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¡¡¡CUENTA HASTA 10!!! por Orseth

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            Ya ni disfrutó el resto del día, solo se la pasó lamentándose de sí mismo.

            -Y no tengo su número ni dirección para disculparme… -pensó ya en la noche, estando acostado- aunque ¿Qué le diría?... ¿perdón Potter por ofrecerte mis nalgas?... ¡oh mierda! –Gimió enterrando la cara en la almohada.

            Tardó mucho en dormirse, pero al fin lo hizo.

 

 

______________

 

 

            Cuando se levanto el lunes para iniciar su día, la vergüenza del sábado tuvo que ser dejada a un lado para concentrarse en lo que le deparaba la jornada que tenía por delante, así que llegó a la oficina vestido con su mejor traje y corbata, confirmó el almuerzo y los documentos que los ejecutivos iban a usar.

            -¿Todo listo Draco? –preguntó el señor Wayne llegando quince minutos antes de las 9:00 am.

            -Sí señor, todo listo.

            -Bien, no tardan en llegar, recibiré al señor Hanson en mi oficina, a los demás condúcelos a la sala de juntas.           

            -Lo haré, no se preocupe.

            Media hora después, un hombre como de setenta años, de larga barba estilo Dumbledore y vestido con una elegante túnica llegó; aunque nunca lo había visto en persona, Draco se había asegurado de conocerlo por fotografías para no cometer ningún error.

            -Buenos días señor Hanson –saludó Agnes levantándose rápidamente en cuanto lo vio entrar.

            -Buenos días Agnes ¿Cómo has estado?

            -Muy bien señor ¿y usted?

            -Dentro de todos mis achaques de viejo, también.

            -¿Gusta un café? –Dijo entonces Celestine acercándose también- sé exactamente como le gusta, puedo llevárselo en cinco minutos a la oficina.

            -También un aperitivo –intervino Angus haciéndose presente también- conozco su restaurante favorito señor.

            Draco ni siquiera había tenido oportunidad de hablar, estaba molesto, la actitud rastrera de aquellos tres era desagradable; sin embargo, si había algo que le había aprendido a Lucius era a esperar el momento correcto con la actitud correcta, por lo que se quedó en su escritorio sin decir nada esperando a que el trío asqueroso de zalameros terminaran su rutina de recibimiento.

            El señor Hanson rechazó todo amablemente y luego siguió su camino a la oficina del señor Wayne, deteniéndose frente al escritorio de Draco, quien sonriendo se levantó dándole la mano.

            -Buenos días señor Hanson.

            -Buenos días muchacho –respondio el viejo mago respondiendo el saludo- así que tu eres el hizo de Lucius ¿cierto?

            -Así es señor, quiero agradecerle la oportunidad de laborar en su empresa, mi padre también está muy agradecido, me ha contado muchas cosas de usted.

            -Espero que todas buenas –respondió riendo.

            -Pues no todas pero si muy interesantes –dijo sonriendo.

            El anciano rio con ganas y después le palmeó el hombro diciendo:

            -¿Me regalas un té por favor?

            -Claro señor ¿té verde con flores de jazmín le parece bien?

            -Me parece perfecto.

            Draco no era tonto, había averiguado detalles del señor Hanson con su padre, éste le había dicho que el hombre era un fanático del té, especialmente del que Draco le había ofrecido, así que había comprado un paquete de la marca Whittard, el favorito del viejo.

            Cuando el anciano entró a la oficina del señor Wayne, Draco puso manos a la obra sintiendo sobre sí las miradas asesinas de aquellos tres.

            -Arrastrado… -masculló Celestine desde su lugar, pero lo suficientemente alto para que Draco la oyera.

            -El burro hablando de orejas –respondió éste como si nada.

 

 

______________

 

 

            Pronto los demás ejecutivos comenzaron a llegar siendo en total seis personas, todos presidentes de las empresas del señor Hanson dedicadas al mismo negocio, así que todos pasaron a la sala de juntas.

            Draco estaba sentado a la derecha del señor Wayne, asistiéndole en los asuntos de la junta, hasta que llegó la hora del almuerzo, así que faltando quince minutos para las 12:00 de la tarde, se levantó y salió de la sala para confirmar a los meseros y regresar a hacer su exposición; llegó a su escritorio, confirmó el servicio por teléfono una vez mas y miró su reloj sonriendo satisfecho de que todo estuviese saliendo de acuerdo a su meticulosa organización.

            -No estés tan feliz, pequeño bastardo –dijo alguien a su espalda.

            Se giró para recibir de lleno en el pecho un Desmaius que alguien convocó y ya no supo más de sí.

 

 

_____________

 

 

            Todo el día domingo se la había pasado sin salir de casa, aunque en realidad no es que saliera mucho, simplemente que los hechos del día anterior no dejaban de darle vueltas en la cabeza… había besado a Draco Malfoy y no es que eso le causara un conflicto, se había reconocido bisexual hacia años y ya había tenido un par de noviazgos con chicos, lo que le conflictuaba era justamente con quien se había besado.

            Y el lunes, sentado en su escritorio en donde tendría que estar llenando informes, estaba ahí… pensando todavía en ese asunto, no pudo evitar sonreír al recordar lo loco que el rubio se había comportado, lo que le había confesado bajo los efectos del alcohol y lo avergonzado que debía estar al día siguiente; no tenía mucho que había terminado su relación con una chica, por lo que no deseaba comprometerse con nadie ahora, sin embargo debía reconocer que Draco Malfoy no era cualquier persona, había habido un vinculo raro entre ellos de toda la vida y haberlo reencontrado en el curso fue un motivo que lo llevó a aceptar impartirlo cuando vio su nombre en la lista dado que él había dado el curso anterior y ya no era su turno, pero Ron prácticamente le había suplicado suplirlo pues él había planeado unas vacaciones con Hermione en la playa… así que ahí estaba, dándose cuenta de que ese beso no le había desagradado para nada pero también le había confundido pues no sabía a ciencia cierta cuál debía ser el siguiente paso… ¿olvidarlo todo y seguir con su vida?... o volver a verlo y ver que podía suceder.

            Suspiró por centésima vez ganándose una mirada de su compañero de al lado.

            -Ya Harry ve a verla.

            -¿Mmm?

            -Te vas a acabar el oxigeno, eso solo puede ser un lío de faldas.

            -No es nada de eso –respondio riendo- aunque bueno… faldas si traía.

            -Ajá.

            -Mejor ocúpate de tus asuntos –dijo dándole un carpetazo en la cabeza.

            -Sigue tu propio consejo –respondio el otro auror riendo viéndolo alejarse.

            Harry entregó su informe y luego se quedó pensativo una vez más… tal vez no fuese mala idea el ir a verlo, tal vez viéndolo en persona sus ideas se aclaraban, solo que había un detalle, no tenía su dirección, entonces salió de su oficina y se dirigió al área de asuntos menores del cuartel de aurores, en esos documentos tendrían la dirección del trabajo de Malfoy puesto que fue de ahí de donde fue enviado al curso.

 

 

________________

 

 

           

            Despertó en el salón de copiado, se levantó confundido y asustado al mismo tiempo, tardo solo unos segundos en darse cuenta de la situación; sobresaltado miró su reloj viendo que ya eran casi la una de la tarde, abrió la puerta y salió corriendo de ahí.

            Cuando llegó a su piso miró a Celestine  hablando con el señor Wayne frente a su escritorio alcanzando a oírlo cuando decía:

            -Celestine, estoy verdaderamente impresionado… el haberte hecho cargo de la situación, el proyecto que presentaste… ¿cómo es que no vi tu talento antes?

            -¡Señor Wayne! –dijo Draco llegando con paso apresurado.

            -Draco ven a mi oficina –respondio con dureza.

            -¡No, aquí hay un error!

            -Ya lo creo y estoy a punto de solucionarlo.

            -Señor Wayne… -dijo siguiéndolo- algo pasó, no entiendo cómo…

            -Adentro Draco –lo corto con dureza.

            Draco guardó silencio hasta que estuvieron dentro de la oficina.

            -Señor Wayne –dijo sin siquiera sentarse.

            -¿Cómo es posible que hayas abandonado tu trabajo de esa manera? –Dijo sentándose detrás de su escritorio.

            -¿Abandonarlo?... ¡Yo no abandoné nada!

            -¡Celestine me dijo que recibiste una llamada y te fuiste sin siquiera decir nada! ¡Dejaste todo botado, el almuerzo, los meseros, a los ejecutivos!.... menos mal que Celestine se hizo cargo de todo.

            -Usted no entiende… recibí un Desmaius y desperté en el cuarto de copiado ¡fue un plan de esos tres!

            -¿Qué estás diciendo?

            -Un momento… -dijo recordando algo y saliendo rápidamente de la oficina; llego a su escritorio y abrió el cajón donde estaban las carpetas de su proyecto encontrándolo vacío- no… no puede ser… -susurró rebuscando en otros sabiendo perfectamente que los había guardado en ese cajón y no en otro lugar; miró a Celestine y a los otros dos que lo miraban en silencio, con una sonrisa en sus caras.

            -¡Ustedes!... –dijo enderezándose- principalmente tú… -añadió señalando a Celestine y dando unos pasos hacia ella- ¡Tú tramaste esto y me robaste mi proyecto!

            -¿Y?... ¿Qué vas a hacer al respecto? –respondio ella en voz baja mientras tomaba un café.

            -¡¿Cómo te atreves?! –Exclamó anonadado de tal cinismo- ¡Eres una…!

            -¡Draco! –interrumpió su jefe saliendo de la oficina al oír los gritos.

            -¡Señor Wayne ella robó mi proyecto, ese proyecto de ventas yo lo hice!     

            -Siento… siento que te sientas ofendido –dijo ella entonces con voz llorosa y secándose unas inexistentes lagrimas con un pañuelo- Solo quise ayudarte… cuando te vi irte sin decir nada pensé que tenias una urgencia muy importante… por eso Angus y Agnes me ayudaron con lo del almuerzo…

            -¡Tú me hechizaste maldita mentirosa!

            -¡Draco basta! –exclamó el señor Wayne enojado.

            -¿Y mi proyecto?... ¿Qué me dices de eso?

            -Trabajé en eso muy duro… vi tus esfuerzos por salir adelante en este trabajo y me inspiraste… lamento que te sientas mal…

            -¡Pero yo lo hice!... ¿acaso hizo una presentación del proyecto? –dijo volviéndose al señor Wayne, quien solo lo miraba serio.

            -Lo hizo Draco y lo hizo muy bien.

            -¡Pero…!  -exclamó mirándolo sin saber que decir.

            -Incluso el señor Hanson quedó sumamente complacido.

            -No quise causar problemas señor Wayne –dijo Celestine poniéndose de pie y caminando unos pasos hacia ellos sin dejar de enjugarse las lágrimas- lo lamento.

            -Maldita ladrona –masculló Draco apretando los puños- eso es lo que eres, una ladrona de mierda…

            -¡Basta Draco, intenté confiar en ti  y darte la oportunidad de demostrar tu compromiso y talento, pero veo que me equivoqué!

            -¡No se equivocó, ella me hechizó y robo mi trabajo!

            -¡Basta, estas despedido!

            Draco se quedó congelado al oír esas palabras, se le quedó mirando en silencio y con la boca abierta, luego miró a Celestine, quien cubriéndose medio rostro con un pañuelo le guiñó un ojo.

            Sintió que empezaba a ver rojo y el sonido se silencio a su alrededor, metió la mano a su saco y tomó su varita sin sacarla, deseaba verla volar por los aires rompiéndose su cabeza al estrellarse en el piso, iba a lanzar el mejor Bombarda de su vida sin importarle nada, solo quería verla muerta… así que ¿Por qué mejor no un Avada Kedavra en lugar de un Bombarda?... Pero entonces unas palabras llegaron a su cabeza… “la ira desenfrenada, nunca de los nuncas resuelve nada y el resultado es a menudo, mucho peor”

            Se quedó ahí como tonto, con su mano dentro de su saco viendo como la mujer lloraba siendo consolada por sus dos compañeros que lo miraban furiosos.

            -Ya querida –dijo Agnes abrazándola- todo estará bien, no te preocupes.

            -Recoge tus cosas y vete de la empresa –exclamó el señor Wayne- veo que ese curso no te sirvió de nada, pero no es solo el curso, son los principios equivocados que tienes… es una pena.

            Ni siquiera tomó sus cosas, lo que hizo fue darse vuelta y dirigirse al ascensor en donde oprimió el botón una y otra vez sin que el maldito aparato abriera sus puertas.

            -¡Ábrete maldición, ábrete! –masculló apretando tanto su varita que sus nudillos estaban blancos.

            Por fin la puerta se abrió, así que entró y oprimió de nuevo del botón cerrándose de nuevo, solo respiraba por la nariz mientras sus labios estaban apretados; cuando llegó a la planta baja salió directo a la calle y caminó sin rumbo hasta encontrar un pequeño callejón, entró ahí y se quedó quieto, mirando el fondo de la callejuela sin hacer nada.

            -Malfoy ¿estás bien, por qué estas aquí? –Dijo una voz a su espalda -Draco se giró viendo a Harry Potter frente a él… ¿Qué demonios hacia Harry Potter en un callejón vacio?- Te vi salir del edificio pero no te vi bien, así que te he seguido ¿estás bien?

            Draco se le quedó mirando sin decir nada, solo respirando con fuerza sin poder articular palabra… pero entonces sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas haciendo que inclinara la cabeza.

            -Malfoy…

Las lágrimas resbalaron por sus mejillas al tiempo que un sollozo escapaba de sus labios pero aun así sin decir una palabra; entonces Harry lo tomó de la mano diciendo:

-Vamos.

Ambos desaparecieron en un torbellino multicolor.

 

 

_______________

 

 

            Aparecieron en el departamento de Harry en donde Draco prácticamente se desplomó en un sofá llorando con hipidos incontrolables al tiempo que se cubría la cara con ambas manos.

            -Malfoy ¿Qué sucede, puedo ayudarte en algo? –pregunto sentándose a su lado, en el borde del sofá.

            Pero Draco estaba demasiado afectado que aunque hubiese querido, no podía articular palabra, solo lloraba y lloraba haciendo a Harry preocuparse a morir, aunque el auror entendió que debía darle tiempo, si que se levanto para ir por un vaso de agua.

            Pasaron quince largos minutos antes de que Draco por fin lo mirara apenado mientras se sonaba la nariz con un pañuelo desechable que Harry le dio.

            -Lo… lo siento…

            -No te preocupes –dijo sentado ahora en el sofá individual que estaba a un costado- toma un poco de agua.

            Draco obedeció y agradeció el gesto pues sentía la garganta rasposa.

            -Me iré en un momento…

            -No tienes que hacerlo, tómate tu tiempo.

            -Gracias.

            Aunque estaba más calmado, lagrimas silenciosas seguían resbalando por sus mejillas.

            -Malfoy ¿Qué sucedió?

            Tal vez hablar le sentara bien, pero no sabía ni por dónde empezar, además de que el solo hecho de intentar hablar de eso, hacia que las lagrimas acudieran con más fluidez.

            -Lo siento… -musitó de nuevo mirando el pañuelo en sus manos y la cabeza gacha- no puedo…

            -Ven –dijo levantándose y tomándolo de la mano; Lo llevó a su habitación y le hizo sentarse en la cama- quítate el saco y recuéstate un rato, dormir te sentará bien.

            -No tengo sueño.

            -Cuándo lloras tanto te duermes sin siquiera proponértelo… anda, descansa, te lo digo por experiencia- Draco obedeció y pronto se encontró acostado en la cama de Harry Potter mientras éste le ponía una manta encima- estaré en la sala por si necesitas algo.

            Cuando Harry estuvo a punto de cerrar la puerta tras él, Draco dijo:

            -Gracias.

            -Por nada.

 

 

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            Cuando despertó todo estaba a oscuras, se levantó y cubriéndose con la manta salió de la habitación encontrando a Harry leyendo un libro.

            -Potter…

            -¡Ah Malfoy, has despertado!

            -¿Qué hora es?

            -Son las 7.30 pm.

            -¿Es tan tarde?... ¡vaya! Dormí mucho, tenias razón.

            -Ven, siéntate ¿cenamos?

            Draco se sentó pero no dijo nada, estaba avergonzado de haberse mostrado en tal estado ante Harry, quien de nuevo vio a Draco sumirse en el silencio.

            -Malfoy…

            -Creo que debería irme.

            -¿Por qué?

            -Ya causé muchas molestias.

            -No es una molestia… me gusta ayudar ¿puedo ayudarte en algo?

            -Yo… no, no hay nada que hacer, pero te lo agradezco.

            -¿Quieres contarme lo que pasó? Exteriorizarlo ayuda mucho.

            Recordar todo le hacía sentirse pésimo, tanto así que temió volver a llorar como un bebé, sin embargo tenía razón, deseaba que alguien le escuchara.

            -¿Recuerdas porqué fui enviado a tu curso?

            -Por golpear con un bate el escritorio de un compañero.

            -Sí… ese compañero es uno de los tres que se han dedicado a hacer de mi vida un infierno desde que llegué a la empresa, estaban celosos de mi cargo, decían que no lo merecía porque mi padre me lo consiguió… lo cual es verdad pero una cosa es llegar al puesto y otra muy distinta mantenerte ahí… así que trabajé con diligencia a pesar de que esos tres saboteaban mi trabajo, incluso cancelaron otro servicio de meseros en una junta anterior haciéndome quedar como un estúpido… pero a pesar de eso me esforcé, de verdad que me esforcé…

            -Eso es bueno.

            -Deseaba demostrarle a mi padre que a pesar de ser gay puedo poner en alto el apellido Malfoy.

            -Por cierto Malfoy, nunca imaginé que fueras gay –dijo levantándose y yendo a la pequeña cocina por la comida.

            -Pues lo soy –dijo viendo a Harry colocar en la mesita de centro una cesta de pan y un plato con pasta que puso frente a él- pero mi padre no lo acepta.

            -Así que se lo confesaste a tu padre –dijo regresando con otro plato de pasta, cubiertos y servilletas.

            -No, una noche me pescó entrando a la mansión vestido de Alicia en el país de las maravillas.

            -¿Qué? –exclamó sonriendo deteniéndose para verlo mientras iba por vasos y un par de sodas.

            -Sí –continuó frotándose la cara para desperezarse- iba con una peluca rubia divina y un vestido hermoso.

            -¿Es en serio?

            -Por supuesto, nunca me pondría una peluca corriente.

            -No, que si es en serio lo de que tu padre te pescó así.

            -Ah eso… pues sí.

            -¿Y qué pasó? –pregunto por fin sentándose y tomando una soda para abrirla y vaciarla en su vaso.

            -Ya te imaginarás… puso el grito en el cielo, se armó la revolución en la casa, despertó a mi mamá, revisaron mi habitación encontrando revistas de hombres desnudos bajo mi colchón… creo que eso era inevitable pues mis padres son así y eso que no me vio disfrazado de Blanca Nieves y sus siete amantes…

            -¿Qué? –preguntó sonriendo incrédulo.

            -Sí… en el club al que voy hacen concursos y una vez hice mi propia versión de Blanca Nieves y contraté a siete Strippers… obviamente gané –concluyó con una sonrisa triste.

            -No lo puedo creer.

            -Mis padres tampoco.

            -¿Qué quieres decir?

-Que no esperé  que después de eso se comportaran como si nada hubiera pasado, es decir, como si eso solo hubiese sido una broma de mi parte.

            -¿Cómo es eso?

            -Mi padre dice que solo estoy confundido –respondio tomando un trozo de pan- que solo es una etapa y que para superarla necesito convertirme en hombre, como si ahora fuera un chango o que se yo.

            -¿Y tu mamá que dice?

            -Dice lo mismo, por eso mi padre hizo lo que hizo.

            -¿Y qué hizo?

            -Me alquiló un departamento que yo pagaré con mi propio sueldo además de la comida y la ropa, me consiguió un empleo y canceló mis tarjetas.

            -Bueno Malfoy, eso hacen la mayoría de las personas para sobrevivir –dijo enredando la pasta en su tenedor.

            -Me costó entenderlo pero lo hice, pero ese no es el problema verdadero… hace esto para castigarme, para obligarme a ser quien no soy… cree que siendo gay soy una vergüenza para el gran apellido Malfoy, aunque bueno, en parte lo entiendo… nunca imaginó que el gran Lucius Malfoy tendría un hijo maricón.

            -No te expreses así de ti, no eres ninguna vergüenza.

            -Yo lo sé pero… quería demostrarlo –respondio dándole vueltas a su tenedor en la pasta más de lo necesario- quería que… nada –añadió sonriendo débilmente mientras seguía enredando su pasta.

            -No, dime.

            -Yo… bueno, quería que mi padre estuviera orgulloso de mí.

            -Eso es normal, yo querría lo mismo si mi padre estuviera vivo, no es ninguna vergüenza, pero hablas como si eso no fuera posible.

            -No lo será… al menos no por ahora.

            -¿Por qué?      

            -Me despidieron.       

            -¿Cómo, por qué? –preguntó dejando su tenedor en el plato para mirarlo fijo.

            Recordar todo le hizo quedarse callado, con un horrible nudo formándosele en la garganta.

            -Tranquilo Malfoy, todo está bien ¿puedo llamarte Draco?

            Draco alzo la cara viéndolo sorprendido.

            -¿Es en serio?

            -Sí ¿Por qué no habría de serlo?

            -Es que… bueno, creía que te caía mal.

            -Y efectivamente me caías mal, pero eso eran cosas de chicos, cosas del colegio.

            -Ah –respondio quedándose callado por unos minutos mientras Harry seguía comiendo.

            -Come, esta bueno.

            -¡Oh si, gracias!

            -¿Y entonces?

            -Claro, llámame por mi nombre.

            -Tú puedes llamarme por el mío.

            -Bien… -respondio sonriendo- eso me agradaría mucho.

            -Y volviendo al tema ¿Por qué te despidieron?

            Draco suspiro al tiempo que dejaba su tenedor y se recargaba en el sofá.

            -¿Recuerdas los días en que me iba primero que todos del salón?

            -Sí.

            -Bueno, como ya te había comentado, trabajaba en un proyecto personal para la empresa, dediqué muchas horas y esfuerzo y finalmente lo terminé, iba a presentarlo hoy aprovechando una junta con los directivos de la empresa, incluido el dueño pero… -Harry lo vio quedarse callado un momento- pero cuando salí de la sala de juntas para recibir el servicio de comida para los ejecutivos, alguien me aplicó un Desmaius y me encerró en el cuarto de copiado, cuando desperté todo había pasado, la junta había terminado y una de las secretarias que me odia se había robado mi proyecto y lo había presentado como suyo ante la junta.

            -¿Qué?

            -Sí… cuando llegué vi al jefe felicitándola por tan excelente trabajo y además ella dijo que dejé abandonado mi trabajo… no pude evitarlo y le grité muchas cosas… y bueno… el jefe me despidió… no pude conservar ni tres meses el trabajo que me consiguió mi padre.

            -Vaya, ya veo…

            -No podré salir del closet orgullosamente –añadió viéndolo con una sonrisa amarga mientras las lagrimas empañaban sus ojos- soy un idiota, lo siento –dijo sorbiendo la nariz y destapando su soda; Harry no dijo nada, siguió comiendo aun impresionado de tal desfachatez de los compañeros de trabajo de Draco, quien al parecer había madurado y había comenzado a esforzarse para lograr sus metas en la vida-  el señor Wayne se lo contará al señor Hanson y él se lo dirá a mi papá… creo que no iré a la mansión en un buen rato.

            -Lo lamento, de verdad.

            -Gracias… por cierto, dices que me viste salir del edificio ¿Por qué estabas ahí?

            -Acudí a un llamado, pero no era nada de cuidado ¿te sientes más tranquilo?

            -Sí, de nuevo te agradezco.   

            -¿Draco Malfoy agradeciéndome muchas veces? Algo raro pasa aquí.

            Draco sonrió y siguió cenando.

 

 

_____________

           

 

 

            Cuando dieron las nueve de la noche, Draco consideró que era hora de regresar  a casa.

            -De nuevo te agradezco, llegaste en el momento justo, no sé que hubiera hecho.

            -No hay de que Draco, cuídate.

            Draco usó la red flú de Harry y llegó a su casa en donde esta vez no tuvo ganas de llamar a Blaise, simplemente se dio una ducha y se acostó a dormir aunque de sueño no tenía nada.

 

 

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            Al día siguiente Harry fue a la empresa donde trabajaba Draco y pidió una reunión con el señor Wayne el cual no estaba, por lo que tuvo que esperar un rato hasta que llegara, mientras tanto se dedico a observar con discreción a las tres personas que ocupaban los escritorios que estaban ahí; luego  miró el más grande, justo el que estaba frente a la oficina principal y que estaba vacío, supuso que ese era el que Draco ocupaba.

            -Pero Celestine –dijo un hombre que preparaba un café en su escritorio- ¿sabes elaborar informes presupuestarios y estimaciones de costos y ganancias, además de explicar las repercusiones económicas o un balance general?

            -Pues no pero puedo tomar un curso ¿no? digo, esas cosas pueden aprenderse sobre la marcha.

            -Además Angus –intervino la otra mujer- aquí lo principal es que Celestine no olvide su promesa ¿no es así Celestine?

            -Ya les dije que lo haré –respondio rodando los ojos.

            -Pues espero que lo logres… -continuó Angus tecleando algo en el ordenador- y tomes otro curso en donde te enseñen a crear gráficos, flujogramas y proyecciones para introducir la información y los pronósticos.

            -¿Qué? –exclamó ella haciendo muecas de alguien a quien le han hablado en chino.

            -Pues sí, eso hace un economista –respondio viendo en su PC lo que hacia uno.

            -Amigos se están estresando demasiado –dijo alzando las manos como poniendo paz- todo saldrá bien, ya lo verán.

            -Buenos días –saludo el señor Wayne saliendo en ese momento del ascensor.

            -Buenos días señor –respondieron a coro mientras Celestine se levantaba para presentar a Harry.

            -Señor Wayne, el auror Harry Potter está esperándolo.

            -¿Un auror, hay problemas? –pregunto extrañado.

            -No señor, es una visita sobre sistemas de seguridad, esperaba poder hablar con usted sobre eso.

            -Bien.

            Los dos hombres entraron a la oficina en donde tardaron más de una hora hablando, luego Harry salió de ahí despidiéndose con cortesía del trío infernal.

 

 

______________

 

 

 

            Al día siguiente el señor Wayne llegó como de costumbre saludándolos a todos.

            -Celestine, después del almuerzo quiero hablar contigo sobre tu proyecto.

            -Sí señor ¿gusta que le lleve un café?

            -Sí, gracias.

            Celestine le llevó al café y se sintió tentada a preguntarle sobre que exactamente quería hablar del proyecto, pero se contuvo sabiendo de antemano que eso sería contraproducente.

            -Gracias –respondio el jefe cuando ella dejó el café en su escritorio.

            Cuando salió se dirigió preocupada a sus compañeros.

            -¿Qué querrá preguntarme sobre el proyecto?

            -Es obvio que detalles del mismo me imagino –exclamó Agnes.

            -¿Segura que lo expusiste bien? –pregunto Angus.

            -Por supuesto, cuando lo seguí y lo vi exponiéndoselo al tipo del departamento de ventas confirmé que algo se traía entre manos, me puse muy atenta y entre abrí la puerta con mucho cuidado, luego vacié todo en un pensadero y me pasé todo el fin de semana estudiándolo, incluso traté de imitar sus gestos cuando presentaba las gráficas en las diapositivas, también estudie la carpeta y casi ni dormí ese fin de semana ¡Dios ni para los Timos en Hogwarts estudié tanto!

            -Entonces no te preocupes, todo estará bien, además ya no está ese Malfoy aquí para que eche todo a perder –concluyó Agnes restándole importancia al asunto- como tú dices, todo sobre la marcha.

            Entonces el ascensor se abrió dejando salir nada menos que a Draco Malfoy.

            -¿Y tú qué haces aquí? –preguntó Angus frunciendo el ceño, pues el recuerdo aterrador del bate de beisbol destrozando su escritorio aun estaba muy presente.

            -¿Cómo es que seguridad te dejó pasar? –Preguntó Celestine cruzando los brazos- tú ya no perteneces a la empresa, el jefe te despidió.

            -Solo vengo por mis cosas –respondió Draco dirigiéndose a su escritorio.

            -Tú no sacas ni una pluma de ahí.

            -No soy un ladrón como tú.

            -Escucha querido Lucas, esa palabra es muy fea ¿Por qué mejor no lo llamamos reajuste laboral?

            -¿Reajuste laboral, estás loca?

            -No, me refiero a que fue necesario confiscar tu proyecto por el bien de la empresa.

            -¿Por el bien de la empresa, de qué demonios hablas?

            -De que nosotros formamos parte de esta empresa desde que tú te limpiabas los mocos en Hogwarts, no era justo que tu ocuparas un cargo tan importante siendo que apenas eres un chiquillo recién egresado del colegio que nunca se ha esforzado por nada en su vida y nunca ha trabajado como nosotros, era alguno de nosotros quienes debíamos ocupar ese puesto y de repente llegas tú, tan feliz y campante a aplastar el culo en esa silla que no te pertenece.

            -¡Sólo eres una secretaria, no tienes la preparación académica que se necesita!

            -¡Me importa una mierda!... Tú nunca debiste ocupar ese lugar –exclamó con rabia, como si de verdad estuviese culpando a Draco de un crimen muy grave.

            -¿Y solo por eso fuiste capaz de hechizarme y encerrarme en un cuarto? –Dijo con incredulidad y sorpresa al mismo tiempo.

            -Solo fue un Desmaius no seas dramático –intervino Angus- no es como si te hubiera aplicado un Cruciatus o algo así.

            Draco se dio la vuelta mientras se ponía una mano en la frente y otra en la boca como si estuviera a punto del colapso.

            -Mejor vete  de aquí mortífago –añadió Celestine- termina de aprender tu lección y lárgate de aquí.

            -¿Cómo me llamaste? –respondio anonadado dándose la vuelta para mirarla.

            -Mortífago… ¿o negarás que tu familia salió libre solo por su dinero e influencias?

            Draco la miró unos minutos en silencio para luego decir:

            -¿Quién de ustedes arruinó mi primer almuerzo aquí?

            -¿Eso qué importa querido Lucas? Desde ese momento debiste darte cuenta de que este no era tu  lugar, te mostramos muchas veces y tú no terminaste de entender… así que tú no te llevas ni una pluma de aquí o llamaré a seguridad y te acusaré de ladrón ¿entendiste? El señor Wayne volverá a darme la razón.

            Draco exhaló un suspiro y fue a desplomarse en su silla mientras se cubría la boca con ambas manos a todas luces estupefacto.

            -Pero que desfachatez –dijo Agnes- poniéndose de pie también- ¡lárgate ya, ese no es tu sitio!

            Sin decir nada, Draco metió su mano a su saco y sacó un frasquito del cual bebió unos sorbos y  ante el  azoro de aquellos tres su rostro comenzó a transformarse hasta tomar la faz de su jefe, el señor Thomas Wayne.

            -¿¡Pero qué…?! ¿¡Qué estúpida broma tuya es esta?! –exclamó Celestine.

            -No puedo creerlo… -dijo el señor Wayne en la misma postura.

            Entonces la oficina se abrió y salió “el primer” señor Wayne, que tomando también una poción de un frasquito, se transformó para dar paso a Harry Potter; aquellos tres miraban todo sin entender nada.

            -¿Y bien, ahora si me cree? –Preguntó Harry- ¿ahora sí ve “los desvaríos” de Draco tal cual son?

            El señor Wayne lo miró y luego miró a Celestine, quien a pesar de ser todo tan evidente, la negación y el temor hacía lo suyo.

            -Esto es un error… no entiendo –dijo bajando la intensidad de sus palabras.

            -¿Cómo es posible? –Preguntó el señor Wayne sin levantarse, temeroso de caer por la impresión- los tres tienen más de diez años trabajando aquí… confiaba en ustedes…

            -Señor Wayne… -exclamó sonriendo titubeante- todo esto es un mal entendido… yo… es decir… nosotros…

            -¿Robaste el trabajo de otro, cómo es posible?

            -No fue así señor… yo… él…

            -Señor Wayne nosotros no tuvimos nada que ver –dijo Angus poniéndose de pie, mas blanco que un fantasma.

            -Us-usted no sabe las provocaciones de ese Malfoy –añadió Agnes estrujándose las manos- su reputación le precede… ese mortífago…

            -Basta de decir eso –interrumpió Wayne cerrando los ojos con frustración para luego volver a mirarlos haciéndolo sentirse más pequeños que hormigas.

            -¿Qué si hicimos varias cosas para estropear su trabajo? Si, lo hicimos –dijo entonces Celestine en un arranque de valor- pero lo hicimos porque estábamos hartos de su actitud hacia nosotros, tratándonos siempre con la punta del pie y echándonos en cara su puesto en esta empresa… tal vez nuestro error fue aguantar todo en silencio pensando que nadie nos creería por ser él el hijo de Lucius Malfoy.

            -No… -dijo Wayne con hartazgo- si hay algo que tú no sabes hacer es quedarte callada.

            -¡Es que nos enfrentábamos a un Malfoy, estábamos atemorizados!

            El señor Wayne  levantó el teléfono y marcó un número ante la mirada aterrorizada  del trió infernal.    

            -Sally necesito a recursos humanos en mi oficina, también al departamento de asesoría legal.

            -Señor Wayne… -dijo Celestine dando unos pasos hacia él- si me dejara explicarle con más calma.

            -Ya tendrás oportunidad de explicarte con Recursos humanos y el abogado.

            -Pero señor Wayne –intervino Agnes ya con lágrimas en los ojos- Por favor…

            -Jefe… señor… -dijo entonces Angus con voz temblorosa- Recuerde como me agredió con un bate ¡Pudo matarme! ¡Eso no lo hace la gente normal!

            -Lo que revela el nivel de estrés al que lo tenían sometido.

            -¡Pero…!

            -Suficiente –cortó con voz calmada pero con el suficiente matiz para dejarlos callados, cuando él usaba ese tono era mejor desaparecer de su vista, aunque ahora ese método no les funcionara para nada.

            -Me voy señor Wayne –dijo Harry caminando hacia el ascensor.

            -Gracias señor Potter –respondió poniéndose de pie y dándole la mano- entonces en lo que acordamos.

            -Sí señor, nos vemos.

 

 

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