Capítulo 38.- Ajustes
Ikky caminaba en el frío de la mañana y vestía solo un saco delgado, la pasada semana se había quedado con un amigo de la infancia que le dio cabida en su sillón, pero esa situación no podría mantenerla por mucho tiempo, todos en su barrio lo miraban como asesino así hubiera salido absuelto, había tratado de hablar con su antiguo jefe pero no tuvo éxito, el señor Omalley le había dicho que se alegraba mucho de que hubiera salido pero que no le podía volver a contratar, que lo sentía mucho pero que tenía que pensar en su negocio, una cosa era que Ikky tuviera arrestos por robo, otra muy diferente fue su acusación de asesinato
Decepcionado estaba de la vida el muchacho de ojos azules, que cuando llegó a la dirección que tenía apuntada en un papel, suspiró con cansancio, él no tenía dinero, si eso era lo que esta gente quería pues… tendría que vender un riñón, es que no había otra forma
En la recepción del edificio le tomaron sus datos y le dieron un pase de visitante, le indicaron el elevador por el que podía subir y le detallaron el piso, Ikky siguió todas las indicaciones y cuando llegó a su destino se sorprendió por el lujo que miró
Los ambientes eran sumamente amplios, no necesariamente había paredes, los ventanales cubrían desde el piso hasta el techo, todos los profesionales que caminaban por ahí lucían sobrios trajes y hermosos vestidos, mucha elegancia, el muchacho se sentía como pez fuera del agua, y peor se sintió cuando la recepcionista lo miró y muy amablemente le preguntó:
- Buenos días, ¿en qué le podemos servir?
- Buenos días, me llamaron a esta hora, a este lugar – explicó Ikky torpemente
- ¿Tiene una cita con uno de los abogados? – preguntó la muchacha
- Si… Hades Heissen, a las 10
- Ohhhh usted debe ser Ikky Smith
- Si, eso soy yo
- Muy bien, acompáñeme por favor – la muchacha se puso de pie y guió al peliazul por los amplios pasillos, hasta que llegaron a la oficina del fondo del lado derecho del edificio, allí una mujer algo mayor miró curiosa al recién llegado y le sonrió al señalar uno de los sillones de la salita de espera
- Espere un momento, siéntese por favor mientras le aviso al señor Heissen que usted llegó
- Muchas gracias – respondió Ikky sentándose, lucía nervioso, no quería estar sentado, no quería estar parado, se sentía fuera de lugar entre toda esta gente, solo quería salir, caminar, eso había hecho incesantemente estos últimos días, caminar por la ciudad y buscar trabajo
- Pase por favor – la puerta de la oficina de Hades se abrió, la mujer salió e Ikky entró, Hades se levantó y rodeó su escritorio para estrechar su mano, luego señaló los sillones de su salita, Ikky todo cortado se sentó en uno de los individuales y miró expectante a Hades que dijo:
- Es un gusto verte muchacho, ¿cómo te estás acostumbrando al cambio?
- Es complejo, fui a buscar ayer a Shun en la nueva escuela, lo llevé hasta la casa en la que vive, muchas gracias por ello, y por dejar que siga viviendo allí, la situación está un poco compleja para mí, pero no se preocupe, ya sabré salir adelante – aseguró Ikky con una sincera sonrisa
- ¿Aún no logras conseguir trabajo? – preguntó Hades sabiendo de antemano la respuesta
- No, aún no, tengo que salir del barrio para poder lograrlo, allá todos me conocen y por eso… se les dificulta… es algo… - Ikky no sabía cómo expresarse, así que solo meneó la cabeza y bajó la mirada
- Algo así supuse que pasaría contigo, por eso te llamé aquí hoy – Hades caminó hasta su escritorio y tomó un folder, se lo entregó a Ikky que lo abrió y lo leyó, pero confundido levantó la cabeza al terminar de leerlo
- No entiendo… ¿qué es esto? – preguntó el joven mirando a Hades directamente
- Cuando estabas preso, en una de las múltiples conversaciones que tuve con Shun, le ofrecí que cuando salieras de la cárcel, yo te ayudaría, y bueno… yo creo que una muy buena forma de ayuda no es dar dinero para que sobrevivas un tiempo, sino un trabajo en el que te puedas desarrollar, eso es lo que te estoy ofreciendo – explicó Hades, Ikky miró nuevamente el folder y aún sonando confundido dijo:
- No puedo aceptarlo… esto es demasiado…
- No lo es, es un contrato que tiene todos los beneficios de ley y el sueldo estándar, sé que te gusta trabajar con las manos y siempre necesitamos personal de mantenimiento para estas oficinas, además de la entrega de la correspondencia, créeme… Nancy, que será tu jefa por cierto, va a estar muy contenta, me ha estado martillando la cabeza con que necesita personal por más de dos meses, tuvimos una persona que se jubiló y no habíamos llenado la vacante, las horas son buenas, pagamos horas extras, te lo digo, es un contrato estándar
- Pero… yo no siquiera he acabado la secundaria
- ¿No me dijiste que querías acabar de estudiar?, eso me dijiste una de las veces que te visité en la cárcel, bueno… con esto ahora lo puedes hacer
- ¿Y trabajaría aquí?
- Si, en este edificio, ¿qué dices?, ¿aceptas el reto?, mira que Julián, el otro dueño de la firma, es bastante quisquilloso con todo pero es muy buena persona, aunque yo creo que al que más verás es a mi, porque siempre se me daña todo, así que por eso lado tranquilo
- Wow… Shun tenía razón sobre usted, nadie había sido amable y generoso con nosotros sin algo a cambio
- Ohhhh yo exijo trabajo a cambio, pero sé lo trabajador que eres así que no hay problema, con tu sueldo podrás buscar un departamento modesto y cubrir tus gastos
- Gracias señor… en verdad gracias… - Ikky lucía conmovido
- Ofrecí devolverte tu vida, y eso es lo que estoy cumpliendo, pronto será el fin de año escolar y Shun irá a la universidad, ¿te lo contó verdad?
- Si, me dijo que fue aceptado en NYU, me dijo que tiene beca completa, que usted escribió una carta de recomendación que ayudó mucho a su proceso de selección, está emocionado mi hermanito – cuando dijo esto Ikky se notó que su alegría inicial se evaporó un poco, Hades le sonrió y le dijo:
- No te preocupes, a la final se queda aquí en la ciudad, podrán verse seguido, ven… vamos a buscar a Nancy para que te conozca y empecemos a hacer los papeles, te va a gustar trabajar aquí, yo lo sé – el mayor señaló la puerta de su oficina e Ikky salió, caminó con Hades por los pasillos, bajaron dos pisos en el elevador y llegaron hasta los pequeños cubículos de mantenimiento, ni en sus sueños más salvajes Ikky pudo haber pensado que la vida le llevaría por los caminos que lo estaba llevando…
***
Era temprano en la noche, faltaba solo una semana para navidad y el ambiente era lleno de luces y colores en la frías calles de New York, un hombre castaño estaba de pie en una acera y miraba casi sin pestañear la puerta giratoria del edificio de oficinas de la acera del frente, él sabía que los vería salir pronto, a su hijo siempre le gustó más el frío que el calor y esa noche aparentemente sería la primera caída de nieve de ese año, si se podía confiar en los servicios meteorológicos claro está
El café ya estaba frío en sus manos cuando la puerta se abrió y los vio salir, su hijo sonreía, aún utilizaba muletas pero se notaba que su motricidad había mejorado, a su lado caminaba lentamente su esposo, ambos charlaban pero se quedaron quietos porque el joven castaño se detuvo, se sacó los guantes que usaba y estiró las manos, aparentemente había sentido un copo de nieve o algo porque se notaba la emoción en su rostro, el pelinegro a su lado algo le dijo y luego lo besó suavemente en los labios
- Sabía que te encontraría aquí Aioros – una varonil voz habló desde atrás del castaño mayor que sin voltearse respondió:
- Si la medicina te falla, siempre puedes dedicarte a detective privado, ¿Qué quieres Aioria?
- Seiya fue a control ayer, Alfabika, que es su médico, me dijo que lo encontró bastante bien, muy coherente, tiene capacidad de guardar recuerdos nuevos, al parecer hay cosas en su pasado que de plano no recuerda, se le dificultan los nombres de las personas, tiene problemas en orientación espacial
- ¿Orientación espacial?
- Solo digamos que si se pierde dentro de un laberinto, nunca encontraría la salida, se le confunde el norte con el sur, el este con el oeste, necesita mapas y GPS para poder llegar a lugares, nada que la tecnología moderna no ayude a solucionar, en términos generales Seiya está bastante estable, Alfabika dijo que su estabilidad en gran medida es por Hades y la forma en la que lo cuida y lo trata, es por papá que siempre está pendiente de él, yo lo he visto y visitado estas semanas, Seiya está lo mejor que puede estar dentro de las circunstancias actuales, y la cirugía a la que se sometió
- Bueno… eso es algo…
- Si, pero… no viniste hasta aquí a verlo a él, ¿verdad?
- Claro que vine a verlo a él, ¿de qué diablos estás hablando? – por primera vez en toda la conversación Aioros dejó de mirar a la pareja que charlaba en la acera del frente esperando que su auto viniera por ellos
- ¿Quieres un trago?, si tú no estás helado pues yo sí, ¿vamos?, hay un bar buenísimo dos calles abajo, además ya llegaron por ellos – Aioria señaló el auto que efectivamente había llegado por Hades y Seiya, Aioros miró a Hades ayudar a su esposo a subir al auto, puso las muletas en la cajuela y él se subió por el otro lado
- Vamos pues…
Los dos hermanos caminaron casi sin cruzar palabra hasta que llegaron al bar en cuestión, era un lugar elegante y sobrio, así que fueron a una de las mesas del fondo luego de ordenar un par de wiskis, Aioros bebió su trago en silencio y se notaba que Aioria quería decir algo, pero no necesariamente se atrevía
- Ya dime lo que quieres decirme, o me acabo mi trago y me voy – dijo el castaño mayor con tono monótono
- Son muchas cosas de las que quería hablar contigo la verdad, papá también
- No necesito una intervención ni mucho menos, las decisiones que he tomado en mi vida han sido mías, si ustedes no están de acuerdo pues es su problema, es mi vida y no me arrepiento de nada – respondió Aioros con violencia, Aioria levantó las manos en señal de paz y dijo:
- No te pongas a la defensiva por favor, porque si lo haces no vamos a poder hablar, hemos discutido por años, pero nunca hemos hablado realmente, y me gustaría mucho hacerlo
- No hemos discutido por años – Aioros frunció el ceño al decir esto
- Si hermano, eso es lo único que hago contigo, nunca hemos tenido una relación cercana y bueno, quiero empezar diciéndote que siempre te he admirado, eres mi hermano mayor y en muchos aspectos de mi vida, has sido mi modelo a seguir, te quiero hermano, pero siempre he sentido que hay una muralla entre tú y yo, o más bien dicho, entre tú y todos los demás
- Déjame detenerte ahí, no estoy de humor para charlas sobre sentimentalismos baratos, y no necesito compasión de nadie, mucho menos de ti, y si de esto es de lo que querías hablar conmigo pues pierdes tu tiempo, gracias por el trago – Aioros hizo moción de levantarse, pero Aioria lo tomó del brazo y le dijo:
- Hermano espera, solo dame una oportunidad, no es compasión lo que… solo quiero hablar contigo, no te cierres, danos una oportunidad, no tienes razón de tener tu guardia levantada conmigo, ¿si no confías en mí, en quién vas a confiar?
- ¿Y quién te dijo a ti que necesito confiar en alguien?
- ¿Y quién te dijo a ti que no lo necesitas?
- Aioria… hoy ha sido un día duro en la oficina, aún no acabo de limpiar el desastre del caso de Ikky Smith, la firma de Hades Heissen está armando un proceso de clase, está juntando víctimas y evidencia, se van a lanzar en contra de la Iglesia, créeme… este no es el momento en el que necesito esto de ti
- Yo creo que es el momento preciso en el que necesitas esto de mí, ok., solo dime una cosa, solo una y te dejo ir – Aioria se puso de pie también porque Aioros tomó su abrigo y se acabó su trago, eran claras sus intenciones
- ¿Qué quieres saber?
- ¿Eres feliz hermano?, ¿alguna vez lo fuiste?
- Por todos los dioses, ¿podrías ser más cursi? – Aioros se mostró fastidiado
- Te lo digo porque… tuvimos los mismos padres, crecimos en la misma casa, sé todo lo que viviste en la infancia porque yo también lo viví, papá siempre fue impositivo y exigente, sé la presión con la que creciste, fue mucho más que la mía, fue a ti al que siempre exigió todo, sé el peso sobre tus hombros y lo injusto que fue eso, por eso te pregunto, ¿eres feliz?, ¿alguna vez lo fuiste? – Aioria jaló a Aioros para que se siente nuevamente, de paso hizo una seña a una de las meseras pidiendo dos copas más, ambos se sentaron y Aioros se quedó en silencio unos momentos antes de responder:
- Nunca lo había pensado
- Te pregunto esto porque, me duele verte solo, con el que mejor relación de la familia es conmigo y hablamos de vez en cuando y por cortos periodos de tiempo, siempre estás ocupado con tu trabajo y eso lo puedo entender, tus funciones son de mucha responsabilidad, y lastimosamente tienes que ver todo tipo de casos como el del asesinato del sacerdote, sé que eso debe ser duro para ti, pero… tu trabajo es solo tu trabajo, aún estás a tiempo de no perder a tu familia por ello
- ¿Perder a mi familia?, por favor Aioria… esa puerta se cerró hace muchos años – Aioros se arrimó al espaldar de su silla y suspiró, por primera vez en esa conversación, el castaño menor miró a su hermano sin su coraza de frialdad usual, esta oportunidad tenía que aprovecharla
- Eso ya no es del todo cierto, yo pensé que nuestros caminos de acceso a Seiya estaban más que enterrados, pero no es así, tu hijo ha sido por demás receptivo con todos nosotros, papá lo visita con más frecuencia que yo y siempre lo reciben de la mejor manera, con Seika habla seguido por teléfono y video llamada, yo lo veo en sus citas de hospital pero he sido invitado a comidas en su casa los domingos, su esposo es por demás complaciente con todos nosotros, hay muchas cosas que Seiya no recuerda y que Hades suele decir que la ignorancia, en este caso en particular, es bendición, esta es tu oportunidad para acercarte a él y recuperarlo – todo esto Aioria dijo con vehemencia
- ¿Recuperarlo?, ¿quién te dijo a ti que es mi intención hacerlo?
- Tú mismo estabas dispuesto a hacerte cargo de él a raíz de su operación, ¿no fuiste a buscarlo al hospital?
- Papá era el que me insistió con eso
- Pueda ser, pero tú igual lo ibas a hacer, ¿o cuál era tu idea?, ¿hospitalizar a Seiya en otro lado y olvidarte de él?, es tu hijo Aioros, y el único pecado que ha cometido es ser gay, y lo peor es que eso ni siquiera es pecado – el médico dijo esto y vio como la sangre le subió a Aioros a la cabeza, la indignación le brotaba por los poros, abrió la boca para decir algo pero se contuvo y meneó simplemente la cabeza al responder:
- Tú no lo entenderías
- ¿Qué no entendería?, habla conmigo hermano… solo… habla conmigo
- Está bien, quieres que hable, pues hablaré, tú no lo entenderías porque el peso del apellido de la familia no recayó en ti, recayó en mí, fue a mí al que papá martilló en la cabeza todos los días lo que se esperaba de mí, yo tenía que ser el estudiante perfecto, el hijo perfecto, el todo perfecto, yo no tuve infancia, no tuve adolescencia, no tuve una vida porque papá se encargó de que no tuviera una – a Aioros le salió esto del alma, su amargura era palpable
- Ok., yo recuerdo todo eso, sé lo injusto que fue papá contigo, sé la presión en la que vivías, y todo eso yo lo puedo entender, pero… luego tu hiciste tu vida, te casaste, conseguiste un trabajo, ya no vivías bajo la sombra de tu padre, ¿por qué alienar de esa forma a Seiya?, lo que pasó con él, lo que hiciste con él, fue en verdad muy cruel, yo no lo podía creer, y ni siquiera fue Seiya el que nos lo contó, fue su esposo
- ¿Su esposo?, por favor… eso es lo peor de todo esto – Aioros dijo con furia
- Aioros…
- ¿En verdad crees que mi vida ha sido mía?, ¿en verdad crees que no he vivido bajo la sombra de tu padre todos estos años?, todo lo que he hecho, lo he hecho por él, para complacerlo a él, para hacerlo orgulloso de mi, ¿y qué es lo que hace él?, corre junto a su nieto gay y encima de eso, le aplaude sus opciones de vida, lo apoya, cuando a mí me negó todas las opciones, todas!!!
- ¿De qué estás hablando?
- Lo dicho… tú no lo entenderías – Aioros se puso de pie y tomó su abrigo para salir
- ¿Es Hades verdad?, Aioros por favor… esa noche en el hospital yo… con lo que pasó, dime hermano, ¿tú sientes algo por Hades?, ¿o soy yo el que está viendo cosas donde no hay?
- ¿Siento algo por Hades?, ¿no sería eso… estúpido? – Aioros dijo esto con completa tristeza, la mirada en sus ojos hubiera desarmado al más fiero, Aioria intentó poner la mano en su hombro, pero el castaño mayor no se dejó tocar, simplemente se dio la media vuelta y salió de aquel bar, Aioria se quedó ahí de una pieza, esto lo explicaba todo… esto lo cambiaba todo…
***
Shun bajó las escaleras de dos en dos, y al llegar al recibidor de la casona en la que vivía y ver quien era su visitante, sonrió contento al abrazarlo
- ¿Ya puedo visitarte verdad? – preguntó un muchachito pálido, pequeño y delgado, de blanca piel, negros cabellos y hermosos ojos verdes
- Si, ya puedes visitarme, te dije que todo saldría bien, ven… vamos al patio – Shun guió el camino y salió al patio con su joven visitante
- Es que estaba tan asustado Shun, todo lo que pasó fue… - el muchachito quería hablar y desahogarse, se notaba que tenía muchas cosas que quería decir, pero Shun lo calló al decir:
- No Ryuho, nada pasó, todo está bien, Ikky salió libre y no hay ninguna novedad más con eso
- Pero…
- Pero nada -dijo Shun y sonó terminante, su semblante era ahora serio, no quedaba ni rastro de la cálida sonrisa con la que recibió a Ryuho
- No puedo dormir Shun, son meses que no duermo – dijo el muchachito en un susurro
- Para eso hay pastillas niño – el sarcasmo también se le notaba al muchacho de cabellos verdes, el menor lucía a punto de llorar
- ¿Pastillas?, ¿estás loco? – esta no era la primera vez que Shun hacía sugerencias de este tipo, aunque él tampoco tomaba pastillas para dormir, se las habían recetado, pero él se negaba a tomarlas
- ¿Leche tibia suena mejor?
- No entiendo cómo puedes ser así, yo no soy como tú, yo no puedo fingir que todo está bien en el mundo mundial – Ryuho dijo esto y sonó frustrado
- Yo no estoy fingiendo que todo está bien, ya no hay nada que fingir porque todo está bien, así que por favor Ryuho, madura, lo único que podemos hacer ahora es continuar con nuestras vidas, así que ve a la escuela, respira, come, haz ejercicio, trata de dormir, poco a poco, todos los días, si pones de parte, pronto todo esto va a ser un sueño lejano, nada más - Shun suspiró y bajó un poco su tono agresivo, no podía seguir alienando a Ryuho, no era prudente, pero a veces con sus quejas y su incesante cantaleta, lo sacaba de casillas, había días en los que tenía más paciencia, pero este no era uno de esos días, Shun estaba irritable y no había puntualizado aún la razón, pero bueno… eso es otra historia…
- ¿Crees que no lo he intentado?
- Sé que lo has hecho, pero ahora tienes algo de lo que alegrarte, Ikky está libre y todo está bien
- Si todo está tan bien, ¿por qué no te has ido a vivir con él?
- Recién consiguió trabajo, hay que darle tiempo para que se estabilice y no lo va a hacer conmigo a cuestas, además, aquí estoy bien, ya está arreglado para que me pueda quedar hasta que cumpla 18, y ahí será poco lo que falte para que pueda ingresar a la universidad, ya me aceptaron y todo, el señor Heissen me escribió una carta de recomendación y en el programa de admisiones previas, lo logré, me aceptó NYU con beca completa – Shun dijo esto con una sonrisa en el rostro, Ryuho sonrió también al decir:
- Eres muy listo Shun, siempre lo has sido
- Solo un poco, ¿ya estás más tranquilo? – preguntó el peliverde
- No… pero tienes razón, aunque me asustan las pastillas, mi mamá no puede despertar cuando las toma
- Los somníferos no son para todos, mejor cuéntame cómo te va en la escuela – Shun tomó una pelota de baloncesto del césped y mocionó a Ryuho para que lo siguiera a la pequeña cancha que estaba al fondo
- Me va bien, he mejorado en notas
- Eso siempre es bueno
Los muchachos conversaban mientras trataban de encestar el balón, desde la ventana del segundo piso, la Dra. Nichols, psicóloga de planta, los miraba con el ceño fruncido, Melanie, la encargada de la casa hogar caminó hasta ella y tocó su brazo para llamar su atención
- ¿Pasa algo con Shun? – preguntó Melanie
- No, ¿quién es ese muchacho?
- Un amigo suyo, de su antigua escuela supongo, aunque parece más joven
- Un amigo suyo, es el primero que viene a verlo – dijo la Dra. Nichols, Melanie no lo había pensado, a ella Shun le parecía un muchacho muy dulce, si era extraño que no tuviera amigos de su pasado, ahora que se lo puntualizaban
- Es verdad…
- ¿Ha venido su hermano esta semana? – preguntó la psicóloga
- No, ha llamado por teléfono, pero no ha venido
- ¿Tienes su número?, me gustaría hablar con él – pidió la Dra. Nichols, a lo que la otra muchacha respondió:
- Claro que lo tengo, enseguida se lo paso…