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Navidad en Parejas por Shirahoshi_Akira

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Notas del capitulo:

Los personajes son de Masashi Kishimoto Sensei.

La fiesta de Navidad
 
 Al abrirse la puerta Sasuke esperaba que Naruto apareciera, pero ver en su lugar a Deidara le hizo preguntar dónde se encontraba su acompañante; antes de darle tiempo al azabache de estructurar su pregunta Deidara le notificó –Está en el auto, ahorita vamos, si gustas adelantarte– Sasuke comprendió que se trataba de una petición, dándole una última mirada a su hermano antes de salir se retiró diciendo –Bien, los esperamos abajo–, Itachi asintió al estar de acuerdo.
 
Deidara miraba insistente los pies del pelinegro y por fortuna no llevaba calcetas, tenía unos pequeños tines que utilizaba junto a sus zapatos blancos especiales para su trabajo; al ver que todavía no se cambiaba, Deidara aprovechó para entregarle el pequeño obsequio –Esto es para ti, puedes estrenarlos hoy– Itachi tomó la bolsita con ambas manos un poco sorprendido por la envoltura; impaciente Deidara le ordenó –Ábrelo- con ese pedido Itachi sacó con velocidad el par de calcetines y al verlos sonrió, Deidara le había entregado una prenda que no esperaba y jugando le dijo –Itachi es libre, Deidara acaba de regalar un calcetín a Itachi–. Deidara no podía creerlo, en un momento así Itachi sacaba a relucir su lado raro, y le aclaró –Claro que no– para luego arrebatarlos de sus manos.
 
Itachi divertido le pidió –Devuélvemelos, son para mí, ¿no es así?– Deidara rendido ante él se los entregó, luego observó como Itachi entraba a un pequeño cuarto para cambiarse de ropa. Al salir, se sentó y comenzó a colocar sus calcetines, primero uno y luego el otro, mostró sus pies a Deidara diciendo –¿Cómo se ven?– el menor fascinado le respondió –Son perfectos– y en verdad lo eran, su pequeña compra de último momento había resultado todo un éxito.
 
Cuando terminó con sus zapatos, Itachi sacó una bolsa del cajón de su escritorio –También tengo algo para ti– y extendió el regalo en las manos de su compañero, –¡Eh!– Deidara no se lo esperaba tampoco, y al ver que Itachi lo abría mencionó –¿No era para mí?… –Itachi le confirmó –Así es, quiero ponértelo yo mismo– Deidara se sonrojó, esa frase la había escuchado en un contexto distinto y ahora no sabía que esperar; de pronto sintió algo suave y al mirar bien Itachi había colocado un guante navideño en cada una de sus manos; luego le entregaba otro par algo diferente –Ponme los míos, por favor– Deidara con sus ojos brillantes asintió, y cuando los dos tenían sus guantes le hizo saber –Me encantan– juntando sus manos con las de Itachi; la respuesta del menor le hizo feliz –Me alegro mucho Deidara, no estaba seguro si usarías los guantes a juego pero al verlos pensé en ti.
 
Itachi había visto ir y venir en la sala del hospital parejas y familias vistiendo motivos navideños, al verlos sintió felicidad, no estaba acostumbrado a utilizar nada de eso y al sentir lo que podían generar en otra persona lo emocionó y también al imaginarse a Deidara le hizo querer hacerlo, no sabía si iba a resultar, pensaba que quizá Deidara se podría reír de él o en el peor caso lo ignoraría, sin embargo quería intentarlo, ahora estaba seguro que podía contar con Deidara para acompañarlo siempre.
 
En el caso de Deidara lo entendía, era la misma duda que él había presentado así que se sinceró –Para ser honesto, tampoco estaba seguro si usarías los calcetines– Itachi comprendiendo a qué se refería, le contestó –Sólo los usaría contigo– cuando finalizó y escuchó lo que él mismo acababa de decir tuvo curiosidad –Por cierto, ¿qué estás utilizando en los pies?– mirando instintivamente hacia abajo Deidara gritó  –¡Ahhh!– su secreto iba a ser descubierto, así que apresurándose dio una excusa –Nada Itachi, démonos prisa que se nos hace tarde– Itachi al ver al rubio huir se extrañó, podía apostar que Deidara tenía un par también.
 
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En el auto Sasuke se quejó –Tardarán un poco, se han quedado solos– Naruto estaba emocionado comiendo su dulce, esperaba que Sasuke notara sus orejeras y así lo hizo; al verlo el azabache no pudo evitar tocarlas y halagarle tal y como Naruto había pensado –¡Oh! Te ves lindo en verdad, y con tus marcas pareces todo un gatito– el rubio estaba feliz y con el mismo entusiasmo le colocó el otro par en su cabeza junto con un pequeño beso sabor a menta. Las orejeras blancas se veían muy bien resaltando entre sus cabellos negros, Sasuke agradeció el detalle con otro beso mientras le brindaba una suave caricia –Gracias Dobe.
 
Llegando al auto Itachi fue quién reclamó primero, solo unos segundos antes de que Deidara interviniera también –Mph, ¿interrumpimos?– la pregunta llegó a los oídos de Sasuke como una molestia, al encontrarse con los ojos de su hermano, sin decir nada le hizo saber que se vengaría. Deidara agradeció no haber sido él, porque las bromas de Naruto cuando se enojaba alcanzaban otro nivel.
 
–Apenas estamos a tiempo– recriminó Sasuke cuando los mayores entraron.
 
–Sí pero ya estamos aquí y ustedes se la pasaron bien, ¿verdad?– Itachi le respondió tan calmado como siempre y con una sonrisa que hacía imposible enojarse con él. Naruto aprovechó a responder alegre –Así es.
 
Con la vista al frente y con un pequeño beso de Naruto en su mejilla, Sasuke manejó hacia la fiesta.
 
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Naruto entró a la casa de Gaara llevando la caja de Cupcakes que habían comprado; Sasuke abría la puerta para que el menor pudiera entrar con facilidad y sus hermanos mayores se adentraban tomados de la mano.
 
La casa lucía espectacular, Shino y Kiba se habían lucido, además de haberse ingeniado con las luces que habían recibido esa misma mañana; él árbol de navidad era perfecto, Zetsu y Tobi estaban orgullosos, habían esperado por un año para tener tan frondoso pino y las esferas de colores hacían brillar la habitación. Chouji llevaba las bandejas de bocadillos a la mesa, mientras devoraba algunos en el camino y Shikamaru intentaba detenerlo al acusarlo con Ino; Ino servía junto a Sakura las bebidas preparadas por Kisame, algunas piñas coladas y otras piñadas para engañar a los más chicos. Kankuro y Temari terminaban la cena en la cocina, había de todo, un pavo relleno, un jamón envinado, una variedad de ensaladas, pastas y un arroz especial. También estaban Lee y Tenten colgando la piñata, con un poco de ayuda de los Hyuga para meter los dulces. Konan colocaba las galletas en la mesa principal, y al ser perdidos de vista Nagato y Pain compartían un pequeño muñeco de jengibre. Kakuzu y Hidan llegaban tarde con los refrescos bien helados dentro de una nevera. Sasori no dejaba de molestar a Sai para que no estuviera tan cerca de su primo y Gaara con una cámara tomaba fotos de todos los momentos, la fiesta había resultado un éxito gracias a sus amigos.
 
Al verlos a todos ahí reunidos Itachi pudo entender lo que había estado ocurriendo en la mente de Deidara, si los miraba bien todos se veían lindos con sus vestimentas y al ver al ojiazul podía notar que también estaba orgulloso de poder usar sus guantes junto a él. Sin embargo todavía tenía la curiosidad acerca de los calcetines que le había regalado, él era paciente por lo que le preguntaría en casa y si no le decía pues le haría cosquillas hasta ver sus pies. Sasuke miraba a su hermano y pensaba que ya estaba imaginando lo que haría esa noche junto con Deidara, siempre se veía así cuando su hermano pasaba tiempo con el rubio mayor.
 
Pero la suerte siempre estaba del lado de los Uchiha e Itachi se enteraría más pronto de lo que pensó.
 
Como parte de una actividad Gaara pidió a todos realizar un juego en parejas de buscar y encontrar, para participar debían quitarse los zapatos ya que esos serían los objetos “perdidos”; al escucharlo Deidara comenzó  a sudar, jamás pensó que se quitaría los zapatos en la fiesta y dejaría ver sus calcetines delante de todos los presentes. Todos aceptaron rápidamente, el juego se oía interesante además de que debían ir atados de los pies con su compañero y desplazarse de ésa forma.
 
Mientras todos estaban casi listos, Deidara no se movía, sus ojos azules se posaban en los pies de sus amigos, todos tenían calcetas de color normal o incluso iban sin calcetas, pero él no, las suyas eran navideñas y lo peor de todo era que tuvo la brillante idea al último momento de darle un par al pelinegro de cada diseño que compró, así que estaban disparejas y claro, hacían juego con las de Itachi.
 
Unas voces lo sacaron de sus pensamientos y fueron las risas de todos al ver a Itachi; el pelinegro de forma calmada quitó sus zapatos y los dejó a un lado para ponerse de pie, al momento los ojos de todos lo estaban mirando, hasta los de su hermano menor; era muy raro ver a Itachi que vestía siempre formal con calcetines coloridos, y además parecía haberse confundido.
 
Todos disfrutaban la curiosa escena y lo que llamó la atención de todos fue que Deidara seguía en la misma posición; Pain se dio cuenta y declaró –Ya sé que es lo que pasa aquí– y con una pausa que dejó a todos a la expectativa continuó –Deidara tiene en sus pies los otros pares del juego de Itachi, ¿no es así?– viendo al ojiazul entendían la lógica de la situación, así que solo esperaban la confirmación de Deidara. Naruto veía a su hermano y se dio cuenta de cuál había sido su regalo, le parecía algo tierno y digno de su hermano mayor, imaginó que el rubio no esperaba ser descubierto ya que Itachi también se mostraba esperanzado por la respuesta.
 
Deidara entre exaltado, enojado pero sobre todo emocionado les mencionó –¿Por qué tanto alboroto por unos calcetines?– se agachó para jalar sus tenis sin siquiera detenerse a desatarlos, lanzó uno y luego el otro para ponerse de pie y gritar –¡Comencemos el juego!.
 
Efectivamente Deidara tenía en sus pies el par exacto que Itachi estaba utilizando, y al acercarse el pelinegro hasta él hicieron una hermosa escena; Itachi se miraba encantado y sonriente y Deidara un poco agitado ante los comentarios de sus compañeros. Konan muy contenta le dijo –Lucen lindos Deidara-kun–, Hidan con ganas de molestar le decía –Fue idea tuya ¿verdad?, darle ese par a Itachi–; Sasori también tenía curiosidad –¿Dónde las  compraste Deidara?– después de todo su amigo estuvo ocupado haciendo las compras; Kisame le elogió –Muy buena elección Deidara-san, hiciste muy feliz al Uchiha– cuando cayó en cuenta se había olvidado de lo que pensaría Itachi, quería mantenerlo en secreto hasta de él y debido a las circunstancias le fue imposible; cuando lo miró, Itachi estaba alegre y se paraba orgulloso de su atuendo.
 
Deidara debía ser sincero, en ésa habitación a sus ojos lo que resaltaba era Itachi, con sus guantes decorados, su cabello largo y negro, sus ojos cerrados debido a su amplia sonrisa y por supuesto sus calcetines disparejos; no se arrepentía y acercándose a él pensaba que quizá el próximo año podría regalarle tal vez un suéter.
 
-
 
Esa noche, jugaron, cantaron y bailaron, se abrazaron, agradecieron por todo, por estar unidos, por compartir más alegrías que tristezas y alrededor del árbol se dieron algunos regalos; al final de la fiesta mencionaron a los ganadores del juego, había sido un empate entre Zetzu, Tobi, Shino y Kiba, por sus diferentes habilidades de rastreo, siendo el premio una tarta de manzana.
 
Uno a uno se fueron durmiendo, Hidan y Kisame en la mesa, Sakura y Hinata en los sillones; Neji y Lee uno al lado del otro intentando cantar el karaoke, acompañados con leves aplausos de Tenten; Ino bailaba con Konan, mientras Pain y Nagato trataban de seguir el ritmo más dormidos que despiertos; Tobi, Chouji, Kiba y Zetzu no dejaban la piñata a pesar de estar vacía; con la confusión entre las bebidas, el alcohol habían hecho de las suyas; Shino y Sai con la cámara tomaban fotos de sus amigos para atormentarlos a la mañana siguiente; Kankuro jugaba junto a Kakuzu con sus nuevas marionetas recibidas; Gaara y Sasori levantaban poco a poco todo sin molestar a los invitados y tapando a Temari y Shikamaru que lucían muy lindos juntos; después de todo reconocían su trabajo realizado y ahora era el turno de ellos de compensarlo.
 
Naruto y Sasuke estaban acurrucados cerca del sillón, Sasuke con su espalda pegada al mueble y Naruto descansando en sus piernas; del otro lado de la habitación en una de las sillas altas cerca del desayunador Itachi le daba de comer a Deidara, el rubio no terminaba de llenarse, amaba todos los dulces y aprovechaba que su hermano había caído porque si no estaba seguro se los robaría; con una mirada Sasuke le pidió a su hermano guardar un poco porque si se acababan tampoco sería perdonado por Naruto al despertar. Itachi aceptó apartando algunos sin que Deidara se diera cuenta, le resultaba fácil engañarlo cuando  él mismo le daba de comer.
 
Llegó el momento de retirarse cuando todos estaban a punto de caer rendidos, algunos se quedaron a dormir, otros decidieron irse, entre ellos los Uchiha y Namikaze.
 
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Itachi y Deidara fueron dejados por Sasuke y Naruto en su departamento; el rubio menor no pudo despedirse al estar muy abrigado y recostado en el asiento delantero y a petición de su hermano mayor lo dejaron dormir, pidiendo a Sasuke le avisara que lo visitaría más tarde.
 
De camino a casa Sasuke solo podía disfrutar escuchando los pequeños ruidos y frases sueltas que decía Naruto –Sasuke, es el más bonito con sus gatitos– Sasuke río porque él también pensaba eso de Naruto.
 
Itachi se adentró con Deidara a su recámara, ahí se cambiaron con sus pijamas listos para dormir, el pelinegro dejó sus llamativos calcetines puestos y Deidara al verlo prepararse para meterse a la cama lo abrazó fuerte hasta recostarse encima de él. En el abrazo Itachi aprovechó para rodear al ojiazul también y agradecerle por el regalo.
 
–Me gustaron mucho Deidara– al tiempo que decía esa frase frotaba sus pies con los del rubio para calentarse, y recibiendo el mismo afecto de Deidara tocando su mano con el guante puesto le hizo saber –A mí también, los usaré siempre–; ambas prendas aunque sencillas habían resultado un preciado regalo de navidad. Bajo las sábanas seguían compartiendo esa cálida demostración de cariño y con el fresco de la noche se dejaban ganar por el sueño.
 
 

Notas finales:

 Espero les hayan gustado los dos capítulos de esta historia. 

Igualmente pensé que podía actualizar más seguido pero todo se complica un poco con el trabajo y estudio en casa, por lo que espero se encuentren bien y también tengan la oportunidad de descansar un poco en estas fechas.
 
Deseo hayan pasado una feliz Noche Buena, ya sea en familia o si tuvo que ser en el trabajo; que siempre haya mucha alegría y felicidad para ustedes.
 
Me alegra cerrar el año 2020 con esta historia ItaDei y espero traer más historias en un futuro, que tengan un excelente inicio de año y este sea mejor que el anterior.
 
Gracias por leer ~
 
¡Feliz Navidad… y Próspero año! ^^ 


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