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Quédate por Snowball43

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Notas del capitulo:

Hola otra vez, veo que les ha interesado un poco esta historia,eso me alegra.

Este es un capitulo algo corto pero no se preocupen el proximo será mucho más largo.

Les recuerdo que en mi cuenta de wattpad "Snowball43" publico primero los capitulos

El ruido del despertador arrancó a Erick de los brazos de Morfeo con brutalidad, dejándolo confundido por un largo rato, el corazón le dolía al igual que todo el cuerpo, y su almohada y rostro estaban mojados. Se sentó en la cama aún sin saber qué había pasado, aquello había sido tan solo un sueño y aun así no podía negar que su corazón dolía. No podía recordar el rostro de aquel chico, ni tampoco su voz, solo recordaba el amor con  el que lo llamaba y miraba, aún podía sentir en la piel el suave toque de sus manos y el dulce aroma a lilas inundando su ser; era como si su alma estuviese aferrándose  a un último recuerdo de algo extremadamente preciado.


No pudo evitar volver a recostarse y abrazar la almohada, llorando un poco más para calmar a su afligido y aun confundido corazón. Tras varios minutos finalmente pudo salir del estupor del momento, sin embargo se sentía sin fuerzas, solo deseaba quedarse en cama todo el día pero no podía y lamentaba cada segundo que perdía, pues seguramente llegaría tarde a clases.


Realmente no deseaba hablar con nadie, necesitaba estar sólo y haber llegado tarde a la escuela le ayudaba un poco. Evitó a sus amigos durante todo el día, yendo de un lado a otro esperando mantenerse fuera de la vista. Afortunadamente había logrado hacerlo bien, naturalmente no se había quedado a la reunión después de clases y volvería temprano a su casa para poder dormir. Cansado física y mentalmente caminó por el estacionamiento completamente vacío, escuchando el eco de sus pasos por todo el lugar, haciéndolo sentir un poco incómodo.


Erick sintió que su cuerpo entero se estremecía e inconscientemente contuvo la respiración cuando el sonido de otros pasos se ocultó bajo los suyos, sin embargo no se detuvo y tampoco miró hacia atrás. Las películas de terror dejaban claro que eso era una terrible idea por lo que simplemente comenzó a caminar más rápido, intentando ocultar su miedo y buscando mentalmente ayuda divina o de cualquiera que pudiera hacer algo para ayudarlo en ese momento. Justo cuando estaba por cruzar la puerta y salir, sintió la presencia de alguien a sus espaldas, cerró los ojos aceptando su destino rogando internamente que aquello fuera lo más rápido y menos doloroso posible, cuando de pronto, una voz masculina en toda la extensión de la palabra, deleitó sus oídos causándole un extraño placer mental.


—Dejaste caer tus llaves. —Murmuró aquella voz ¿Era posible que existiera una voz así? Después de tal terror que una voz como esa apareciera era realmente inaudito, moriría de un infarto si aquello ocurría una segunda vez, por lo menos debían esperar a que terminara la universidad y después, con gusto podían matarlo de un susto. —Tómalas ya, no tengo tiempo para esto. —


Cuando Erick se dio la vuelta se sorprendió al tener que levantar la vista para ver el rostro del contrario, normalmente medir  1.70m es considerarse como alguien alto, por lo que le parecía algo incómodo tener que levantar la mirada para ver a alguien más. Sin embargo, lo que más le desconcertó fue una extraña sensación indescriptible, acompañada de un profundo y pesado sentimiento de melancolía, que se alojó en su pecho al encontrarse con un par de ojos color miel, que se sentían extrañamente familiares, adornando el atractivo rostro de un chico de tez morena. Tomó sus llaves sin poder decir nada, completamente absorto por la fiereza escondida en esa mirada que pretendía desinterés.


Sin poder agradecerle, aquel chico se fue dejándolo con las palabras en la boca y por un tiempo Erick simplemente se quedó ahí, de pie, completamente solo e intentando asimilar lo que había pasado, tal vez realmente estaba muy cansado, sin embargo mientras caminaba de vuelta a su hogar intentó recordar en qué momento había dejado caer sus llaves. El lugar estaba completamente vacío, había eco y si algo tan ruidoso como unas llaves caían al suelo normalmente se escucharía, ¿o no?


Al día siguiente, Erick se sentía mucho mejor, había descansado lo suficiente, el pesar de su corazón casi se había ido e incluso, aquella sonrisa del hombre desconocido del concierto parecía un recuerdo muy lejano. Tan pronto salió de su hogar se dio cuenta que aquel sería un día maravilloso, no era por la escena tipo película que prometía que todos cantarían y bailarían a su lado, sino por el simple hecho de haber salido temprano de su casa y  la posibilidad de llegar  temprano a clases,  por raro que fuera aquello.


Sin embargo aún cuando parecía que todo había quedado medianamente atrás, todavía tenía que conversar con sus amigos, afortunadamente después de un día de prácticamente escabullirse con tal de no hablar con ellos, parecían haber entendido que no deseaba discutir sobre ese tema, cosa que realmente agradecía. Entre menos pensara en aquello mejor se sentiría y más fácil podría olvidar el extraño sueño.


Con la intención de deshacerse del ambiente tenso que se había formado con sus amigos todos decidieron que debían salir a dar un paseo, nada mejor que olvidarse de todo divirtiéndose con algo que todos amaban por igual, leer.


Una librería le animaba mucho y a sus amigos también, era una de las cosas que más disfrutaban hacer, además de quedarse en los jardines de la universidad a platicar. Discutían sobre algunos autores y sufrían al ver el precio de algunos de los libros que les interesaban, ser estudiantes pobres era algo difícil y muy triste.


—Oigan, ¿Ya vieron al chico de ahí? —


Preguntó cierta pelirroja obsesionada con el amor (Karen), mientras señalaba a un chico a un par de estantes de distancia, era muy alto, tez morena, parecía alguien realmente atractivo. Desafortunadamente el libro en sus manos impedía ver su rostro con claridad, sin embargo aún así algo en el interior de Erik se removió inquieto. Era una sensación de urgencia muy extraña y que nunca antes había tenido, por alguna razón desconocida, deseaba acercarse a aquel chico y apartar el libro para observar sus ojos.


—Aron, ¿Qué opinas? Recuerda que eres nuestra fuente de información más confiable,  ¿verdad, Karen? —


— ¿Yo? ¿Por qué yo? —


—Erick es de chocolate en este asunto y lo sabes. Karen ama a todo el mundo y todos le parecen atractivos, y yo confío en ti. —


—Aún los escucho. Soy perfectamente capaz de decir si alguien es atractivo o no. —


Se quejó Erick dándole un ligero empujón a su amiga Andrea a modo de queja, con una risa baja por parte de los cuatro, comenzaron a bromear hasta que en algún momento olvidaron que todo había comenzado por un chico guapo, uno que curiosamente había fijado su mirada en el grupo de amigos. Cuando las bromas finalmente terminaron y el tema principal volvió a recobrar importancia, notaron que aquel desconocido se había ido.


—Ve lo que ocasionas Erik, por tu culpa perdimos al futuro amor de mi vida. —


Se quejó Karen en un tono de broma que fingía ser serio, ocasionando que Andrea negara con la cabeza sabiendo que Erick se quejaría también.


— Karen, no todos los chicos que conoces pueden ser el amor de tu vida, sólo tienes una. —


—No Erick, en un universo alterno, ese de ahí era el amor de mi vida. —


Después de casi una hora de discutir y seguir recorriendo el lugar salieron con un par de libros, sabiendo perfectamente que seguramente no podrían comer por algunos días e incluso, tendrían que caminar a casa. Antes de irse Erick dio un último vistazo al interior de la librería sin saber qué esperar, simplemente algo le decía que no debía irse aún, que dentro había algo que tenía que encontrar. Al no poder ver nada siguió a sus amigos sin saber que nuevamente un par de ojos color miel, lo habían seguido todo el tiempo incluso antes de que llegara a la librería.


Al llegar a su casa, Erick acomodó sus libros nuevos en el librero y comenzó a resolver las tareas que tenía pendientes, la temporada de exámenes se acercaba rápidamente y eso significaba una sola cosa, su muerte próxima por estrés. Ya podía verse sentado frente a la computadora con mil trabajos que hacer, mil cosas por estudiar, noches sin dormir y lo peor de todo, sin poder comer adecuadamente.

Notas finales:

Agradeceria que me dijeran si les va interesando la historia, si ya comienzan a crearse teorias de que pasa o cualquier cosa. 

Nos vemos la proxima semana con un capitulo más largo y más pistas para este misterio 


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