-¿Yugi?- Ishizu saludó, la confusión coloreó su voz cuando el salió de una sombra en su cocina.
-Hola, Ishizu- saludó Yugi con una sonrisa, aunque incluso ella podía decir que había algo que molestaba al joven -Yami debería estar aquí en un minuto. Tuvo que arrastrar a Kaiba-
-¿Kaiba?- preguntó desconcertada. Podía entender al Faraón fácilmente; después de todo, el ladrón ya le había hecho una visita. Incluso podía entender que vinieran por separado ya que sabía que tenían el conocimiento para crear una forma temporal para el faraón. ¿Pero Kabia? ¿La misma persona que ignoró firmemente todo lo que había dicho sobre Battle City y descartó todo lo ligeramente mágico como ¿"alucinaciones"? Ella pensó que él siempre sería demasiado terco para aceptar cualquier cosa que tuviera que ver con los Artículos del Milenio y su antigua contraparte.
Efectivamente, solo unos segundos después, las Sombras cambiaron y Kaiba salió a trompicones siendo empujado por Yami. Para su sorpresa, él sostenía la Vara del Milenio en la mano, como lo hacía en el Antiguo Egipto, y no murmuraba que todo debía ser un truco.
-Te lo dije- Yami le sonrió a su rival que está temblando por el viaje a través de las Sombras y mirando al Faraón.
-¿Cuántas veces tienes que sostener esto sobre mi cabeza?- gruñó -¿No te deje muy claro la otra noche? Tengo una compañía que dirigir y un torneo que planear. ¡No tengo tiempo para viajes a Egipto!-
-No estaremos aquí mucho tiempo- le dijo Yugi.
Yami se volvió hacia Ishizu, que estaba tratando de no mirar en estado de shock -Perdón por entrometernos tan repentinamente- se disculpó.
-Así que con ella si te disculpas - murmuró Kaiba en voz baja.
-Ella no tiene un ego más grande que Japón- respondió Yami.
Ishizu rápidamente recuperó la compostura –Faraón- interrumpió antes de que pudieran comenzar a discutir de nuevo -¿Qué está pasando? ¿Por qué están aquí?-
Yami volvió a centrar su atención en la mujer y se paró junto a su hikari -Creemos que el Ojo del Milenio ha elegido un nuevo portador- dijo -El Collar nos mostró una visión- Yugi frunció el ceño ante la mención de la visión, que Yami ignoró, manteniendo su atención en Ishizu.
-¿Uno de nosotros?- preguntó, refiriéndose a la familia Ishtar.
-Malik- Yugi asintió.
Ishizu se unió al ceño fruncido de Yugi. Ella y Malik eran los únicos fuera de los Portadores de los Artículos que saben lo que realmente está pasando. Habían asumido que era probable que los artículos eligieran a aquellos que tenían vínculos con el Antiguo Egipto. El hecho de que Seto Kaiba estuviera en su cocina, sosteniendo la Vara del Milenio y quejándose por faltar al trabajo, reforzaba esa teoría. Sin embargo, que ella supiera, ni ella ni Malik tenían una conexión directa con el pasado. Eran descendientes en lugar de reencarnaciones.
Kaiba murmuró algo sobre lunáticos en voz baja, lo que hizo que Ishizu rodara los ojos. Al menos eso de Kaiba no había cambiado.
-Está en el mercado ahora mismo- dijo -pero debería volver pronto. Odion está con él-
-¿Odion sabe algo de esto?- Yami preguntó.
-No, solo Malik y yo- aseguró Ishizu -Odion estaba fuera cuando encontramos esa información y no se lo dijimos. Ya ha sufrido mucho por nuestra familia, no queremos cargarlo con esto-
-Bueno, al menos tú también estás siguiendo esa regla- refunfuñó Kaiba.
-Kaiba está molesto porque no puede decirle a Mokuba sobre el hecho de que ahora es dueño de la vara- explicó Yugi.
El CEO estaba a punto de replicar, cuando algo en el bolso que Yugi había traído comenzó a brillar. La atención de todos se centró en él cuando Yugi miró dentro, esperando que el Ojo fuera la causa como una indicación de que Malik estaba cerca, tal como lo había hecho la vara para Kaiba. En cambio, es el Collar que está brillando de nuevo.
-¿De nuevo?- Yami inquirió mientras Yugi reprimía un suspiro y se acercaba. Incluso Kaiba parecía algo intrigado. Sin embargo, esta vez no se reprodujo ninguna visión.
El Collar siguió brillando cuando Yugi lo sacó. Los cuatro lo miraron con curiosidad, tratando de averiguar por qué está actuando de esa manera.
-Creo- dijo Yami lentamente -que el Collar quiere reclamarte Ishizu, como su Portadora-
-¿Han pensado en lo que van a hacer después de la graduación?-
Los chicos levantaron la vista de su comida ante la pregunta de Tea. Habían pasado unos días desde que Yugi había viajado a Egipto y el grupo está disfrutando el día de verano en Burger World. Yugi ya no estaba en posesión de ningún Artículo del Milenio salvo el Rompecabezas. Resultó que, de hecho, Malik fue elegido para empuñar el Ojo, y ni siquiera tuvo que arrancarse uno para usarlo. Yugi había dejado a los Ishtar con el número de su teléfono celular, para disgusto del CEO que se lo dio.
Yugi y Yami habían reducido drásticamente la cantidad de entrenamiento con las Sombras que hacían, y solo trabajaban para ampliar el tiempo que Yami podía mantener su forma cuando estaban seguros de que están solos. Además del ataque de pánico menor cuando Kaiba les había dicho que Joey podría haberlos visto a ambos, ahora había cinco magos, siete cuando Yami y Bakura están en sus propias formas, y encontrar lugares y tiempo para que todos se reunieran y practicaran sin levantar sospechas, es difícil. Le daba más tiempo con sus amigos, deshaciéndose de cualquier sospecha, por muy bien situada que estuviera.
Ishizu lo llamó al día siguiente, preocupada por el futuro, aunque se negó a dar más detalles. En cambio, prometió vagamente que ella y Malik prepararían algo "por si acaso" y que explicaría más cuando arreglara los detalles.
-Falta más de un año- Joey rechazó la pregunta de Tea -Hay mucho tiempo para decidir-
-No, si quieres ir a la universidad- respondió Tea -necesitas tomar los exámenes de ingreso y asegurarte de cumplir con todos los requisitos-
-Vas a intentar entrar en esa escuela en Estados Unidos, ¿verdad?- Yugi le preguntó, distrayéndola de la falta de preocupación de Joey por el futuro.
Tea asintió -De hecho, envié mi solicitud y videos esta mañana. Sin embargo, probablemente pasará un tiempo antes de que realmente escuche algo-
-Entrarás- dijo Yugi con confianza.
-Definitivamente- admitió Tristan cuando Joey lo respaldó con un movimiento de cabeza -Serían idiotas si no te aceptaran-
-Gracias, muchachos. Pero, sinceramente, será un milagro ser aceptada. Escuché que el director de la escuela que quiero es... selectivo. Sin embargo, me siento confiada con mis escuelas de respaldo-
-¿No es eso normal para ese tipo de escuela?- preguntó Tristan.
La inquietud comenzó a rodar en el estómago de Yugi, aunque no estaba seguro de porqué. Las Sombras parecieron sisear con desdén ante la mera mención del director de esa escuela.
“¿Yami?” preguntó Yugi con incertidumbre.
"Yo también lo siento” aseguró Yami.
-Por supuesto- respondió Tea a la pregunta de Tristan -pero hay muchos rumores sobre esta escuela en particular-
-¿Cómo qué?- preguntó Yugi, tratando de ignorar el mordisco de las Sombras.
-Son solo rumores- dijo Tea -estoy segura de que no es nada; solo gente amargada porque no lo lograron-
-Te he visto actuar- le dijo Joey -Eres tan buena, si no mejor, que algunos de esos 'profesionales'. Entrarás seguro-
-Sí. Incluso intentaremos llegar a tu primer espectáculo- dijo Tristan con entusiasmo.
Yugi asintió junto con ellos, queriendo creer que estos rumores eran solo eso, pero la forma en que actuaban las Sombras le hizo pensar lo contrario. Yami estaba teniendo flashbacks de cuando fue liberado por primera vez del Rompecabezas, recordando que las Sombras sentían lo mismo cada vez que alguien le hacía daño a Yugi o a alguien que le importaba.
“¡Ni hablar!” Yugi recogió los pensamientos de Yami.
"Si se trata de eso, no tendrás que hacer nada" respondió Yami.
“¡¿De verdad estás considerando esto?!”
“Puede que no tengamos otra opción”
“¿No crees que podrías estar exagerando un poco?”
Yami hizo una pausa. Su hikari tenía un punto allí. Tal vez solo estaba recordando su deseo primordial de mantener a Yugi a salvo.
"No haría nada a menos que tu estuvieras seguro" decidió Yami, "te prometí hace mucho tiempo que no haría nada con lo que no te sintieras cómodo. Rompí esa promesa una vez y pagaste el precio. No tengo ningún deseo de hacer eso de nuevo”
“Lo sé" cedió Yugi.
Yugi esta tan absorto en su conversación con Yami que no se dio cuenta de que Joey lo miraba con una mezcla de preocupación y sospecha. Joey sabía que Yugi estaba hablando con el faraón porque está mirando al vacío y tenía que ser importante porque Yugi seguía frunciendo el ceño.
Tristan no tomó en serio la afirmación de Joey de ver a dos Yugis, pero estuvo de acuerdo en que deberían vigilarlo mejor. Así que pasaron el día apostados frente a la Torre Kaiba Corp, esperando a ver si sucedía algo extraño. Nada paso. Yugi se fue caminó solo a casa después de varias horas, luciendo como si no hubiera dormido durante un par de días. Sin embargo, las reuniones con Kaiba podrían hacer eso.
Por mucho que Joey valorara la perspicacia de Tristan, las palabras del Abuelo seguían resonando en su cabeza: Tienes buenos instintos. Deberías confiar en ellos. Había decidido no decirle a Yugi que pensó que los vio a él y al faraón el otro día, pero decidio vigilarlo de cerca, para ver si ocurría algún otro suceso extraño cuando Yugi pensaba que estaba solo. Era casi como si Yugi pudiera leer su mente, porque en el momento en que planeó su curso de acción, Yugi comenzó a actuar con normalidad nuevamente. Dejó de poner excusas para estar solo y encontró más tiempo para pasar el rato con sus amigos.
Joey jugó brevemente con la idea de que Yugi había leído su mente, después de todo estaba en posesión del Ojo del Milenio, pero rápidamente descartó la idea. Yugi no usaría los artículos de esa manera; ni usaría los Articulos como el Ojo o la Vara con sus amigos. No después de todos los problemas que esos artículos les causaron. A decir verdad, Yugi nunca usaría ningún articulo con sus amigos a menos que fuera para ayudarlos, e incluso entonces, no lo haría sin su consentimiento.
-¿Todo bien, Yug?- preguntó mientras el rostro de Yugi se aclaraba, atrayendo la atención de Tea y Tristan hacia su amigo.
-Sí- aseguró Yugi, aunque todavía parecía pensativo sobre algo.
-¿Seguro?- preguntó Tea, también notando la mirada de Yugi -Parece que algo anda mal-
-No pasa nada- Yugi sonrió -Solo estaba hablando con Yami sobre algo-
Tea y Tristan parecieron aceptar la excusa, pero Joey no; algo se sentía... apagado. ¿Desde cuándo Yugi guarda secretos?
Como Ishizu llamó y dijo que el faraón aún no podía recuperar sus recuerdos, Joey se respondió a sí mismo con amargura. Estaba un poco sorprendido de que Tea no pareciera darse cuenta; tendía a ser la más perspicaz del grupo. Por otra parte, tal vez lo hizo y era mejor actor de lo que pensaba. Pero Tea tampoco era de las que dejaban pasar las cosas así.
Fue sacado de sus pensamientos por el timbre del celular de Yugi. Este revisó la identificación y se detuvo.
-Es Kaiba- respondió a la pregunta no formulada.
-Ignóralo- aconsejó Tristan -Él no puede esperar que reorganices tu vida a su antojo-
-No escuchaste la diatriba que hizo la última vez que ignoré sus llamadas- bromeó Yugi, abriendo el celular -No es un buen momento, Kaiba- saludó.
Joey frunció el ceño. Ese tipo de franqueza era más característico del Faraón que de Yugi.
-Nunca estas solo- la voz incorpórea llegó desde el otro lado lo suficientemente fuerte como para que la oyeran.
Yugi resopló -No es mi culpa que elijas los peores momentos. Salgo con mis amigos ahora, así que te llamaré más tarde-
Hubo una pausa y luego -Hemos encontrado un problema con una de las configuraciones y te necesitamos aquí. Trae a tus amigos si es necesario-
Yugi frunció el ceño, al igual que Joey, Tristan y Tea. ¿Desde cuándo Kaiba admitió abiertamente que necesitaba la ayuda de Yugi? Especialmente cuando se trata de su empresa.
El pequeño adolescente miró a sus amigos, en silencio pidiendo su opinión. Bueno, al menos Yugi no había cambiado tanto como para poner un asno como Kaiba frente al tiempo con sus amigos. El Rompecabezas brilló brevemente y Yami tomo el lugar de Yugi.
-¿Qué clase de problema?- exigió -¿No puede esperar?-
-Si pudiera esperar, ¿por qué te llamaría ahora, Muto?- Kaiba gruñó -Solo ven aquí para que podamos arreglarlo- La línea se cortó y dejó a Yami mirando el celular con una cara que decía que estaba contemplando tirarlo al otro lado de la habitación.
-Me pregunto qué necesita Kaiba- dijo Tea con curiosidad.
-Obviamente, el tipo nunca ha oído hablar de la palabra por favor-Tristan se cruzó de brazos.
-Sí- estuvo de acuerdo Joey -¿Qué derecho tiene él para darte órdenes?-
Yami suspiró -Di mi palabra de que pelearía por él en su próximo torneo para promover un nuevo parque. Debe tener algo que ver con cómo funcionará. Deberíamos ir a ver qué es-
-¿Desde cuándo Chico Rico necesita ayuda para planear un torneo?- Joey expresó su pregunta silenciosa de antes.
-Dado que la publicidad que puedo darle vale la pena- respondió Yami, liderando la salida -Kaiba Corp necesita una buena reputación para cumplir con algunos de los planes que Kaiba quiere implementar. Los últimos torneos han atraído cierta atención negativa. Y mi apoyo puede ayudar a superarlos. Especialmente con lo obvio que es que no nos agradamos-
-¿Así que solo te está usando para la publicidad?- Tristan preguntó indignada.
-¡El nervio!- Joey se unió.
-Al menos no lo está haciendo por despecho- los calmó Yami, -Y no me importa. Creo en muchas de las cosas que Kaiba quiere lograr-
-¿Cómo qué?- preguntó Tea.
-Hemos jurado guardar el secreto- bromeó Yami -así que no puedo decirlo-
-Uno de ustedes hizo un juramento del secreto, querrás decir- corrigió Tristan, pasando un brazo alrededor del pequeño rey -Así que ni tú ni Yugi juraron nada-
-Ambos juramos- Yami permitió que el brazo de Tristan se quedara dónde está -Incluso si Kaiba no se dio cuenta-
-Debe ser grande entonces-
-Ciertamente tiene el potencial de serlo-
-¡Amigo! ¡Ahora realmente quiero saber!- Tristan se quejó.
Los cuatro continuaron con la charla hasta Kaiba Corp. En su mayoría, fue una combinación de Joey y Tristan tratando de obtener información de Yami y Tea regañándolos por intentar que rompiera una promesa. Yugi se estaba riendo en el fondo de la mente de Yami mientras los chicos intentaban una vez más que Yami revelara el secreto.
Estaban a solo una cuadra de distancia cuando Yami casi se dobló por una ola de inquietud que se apoderó de él, dejándolo con un poco de náuseas. Era similar a la inquietud que los atravesó cuando Tea mencionó al director de baile, pero mucho más fuerte. Las Sombras tiraban de él, instándolo a actuar contra algo que claramente está cerca.
-¡Yugi!- Tea grito cuando Yami se detuvo en seco.
-¿Estás bien?- Joey preguntó, todo tipo de bromas a un lado.
Yami hizo una mueca cuando otra ola lo atravesó -No lo sé- respondió honestamente.
“¿Qué quieren?” preguntó Yugi, tratando de ignorar el sentimiento.
“No tengo idea” respondió Yami, mirando a su alrededor y tratando de detectar qué era lo que las Sombras querían que hicieran.
“Es la segunda vez en el día de hoy”
"Parece que las Sombras se están impacientando"
“¡Tenemos todos los portadores de los artículos!” Yugi exclamó “¡Seguimos entrenando con ellos! ¿Qué más podrían querer?”
Yami tuvo una idea, pero sabía que a Yugi no le gustaría y, para ser honesto, a él tampoco le gustaba.
-Vamos a Kaiba Corp- dijo Yami en voz alta, empujando a las Sombras tanto como pudo -Probablemente solo algo que comimos anoche-
-Si estás enfermo, deberías irte a casa- sugirió Tea -Kaiba puede esperar-
Yami negó con la cabeza -Estoy bien. Vamos-
Sus amigos se mostraron escépticos, pero aceptaron su decisión. El resto de la caminata fue tranquila, la atmósfera de broma de antes había desaparecido y fue reemplazada por un silencio incómodo. Afortunadamente estaban tan cerca y el silencio no duró mucho.
Mokuba los está esperando en la entrada de Kaiba Corp -¡Hola chicos!- saludó con una sonrisa -Seto me envió a recibirlos. Yugi, te está esperando en su oficina. Se supone que debo entretenerlos hasta que terminen-
-Trataré de hacer esto rápido- prometió Yami con una voz sorprendentemente firme. La sensación de tirón de las Sombras solo se había vuelto más fuerte a medida que se acercaban al edificio; querían que fuera en la otra dirección por razones que él desconocía. Al menos podía ver si Kaiba está sintiendo lo mismo.