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Sasuke card captor por shiki1221

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Cap 13: La oscuridad de una carta

 

Charasuke no podía dejar de mirar el sitio donde se desvaneció Menma. Se dejó caer de rodillas y bajó la cabeza. No quería aceptar ser separado nuevamente de él. Tantos años lejos de la persona que amaba había distorsionado su visión del tiempo. Sintió como si sólo hubiera sido un suspiro el tiempo que estuvo junto al otro. Lo deseaba de regreso. No le interesaba que se tratara de un demonio. Podía infectarlo o devorarlo por completo, le daba igual. Desde su sitio el card captor le gritaba intentando que reaccionara, pero parecía completamente sumido en su propio mundo. Ni por tener a Itachi cerca amenazando con sellarlo lograba que se moviera. Los guardianes de Sasuke comenzaron a golpear los muros intentando liberarse de aquella trampa. Pese a ser como si estuvieran estrellándose contra muros, ponían toda su fuerza en ello.

―Carta que fuiste creada por Clown ―comenzó a decir Itachi al mismo tiempo que hacía aparecer un espejo de mano con su báculo―, regresa a la…

No alcanzó a terminar el hechizo, al aparecerle un enorme corte en la mano. Observó en dirección a Charasuke y notó que tenía el brazo alzado y que estaba usando su mano contraria para hacerse cortes en el aire. Sus dedos ni siquiera tocaban su propio brazo, pero con sólo pasar cerca del mismo, era Itachi quien tenía nuevos cortes en sus antebrazo y mano. La carta ni siquiera le estaba dirigiendo la mirada. Sólo se limitaba a hacer aquel movimiento una y otra vez. Desde su sitio el card captor reconoció aquel movimiento. Era el mismo que había realizado cuando asesinó a Shion, fue entonces cuando cayó en cuenta de la habilidad de su “doble”. El mayor de los hermanos Uchiha gruñó de dolor y se soltó el espejo para sujetarse las zonas afectadas intentando detener la sangre y las heridas.

―Debo reconocer que fue una buena idea buscar ese espejo para sellarme ―habló Charasuke mientras volvía a ponerse de pie―, pero ¿en serio creías que separarme de Menma me debilitaría? ―preguntó con aquella cínica sonrisa―. Yo no soy la carta del juicio final por mero capricho de Clown ―advirtió.

―¡Sólo eres la carta espejo! ―afirmó Itachi de manera despectiva apurándose a recoger el espejo del suelo antes de que le fuera arrebatado.

―Ustedes los magos de la familia Uchiha no entienden el verdadero poder de las cartas Clown ―explicó la carta con las manos ocultas en los bolsillos de su pantalón―. Sabes mi nombre ―comentó ladeando la cabeza.

―Es más que obvio quién eres ―respondió Itachi usando fuego para cauterizar sus heridas―. ¡Espejo! ―gritó con rabia.

―Entonces ya deberías saber que una casa de los espejos es el peor sitio para pelear contra mí ―respondió con soberbia y juntando su dedo índice y corazón fingió hacerse un corte en el cuello. Haciendo que Itachi comenzara a sangrar en ese mismo sitio―.Los espejos no sólo copiamos la imagen frente a nosotros sino que también la regresamos ―explicó repitiendo el movimiento anterior pero esta vez en su pierna, obteniendo el mismo resultado―. Ahora dime, ¿cómo piensas proteger tu reflejo? ―preguntó con una enorme sonrisa.

El mago se vio sorprendido por aquello. Según sus planes tenía todo previsto para hacerse cargo de Charasuke. Hubiera preferido obtener más datos acerca de él, pero no fue capaz de ingresar a la mansión de su familia. Tener el espejo y la espada no eran suficientes sin los hechizos correctos. Fue un ingenuo al creer que perder a Menma lo debilitaría lo suficiente. Había contado con el factor shock para sellarlo, pero estaba tan bien como siempre. Se repuso con una velocidad alarmante. No obstante, se vio obligado a dejar de pensar en ello cuando recibió un ataque de trueno dirigido directamente hacia él. Sasuke finalmente había conseguido liberarse de esa trampa en la que estaban prisioneros y se dispusieron a luchar contra los otros.

―¡Itachi! ―gritó el menor de los morenos corriendo hacia él con sus cartas listas para luchar.

―No deberías interferir ―bufó Charasuke al ver la torpe interrupción del mago―. Al menos deberías evitar advertirle a tu oponente de tus ataques ―comentó viendo como Itachi lo esquivaba con facilidad gracias a ese grito.

―Mejor deberías preocuparte por ti mismo ttebayo ―advirtió Uzumaki mientras la arena de Gaara sujetaba los tobillos de la carta.

Pese a no haber ido al entrenamiento junto a Minato, el pelirrojo para evitar quedarse atrás entrenó por su cuenta. Los datos y archivos facilitados por Sai le habían ayudado mucho a progresar con el control de la magia. Se sintió un poco más aliviado al ver que hizo bien, pues su manejo de la arena no tenía nada que envidiarle al rasengan del otro guardián. Ahora podrían detener a Charasuke y darle paso libre a Sasuke para completar su venganza. Sabiendo su nombre era mucho más fácil adivinar sus habilidades. Como dijo tendrían que cuidar sus reflejos, así que optando por la solución más obvia, Naruto comenzó a destruir el lugar con su rasengan. Sin ningún espejo cerca no tendrían que proteger sus reflejos. Gaara sonrió confiado mientras presionaba la arena haciendo sangrar los tobillos de Charasuke. Un ruido llegó hasta sus oídos junto al grito de la carta.

―¡Maldito! ―riñó espejo al darse cuenta que le había roto los tobillos―. Sin embargo, se equivocan en un detalle… ―afirmó mostrando una media sonrisa que desconcertó a los guardianes―. Las propiedades de un espejo no son sólo esas ―agregó antes de desaparecer de sus vistas.

―¿A dónde se fue? ―preguntó Naruto acercándose a su compañero―. El único espejo que queda en este lugar es este ttebayo ―comentó mostrando el que se le había caído a Itachi anteriormente.

―Será mejor destruirlo antes de que pueda usarlo ―sugirió el pelirrojo mientras el rubio alistaba su rasengan para romperlo. Empero, cuando el ataque estuvo a punto de tocarlo fue repelido.

―¿Qué sucede? ―preguntó Gaara desconcertado por el retroceso del ataque del otro―. ¿Por qué te detienes? Debemos mantener a esa carta fuera de esto. Sasuke no podrá luchar contra su hermano y protegerlo al mismo tiempo ―le recordó el joven de ojos aguamarina.

―¡Ya lo sé! ―replicó el blondo con molestia mientras volvía a intentar romper ese espejo―. Es sólo que no puedo tocarlo. Mi ataque se detiene justo cuando estoy a punto de destruirlo.

Mientras los hermanos Uchiha estaban enfrascados en una intensa batalla mágica, los guardianes intentaban localizar a Charasuke. El pelirrojo asumió su forma de mapache y comenzó a buscar por el lugar. Había muchos pedazos de espejos rotos por todos lados, por un momento Gaara maldijo al otro guardián, pues entre tantos pedazos era difícil encontrar un espejo intacto. Al menos, el rubio y él suponían que la carta sólo podría actuar teniendo un espejo completo. Lo que ellos no sabían es que jamás lograrían encontrarlo. No hasta que ella decidiera o considerada el momento propicio para dejarlo salir de su protección. Charasuke estaba sentado en un sitio oscuro, con su espalda pegada a una especie de pared. Delante de él apareció la figura de una mujer. Con dulzura le sonrió mientras le acariciaba una de sus lastimadas mejillas.

―Lo siento ―comentó la carta viéndola con pena y vergüenza―. Siento haberte decepcionado, yo… debería ser más fuerte y aun así estoy aquí ―se disculpó mostrándose afligido. Agachó la mirada no atreviéndose a mirarla a la cara.

―No te preocupes ―dijo ella mientras comenzaba a curarlo compartiendo de la magia que disponía.

―Detente ―pidió el moreno alejando un poco sus manos de la fémina mostrándose reacio a su contacto―. No puedo aceptar tu magia, no tienes mucha contigo y si me la prestas tendrás que ser sellada o podrías morir ―dijo afligido.

―No me molestaría ser sellada ―replicó manteniendo la calma mientras besaba su frente―. Además, no deseo dejarte así. Estás muy herido y me entristece ―explicó con una mirada maternal―. Yo fui creada para proteger y eso es lo que haré.

Charasuke soltó un suspiro al ver esa manera de expresarse. Como siempre se preocupaba más por los demás que por sí misma. Eso no cambiaba cuando vivía y tampoco había cambiado al morir. Debía aceptar que esa carta era la más hermosa que se había creado. Se sintió decepcionado de sí mismo por no ser capaz de proteger su sonrisa. Aquello que más daño podía causarle estaba sucediendo. Deseaba detener la tristeza en aquella carta, pero no podía. Incluso estaba siendo curado por ella. Se sentía tan adolorido por todo lo que estaba sucediendo. Falló en su misión de mantener a los hermanos Uchiha separados, perdió a Menma y ella estaba al borde de las lágrimas. Era su culpa. Se maldijo a sí mismo por todo el desastre ocasionado y se puso a pensar en alguna solución. Debía existir alguna manera para resolver todo de una buena vez, mas nada se le venía a la mente. Y mientras él era curado y ocultado por la otra carta, la batalla entre los magos continuaba.

―Jamás podrás vencerme ―afirmó Itachi con gran calma continuando con los bloqueos a los ataques de su hermano.

―¡Cállate! ―ordenó el menor de los Uchiha alzando su báculo para dirigir el poder de la carta Trueno contra su oponente―. ¡Ya sé lo que pretendes y no te permitiré lograrlo!

―¿De verdad sabes lo que pretendo? ―preguntó usando la carta de agua para atrapar a rayo y dirigirlo de regreso contra Sasuke, quien apenas pudo esquivarlo.

―Es obvio que quieres sellar a la carta del juicio final para ser el sucesor de Clown ―respondió gruñéndole mientras invocaba a bosque para ocultarse de los ataques del otro.

―Tonto hermano menor ―rezongó el mayor suspirando al ver su hechizo.

Si bien tenía lógica dificultarle la visión para no prever sus ataques, sus propios guardianes estaban perdidos entre tantos árboles. Gaara y Naruto no sabían cómo llegar hasta los hermanos, pues no encontraban un camino. Se guiaban por los sonidos de la batalla, pero siempre terminaban en un camino sin salida. Tampoco podían contar con su habilidad para percibir la presencia de las cartas, dado que por alguna razón ajena a su entendimiento sentían sólo una. Era como si una enorme presencia opacara a todas las demás. Atribuyeron eso a Charasuke. Estando en una casa de espejos, como él mismo dijo, era su territorio, su presencia mágica absorbía y ocultaba a todas las demás. El card captor fue un estúpido al usar a bosque sin pensar en ellos. Temían que su amigo estuviera tan cegado por el odio que fuera incapaz de pensar con la cabeza fría.

―De esta forma ni tus guardianes podrán ayudarte ―comentó Itachi detrás de un árbol mostrándose impasible por la estrategia del menor.

―¡No los necesito! ―gritó Sasuke usando a burbujas para atacar, destruyendo el árbol donde estaba su hermano―. Yo me juré a mí mismo vengarme por la muerte de mis padres solo ―aseguró retomando su ataque cambiando a trueno.

―Tú no entiendes nada ―regañó Itachi dejando que sólo su voz fuera oída, pues su cuerpo estaba oculto entre los numerosos árboles.

El card captor apretó los labios con molestia al ver como sacaba ventaja de su carta empleada. Si bien, él podía ocultarse de los ataques de Itachi, éste podía hacer exactamente lo mismo. Su ira y odio continuaban creciendo impidiéndole pensar con claridad sus movimientos. Sintió las cartas Clown temblar y brillar levemente. Sacó su mazo unos momentos para verlas. Ellas tenían pensamientos, podían ayudarlo, pero estaban allí sin aportar ninguna idea. ¿Por qué no le hablaban? ¿Sólo para quejarse sabían hacerlo? Ahora les vendría bien su ayuda para saber cómo detener a Itachi y sellar a Charasuke. Las estrujó con fuerza arrugándolas mientras las maldecía por ser tan inútiles. Él estaba solo. Esa venganza era suya y nadie más que él la llevaría a cabo y por ello se convenció a sí mismo de no necesitar a nadie. Además Itachi estaba muy herido por enfrentarse a espejo. Era una oportunidad de oro que no iba a desperdiciar por nadie. Mejor si sólo estaban ellos dos para evitar estorbos inútiles.

―¡Eres tú el que no entiende! ―gritó Sasuke lleno de odio contra su hermano―. Desde que asesinaste a nuestros padres he sobrevivido por el odio que te tengo. He vivido y entrenando sólo para este momento, alimentando mi odio hacia ti todos estos años ―relató lleno de amargura mientras concentraba su magia en las cartas en su poder.

 —¿Sigues con eso? —cuestionó Itachi mientras soltaba una corta risa seca de emociones—. ¿Y así pretendes ser el sucesor de Clown? ―preguntó de manera burlona.

—¿Qué te hace tanta gracia? —interrogó con indignación por dicha actitud―. ¡¿Acaso para ser como el gran mago es necesario matar a tu propia familia?!

—Exactamente —aseveró el mayor de los morenos con un gesto frío—. El sucesor debe ser alguien dispuesto a matar sin siquiera titubear. Un niño como tú que aún llora por la muerte de mami y papi jamás estará a la altura.

—¡Cierra la maldita boca! —ordenó sacando otra vez su carta trueno—. ¡Muere, muere, muere! —gritó usando la magia de la carta para destruir los árboles.

Siendo conductores de electricidad, los rayos eran naturalmente atraídos hacia los árboles. Valiéndose de eso, Sasuke pretendía que el poder de trueno alcanzara a su hermano. Daba igual en cual se escondiera, sería electrocutado o en su defecto, al momento de escapar del ataque revelaría su posición. Fuera cual fuera la decisión del otro estaría condenado. No obstante, no contaba con que el mayor se adelantara tanto. Mientras los truenos destruían la creación de Bosque, Itachi atacaba al card captor por la espalda con su espada en alto. Sasuke bloqueó el ataque usando su báculo para frenarlo, pero su fuerza estaba cediendo. Reuniendo todas sus fuerzas para darse impulso, el menor dio un fuerte empuje a la espada usando su báculo. La espada y el báculo de Clown seguían chocando una y otra vez haciendo un sonido que las cartas cercanas oían con claridad. Para Charasuke y su acompañante eran como el doblar de las campanas; un presagio de mal augurio.

—Están en peligro —comentó la carta hacia Charasuke—. Temo por el bienestar de Itachi y Sasuke —expresó la mujer con angustia.

—Si siguen así uno de ellos morirá —habló Charasuke soltando un suspiro mientras se ponía de pie con dificultad—. Tengo que ir —dijo con una orden implícita de salir de su dominio.

—Aún estás herido —señaló la mujer abrazándolo contra su pecho mientras acariciaba sus negros cabellos—. Tampoco estaré feliz si algo llegara a sucederte ―expresó con los ojos cerrados conteniendo las lágrimas en sus ojos.

—Descuida —tranquilizó con una sonrisa despegándose del pecho de aquella dama para poder mirarla a los ojos—. Yo no seré asesinado de manera tan fácil y menos por ellos —prometió con seguridad mostrando una falsa sonrisa.

Todos estaban en situaciones similares al respecto de su integridad física. El propio Charasuke tenía heridas de gravedad, los guardianes habían sido alcanzados por los estragos de la batalla entre los magos. A Naruto lo había alcanzado un árbol que no fue capaz de evitar cuando varios comenzaron a caer a su alrededor. Los poderes de Gaara estaban limitados por los truenos que impactaron su cuerpo. Siendo alguien que dominaba la arena, tenía cierta debilidad contra los mismos, ya que al impactarse los rayos contra la arena, ésta se convertía en cristal. Los Uchiha seguían desplegando su magia sin consideración por las cartas ni por ellos mismos. Invocaban las cartas de manera apresurada y les ordenaban atacar. No importaba la función de la misma. Todas era usadas con el único fin de asesinar al otro. La mujer junto a Charasuke junto sus manos en signo de oración.

―Ten cuidado ―pidió antes de permitirle a Charasuke salir de su protección.

―Lo tendré ―dijo sin siquiera mirarla a la cara.

No puedo asegurar que todo saldrá bien, pero no quiero hacerla sufrir más”. Pensó la carta espejo apareciendo en medio de aquellos destrozos. Observó horrorizado los daños al sitio. Sasuke estaba tan enfrascado en su lucha que ni siquiera tomó consideración por sus amigos. La carta espejo no necesito de mucho tiempo para encontrar a aquellos dos. Estaban luchando en el aire. Sasuke usaba la carta vuelo para mantenerse lejos del agua electrificada en el suelo, producto del choque de sus ataques anteriores. El mayor de los Uchiha por su parte había usado magia de levitación para mantenerse fuera del alcance del otro. La carta sintió un escalofrío que lo obligó a sacudir su cuerpo. Fue una sensación desagradable subiendo por su espina dorsal. Algo estaba mal, pero no entendía muy bien qué era. Sacudió su cabeza queriendo recuperar la compostura. Le prometió a ella que no permitiría que se mataran y pondría todo su poder en cumplir con ello.

―¡Este es tu fin! ―exclamó Sasuke concentrando el rayo en su báculo mágico para hacerlo dañino al contacto.

 

“Veo que se enfrentan y el deseo de lo imposible surge en mi corazón. Mis labios no pudieron contener una súplica a aquel que puede conceder mi pedido, aun sabiendo que sus pequeñas manos saldrán heridas por mi culpa”

 

―¡Deténganse par de imbéciles! ― ordenó Charasuke viendo como de proceder aquellos ataques terminarían ambos hermanos muertos―. ¡Espejo! ―exclamó juntando la magia en sus manos.

Los heridos guardianes al percatarse de la ubicación de la carta intentaron detenerlo. Mas, sus heridas los hicieron más lentos. Desde su sitio observaron al azabache juntar sus manos y hacer extrañas posturas de manos. Al mismo tiempo todos aquellos fragmentos de espejos que estaban dispersos en el suelo comenzaron a brillar y a ser atraídos unos hacia otros hasta formar un enorme espejo en el suelo donde estaban reflejados perfectamente ambos Uchiha. Allí se podía ver claramente como Itachi tenía su espada preparada para asestarle un golpe a Sasuke en cuanto se acercara. La carta corrió y de un salto ingresó al enorme espejo. Un destello cegó a los guardianes momentáneamente y al abrir los ojos vieron al card captor completamente confundido. El menor de los Uchiha no entendía que le había sucedido, empero cuando sintió un líquido tibio caer en su rostro miró hacia arriba. En el mismo lugar donde él estuvo antes se encontraba espejo siendo atravesado en su corazón por la espada de Itachi.

―Charasuke ―susurró el mago con su mano temblando al darse cuenta de lo que hizo.

―Eres un idiota, Itachi ―regañó con dificultad la carta antes de precipitarse hacia el suelo.

―Carta que fuiste creada por Clown… ―recitó el mayor de los morenos intentando alcanzar al otro en medio de la caída.

―¡Intenta sellarlo! ―exclamó Gaara acercándose a Sasuke para sacudirlo y hacerlo salir del shock.

―¡¿Qué?! ―gritó el rubio mientras asumía su forma de guardián y volaba hacia Itachi―. Yo lo detendré ―avisó mientras se alejaba―. ¡Date prisa y séllalo rápido, Teme!

―Eso haré ―asintió el card captor preparando su báculo. En cuanto cayera iba a ser sellado―. Carta que fuiste creada por Clown…

 

“Lo siento, lo siento”. Resonó aquella voz en la mente de Charasuke. Veía borroso y aun sentía el frío metal atravesando su pecho. Le dificultaba respirar haciéndolo maldecir su absurdo parecido a un ser humano; su dolor, su tristeza, incluso su amor era similar. El gran mago cometió un horrible error o quizás era su castigo por haber pecado. Tenía todas las debilidades humanas y las desventajas de ser una carta de su baraja. Maldijo a su suerte y a su sentimentalismo por aquella debilidad. ¿Por qué arriesgaba su patética existencia? Oh sí, ya recordaba, era por ella. Por aquella mujer que tanto lo quiso y que ahora estaba llorando. Esos magos imprudentes habían provocado lo que intentó evitar. Malagradecidos, intentaban sellarlo a él por los beneficios a futuro que podría concederles, pero no a ella, quien merecía tanto ser salvada y protegida. De hecho, reflexionando sobre eso, ellos no eran dignos de tenerla. No la entregaría a esos idiotas que la lastimaron.

 

“Maldícelos, ódialos, destrúyelos si ese es tu deseo”

 

―Estrella que guardas los poderes de mi oscuridad… ―recitó Charasuke tras oír aquellas palabras―. Muestra tu verdadera forma ante quien pecó contigo ―siguió diciendo mientras la caída continuaba―. En nombre de Uchiha Sasuke, ¡libérate! ―gritó usando ambas manos para presionar aquella espada aún más profundo en su propio pecho.

Un aura maligna rodeó el cuerpo de la carta espejo y a sus espaldas se formó la imagen de un enorme zorro con nueve colas moviéndose salvajemente. El aullido del demonio resonó entre las paredes del lugar haciéndolo temblar. Charasuke sacó la espada en su pecho y el rojo de sangre destellaba como brasas ardientes en la espada. Las letras y símbolos en la misma comenzaron a cambiar al mismo tiempo que la ropa de la carta. Su atuendo casual pasó a ser similar a la que Sasuke había presenciado en su sueño;  un pantalón oscuro y una camisa, pero en vez de blanca era de color rojo vino. Sus ojos llenos de ira se tornaron en un color similar al de la misma. Sin siquiera pronunciar una palabras se lanzó contra los magos Uchiha dispuesto a hacerlos pagar por su osadía.

—¡Maldición! —exclamó Itachi preocupado observando lo sucedido con la carta mientras veía sus cartas con dudas. Sin la espada no podría invocarlas―. Su marca está rota —dijo en voz alta sin darse cuenta de que había oyentes cerca suyo.

—¿Qué marca? —interrogó Sasuke acercándose para sujetar el cuello de la ropa del otro—. ¡¿Qué demonios le hiciste a esa carta?! ―preguntó furioso.

—Lo necesario para ganarme su bendición —respondió zafándose de su agarre—. Tú no hiciste nada por él cuando el demonio lo hirió. Yo le puse mi marca y limpié su sangre ―explicó mirándolo de manera severa.

—No entiendo de qué hablas ―admitió el menor de los hermanos sacando sus cartas para pelear, mas se dio cuenta de que no brillaban. Tenían colores opacos como si estuvieran “apagadas”.

—Eres demasiado lento —insultó Itachi viéndolo con decepción—. Cuando Charasuke fue a salvar tu patética existencia en el templo Nakano, recibió una herida mortal. Yo expulsé toda su sangre contaminada con mi espada y puse una marca para que no enloqueciera ―explicó viendo las cartas en su poder estar en las mismas condiciones de las de su hermano.

—Tú lo heriste en el corazón ahora, por eso se encuentra así ―replicó Sasuke señalando la espada en la mano de espejo mientras luchaba contra los guardianes.

—Cierto, pero mi intención era asesinarte a ti ―aceptó el mayor manteniendo la compostura, pese a sentirse indefenso sin su espada―. Por tu culpa ahora se rompió el sello.

Los guardianes pensaron en detener a la carta antes de que atacara. Empero era bastante difícil, pues era muy bueno defendiéndose. No era que su arma hiciera la diferencia, pues sus movimientos eran veloces y precisos. Con un gesto de cabeza, Uzumaki le indicó a Gaara que iba a distraerlo con el rasengan. Entendiendo lo que pretendía, el joven de ojos aguamarina preparó su arena para imposibilitar los movimientos de espejo. Sin embargo, la carta desapareció en cuestión de segundos de su vista. Charasuke ondeó la espada en el aire y el aire generado por la fuerza, bastó para hacerle un enorme corte a Naruto. El otro guardián, se vio forzado a cambiar de planes para socorrer a su compañero.

―No valen para guardianes ―comentó Charasuke usando su espada para dirigir un rayo hacia el cuerpo de Gaara―. ¿Alguna vez te preguntaste de dónde provenía la arena que dominas? ―preguntó mientras la piel del cuerpo del pelirrojo se abría desde adentro haciendo visibles los cristales formados en el interior de su cuerpo.

―¡Naruto! ¡Gaara! ―gritó Sasuke corriendo hacia ellos sin importarle el peligro al cual se exponía.

―¡No seas idiota! ¡Huye! ―gritó el rubio intentando detener la sangre en su amigo y quitarle los cristales.

Era un problema intentar quitárselos, dado que al hacerlo sólo estaba abriendo aún más sus heridas. Él mismo estaba sangrando profusamente. El card captor corrió hasta ubicarse delante de ambos guardianes dispuesto a protegerlos. No obstante, el suelo comenzó a moverse por su cuenta. Un enorme muro se alzó frente a Sasuke impidiendo su avance y obligándolo a retroceder por los escombros de techo amenazando con caer sobre su cabeza. Forzosamente terminó regresando al lado de su hermano mayor. A él no le importaba lo que sucediera con aquellos guardianes, mas tampoco podía escapar. Literalmente el lugar mismo lo forzaba a permanecer dentro de cierto perímetro. Charasuke vio con desinterés a los guardianes heridos en el suelo. Su vista permaneció unos momentos en el rubio antes de darse vuelta hacia los magos.

―Ustedes no valen ni que los mate, los Uchiha sí ―afirmó retomando su ataque contra ellos.

―¡Detente, Charasuke! ―ordenó Sai haciéndose presente delante de los hermanos.

―¿Cómo? ―preguntó el card captor confundido de verlo aparecer de la nada.

―La magia de las palabras ―respondió con sencillez sin apartar la mirada de la carta espejo―. Las memorias del mago Clown sirven para todo tipo de situaciones ―explicó mientras sacaba un libro de su ropa―. Libro que guardas mis memorias, muestra tu verdadero poder ante…

―Demasiado lento ―afirmó Charasuke apareciendo delante de él propiciándole una fuerte patada que lo mandó a volar lejos―. No deberías interferir en esto.

―Es mi deber ―respondió Sai siendo atrapado a duras penas por el rubio antes de que se golpeara contra los espejos rotos―. Estás usando el poder de Menma y pierdes el sentido de la justicia.

―¡¿Justicia?! ―exclamó la carta dando un pequeño brinco con el cual apareció delante de la reencarnación de Clown incrustándole la espada en el hombro―. No me menciones esa palabra ―ordenó moviendo la espada en el interior de la piel de Sai―. ¡Ellos la hicieron llorar y ahora pagarán las consecuencias! ―dijo antes de retomar sus ataques contra los magos.

Los hermanos estaban paralizados sin saber cómo proceder. Intentar huir era inútil, pues no podían ir a donde quisieran con libertad a causa de aquella fuerza que los forzaba a mantenerse cerca el uno del otro. Tampoco podían luchar. Era evidente la diferencia de poder que había entre ellos y la carta del juicio final. El panorama no pintaba para nada bien. Los Uchiha estaban debilitados después de haber tenido dos combates consecutivos y cuando creían que había esperanza todo se venía abajo. Dos guardianes e incluso la reencarnación del mismísimo mago Clown habían resultado heridos gravemente. ¿Qué demonios tenía esa carta? Charasuke estaba usando un poder corrupto que, a juzgar por las palabras de Sai, provenía del demonio zorro. Debían encontrar una manera de destruir aquella conexión o lo que fuera que tuvieran. Si cortaban el flujo de magia maligno otorgado por el zorro dejarían a la carta indefensa. Por lo menos esa era su última estrategia para sobrevivir a su ira. El problema era que ya ninguno podía moverse de su sitio. Ni siquiera Itachi había podido pararse tras recibir un golpe directo.

―Ustedes me hicieron enojar mucho ―dijo la carta caminando con aquella espada en su mano―. Desaparecer a mi novio, intentar sellarme podría perdonarlos en circunstancias normales, pero… ―Hizo una corta pausa para elevar la mirada mostrando sus ojos carmesíes―. Hacerla llorar no se lo perdono a nadie.

Los magos Uchiha tuvieron un ataque de desesperación al ver las intenciones del otro. No estaba jugando. Eso no era una simple broma, en verdad los mataría a ambos. Y lo peor es que seguían sin entender qué quería decirles con “ella”. ¿Se refería a la carta? ¿Por qué le importaba tanto? Ambos Uchiha intercambiaron una corta mirada buscando respuestas en el otro. A pesar de ser enemigos ese momento ameritaba una tregua pasajera. Cualquier ayuda venía de maravillas con tal de parar el enojo de la carta. Ya podían volver a disputarse la sucesión del mago Clown cuando sus vidas no pendieran de un hilo. Empero, nada. Ninguna idea llegaba a sus mentes. Fue entonces cuando vieron a Charasuke alzar la espada dispuesto a realizar uno de sus ataques devastadores.

 

 

CONTINUARÁ….


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