo de convivencias con Wuya, era algo nuevo, se preguntó si todos los maestros eran así con sus alumnos, se preguntó si Wuya podría haber sido así con él, sin embargo, con dicho pensamiento, una triste mueca se posicionó en su rostro, recordando todos los insultos y malos tragos que le dio unirse al Heylin.

-Y yo le dije, ni si quiera lo intentes, y que crees, Wang se comió aquellas flores, quien diría que el dragón de fuego no soportaba los sabores picantes- se rio al recordar aquella anécdota, donde le mandaron a cuidar unas flores por dos días, sin embargo, olvidaron darles alimento y su acompañante, el dragón de fuego, no vio nada mejor que probar dichas plantas “entonces Shui... ¿Jack?, ¿Qué pasa pequeño?- preguntó al ver que el albino no había reaccionado a su historia, cosa curiosa puesto que era quien más reía de las desgracias ajenas.

-No es nada- soltó el pelirrojo mientras una mirada acusadora junto a una ceja alzada le miraban con sospecha “bueno... es solo que, desde que llegaste, las cosas han cambiado mucho- comenzó a decir mientras se acomodaba un poco en su lugar, ya que estaban en su laboratorio “digo, desde que me uní a esta lucha por los Sheng Gong Wus, no he tenido tiempo para disfrutar de mi día a día, además, Wuya nunca me entrenó realmente, solo me enseñó lo básico, que era ser traicionero, desleal y aprovechado, siempre creí que eso era suficiente para ser un villano reconocido- habló mientras un suspiro salía de sus labios “pero contigo, siento que estoy donde debo estar, que no importa cuánto me equivoque ni cuan mal lo haya hecho, siempre me animas a seguir intentándolo, que piense las cosas de manera diferente, como con lo que pasó con el proyecto Alpha o los planos de Miriam- dijo el joven sintiendo una presión en su estómago -¿realmente, no importa la facción que tome?, ¿estoy haciendo las cosas por qué quiero?, ¿realmente... soy alguien útil?- finalizó mientras sentía que sus miedos internos lo atrapaban, sintiéndose pequeño e insignificante.

-Jack, no importa lo que desees ser, sigues siendo tu- animó al menor mientras tomaba el mentón ajeno y le hacía verle a los ojos “eres alguien muy inteligente, muy habilidoso, también tienes madera, o metal en este caso, de convertirte en lo que desees, quizás esa bruja nunca lo entendió, pero el tener un estudiante, un discípulo o un novato a tu cargo es como tener un hijo, nunca le dejas de lado, quizás a veces debas ser duro con él, pero eso no quita que tu deber es guiarlo y aconsejarle, no obligarle a tomar decisiones difíciles sin estar preparado- habló con sabiduría mientras recordaba a su maestro “un hombre sabio me dijo una vez; yo te daré herramientas, pero lo que hagas con ellas será lo que definirá como persona, en ese momento entendí que el solo quería que me auto cultivara por mi cuenta, claro está que debía obedecer las reglas del monasterio y ser un guerrero del bien, pero mi maestro nunca me obligó a nada, no así como lo hizo el maestro de Shui, quien le obligaba a ver solo la luz y aborrecer la oscuridad, creo que ahora entiendes por qué le tenía tanto pavor a los muertos vivientes- le explicó mientras le sonreía con cariño -en este mundo no importa lo que decidas ser, ni las cosas que haces, lo que realmente importa es disfrutar de tu vida, tomar las decisiones y realizar las acciones que creas son correctas, aunque todo el mundo te diga que está mal, si tú crees que es correcto y te hace feliz, entonces, con disculpas a mis antepasados y mis antiguos maestros, el mundo puede irse al mismísimo infierno- aconsejó mientras besaba la frente de Jack, quien se sonrojó pero sonrió con timidez, jamás le habían dicho esas cosas antes.

-Entonces, si decido seguir con el camino del mal, ¿no te molestaría?- preguntó con cierto temor mientras el mayor suspiraba, pensando su respuesta.

-Mira, quizás si sea algo incómodo, pero si así lo deseas, entonces solo deberé alentarte, si deseas ser el mayor villano que ha conocido el mundo, adelante, pero no por eso perderás tu norte, ser bueno o malo no es cuestión de un día, son años de planeación o entrenamiento, son estilos de vida, a mí me impusieron ser bueno, aunque no negaré que la maldad si intentó tentarme unas cuantas veces, como esa vez donde un demonio intentó cortejarme- contó mientras Jack le miraba atentamente “ya habían pasado seis años desde que me uní al templo, apenas había cumplido los diecisiete, en esa época nos habían mandado a hacernos cargo de un demonio que devoraba a mujeres y niños, el cual fue invocado por un hombre quien fue engañado por su esposa, la idea era simple, llegar, distraer al demonio, encontrar al invocador y purificarlo para que el demonio volviese al inframundo- relataba mientras hacía figuras de metal para hacer más didáctica la historia “cuando llegamos, lo primero que hizo Shaiming fue plantarle cara al demonio, quien lo vio en menos, simplemente le ignoró y siguió buscando presas, créeme, Shaiming podría ser un líder, pero a veces se comportaba como un niño mimado- se jactó mientras recordaba la rabieta que hizo por no ser tomado en cuenta “Luego de eso nos plantamos frente al demonio, fue en ese momento cuando él me vio, pude ver en sus ojos una emoción desconocida para mí, claro está que ahora sé que eso que vi era lujuria, pero en ese entonces era tan inocente- se quejó mientras recordaba muchas jugarretas de sus amigos en ese tiempo que su inocencia no captó- pero bueno, sigamos, ese demonio se deshizo de todos mis compañeros y a mí me dejó al final, con solo mover sus manos hizo aparecer montañas de oro, comida abundante y cientos de flores, podía ver que sus intenciones eran cortejarme, yo no sabía nada de eso y simplemente me negaba a sus acercamientos y, sin querer, me convertí en la distracción perfecta mientras los demás buscaban al hombre poseído, créeme, nunca había visto a Kun tan celoso en su vida, ni si quiera cuando Shaiming intentaba llamar mi atención paseándose sin camiseta frente a mí, en fin, al final logramos desterrar al monstruo, aunque, recuerdo sus palabras un poco distorsionadas, donde me ofrecía el mundo y los infiernos, a pesar de que era un ser diabólico, debo decir que si fue romántico- finalizó mientras se sonrojaba un poco y tapaba su sonrisa con el dorso de su mano.

Desde que se había quedado con el menor, este le ofreció ropa cómoda, ropas que resaltaban su figura entrenada y acentuaban su rostro andrógino, el joven se sentía bien con su kimono, pero lucir nuevas prendas era algo que su cuerpo aceptaba con deleite.

-Entonces, ¿un demonio todo poderoso intentó cortejarte y solo te negaste?- preguntó el albino mientras el joven asentía con gracia “realmente eres fuerte, si Chase me pidiera eso, caería redondo- soltó sin cuidado mientras el ojigris le miraba extrañado.

-¿Quién es Chase?- consultó mientras el menor quedaba callado y una ola de nerviosismo se apoderaba de él.

-Emmm, bueno, es algo difícil de decir- intentó excusarse, sin embargo, el escuchar la puerta metálica de su laboratorio cerrarse y ser asegurada por el pestillo le hizo rendirse, aún más por la sonrisa tranquila que su acompañante le daba “es el príncipe Heylin, un ente oscuro que renuncio al Xiaoling y a su humanidad por poder e inmortalidad, mi abuela Spicer siempre me contaba historias de él y, siento una gran admiración por él, siempre quise que me tomara como su aprendiz, sin embargo, creo que eso nunca sucederá- comentó con pesar mientras un suspiro salía de sus pulmones antes de continuar “el solo tiene interés en Omi, el único monje Xiaoling que, a pesar de ser molesto, es amable conmigo, quizás me vea como una figura paterna o como un amigo, ¿es normal tener celos de una bola de queso?- preguntó mirando a su acompañante con la duda en sus ojos.

-No lo sé pequeño, a pesar de ser longevo, nunca me encontré con ese tal Chase, tampoco conozco a ese joven monje, pero lo que sí puedo decir, es que es normal querer la atención de alguien que idolatras, algo así me pasó con Shui cuando la conocí, realmente quise ser tan buen guerrero como lo era ella, pero se llevaba tan malditamente bien con Xiaoli que me daban celos por no ser tomado en cuenta, claro, años después me enteré el por qué se llevaban tan bien, pero ese es un secreto que me llevaré a la tumba- sentenció mientras el albino suspiraba, cuando el dragón de metal decía eso, no había fuerza en la tierra que le obligara a decirlo “pero bueno, es normal que sientas celos por qué quieres atención- reafirmó mientras tomaba las manos de Jack “yo creo, con el tiempo necesario, que el té prestará más atención que al joven monje, pero dependerá de ti si quieres dicha atención o no- le comentó mientras Jack sentía sus esperanzas renovarse, aquello era lo que deseaba escuchar, que alguien le diera apoyo incondicional y con sinceridad, realmente se sentía tan bien como nunca.

Los días pasaron y ya había pasado una semana desde la convivencia de ambos, Yue se encontraba en el patio trasero, sentado en flor de loto, jugando piezas de metal al son de una pequeña caja de música, la melodía era nostálgica, sin embargo, el dragón de metal la oía con amor y cariño mientras las piezas de metal danzaban entre ellas, durante el tiempo de convivencia, muchos pájaros negros habían pasado por allí, todos con el mismo destino que el primero que sintió el longevo monje, su energía y Chi le permitían saber cuándo una criatura era manipulada por magia y, la forma más segura de mantenerse a salvo, era deshaciéndose de ellas, quizás no sea una acción digna de un monje, pero en la actualidad, le importaba poco o nada el serlo, solo tenía un propósito y esperaba fuese cumplido pronto.

En ese instante sintió el alma resonante de su “aprendiz”, quien le miraba desde la puerta, escuchando la melodía, la cual fue silenciada en un movimiento de manos por parte del dragón de metal, sorprendiendo al joven genio tras él, luego de unos segundos en silencio, el mayor habló.

-¿Puedo serte de utilidad Jack?- le preguntó girando su cabeza mientras el pelirrojo se acercaba y se sentaba frente a él.

-Yo... tomé una decisión- habló con determinación mientras el mayor le escuchaba atentamente “quiero convertirme en el dragón de metal- sentenció mientras el ojigris esbozaba una sonrisa de sus labios junto a algunas lágrimas que salían de sus ojos.

-¿sabes?, esperé miles de años para oír esas palabras- comentó el longevo mientras se limpiaba las lagrimas y le sonreía con ternura “pero quiero serte franco, el camino que haz escogido no será un campo de rosas- afirmó mientras suspiraba y se abrazaba a si mismo “la soledad que experimenté estos años es algo que nadie debería sufrir, la inmortalidad obtenida por el Chi del dragón de metal es una bendición, así mismo como una maldición, pero se que serás fuerte Jack- habló mientras tomaba las manos del pelirrojo y este le sonreía con tranquilidad.
-he aprendido mucho de ti en este corto tiempo- habló el albino mientras apretaba las manos de su maestro “te prometo que seré feliz, entrenaré cada día y no permitiré que esto vuelva a suceder, te lo prometo- habló de corazón mientras el mayor sonreía con lagrimas saliendo de sus ojos, sintiendo la libertad cerca, pero, a su vez, tristeza por dejar tan pronto al que fue su pupilo, deseaba quedarse, pero su tiempo se había acabado y era momento de que otro dragón de metal existiese, esas eran las reglas.
-Oh Jack, eso me haría sumamente feliz- habló con honestidad mientras el albino asentía -entonces, creo que es el momento del adiós- dijo el dragón mientras se alejaba de su acompañante -pequeño, antes de irme, te pediré algo sencillo- dijo mientras movía sus manos y la caja que siempre llevaba consigo junto a la caja musical se posicionaban flotando frente al albino “cuídalos por favor, son lo único que quedará de mi existencia, dentro de la caja hay pergaminos y diarios que te ayudarán con tu entrenamiento, también unas cuantas cosas que guardé por mero sentimentalismo, espero no sea demasiado- comentó mientras el pelirrojo negaba con una sonrisa, aceptando los objetos “entonces, espero que logres ser feliz Jack, más feliz de lo que yo llegué a ser y recuerda esto- le llamó la atención mientras una sonrisa florecía en sus labios “estoy orgulloso de ti y estaré orgulloso de tus decisiones, sin importar si quieres ser un protector del bien o el villano más temido de todos- habló con entusiasmo mientras guiñaba un ojo a modo de complicidad “hasta siempre, Jack- finalizó antes de elevar su Chi y comenzar con el que sería su ultimo ritual.

Primero realizó movimientos fluidos, como si moviera olas de energía a su alrededor, posteriormente, una luz se fue formando frente a él, se podía ver como el cuerpo del dragón de metal iba envejeciendo, tomando su longevidad y su poder, ya cuando solo quedaba un pequeño anciano de cabellos blancos y ojos velados, fue que dio su último suspiro antes de enviar la bola luminosa a Jack, quien la recibió de lleno en su pecho, sintiendo la calidez y cariño de esta, en ese momento, pudo ver como el cuerpo marchito de Yue se convertía en polvo plateado, dejando atrás el alma del antiguo dragón de metal, quien le veía con una sonrisa, leyó de sus labios mientras el alma se alejaba, sin embargo, una segunda visión apareció por detrás de Yue, un alma de cabellos negro azulados y ojos color brea, en cuanto Yue se giró, pudo ver como la segunda alma le abrazaba desde su cintura con posesividad, mientras los brazos de Yue se colgaron en su cuello, ambos se miraron con amor y añoranza antes de juntar sus labios y desaparecer en una tenue luz.

Para Jack, aquello fue realmente hermoso, ver como dos almas por fin se re encontraban y se amaran de esa forma le llenó de regocijo en el alma, tal fue su alegría que, del polvillo plateado que dejó su “amigo” y “maestro”, se creó una figurilla, de un dragón plateado y otro negro, ambos entrelazados y con sus cabezas juntas, aquello le sacó un sonido de asombro, puesto que el mismo sintió que la hizo con sus emociones, simplemente la tomó y entró a su mansión con una gran sonrisa, tenía mucho que investigar.
Notas finales: Notas:
Minima: Ya conocemos mejor a Yue, personaje que es fácil querer en mi opinión, pero también tuvimos que decirle adiós en este cap, ¿alguien quiere un pañuelo? Yo necesitaba uno cuando leí esta parte snif. Ahora comienza el camino de nuestro Jack con sus nuevos poderes.
Kaoru: *secandose las lagrimas* pobre de mi Yue, aun que Minima y yo lo creamos para este final, debo decir que pudo haber tenido más potencial, en fin, no se le quitará lo muerto, sin embargo, Yue será muy importante a futuro, tanto para Jack como para la historia, esperamos, de corazón que lo hayan disfrutado y, solo para hechar más sal en la herida, y por que se que Minima me matará por esto, Yue murió para vestir santos (en buen castellano, murió virgen, sin saber lo que es hacer el amor), espero que en el más hayá lo arregle... quizás XD, en fin, muchas gracias por su tiempo, nos vemos en una semana queridous

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