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"Innocence" por Dreamwave

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Capítulo 4: “Vainilla Latte”

 

- Jueves -

Aquella mañana, Craig Tucker se acordó de Tweek al sentir el intenso aroma a café proveniente de la cocina. Su padre lo preparaba todos los días antes de irse a trabajar. A Craig no le gustaba particularmente el café, pero había un chico en su grupo que era adicto a aquella bebida. Incluso habían rumores de que se lo daban con metanfetaminas. La familia Tweak se dedicaba al negocio del café desde hace mucho tiempo, pero la mayoría decía que su expreso sabía horrible. Aún así, obligaban a su hijo a beberlo todos los días, y Craig estaba seguro de que por el exceso de cafeína, Tweek sufría de temblores y ataques nerviosos. Casi siempre era él quién lo calmaba en esas situaciones, y hasta hace poco, ignoraba por qué generaba aquel efecto en Tweek. Curiosamente era también la única persona que podía tranquilizar.

Durante el viaje en autobús escolar, Craig se sentó junto a Clyde, quién no paraba de hablar sobre su noviazgo con Bebe, sus diferentes habilidades, lo genial de su nueva ropa y sobre el nuevo jacuzzi que sus padres habían comprado. Era normal que Clyde alardeara de sus cosas frente a sus amigos, hasta que llegaba Token y se encargaba de bajarle los humos.

Lo primero en lo que se fijó Craig al entrar al aula, fue en el puesto de Tweek. Seguía vacío, lo cual le preocupó, pero al mismo tiempo provocó que se enfadara.

—¿De nuevo no vino? ¡Ya van tres días! ¿Qué mierda le pasa? Enserio, ¿Tanto le afectó nuestra pelea? ¿O de verdad estará enfermo? —pensó el chico de ojos verdes.

La profesora de física recién había comenzado a hablar, mientras escribía en el pizarrón, y la mayoría de los alumnos le prestaban atención, excepto dos chicas que conversaban bajito al fondo de la sala.

—Entonces, justo antes del almuerzo, enviaremos esta foto comprometedora a todos los grupos de Whatsapp y perfiles de Instagram que conozcamos. Stan y Kyle no podrán negar una evidencia como esta, y Wendy quedará totalmente en ridículo, como la chica que su novio engañó con su mejor amigo, que pena, jaja. —se rió Bebe.

—Es un plan infalible, amiga, toda la escuela estará en la cafetería para verlo. Por fin terminará el reinado de Testaburger, y una de nosotras dos podrá ser la presidenta del consejo escolar. —dijo Heidi.

—No puedo esperar a ver su cara cuando la foto se vuelva viral, somos terribles, jajaja.

—Sshhh, la profesora nos está observando, será mejor que nos callemos Bebe.

Durante el resto de la clase, Stan y Kyle no intercambiaron ni una sola palabra, lo que ponía algo incómodos a Kenny y Cartman. ¿De verdad iban a echar su amistad a la basura? Estaban en esa situación de “ambos sabemos que lo arruinamos, pero somos muy idiotas y orgullosos para disculparnos”. De todas formas, Kyle creía que la mayor parte de la culpa la tenía Stan. ¿Para qué diablos le dio esperanzas, si volvería con Wendy apenas ella le pidiera perdón?

Stan trataba de cruzar miradas con su mejor amigo, pero éste lo ignoraba. Se sentía triste y arrepentido, pero sabía que ese rechazo de parte de Kyle estaba justificado, debido a su reconciliación con Wendy. Muy en el fondo, el pelinegro sabía que su amor por la chica se había enfriado hace harto tiempo, sin embargo por una cosa de rutina, comodidad, y miedo al rechazo, habían seguido siendo novios. Además, toda su vida pensó que era hetero. Es que él era heterosexual, pero Kyle Broflovski era la excepción, y estaba seguro de que jamás sentiría algo por un chico que no fuese él. Su actitud, su voz, su aroma, su risa, todo eso lo volvía loco por dentro. Y haría lo que fuera necesario para que aquella sonrisa se dirigiera a él de nuevo. Ya no tenía dudas, a quién quería era a Kyle. Antes de que terminara el día, le declararía su amor. Esa era la parte bonita, pero la fea era tener que dejar a Wendy, quién probablemente saldría herida y jamás le volvería a hablar. Era un precio que estaba dispuesto a pagar por estar con quién de verdad amaba. Si eso resultaba, tendrían que escuchar la opinión del resto, ya que su relación chocaría a muchos estudiantes, quizás hasta se burlarían de ellos, de todos modos eso le daba lo mismo a Stan, sabía que podría lidiar con cualquier cosa que le dijeran, pues el amor de Kyle le daría fortaleza, siempre y cuando lo aceptara y perdonara por haber sido tan estúpido. Jamás quiso jugar a dos bandos, solo quería dejar a Wendy tranquila, pero eso había sido un error, y “estar por estar” con ella, a la larga solo les haría daño a los tres.

 

- Más tarde, durante el almuerzo -

Apenas terminó el tercer bloque de clases, Stan, Butters, Kenny y Cartman fueron a la cafetería y se sentaron en la mesa de siempre, con cuatro bandejas de comida diferentes. Stan comía pescado con puré de papas, Butters disfrutaba una lasaña, Kenny había conseguido la opción vegana del menú, y Cartman devoraba su habitual hamburguesa con papas fritas.

—Sí que hay mucha gente en el comedor hoy, ¿Alguien ha visto a Kyle? —preguntó Butters, sentándose junto a Kenny.

—Se sentó con Craig y su grupo, pero no se preocupen, volverá al nuestro en cuanto resuelva las cosas con él. —hizo una pausa—. ¿Tienes que comer como si el mundo se fuese a acabar, gordo? —preguntó Stan, riendo.

—¡Oye! Puedo comer como yo quiera. Voy a ver si me dan otra hamburguesa cuando me termine esta.

—No sabía que fueses vegano, Kenny. —comentó Butters.

—No es que lo sea, lo que pasa es que es tan pobre, que la única carne que come es la de rata. Pero en la escuela no sirven ratas, entonces le dan las sobras de las verduras, jajaja. —dijo Eric, mientras se acababa las papas fritas.

—¿Siempre tienes que responder antes de mí, idiota? —le dio un codazo a Cartman—. Esta bandeja era la única que quedaba, Butters. Y la verdad me gusta el tofu con salsa de soya.

—A mi también me gusta el tofu, pero siempre aprovecho cuando hay lasaña. ¡Oh, chicos, acabo de recordar, hay algo que quiero contarles! —dijo Butters, emocionado.

—¿Qué pasó? —preguntó Marsh.

—Ayer, unos chicos de otra escuela me estaban molestando, y de repente un misterioso superhéroe apareció y les dio su merecido, les pegó a todos, no sé quién sea, ¡Pero ya me ha rescatado dos veces!

—¿Qué, de verdad? —preguntó Kenny, haciéndose el desinformado—. ¿Y cómo lucía?

—Tenía un traje gris, una capa con capucha oscura y unos símbolos verdes de interrogación. No lo he visto desde que me dejó en mi casa ayer. Lo malo es que solo puedo interactuar con él cuando me encuentro en peligro, y apenas estoy a salvo, desaparece.

—¿No habrá sido todo eso producto de tu imaginación? Los tipos solitarios como tú tienden a imaginar amigos, jsjs.

—Cállate, Cartman. No te preocupes Butters, algo me dice que ese enigmático personaje está más cerca de lo que crees. —dijo Kenny, riéndose después de colocarse la capucha naranja.

—¿En verdad lo crees? Vaya, no puedo esperar a encontrarlo de nuevo.

De repente, un fuerte zumbido llenó la cafetería, era el sonido de decenas de celulares vibrando al mismo tiempo, y solo podía significar una cosa: El plan de Bebe se había consumado, y la foto de Stan besándose con Kyle estaba ya en todos los móviles de la escuela.

—¿Qué demonios pasa? ¿Por qué vibran todos los teléfonos? —preguntó Stan.

—Parece que alguien mandó un mensaje masivo. Hay un archivo adjunto también, a ver... —dijo Cartman, mirando la pantalla de su móvil—. ...Oh, carajo. No me esperaba esto, ¿Tú y el judío? Igual se ven muy tiernos juntos, jajaja.

—¿Qué pasa conmigo y Kyle? Dejé mi celular en la mochila.

—Eh... Esto no te va a gustar, Stan. Mira. —dijo Butters, mostrándole su pantalla al chico de ojos azules.

—...Qué, ¡¿Pero cómo?! —preguntó Marsh, alarmado—. ¡¿Quién nos espiaba y tomó esta foto?!

—Sospecho que fue la misma persona que hizo la broma de pegar imágenes Yaoi en los pasillos. Ha ido demasiado lejos, si se mete con mis amigos se mete conmigo. Voy al laboratorio de computación. —dijo McCormick, sacándose la capucha para que le entendieran mejor.

—¿Qué vas a hacer Kenny? —preguntó Butters.

—Voy a descubrir quién está detrás de todo esto y le pondré fin a sus bromitas, no necesitamos una tercera. Ustedes deberían quedarse y apoyar a Stan. Los veo luego.

—¡Espera, Kenny! —exclamó Kyle, que se había acercado a sus amigos en medio del alboroto—. Stan, ¿Qué mierda? ¿Nos estaban espiando? ¿Quién mandó esto a todos?

—Parece que sí, nos vieron. El nombre de la cuenta de Ig es “Toxic Cherry”, pero debe ser un apodo. Las únicas publicaciones que tiene son un vídeo del pasillo tapizado en Yaoi, y la foto de nuestro beso.

—¿Quién se cree que es, esta persona? Denunciemos su cuenta.

—No creo que eso ayude. Mierda, Kyle. Todos vieron la foto, y todavía no estoy listo para, para-

—¿¡Para qué, carajo!? —gritó, zarandeando a su mejor amigo.

—¡¡Simplemente no estoy listo!!

En ese momento, mientras el resto de personas cuchicheaban sobre lo que sucedía, Wendy caminó hacia Stanley, con la cara roja, el ceño fruncido y apretando la mano izquierda en forma de puño. Con la derecha, le mostró la pantalla de su iPhone con la viralizada imagen del beso, que por cierto, ya tenía 600 “me gusta” y contando.

—¡¿Quieres explicarme esta foto, Stan?!

—Wow, cálmate Testaburger, qué, ¿Andas con la regla o-

—No te metas, Cartman. —dijo, empujándolo, luego encaró a Stan, que se veía asustado y con ganas de escapar de la cafetería—. ¿Me estás engañando con Kyle? ¡Contéstame, no te quedes callado!

—Wendy, yo... ¡Jamás haría algo como eso!

—Ni siquiera tienes el valor de decirme la verdad, jamás te había dicho esto, pero eres un imbécil, Stan. ¡La foto está muy clara, se ve perfectamente lo que estaban haciendo!

—Wendy, perdóname, últimamente estoy muy confundido y hasta hace poco no sabía ni lo que quería.

—¿Y no podías hablar de eso conmigo? ¿Acaso nunca confiaste en mí?

—No es eso... —murmuró, girando la cabeza hacia la izquierda.

—Entonces que es, ¡Habla de una vez!

—¡SILENCIO! ¡Todo el mundo, cállese! —gritó Kenny, entrando de improvisto a la escena, con actitud triunfal.

Los estudiantes y un par de adultos lo quedaron mirando, expectantes. El rubio recorrió el comedor a pasos lentos, mientras explicaba lo que había estado haciendo.

—Ya que todos me están prestando atención, tengo algo revelarles. Estuve en el laboratorio de computación recién. Con la ayuda de una laptop y mis habilidades de hacking, que por cierto, ustedes desconocían, logré rastrear el teléfono celular desde donde se envió la foto a los otros móviles, y también pude hackear la cuenta de Instagram @toxiccherry. El teléfono que se usó para acceder por última vez a la cuenta, es el mismo que envió la foto a nuestros perfiles mediante mensaje directo.

—Guau, te demoraste muy poco en averiguar todo eso. ¡Eres tan genial! —dijo Butters, admirando lo cool e inteligente que era Kenny.

—Soy muy bueno para estas cosas. Bueno, como estaba diciendo, sé cual es el número y planeo llamar ahora mismo. Sospecho que el responsable está aquí dentro con nosotros. No se preocupen, no puede escapar, tengo gente vigilando la puerta.

Bebe y Heidi, que estaban cerca de Stan y su grupo, se miraron nerviosas ante lo que decía su compañero, si de verdad las había descubierto estaban perdidas. Trataron de apagar sus teléfonos, pero no alcanzaron, pues uno de ellos justo empezó a sonar. Era el de Bebe, se produjo un jadeo de sorpresa general y todos la observaron, estaba roja como tomate y no tenía a donde huir.

—Así que fuiste tú, ociosa de mierda, ¡No te vuelvas a meter con mis amigos! O eliminaré tu cuenta principal de Insta, así es, tengo acceso a ella. —amenazó Kenny.

—¡¡B-bueno ya, lo admito, f-fui yo, pe-pero no lo hice sola!! ¡Todo fue idea de Heidi!

—¡¿Qué?! ¡Está mintiendo, ella fue la que me obligó a hacer esas cosas!

—Chicas, ¿Qué demonios les pasa?

—Ya viste, Testaburger, tus supuestas amigas fueron las que provocaron todo este caos. ¿Y porqué lo hicieron, perras? ¿Para llamar la atención?

—Solo queríamos que Wendy terminara con Stan, y que dejara de ser tan popular, se cree la reina de esta escuela y ya estamos hartas. —dijo Bebe.

—¡Pero que estupidez! Ahora van a ir donde mis dos amigos a disculparse, y explicarán a los demás que usaron Photoshop para hacer esa maldita foto, ¡Vayan! —gritó Kenny, mostrando un lado agresivo que ninguno de sus amigos había visto jamás.

Las dos chicas miraron avergonzadas a Stan y Kyle, se disculparon con ellos de forma bastante creíble, y luego se dirigieron al resto. Tuvieron que mentir acerca de la foto, pues no la habían retocado, pero estaba claro que Kenny quería proteger a sus amigos, además su mirada de enojo daba miedo y decidieron seguirle la corriente.

—Estamos muy arrepentidas de lo que hicimos, fue una tontería. Utilizamos Photoshop para retocar la imagen y hacer que parezca algo que no era. Lo sentimos mucho. —dijo Heidi.

—Así es, yo sí los estaba espiando pero Stan y Kyle nunca se besaron, fue todo edición por nuestra parte. Wendy, espero puedas perdonarnos, queremos seguir siendo tus amigas. —dijo Bebe.

—...Si querían que mi novio y yo terminásemos, las felicito, porque lo consiguieron. No vuelvan a dirigirme la palabra. Ninguna de ustedes. Y tú tampoco, Stan. No me creo lo del Photoshop, no soy idiota. —dijo la chica de chaqueta violeta, dando media vuelta y abandonando la cafetería.

—¡Wendy, espera, no te vayas! —Stan salió corriendo detrás de ella, ante la mirada decepcionada de Kyle.

—A pesar de todo... —murmuró el pelirrojo.

—¿Que sucede, amigo? —preguntó Kenny.

—A pesar de todo, irá tras ella.

—Kyle, dale tiempo, Stan recapacitará.

—No, ya me cansé. Si quiere seguir viviendo una mentira, allá él. No lo molestaré más. —dijo, caminando hacia la salida.

En ese instante, algo hizo click dentro de Stan, y cuando su mejor amigo pasó a su costado, notó que un par de lágrimas brotaron de sus ojos. Lo estaba hiriendo de nuevo.

—¿Qué estoy haciendo? A la mierda con Wendy, ya se terminó todo con ella, pero con Kyle recién comienza. No quiero que sufra, además debo decirle mis verdaderos sentimientos... Pero lejos de todas estas personas. —pensó—. De seguro correrá a su casa, ¡Espérame, Kyle!

El pelinegro regresó rápidamente al salón de clases para recuperar su mochila, notó que la de Kyle no estaba, lo que confirmó su sospecha sobre donde había ido. Mandando todo al carajo, salió de la escuela en dirección a la casa de Kyle.

—¡¡Kyleee!! ¡Detente, por favor! —gritó, pero de pronto tropezó con una roca y cayó sobre la nieve—. ¡Espérame!

—¿Stan? —dijo, volteándose y viendo a Stan a unos metros de él. Se acercó, mirándolo hacia abajo—. ¿Por qué me sigues? Te perderás las clases, y Wendy debe estar preguntándose en donde estás.

—Me importa menos que un maní.

—¿Qué cosa?

—¡Las dos que dijiste! Al diablo con las clases, y con Wendy. No quiero estar con ella, porque a quién de verdad quiero es a ti. Al fin lo entiendo y no quiero seguir mintiéndome a mí mismo. Te amo, Kyle. ¿Puedes perdonar a un idiota como yo? —preguntó, mirándolo con sus enormes ojos azules.

—...No puedo decirle que no a esos ojos. Ven, te ayudo. —dijo, ofreciéndole su mano a Stan, quién la aceptó enseguida, levantándose.

—Gracias. Y... ¿Cual es tu respuesta, Kyle? ¿Todavía te gusto?

—Claro que sí, tonto. Lo que no entiendo es por qué me besaste, si a la primera oportunidad volverías con tu novia. Creí que solo estabas jugando conmigo.

—Para ti es fácil ser tu mismo, pero para mí no. No sé cómo reaccionarán mis padres cuando les cuente que me gusta un chico. También me asusta lo que pueda pensar el resto, nuestros amigos, pero parece que mi amor por ti es más fuerte.

—Sigamos hablando en mi casa, hace un poco de frío.

—Sí, mejor.

Caminaron un par de cuadras más hasta llegar a la residencia Broflovski, Kyle abrió la puerta y subió a su habitación, seguido por Stan. Se quitaron las chaquetas, quedando ambos en camiseta.

—¿Quieres algo para tomar? —preguntó Kyle, abriendo un mini bar que tenía al lado del escritorio.

—No sabía que tenías uno de estos, está muy bonito.

—Lo compré con parte de mis ahorros. Tengo gaseosas, latas de Arizona, spicy ginger beer y agua, ¿Qué prefieres?

—¿Tienes jugo de uva Arizona?

—Si, queda uno. Ten. —dijo, pasándole la enorme lata color violeta a su amigo.

—¡Gracias! ¿Qué ibas a decirme antes?

—Stan, no siempre fue fácil para mí lidiar con mi inclinación sexual. Al principio tenía dudas, miedo, y creía que era solo una etapa, pero resultó que no. Me gustas desde los quince años. A esa edad le confesé a mis padres que era gay, pero no les dije que me gustabas para que las cosas no se pusieran raras entre nuestras familias. Desde entonces soy más feliz y me siento libre, fue la mejor decisión.

—Ya veo...

—Si de verdad quieres estar conmigo, podemos superar los obstáculos que se presenten juntos. Puedo ayudarte a contárselo a tus padres. Y a la mierda lo que opine el resto, que se metan en sus propias vid-

—Kyle.

—¿Ah?

—¿Quieres ser mi novio?

—S-si lo preguntas tan de repente, yo... —dijo, ruborizándose.

—...

—¡Sí, por supuesto que quiero tener una relación contigo, Stan! Estoy tan aliviado, en la escuela por un momento pensé que irías detrás de Wendy como siempre...

—Si la mencionas una vez más, te voy a atacar. —dijo, con una sonrisa traviesa.

—...Wendy.

—Está bien, ¡Tú lo pediste! —dijo, saltando sobre el pelirrojo y haciéndole cosquillas.

—¡No de nuevo, Stan! Siempre me ganas en guerra de cosquillas, jajaja, ya, ¡Déjame!

—No te resistas. —dijo Stan, empujando suavemente a Kyle sobre la cama. Luego se puso encima de él, presionándole las muñecas a la altura de la cabeza.

—Stan, ¿Qué haces?

—¿Que no es obvio? —preguntó, luego rozó los labios de Kyle con los suyos, abriéndolos con la lengua para besarlos—. ¿Están tus padres en casa?

—Ah... N-no, no están, pero Stan, ¿Qué tienes en mente?

—Kyle, no puedo soportarlo más, yo... Quiero hacerlo contigo. —dijo, agarrándole la pierna al chico y subiéndola a su hombro. Sus caderas quedaron juntas, friccionándose una con la otra.

—¿¡Quieres hacer e-eso ahora!? —exclamó, sonrojado.

—Sí, ¿Podemos? —le preguntó, besando el dorso de su mano derecha.

—No lo sé, es que yo...

—No me digas que eres virgen... No, mejor dilo, amaría ser tu primero.

—...Sí lo soy. He usado juguetes, pero jamás he tenido sexo con alguien. —confesó.

—No tienes que avergonzarte, no tiene nada de malo. Por favor, déjame cogerte, prometo ser gentil.

—Ok. Siempre hay una primera vez, supongo. Y a decir verdad, también me gustaría que fuera contigo. Cógeme, Stan. —dijo, sintiendo el rostro caliente.

—¡Aaa, si lo dices así, me pones a mil! Eres tan lindo, Kyle. Me gustas mucho. —murmuró, acto seguido besó al pelirrojo, lentamente girando su lengua con la propia.

Aquella danza de lenguas fue apasionándose gradualmente, transformándose en un lujurioso beso que provocaba que ambos se estremecieran, la lengua de Stan entraba y salía de la boca de Kyle, quién le había quitado el gorro a su pareja para acariciarle el cabello. En un momento, notaron sus mutuas erecciones y se quitaron la ropa, quedando solo en bóxers. Sus “partes privadas” se rozaron por encima de la delgada tela, causando que Kyle soltara unos gemidos, mientras Stan le bajaba la ropa interior.

—¿Qué vas a hacer? Sta- ¡Aah! —gimió, al sentir una lamida sobre su miembro.

—Tienes cabello rojo inclusive aquí abajo, jaja. Hey... Te la quiero chupar, ¿Me dejas? —preguntó, ruborizado al igual que su amante, luego introdujo el pene de Kyle en su boca, succionando y relamiendo la punta en círculos de vez en cuando. Comenzó despacio, apretándolo con la mano, pero fue aumentando la velocidad, ya que ansiaba que Kyle se corriera.

—¡Aaah! Stan... Tu lengua está caliente... Si lo haces tan rápido, me... Aah... Ngg... —jadeó, tapándose la boca con una mano y cerrando los ojos.

—¿Te vas a derretir? —preguntó, luego continuó chupándosela a su nuevo novio.

—Aah, se siente muy bien... Increíble, cómo... Aaah... ¿Cómo es que lo haces tan bien? A este paso me voy a correr... Stan, sal de ahí, me vengo... Aaah... Ah, ahh, ah, ¡Aaaah!~

Un chorro de líquido transparente llenó la boca del pelinegro, quien lo tragó por completo, impactando a Kyle, que no lo podía creer.

—¡I-idiota! ¿Te lo tragaste? ¿¿Por qué??

—No tenía sabor a nada. Debes estar sano. Perdón si te sorprendió, es que quiero todo de ti.

—Qué tonterías dices... —dijo, evitando el contacto visual.

—Tócame, y mira como me pones de caliente... La tengo re contra dura. No sé que hacer, no quiero hacerte daño. Supongo que puedo prepararte con mis dedos. ¿Tienes lubricante?

—En el velador de acá, al lado de la cama. Abre el cajón y lo encontrarás.

—Perfecto. —dijo, vertiendo la cantidad necesaria del cristalino gel en sus dedos, después metió el del medio cuidadosamente en la entrada de Kyle, tratando de sentir la próstata.

—¡Aah!

—¿Puedes con dos dedos? —preguntó, introduciendo también el índice y sintiendo una pequeña protuberancia. La estimuló repetidas veces para ver si era lo que estaba buscando.

—¡¡Aaaah!! ¿Qué rayos fue eso? ¿Qué hiciste?

—Se siente diferente aquí, ¿No es así? Se te puso más grande. —dijo, tocando el interior del chico—. ...Es tu punto p.

—Aaah, aah... Qué... Ah... ¿Qué es eso?

—Es parecido al punto g que tienen las mujeres. Pero esta es tu próstata, es un lugar muy sensible que puede provocar orgasmos, sin tener que tocar necesariamente el frente. ¿Te gusta?

—Aah, Stan... Ya no puedo más, te necesito dentro... Métela, por favor... Aah...

—Dios, que sexy, me muero. —pensó Marsh—. De acuerdo, espera que busco un condón, tengo uno en mi mochila...

El joven lo encontró y se lo colocó, acto seguido volvió donde su amante y le puso lubricante para que no le doliera tanto lo que iban a hacer.

—¿Estás listo, Kyle?

—Sí... Pero espero no decepcionarte, ya que soy un chico y no una chica.

—Si ahora vas a ponerte a hablar tonterías, quedaré como idiota. ¿No ves las ganas que tenía de que llegara este momento?

—Lo siento, Stan. Yo también anhelaba esto... Te quiero.

Con las rodillas, el pelinegro separó las piernas de Kyle y tomó sus caderas, acercándolas para introducir su erección dentro del trasero del chico. Entró sin problemas, provocando que gimiera y apretara el cobertor de la cama.

—¡Aaah! S-Stan... Ah...

—¿Qué ocurre? ¿Te duele? Si quieres podemos parar.

—Sí duele, pero no la saques. ¿Puedes moverte?

—¿Estás seguro? Bueno, allá voy. Abrázame, que es más fácil. —dijo, luego comenzó a embestir a Kyle mientras éste se aferraba a su espalda, clavándole levemente las uñas—. Aah... ¿Así está bien?

—¡Aah! M-más despacio, ah... Mmm... Ve más profundo... Ngg...

—¿Así? Te gusta cuando la meto completa... Ah... Tu interior está tan caliente y me aprietas mucho...

—Qué esperabas... Jamás había hecho esto, aah... Ah... ¡Aaah!

—Esa cara que pones es muy erótica... ¿Se siente bien, amor? Ah...

—Sí, sí, se siente... Aah... es el punto de antes... Lo estás golpeando, se siente eléctrico... Aaah... Más... Stan, quiero más... Aah...

—Tu voz pervertida me excita demasiado... Iré más rápido, déjame ponerme detrás de ti. —dijo, cambiando de posición, aumentando el ritmo de las estocadas y tocando los pezones del chico, girándolos con los dedos. Luego deslizó su mano derecha sobre su miembro húmedo, estimulándolo de arriba a abajo.

—¡Aah! S-Si haces eso al mismo tiempo... Me correré... Ah... Aaah...

—Aah... Kyle, te amo. Te amo, amo esto... Ah... Adoro estar dentro de ti... Estoy cerca, me voy a venir... Aah... —gimió, luego besó el cuello del pelirrojo, generando más sonidos mojados y obscenos.

—También te amo... Aah... No pares, Stan... Aaah... ¡Stan! Me corro, no aguanto más... Mmh... Aah... Ah, aah, ¡¡Aaaah!!~

Al sentir su intenso orgasmo, Kyle se estremeció en espasmos de placer, sacando la lengua con la boca abierta y temblorosa, corriéndose en la mano de Stan, quién después de unas embestidas más, también eyaculó abundantemente, dejando escapar un adorable gemido final. Se separaron, Marsh arrojó el preservativo a la basura, y al volver a la cama con su novio, se abrazaron, mirándose a los ojos, entrecerrándolos y jadeando por el esfuerzo físico. Cuando recuperaron su respiración normal, Stan besó a Kyle en los labios, entrelazando su lengua con la de él y acercando sus cuerpos desnudos. Al terminar el beso, sus bocas quedaron unidas eróticamente por un hilo de saliva.

—Ay dios, eso fue... Fue... —dijo Stan, acariciando el pelo de Kyle.

—...Maravilloso. No puedo creer que en verdad lo hicimos, nuestro primer sexo reconciliatorio.

—Aún estás temblando... ¿Cómo se sintió tenerme dentro de ti?

—Al principio me dolía, pero me acostumbré y después de un rato sentí puro placer. Antes tenía miedo de que nuestra primera vez fuese mala, pero el de recién fue el clímax más sobrenatural que he tenido.

—No jodas, ¿Debería probarlo también?

—¿Dices que yo te penetre a ti? ¿No tendrías problema con eso?

—Si me preparo mentalmente antes, creo que no.

—Jaja, eso sí que no me lo esperaba, ¿Quieres que seamos versátiles, Stan?

—Con el tiempo, quizás. Mira, nuestros pezones se están tocando. Los tuyos se endurecieron, vaya vaya...

—Me encanta el roce de tu piel contra la mía, pero mejor deja eso o me excitaré de nuevo.

—Hey, Kyle.

—¿Si?

—No cambiaría este momento aquí contigo por nada del mundo. —dijo, abrazando fuertemente al chico de ojos negros.

—Yo tampoco, esto parece un sueño. Oye, será mejor que nos vistamos, por si llegan mis padres. Así no pasará nada que arruine nuestra felicidad.

—Está bien, pero, ¿Podemos seguir regaloneando luego?

—Obvio que sí, Stan. Todo lo que quieras.

Los chicos se limpiaron, se vistieron y después de ir a buscar agua junto con algunos snacks a la cocina, regresaron al cuarto, pusieron música chillwave y se acostaron arriba de las sábanas, Stan abrazó a Kyle por detrás, mirándolo con ternura y sintiéndose afortunado de tener a una persona tan linda y especial en su vida. Se sentía satisfecho de haber tomado la decisión correcta, y se prometió a sí mismo que cuidaría bien de Kyle, que lo protegería siempre, y que lo haría feliz, era lo más importante para él.

 

- Mientras tanto, en la escuela de South Park -

Las clases habían continuado después del incidente en la cafetería, pero el problema llegó a oídos del director PC y Bebe fue suspendida de clases, al igual que Heidi, con la advertencia de que si volvían a hacer otra maldad como las anteriores, serían expulsadas de la escuela. Además de eso, las castigaron con hacer la limpieza de todas las aulas de la institución, y sus teléfonos celulares fueron confiscados por un mes, en un acuerdo con sus padres y el director.

Aprovechando que Stan y Kyle no estaban, los alumnos chismorreaban sobre la foto que habían visto, Kenny había borrado la cuenta en donde se había publicado, pero muchos aún tenían la imagen o habían sacado capturas de pantalla de la misma. Era imposible borrarla de todos los teléfonos, lo único que quedaba por hacer era esperar a que se olvidaran de ella. Los rumores sobre la supuesta relación homosexual entre Stan y Kyle crecían, mientras había un grupo que pensaba que era real, y otro que creía que había sido un fotomontaje hecho por Bebe y su amiga.

A Craig Tucker la situación no podía importarle menos, por suerte no había sido una foto de él con Tweek la que se había viralizado.

Durante el último bloque de matemáticas, decidió apurarse en terminar las guías de ejercicios para ver si podía irse antes, había algo que quería hacer.

—Sé que había pensado en ir a ver a Tweek si se ausentaba por cuatro días, pero... A la mierda, iré hoy a su casa. Necesito arreglar las cosas con él, no soporto más esto. —pensó—. Sr.Brown, resolví todos los ejercicios, ¿Puedo irme? —preguntó, levantándose y dejando las guías sobre la mesa del profesor.

—Muy bien, pero, ¿Por qué quieres irte, Craig? —le preguntó, revisando sus resultados.

—Tengo que ir al... Dentista, sí, al dentista.

—Está bien Craig, puedes abandonar la clase, pero solo porque todas tus ecuaciones están correctas. Que te vaya bien, nos vemos mañana.

—Adiós, profesor.

Craig salió de la sala, y en el camino a la casa de su amigo, pasó por fuera de una nueva cafetería llamada Mad Teahouse, aquel nombre le dio curiosidad, por lo que entró para mirar el menú. El papel tapiz, los muebles y la estética eran una mezcla de estilo victoriano con fantasía, y elementos barrocos en tonos violeta, calipso, dorado, negro y blanco. También habían numerosos cuadros y figuras decorativas de conejos.

—Quizás debería llevarle algo, veamos... Matcha latte, Sakura latte, Pumpkin chai latte, Galactic soda, Butterfly Pea tea... ¿Es que este local no tiene bebidas normales? Esperen, estas si las conozco, Mokaccino, Vainilla Latte... ¿A Tweek le gusta la vainilla? —pensó, sin darse cuenta de que la barista se había acercado a él.

—Hola, bienvenido a Mad Teahouse. Nuestra cafetería está inspirada en el mundo de Alice in Wonderland. Si hay algo que no conozcas, puedo ayudarte. ¿Qué deseas ordenar?

—Hola, sí, dame un Vainilla latte por favor, para llevar. —dijo, sacando su billetera—. Vaya, a Tweek le fascinaría este lugar. Sería agradable venir juntos algún día. —pensó.

—Ok, son $3.50. Volveré enseguida con tu café.

—Aquí tiene, gracias. —dijo, pasándole el dinero a la chica.

Ocho minutos después, la barista le dio a Craig un vaso mediano para llevar, estaba tan caliente que el chico de gorro azul tuvo que cambiar de manos para llevarlo. Siguió caminando hasta llegar a la residencia Tweak, y tocó el timbre. La madre de Tweek abrió la puerta, sonriendo al verlo.

—Oh, Craig, eres tú. ¿Viniste a ver a mi hijo?

—Hola Sra.Tweak, así es, ¿Puedo pasar?

—Tweek no se ha sentido bien esta semana, desde el lunes en realidad. Ese día llegó a casa muy deprimido, y a la mañana siguiente tuvo un ataque de pánico al despertar. Pero supongo que le alegrará verte. Entra, está arriba en su habitación. Puedes quedarte a merendar si quieres.

—Gracias, pero no me quedaré mucho tiempo. Con permiso.

El chico subió las escaleras y tocó la puerta del cuarto de su amigo, abriéndola un poco.

—¿Tweek? Soy yo, Craig.

—¡Aaaa! ¿Qué haces aquí?

—Necesito hablar contigo.

—No tenemos nada de que hablar. Es mejor que te vayas, Craig. —dijo, caminando de un lado a otro cuando Tucker se acercaba a él.

—Por favor, no me evites. Estaba muy preocupado por ti, sabes. Entiendo que estés enojado conmigo, pero ¿Ausentarte por tres días? ¿No crees que exageras?

—No fue solo por... Tuve una crisis. —dijo, sentándose sobre la cama.

—Podemos hablar sobre eso si quieres. Mira, te traje la tarea y esto, aunque no sabía si te gustaba. —dijo Craig, sentándose junto a Tweek y entregándole el café.

—Vaya, gracias, me encanta el Vainilla latte. Es muy suave y dulce.

—Como tú.

—¡¿Qué?!

—¿Qué? Jajaja, oye, no escupas el café. Tweek, escucha, de verdad lo siento por todo lo que te dije el lunes pasado. Tenías razón, fui cruel y no consideré como te sentías.

—Gracias por disculparte, no pensé que lo harías.

—No podemos estar enojados por siempre. Siendo sincero, cuando te confesaste, me chocó bastante y no quería creerlo. Pero negar tus sentimientos estuvo mal. Para mí es difícil ser empático con los demás. Y también es complicado lidiar con lo que sucede en la escuela, esos dibujos Yaoi, digo, jamás se me habría ocurrido estar así contigo.

—Entiendo... Sé que jamás te gustaré de esa manera, pero-

—Déjame terminar. Pensé mucho en lo que me dijiste ese día. Me siento halagado, nunca pensé que alguien gustaría de una persona como yo. Soy insensible, estoico, violento, y me enojo con facilidad, pero tú aún así me quieres.

—Debo estar loco, supongo. —dijo, dándole un sorbo a su latte y dejándolo sobre el escritorio.

—Y detesto que por mi culpa hayas tenido una recaída. ¿Te sientes mejor ahora?

—Si, me estoy tomando unas pastillas. La crisis fue porque pensaba que lo había arruinado todo contigo. Que no volveríamos a ser amigos, que fue un error confesarme, que me odiabas, que te doy asco.

—Jamás me darías asco, Tweek. De hecho, es lo contrario. —dijo, sonrojándose.

—¿Como así? Tus mejillas están rojas.

—¡No lo digas! Mira, una parte de mi cree que eres lindo, ya. Y que no sería tan mala idea intentar algo contigo. No sé que es lo que siento cuando te veo, pero es la primera vez que me pasa. No me doy cuenta y ya estoy acordándome de ti, re pienso las cosas, me encabrono de la nada, tengo ansiedad, me confundo, y los chicos se burlan de mí en la escuela, por culpa de esos malditos dibujos, me llaman “marica” y los que me respetaban, ya no lo hacen. ¡Desde que me dijiste que yo te gustaba, mi vida es un desastre! Sin embargo, al mismo tiempo... quiero acercarme más a ti, y ver qué pasa, ni yo me entiendo.

—¿Qué? No me des falsas esperanzas, ¡No necesito que estés conmigo por lástima! —gritó, cubriéndose el rostro con las manos, con la respiración acelerada y sintiendo que sus ojos se humedecían.

—Tweek, cálmate, estoy siendo sincero-

—¡No, tú no lo entiendes! ¡Cuando entro en pánico o me desespero, no puedo calmarme! ¡Simplemente no-

El chico de ojos verdes agarró las muñecas de Tweek y en un rápido movimiento, le encajó un sutil beso en los labios, casi sin moverlos, solo sintiendo aquel cálido contacto, y como la respiración del rubio se calmaba después de un momento.

—Te calmaste. Dime, ¿Eso te pareció falso?

—...C-Craig... Por qué...

—¿Crees que te besé por lástima?

—¡N-no lo sé!

—¿Quizás tengo que hacerlo de nuevo? —murmuró, acercando su cara a la del despeinado chico, pero éste le colocó las manos sobre la boca.

—Espera, Craig... ¿Qué significa esto?

—Quiero besarte.

—¿¿Pero por qué??

—¿No es lo que siempre has querido?

—No, o sea, sí, pero no entiendo, tan de repente...

—Creo que me gustas. —dijo, sonrojado.

—...¿Crees? El lunes pasado dijiste que no podías estar conmigo, y que yo era el confundido.

—¡Pues cambié de parecer, dios! Me gustas Tweek, sin el “creo”.

—Vaya, no sé qué decir, no imaginé que lo dirías... ¿Esto no es una alucinación mía?

—No, es real, aterradoramente real.

—¿A qué te refieres con “aterradoramente”?

—Siendo honesto, me asusta la idea de que me gustes.

—¿Por qué? No te sientas obligado a corresponder mis sentimientos, Craig.

—No me siento obligado, es que esto es totalmente nuevo para mí. No quiero tener problemas en la escuela, y sé que sonará raro, pero Tweek... ¿Podemos ser novios en secreto?

—¿En... Secreto?

—Sí, seríamos pareja aunque nadie lo sabría. Si somos cuidadosos y no damos sospechas, podría funcionar. Por favor, solo hasta que tenga el valor de ser yo mismo.

—...Está bien. —dijo, desviando la mirada.

—Creí que estarías más feliz, ¿Qué pasa?

—Nada, es solo que tienes que trabajar en tu amor propio, amigo.

—No me llames “amigo”, ahora soy tu novio. —dijo, aproximándose al cuello de Tweek, para besarlo, hasta llegar a su oreja izquierda, la cual mordió sensualmente.

—¡O-oye! No hagas eso, Craig... No mi cuello, ¡Hey!

—¿Sabes que eres pésimo abotonándote la ropa? —dijo, rodeando la cintura del rubio y metiendo las manos por debajo de su camisa verdigris.

—H-hey, ¿¿Qué crees que haces?? ¡Detente! Craig... Aah~ —dejó escapar un gemido, estremeciéndose al sentir las manos del pelinegro deslizándose sobre su piel y pecho, e instantáneamente se tapó la boca, abriendo los ojos como platos.

—Vaya vaya... ¿Qué fue eso, Tweek?

—¡NADA!

—No sonó como nada según yo, jaja.

—¡No te rías de mí, idiota! Todo es tu culpa, por tocarme así... —dijo, ruborizándose.

—Lo sé... ¿Puedo tocarte más?

—Eh... to-tomémoslo con calma, ¿Si? —preguntó, poniendo sus brazos alrededor del cuello de Craig.

—¿Los besos están ok?

—Sí... Besarnos está bien. —le daba vergüenza hacer demasiado contacto visual, por lo que miraba hacia abajo.

—Eres adorable, ¿Qué voy a hacer contigo? Vamos, mírame, Tweek. —le pidió, y el chico así lo hizo—. Nunca me había fijado en lo bellos que son tus ojos, son una mezcla de azul y amarillo verdoso.

—Jaja, son algo inusuales. A mí siempre me han gustado los tuyos.

En ese instante, los chicos acercaron sus rostros gradualmente, hasta fusionarse en un inocente beso, pues ninguno de los dos sabía muy bien como hacerlo, y sus labios aún tenían que adaptarse entre sí, Tweek le quitó el gorro a Craig para acariciarle el cabello, se sentía tan sedoso y era de un color negro brillante. Cambiaron de posición, esta vez Tweek se sentó en el regazo de Tucker, apoyando las manos sobre su pecho, e intentaron unos cuantos besos más.

—¿Lo hago muy mal? —preguntó Tweek.

—Sabes a café, jaja. Tenemos mucho tiempo para practicar, cariño. —respondió Craig, abrazándolo—. Parece que después de todo, me quedaré a merendar contigo.

Siguieron besándose, no podían aburrirse de eso, era normal siendo jóvenes de 17 años, pero tuvieron que parar porque Craig recordó que tenían tarea de biología. Se ayudaron mutuamente a terminarla, y más tarde jugaron videojuegos y tomaron té. Craig se sentía aliviado de haber arreglado las cosas con uno de sus mejores amigos, aunque ahora su relación había cambiado, y ninguno de los dos sospechaba que ya nada sería lo mismo desde ese día, o más bien dicho, desde el siguiente.

Notas finales:

Gracias por leer! Nos vemos pronto, se cuidan~


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