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Omega por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

Hola, ya sé que me he tardado mucho en actualizar, pero he sufrido de un pequeño bloqueo y ya estoy escribiendo nuevamente. 

 

Espero que les guste. 

Sam salió de la audiencia de su madre pocos minutos antes de que finalizara. Supo que llamarían a Castiel después de ella, pero no hay nada que no supiera que deseara saber más a fondo. Castiel le había salvado la vida, eso es todo lo que le necesitaba saber. De no haber saltado hacia Azazel, seguramente el hombre lo hubiera golpeado en un sitio potencialmente mortal y sus secuelas podrían haber sido más que diferentes.

Caminó por el pasillo exterior a la sala de audiencias, pasando por el pequeño vestíbulo a fuera de la puerta de la sala. Después llegó al descanso de las escaleras principales y subió por ellas de inmediato, colocando la mano derecha sobre la balaustrada de mármol. Su brazo izquierdo seguía sujeto por la férula, así que lo mantenía sobre su abdomen, por sobre la camisa del traje.

Se había vestido con un traje negro, uno de los que guardaba en su ropero a la espera de ser usados; su padre siempre le dijo que los necesitaría. También llevaba puestos unos zapatos relucientes.

Cuando llegó a la parte superior de las escaleras se detuvo, respirando ligeramente irregular. Percibió una leve nota del aroma de su hermano, tan sutil que no la abría notado de no haberse detenido por un segundo. Su corazón dio un profundo hueco. De inmediato, caminó por el descanso, muy cerca del balcón hacia las escaleras gemelas. Sin embargo, decidió que debía verificar primero si Dean estaba en su habitación. Era razonable creer que su olor anduviera por allí.

Se dirigió rápidamente por el pasillo hacia su propia recámara y no pasó mucho antes de que darse cuenta de que Dean no se encontraba allí, y de que estaba equivocado; la puerta de su propia habitación estaba cerrada, si, pero el aroma se concentraba demasiado por el pasillo hacia la recámara que está justo en frente, cuya puerta yace abierta de par en par. El olor es fresco y nítido.

Sam dio un paso al interior de la habitación, sujetando la perilla dorada de la puerta con la palma de su mano en un puño. Observó al interior con algo de prisas, sus ojos se movieron por la estancia vacía. Después dio media vuelta hacia el pasillo y finalmente hacia las escaleras principales. Siguió las leves notas del aroma hacia el piso inferior con la mirada en los escalones. Cuando llegó a la base levantó la vista y distinguió a Dean caminando por el pasillo hacia él.

Sam detuvo sus pasos de inmediato y respiró hondo, aliviado de haberlo encontrado pero sumamente incómodo por la vista. Dean, en cambio, tenía una mirada serie en el rostro.

Dean observó el rostro de su hermano mientras se acercaba a él. Jamás lo había visto usando un traje, traje que le quedaba muy bien y resaltaba su verdadero estatus social. Dean solo pudo sentirse molesto, así que no le dirigió ni una sola mirada mientras pasaba a su lado aún cuando Sam le dirigió una mirada desaprobatoria.

-¿Por qué estás afuera de la habitación?, Dean...¿Dean?.- Sam lo siguió detrás mientras subía las escaleras. Al pasar a su lado, Dean olisqueó el aire y la preocupación de Sam en su aroma, volviendo agrió las notas de café.

-No deberías salir de tu alcoba de esa manera.- Susurró con desaprobación. Esas palabras le dieron la oportunidad a Dean de enfrentarlo, así que se detuvo en el cuarto escalón y se volvió. Sam tiene un pie sobre el primer escalón y se detuvo cuando él lo hizo.

-¿Por qué?, ¿Hay alguien en casa además de nosotros y nuestros padres?.- Dean entrecerró los ojos.- ¿Algo que deba saber, tal vez?.

El rostro de Sam se turbó, consternado, seguido de un parpadeo. Notó el sarcasmo en las palabras de su hermano omega.

-¿Te enteraste de algo?, ¿Qué fue?.- Su voz fue tímida y sus ojos titubearon. Dean soltó un corto suspiro, se giró sobre sí mismo y continuó subiendo las escaleras.

-Dean.- lo llamó Sam, resignándose a su extraño comportamiento.- Habló en serio, el consejo está aquí por la muerte de Azazel. Hay más de una docena de alfas en la casa.....

-Lo sé.- Respondió secamente. Sam tardó unos segundos en hablar entretanto lo seguía un par de escalones abajo.

-¿Lo sabes?, ¿Qué sabes con exactitud?.- Preguntó, más calmado.

-Sé lo del consejo. Michael me lo dijo.- Respondió en seguida.

-¿Te reuniste con Michael?.- Se sorprendió, recordando que no lo vio en su audiencia.- ¿Estabas con él?.- Caminó un poco más rápido acercándose a las espaldas de Dean, quien se lo permitió.

-¿Qué importa?, tenía hambre y tú no estabas.- Dijo él, entrando en el pasillo. Sus pies desnudos se sintieron cómodos tocando la alfombra.

-Nuestro padre debe saber cuando te reúnes con él, o con cualquier otro alfa fuera de la manada. Las cosas no son tan simples como crees....

-Yo me lo topé en el camino, no fue al revés. Además, solo hablamos.- Lo contradijo, incómodo de que la conversación tomara ese camino. ¿Es que de pronto ya no puede hablar con quien desee libremente?, ¿A qué otras clases de restricciones debe someterse?. Hubo silencio por unos segundos.

-¿Y...qué tal?.- Dean se detuvo, con la mano en la perilla de la puerta de su recámara y se volvió hacia Sam, quien tiene una mirada expectante en el rostro. Su cuerpo se inclina un poco hacia él.

- ¿Te gusta?.- Su pregunta denotó la ligera pero significativa vergüenza en su tono de voz y también el recalcado interés de su pregunta.

-¿Lo dices por Castiel? ¿Te apoyas en él?.- Lo cuestionó, inquieto por la respuesta. Dean lo miró desde su posición, para lo cual tuvo que alzar la mandíbula.

-¿Qué?, no.- Pero Dean vio la duda en sus ojos, sin mencionar que titubeó cuando negó con la cabeza.

-Eres un mal mentiroso.- Le reprochó, ingresando en su alcoba. Sam lo siguió con una mirada de complicidad.

-Escucha, tú y yo apenas los conocemos.- Dijo, siguiéndolo de cerca.- Conocí a Castiel hace solo unos días y lo conozco solo un poco más de lo que conozco a Michael. Debes saber que nuestros padres se inclinan por Michael. Él puede darte todo lo que mereces, lo que deseas y mucho más. Mamá y papá estarían orgullosos de que te convirtieran en un Novak, en el omega del alfa de la manada Novak.- Sam recalcó esa última frase con énfasis.

-¿Pero?.- Dean volvió su mirada hacia él, deteniéndose un segundo sobre la alfombra de peluche. Sam le devolvió una mirada algo...resignada.

-Pero creo que la personalidad de Castiel va mucho mejor contigo. Él es divertido, carismático y guapo...-Dean no quería que Sam fuera por ese camino, así que lo interrumpió. La opinión de Sam claramente estaba influenciada por el hecho de que Castiel le había salvado la vida, no necesitaba que lo disfrazara.

-¿Qué me dices de ti?.- Preguntó con voz apaciguada y baja.

Dean sabe que tarde o temprano debe escoger un alfa. A estado consciente de eso desde que se convirtió en un omega, aunque siempre pensó que sería más tarde que temprano, sobre todo después de lo de Azazel. Y sin embargo, ahora mismo, tiene dos fuertes candidatos conviviendo en la misma mansión de sus padres.

-Yo...yo estaré bien con la decisión que tomes.

Dean parpadeó, le dio al espalda y se dirigió a su tocador con lago de lentitud. Dudó por un segundo pero finalmente lo dijo.

-Me refiero a esa chica.- Mencionó con cautela, su ojos se posaron en su caja de madera.- La chica con la que fuiste al bar aquel día, ¿Quién es?.- Colocó una mano sobre esa preciada caja y pensó en Michael por un segundo y en sus anchos hombros mientras disfrutaba del cálido abrazo.

-No es lo que parece.- Se apresuró a decir Sam, con una mano al frente y deteniéndose un momento antes de dar un par de pasos hacia él.

-Yo creo que si.- Escuchó el suspiro de Sam antes de ambos mirarse a los ojos. Sam hizo un gesto tierno con las mejillas antes de responder y Dean pudo ver sus hoyuelos. Suspiró profundamente antes de ceder.

-Su nombre es Eileen Leahy y es una alfa....y no viene de una familia muy codiciada ni muy respetada, pero....

-Pero te gusta.- Finalizó Dean, dándose cuenta de esa realidad. Sam asintió, después sus ojos tomaron una dirección inesperada: Sam acababa de percatarse del pequeño cofre que descansa sobre el tocador y cuyos dedos tocaban.

-¿Qué es eso?.- Su frente se arrugó y tuvo la osadía de estirar un brazo, pasando frente de Dean, cuyos instintos omegas se activaron.

-No lo toques.- Aclaró, poniéndose a la defensiva. No obstante, eso llamó más la atención de Sam.

-¿Por qué dices eso?.- Dean sujetó su gran mano entre las suyas cuando Sam inclinó la cabeza, ofendido.- Creo que debería saber que es lo que hay dentro.- Dijo, un tanto desafiante.

-Porque no quiero que lo toques, Sam....Es suficiente, son asuntos privados.- Dean sabe que Sam debe pensar que es su responsabilidad hacerse cargo de su seguridad, pero esto sobrepasaba un límite. Ambos forcejearon, naturalmente. Aunque más que forcejear, Sam trataba con su única mano libre de que Dean no se lo impidiera.

-No entiendo porqué estás molesto. Tenía que dar mi declaración en la audiencia oral, pero la próxima vez te despertaré si tengo que....

-No tiene nada que ver con eso.- Lo interrumpió, molestó.- Yo creí que estaría incluido en las decisiones de la familia, pero empiezan a tratarme como a un niño.- Lo contradijo él, empezando a enfadarse.

-¿Por qué crees eso?.- Preguntó con desconcierto, distrayéndolo del forcejeo.- Dean, eso no es verdad. Solo nos preocupamos por ti, eso es todo.- Sam detuvo sus movimientos y su mano permaneció quieta en el aire, envuelta en las dos pequeñas manos de Dean.

-Lo es.- Lo contradijo él, alzando un poco la voz, pero algo en las palabras de su hermano lo tranquilizaron. Solo nos preocupamos por ti. Tomó un largo suspiro.

-Sam, no soy de porcelana, no voy a romperme.- Murmuró apaciblemente.- Y además, tengo derecho a la privacidad.- Ambos se miraron por largo tiempo.

-De acuerdo.- Coincidió él finalmente, un tanto resignado. Bajó su brazo hacia sí y lo miró atentamente.- Será bueno que te reúnas con nuestros padres. Acaban de finalizar las audiencias orales de los principales implicados en la muerte de Azazel.- Dijo.- Debes tener vestimentas en tu armario, me parece que mamá madrugó por ello.

Dean se miró a sí mismo y se percató nuevamente de la única prenda que le cubría. Si, debía ponerse otra cosa.

-Sin mencionar que tu también eres un mentiroso.- Dean levantó las cejas, extrañado.- Tienes el olor de Michael en ti.- Aclaró Sam en voz baja señalando su cuerpo con un dedo. Dean alzó la mirada y se topó con los inquisitivos ojos de su hermano. Sus mejillas se tornaron de un color rosa salmón en seguida.

Acto seguido, Sam salió de su alcoba, cerrando la puerta detrás de sí. 


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