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Lagrimas de Luna por Seiken

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Violate veía ese intercambio en silencio, perdida en su propio mundo y en su oído por esa mujer llamada Pandora, por ese otro alfa que parecía un halcón o un buitre, un ave monstruosa a punto de caer sobre sus víctimas. 

 

Comprendía que ese omega rubio que se suponía que debía proteger no estaba dispuesto a recibir esas caricias e intentaba apartarse de su esposo de cabello rosa, haciéndole pensar en alguien más, acorralando de esa forma a otro omega. 

 

Por quien daría su vida y a quien se había entregado, solo para demostrarle que lo veía como su igual, aunque pensaba que desde el primer día en que estuvieron juntos, se lo demostró. 

 

Habían pasado dos celos en los cuales lo custodiaba sin mostrar sus sentimientos para él, su asombro, al mismo tiempo que ocultaba su deseo, después su amor, no quería que pensara que todo alfa que hablaba con él, terminaba deseando su cuerpo. 

 

Aunque era hermoso, nunca había pensado que esa fuera una señal adecuada para nadie, porque ella misma odiaba a cuánto alfa o beta pensaba que solo porque era hermosa, debía aceptar su cortejo. 

 

Y sin embargo, cada instante que recordaba un poco de ese omega, de su amado, volvió a perder sus recuerdos, como si algo ajeno a ella le evitará moverse como algo más que un maniquí. 

 

Las caricias de Valentine iban en aumento, sus besos, sus manos en su cintura y aunque Radamanthys trataba de apartarse del hombre de cabello rosa, apenas podía sostenerlo, alejándose un poco más, hasta que por fin cayó del asiento donde se encontraba, jadeando. 

 

-Basta… 

 

Valentine al sentirse rechazado entrecerró los ojos, molesto, era su esposo, había hecho todo lo que estaba en sus manos para que Radamanthys estuviera a salvo y aun así, lo rechazaba, hasta el punto de caer al suelo, únicamente para separarse de su lado. 

 

-¿Me sigues rechazando? 

 

Le pregunto levantandose del asiento, como si quisiera darle una leccion, con la misma actitud que tuvo en el automovil, haciendo que Radamanthys recordara su decision de darle por su lado, pero, no deseaba tener relaciones sexuales en ese sitio, mucho menos enfrente de esa mujer de cabello negro. 

 

-¿Todo por ese alfa no es verdad? ¿Por ese saco de pulgas? 

 

Radamanthys negó eso, no era por él, aunque era hermoso y ese sueño le pareció maravilloso, sabía que solo era una ilusión, ese otro licántropo debía estar equivocado, era imposible que le deseara, que tan siquiera pensara en ayudarle, no eran más que desconocidos. 

 

-Yo no lo conozco, no se quien era ni porque quiso ayudarme… 

 

Era cierto, él no lo conocía, ni sabía porque se enfrentó a esas cosas únicamente para intentar ayudarle, porque dejó su aroma sobre su cuerpo y porque se transformó en ese lobo de pelaje oscuro, simplemente no lo entendía. 

 

-Tenías su aroma en tu cuerpo… 

 

Radamanthys negó eso, comprendiendo exactamente qué era lo que estaba insinuando con esas palabras, él no había compartido su lecho con Kanon, era en lo que menos pensaba cuando estaba consciente, porque el sueño no contaba. 

 

-Escape con otros dos omegas… robamos un auto, pero se descompuso y después… ellos nos dieron un aventón, eso es todo… no sucedió lo que supones, ni siquiera se quien es. 

 

Valentine dio otro paso en dirección de Radamanthys quien solo le veía perplejo, escuchando un solo paso de la mujer de cabello negro, que estaba como perdida, pero parecia que deseaba protegerlo de alguna forma. 

 

-Sólo… sólo he tenido sexo contigo… y… 

 

Debía encontrar la forma en que Valentine cambiara de actitud, dejara de pensar en él compartiendo su cama con Kanon, que aunque era hermoso, no sabia quién era él ni qué pensaba de su persona, no deseaba un alfa, no por el momento. 

 

-Y no me he sentido bien… nada bien, mucho menos en las mañanas. 

 

Estaba embarazado, sabía que era de Valentine, quien se detuvo al escuchar esas palabras, ver cómo llevaba una mano a su vientre, como buscando algo, controlando sus celos, su enojo. 

 

-Pense que eran las medicinas… pero después de no tomarlas, aun seguía esa molestia y aun seguira… no se… no se que se supone que pase durante un embarazo. 

 

Valentine ladeo su cabeza, confundido, y como si su cuerpo decidiera cooperar con él, los malestares empezaron de pronto, haciendo que llevara una mano a su boca, moviéndose entonces tan rápido como lo pudo buscando algo donde devolver el estómago, tomando un viejo jarrón, no le importaba que era, solo que su cuerpo comenzaba a desahogarse, frente la mirada atónita de su esposo. 

 

-¿Qué le está sucediendo? 

 

Violate le observaba recordando una época en la cual, ella también sufrió esa clase de malestar, escuchando unos pasos apresurados, de dos sirvientes, quienes se dedicaban a cuidar del omega rubio desde su niñez, el nombre de uno de ellos era Queen y el otro Gordon. 

 

-Busquen a un doctor. 

 

Fue la orden de Valentine, quien observó cómo Queen le daba un poco de agua a Radamanthys para que se enjuagara su boca, quien se veía algo débil, bastante descompuesto. 

 

-No quiero que mi omega esté enfermo. 

 

Llamarían a Luco, pero no había demasiado que buscar o qué ver en ese momento, aunque Queen suponía que Radamanthys estaba embarazado, por eso estaba devolviendo su estómago en ese momento de la mañana, después de darse un baño, cambiar su ropa. 

 

-Mi señor Valentine, no quiero apresurarme, pero creo que su esposo está embarazado… son náuseas matutinas y durarán varios meses. 

 

Radamanthys asintió, estaba embarazado, lo sabía, no era la primera vez que sentía ese malestar y había empezado hacía pocos días, en el hospital, en donde pensó era por culpa de la medicina que le daban, pero ese no era el caso. 

 

-El primer niño de los Barentain-Walden, es el culpable de esto… ya te lo dije, estoy embarazado… 

 

Valentine al ver la expresion de Radamanthys, que no era una de júbilo y la expresión de sus dos sirvientes, a los que había decidido mantener en esa mansión, supo que no era una mentira, no lo estaban engañando, su amado señor si estaba embarazado. 

 

-Espero a tu hijo… tu heredero… 

 

Esperaba que con eso controlara su molestia, que regresara a ser el Valentine obsesionado con él, con su bienestar, no con su cuerpo y su deseo por hacerlo suyo, a pesar de sus deseos. 

 

-¿Un niño? ¿Nuestro? 

 

Radamanthys asintio, un niño suyo, despues de todo, sólo habia tenido relaciones sexuales con él, con nadie más y no sabía que hacer en ese momento, para no regresar a su lecho en ese instante. 

 

-Si, un niño nuestro… 

 

Valentine tardo un poco más en digerir esa noticia, sonriendo inmediatamente, cualquier molestia o celos que pudo sentir, de pronto se borraron de su mente, avanzando hacia él, para rodear sus hombros, con fuerza, con afecto que le hizo sentir enfermo, pero eso era mucho mejor, que su furia, se dijo en silencio. 

 

-Mi amor… mi señor… un hijo nuestro, un hermoso hijo nuestro… 

 

Queen al ver la expresión de Radamanthys, como deseaba apartarse de su esposo por obvias razones, se atrevió a carraspear un poco, llamando la atención del hombre de cabello rosa, que le vio sorprendido, preguntándose qué era lo que deseaba. 

 

-Lo mejor es que descanse unas horas, hasta que llegue Luco y nos diga cómo debemos tratarlo durante su embarazo… 

 

Valentine asintió, le dejaria descansar algunas horas, dormir en su habitación, esperando que notara los cambios, que le gustaran, porque todos los objetos que quitaron de esa habitación los movió a un estudio conjunto, donde su omega, podría seguir su educación, la que se quedó a medias por culpa de ese anciano que deseaba destruirlo. 

 

-Esta bien, pero no deseo dejarlo solo… yo estaré en nuestro estudio, así podré asegurarme que mi señor está a salvo. 

 

El deseaba estar solo, pero no creía que por el momento pudiera disfrutar de su soledad, no sería libre de Valentine hasta no sabía cuándo, porque su fiel sirviente, no estaba dispuesto a ser abandonado, no lo dejaría ir, nunca. 

 

-Solo recuerde que debe dejarlo descansar. 

 

Valentine asintió, acompañando a Radamanthys, ayudándole a caminar, aunque no lo necesitaba, dejándolo con demasiado cuidado en la cama que compartirian de ahora en adelante, para besar su frente e ingresar a su estudio, ignorando la presencia de esa mujer en esa habitación, que los siguió al igual que lo hace una mascota entrenada. 

 

-Si necesitas algo, estaré en nuestro estudio… 

 

Ella les veía en silencio, recordando y olvidando, como si fuera un sueño, una pesadilla interminable, pero al menos, ya no estaba la mujer a la que tanto odiaba, aunque sí podía ver, que Pandora no era tan peligrosa como lo era Valentine. 

 

-No me gusta que me observen… vete… eres libre de hacer lo que desees… 

 

Violate ladeó la cabeza, sin comprender esas palabras, sin darse cuenta de lo importante que eran para ella, asintiendo, alejándose con un paso lento, cerrando las puertas detrás de su espalda, pendiente de los sonidos de aquella habitación. 

 

-Libre… yo era libre… 

 

Radamanthys, recostado en esa cama, con las manos arriba de su pecho en una postura que decía claramente que estaba listo para escapar apenas tuviera una oportunidad, veía con demasiado interés el cielo raso de su cama, que tenía un dosel de telas gruesas y amplias. 

 

Escuchando los movimientos de Valentine al otro lado de dos puertas pesadas, con grabados inquietantes, que le hicieron estremecer, escuchando un susurro, levantándose de la cama para ver qué era lo que estaba haciendo en su estudio. 

 

Notando como en la mesa algo que apenas parecía un animal se retorcía, como si se estuviera creando de la nada, o materializando de alguna dimensión oscura y olvidada, que no debería ser perturbada por seres humanos. 

 

Valentine estaba creando a otro sabueso, que se iba formando delante de sus ojos, respondiendo a las palabras incomprensibles que pronunciaba su esposo, sosteniendo un libro negro, con piel de alguna clase de animal que nunca pudo reconocer, tal vez, era piel humana, o algo mucho mas aberrante todavia. 

 

Radamanthys llevó una mano a su boca, para que no pudiera pronunciar ninguna clase de ruido, observando esa cosa crecer, retorcerse, para después, respirar, como si necesitara el oxígeno, pronunciando un siseo desagradable, que heló su sangre. 

 

-Ve por ese lobo, quiero que lo mates, tu y tus hermanos… 

 

Radamanthys jadeo, retrocediendo algunos pasos, para después, regresar a su cama, cuando Valentine abandonó su libro, ingresando a su habitación, donde le vio acostado, dándole la espalda, tratando de aparentar que dormía, como si fuera un chiquillo que han descubierto realizando alguna travesura. 

 

-Radamanthys… 

 

Susurro, sentándose a su lado primero y después, acostándose junto a él, rodeando su cuerpo con sus brazos, besando su nuca, suspirando, agradecido con el destino, no con el destino, sino con su fuerza de voluntad, con su tenacidad, que le había dado aquello que siempre había deseado en esa y en cada una de sus vidas, de eso estaba seguro. 

 

-Mi amado señor… 

 

Radamanthys cerró los ojos, tratando de ignorar los brazos de Valentine alrededor suyo, quien solo volvió a besarle, suspirando. 

 

-Al fin… al fin está a mi lado. 

 

Radamanthys volteo en los brazos de Valentine, que le veía de esa forma que nunca pudo identificar, pero ahora sabía que se trataba de deseo, acariciando su mejilla, para besar su frente, recargándose poco después en su hombro, sorprendiendo a su esposo con esa actitud. 

 

-Soy tu omega, soy tu esposo, estoy embarazado de ti… solo dame tiempo para asimilarlo… unos días… con eso será suficiente. 

 

Valentine supuso que en ese momento debería haberse molestado, porque no deseaba estar con él en ese instante, pero le daría el tiempo que deseaba, le demostraría que podía ser el alfa que describió todas esas veces, así le amaría. 

 

-Te dare lo que necesites… te daré todo lo que tu necesites… 

 

Y abrazándolo con un poco más de fuerza, besando la punta de su cabeza, suspiró, encantado con esa intimidad. 

 

-Solo necesito que me ames… solo amame y todo lo que desees será tuyo… 

 

*****

 

Kasa abrió los ojos después de recordar a su amado Io, quien ya no existía más, escuchando como ese omega seguía pronunciando un nombre, acariciando su mejilla, pensando, que tal vez tendría un poco de paz, si le mostraba a quien añoraba, a quien deseaba a su lado. 

 

-Extrañas a tu alfa… no te preocupes, yo te dejaré verlo. 

 

Pronunció con una expresión torva, antes de utilizar un truco mental que había aprendido donde trabajaba, donde conoció a Io, tomando la forma de quien deseaba ver, el tono de su voz, una ilusión que le ayudaba a atrapar pichones, desplumarlos de sus pertenencias, o complacerlos si la paga era buena. 

 

Era una mujer, de cabello negro, bastante musculosa pero tan hermosa como era fuerte, quien sosteniendo la muñeca del omega, la llevo a su mejilla, eso funcionaba cuando lo realizaba con viudas o viudos, cuando veian a su amado perdido. 

 

-Todo está bien… todo está bien… 

 

Susurro, comprendiendo que no era ella, pero que ese omega tal vez no lo notara, viendo a su vez que su apariencia era diferente, su estómago estaba abultado, así que, seguramente ella estaba embarazada cuando le perdió, o cuando le vio la última vez. 

 

-Estoy aquí… estamos aquí… mi príncipe. 

 

Kasa no era hermoso y lo sabía, al menos, el no se veía como alguien hermoso, pero podría ser cualquiera, podía ser aquel que amaban con locura, generalmente por alguna parte de su fortuna o una buena cantidad de dinero. 

 

-Descansa… solo duerme un poco más. 

 

Hasta que era descubierto o su víctima perdía la vida debido a la enfermedad que le aquejaba, dejándole todas sus pertenencias a él, pertenencias que perdió cuando mataron a su alfa, Io, quien le veía como era realmente y aun así lo amaba. 

 

No se consideraba una mala persona, solo les vendía felicidad, les vendía aquello que siempre habían deseado y eso los hacía felices. 

 

Io le vio engañar a un anciano, quien deseaba ver a su prometida una última vez, era su jefe, quien le encargaba diferentes trabajos y aunque descubrió sus viejos trucos, no hizo nada, solo le dejo darle paz a ese sujeto. 

 

Pidiendo poco después que trabajara para él, quería ver de que era capaz, cuántos rostros podía tener y en cuánto tiempo podía ser descubierto, pasando cada vez más tiempo a su lado, meses, unos años, enamorándose de Io, de ese alfa, quien le correspondio, de alguna forma, ese hermoso alfa le correspondió. 

 

Isaac veía todo eso en silencio, observando cómo Kasa usando su ilusión con el omega, trataba de calmarlo, hacerle ver a quien perdió, convenciendolo de que aunque trataba de infligir temor en los demás, no era una mala persona. 

 

-Eres una buena persona, aunque tratas de verte como todo lo contrario. 

 

Kasa mantuvo su ilusión al principio, tratando de ignorar la presencia de Isaac en esa habitación, quien se acercaba lentamente, observando la calma del omega y como el albino sostenía una de sus manos. 

 

-No soy una buena persona… y tu no lo sabrias, para eso tendrías que ser una persona. 

 

Pronunció seguro de lo que había visto y que muchos de los que vivían en ese puerto, eran como Isaac, que sólo guardó silencio, sorprendido por esas palabras. 

 

-No se a quienes tratan de engañar, todos los humanos de este sitio saben que esconden algo, que no son lo que aparentan… como Sorrento o Degel… ellos no son humanos, son tan humanos como tú… 

 

Isaac sostuvo entonces la muñeca de Kasa, molesto con él, su sombra moviéndose de una forma extraña, como si fuera un pulpo o un calamar aquello que se movía, pero el humano de cabello verde, con un solo ojo sano, sosteniendo al albino de la cintura, lo beso, con delicadeza, gimiendo al sentir su calor, su estremecimiento. 

 

-Cada vez que me rechazas te deseo un poco más… 

 

*****

 

Hola chic@s, ha sido una semana complicada, pero deseaba subir un capítulo más antes de que terminara el año y por si no subo nada mañana, deseo desearles un excelente inicio de año, un feliz año nuevo. Muchas gracias por acompañarme todo este año, han hecho de mi escritura una placentera aventura y espero contar con ustedes, el año que viene. Muchas, muchas gracias. Y @charlize_bransc @SailorFigther @AbigailMMarquez @Camilla94 @Vaiperine @artemisa198 un agradecimiento especial para ustedes por dejarme sus hermosos comentarios. SeikenNJ. 


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