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Get you back? por Asahito

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Notas del fanfic:

Hola, hola!!! Nueva historia, que la disfruten?

Era la madrugada de un jueves helado cuando Akihito acunaba a un pequeño recién nacido entre sus brazos. El reloj marcaba las 3:50am y sus ojeras estaban más oscuras que la noche, su pelo aún un poco húmedo del baño que había tomado hacía un rato.

Aquel bebé largó un fuerte llanto desgarrador... Se dormía temprano, 22 o 23 horas pm, pero siempre terminaba despertando muy adolorido por los malditos cólicos que atormentaban su diminuta panzita.

-Tranquilo Dome...-Susurró acariciándole su espaldita.

Otra noche de llanto se avecinaba y él también quería llorar. Dome había nacido hacía solo 1 semana, de la cual habían estado 3 días en el hospital por su cesárea y 4 en casa. El pequeño bebé había llorado todas las madrugadas y los vecinos se habían quejado, eran personas mayores lejos de tenerle agrado a los niños. Akihito se sentía devastado. Cansado y angustioso.

La puerta resonó en 3 golpes...

Acomodó a Dome sobre su cunita y le puso el chupete, al menos eso lo mantendría calladito por un momento.
Se asomó de puntitas de pie por el mirador de la puerta y se le heló la sangre al verlo allí parado.

-Abre la puerta, Takaba.-Esa voz gruesa y áspera por el cigarro, llena de seriedad.
-¿Que haces aquí?-Preguntó, llevándose las manos al rostro, ¿y ahora que haría?
-Abre y podremos charlar mejor, tienes varias preguntas que contestar.

Si seguía resistiéndose a abrirle, sabía que podía llegar a usar su arma para romper la cerradura (como en el pasado alguna vez lo hizo) y no se perdonaría involucrar a su pequeño Dome en una situación así...

Abrió lentamente y levantó apenas la vista para observarlo... Asami Ryuichi, su perfecto ex amante. Lo que tenía de serio y calculador, lo tenía de cálido. No se saciaba nunca de aquel hombre, le volvía loco y no le molestaba admitirlo, sin embargo...

-¿Quién te crees que eres para desaparecerte así por 5 meses? ¿Donde has estado? Mirate.. En esas fachas.-Pasó de largo con el seño fruncido, estaba muy molesto.
-Yo... Hay tantas cosas que debes saber...-Cerró la puerta y volteó a verlo. Solo tenía puesta una camisa blanca y el porta armas sobre sus hombros, aquel pantalón de gabardinas sin cinturón... Le hacía mal.
-Oh claro que sí, no he tenido casi tiempo, en todos estos meses he atrasado tantas cosas solo por buscar tu maldito trasero.-Bufó fuerte pasándose la mano por la frente.-Vamos habla!
-Yo no te pedí que lo hicieras.-Se encogió de hombros, estaba sudando, sus manos eran pura agua.
-No te hagas el chistoso, no juegues conmigo. ¿Si quiera haz comido? Tienes unas ojeras horribles y estás muy flaco.-Se acercó tomándolo del mentón para examinarle la cara.
-Sí...-Quitó su mano lentamente.-Hay algo que debo decirte...

Y otro llanto desgarrador a las espaldas de Asami lo hizo tensarse.

-Eso...-No fue capaz de formular pregunta ni oración.
-Eso es un bebé.
-¿Te haz robado un niño? ¿Estás loco?-Lo miró desconcertado.-Vamos cambiate, devolveremos a ese niño e irás con el doctor, no sé que te habrá pasado pero no estás del todo bien.
Akihito negó y lo tomó del brazo llevándolo con él...-Ven.-Lo guió a un lado de la cama, en aquella pequeña cuna de tela, estaba aquel retoñito quejándose de dolor.-Él es Dome...

Asami lo examinó. Cabello fino, de color muy oscuro. Cejas finas y largas, pestañas onduladas, narizita flaca, y su boquita rechoncha haciendo muecas raras. Debía medir una mano y media de Asami y tenía puesto un enterizo de algodón color gris. El cuello ni siquiera se le asomaba. Era la primera vez que veía a un recién nacido en persona, y éste era muy parecido a él (para no decir igual). Su corazón latía de una forma extraña...

-¿De dónde ha salido?-Preguntó muy serio, sin dejar de verle.. Dome intentaba abrir sus ojitos buscando de donde provenían las voces.
-De aquí...-Akihito levantó su remerón dejando ver la faja que sostenía aquella herida que estaba sanando.
-Ve desde el principio, estoy haciendo lo imposible por entenderte y no asesinarte...-Dijo de forma serena, aún con cara de piedra observando como al pequeño bebé aún le costaba encontrarle.
-Bueno... Aquí va...

Cuando volviste de Italia, yo ya me estaba sintiendo mal. Algo en mi no estaba bien, cada tanto me sentía afiebrado y cansado, la respiración se me entrecortaba, me mareaba demasiado, pero creí que solo era la anemia. Pasaron así 4 meses, cada tanto vomitaba, tenía dolores horribles de cabeza, pero tu estabas con todo ese lío del negocio del extranjero que solo me dijiste que fuera a ver un doctor. Y aunque lo único que quería era que estuvieses conmigo, lo hice. Fui a ver a un muy buen doctor porque mis mareos y vista nublada, ya me estaban asustando. Este médico me dijo que podía ser un doncel y estar gestando un bebé. Sin embargo en la eco no se vio más que mi estómago hinchado. Esa noche fui a buscarte y te vi compartiendo copa, sonriendo de forma muy elegante con un hombre de cabellos claros que luego se abalanzó a besarte. Muy romántico por cierto, te felicito. Luego llamaste para avisar que pasarías la noche fuera de casa y que a primera hora del día viajarías nuevamente a Italia. Y pues, no llamaste más, mi mente caminó muchas cosas y simplemente te imaginé siendo feliz con ese quien sabe quien. Y me sentí devastado, aún me siento así, me fui para no estorbar, esperé que vinieras por mi, que me llamaras y nunca lo hiciste. Al mes pude ver la causa de mi malestar, estaba de 5 meses y esperaba un varón, costó encontrarlo en las ecografías pero ahí estaba. Mi miedo se triplicó, entonces tomé todas las medidas necesarias para ocultarme mejor de ti por si en algún momento recordabas buscarme.

Asami suspiró pesadamente. Era demasiada información y muy impactante para serse sincero.

-¿Por qué no me llamaste tú a mi?-Preguntó Asami. Dome tenía sus ojitos negros, super abiertos clavados en Asami.
-Vaya, tu te besas muy romántico con otro tipo y yo soy el que debe llamarte. No es que me importa lo que hagas con tu vida, sino que puedes contagiarme quien sabe qué con saliva ajenas. Y lo peor es que ese día te vi porque fui a buscarte, pero supongo que es algo que debes acostumbrar a hacer, no?
-Eso tiene una explicación. La cuál no te di porque preferiste correr como cobarde lejos de mi, en lugar de admitir tus celos y enfrentarme.
-El primero que huyó fuiste tú.-Interrumpió Akihito.
-No huí, ni siquiera sabía que habías visto aquel mal entendido, sino habría aclarado la situación de inmediato. Tuve que viajar nuevamente porque el negocio salió mal. Y otra cosa, ¿cómo vas a ocultarme algo como un embarazo?

Asami se veía afligido... ¿Lo había lastimado?

-Asami...-Sollozó.
-Akihito, no sé cómo sentirme. Haz desaparecido por 5 meses, de verdad estoy muy ocupado tengo muchísimo trabajo acumulado más tu búsqueda. Y llego aquí y te encuentro solo con semejante responsabilidad y una facha tremendamente triste. Me desligaste de toda esta situación.-Se sentó en la silla que estaba a un lado de la cuna, y el pequeño bebé nuevamente comenzó a llorar.
-Lo siento, no sabía como tomarías la noticia. No quería que me fueses a tomar por loco, o que quisieras que me deshiciera de él. Los hijos para nosotros eran inimaginables, no podía sólo llamar y decirte "Adivina qué, vamos a tener un hijo" fue más fácil digerirlo solo, aunque tuve...-Aclaró su garganta.-Tengo mucho miedo. Él sufre mucho los cólicos, llora siempre y no logro calmarlo y lloro con él. El doctor ha dicho que le paso mi angustia, pero ¿cómo no pasársela? Si nos tenemos solo nosotros dos... Hace apenas 1 semana me convertí en padre, no sé como hacerlo del todo bien, no puedo trabajar, estoy gastando mis últimos ahorros y la gente de este maldito edificio solo sabe quejarse de un pobre bebé.-Esto último lo dijo elevando la voz, soltando un llanto desconsolado.

Ahora lloraban él y Dome. Y Asami seguía sin poder creerselo. Pero quería cuidar a su indefenso Akihito.
El mayor se levantó de su silla y tomó en brazos a Dome, lo puso boca abajo sobre su brazo y masajeó suavemente los costados de su panzita. Se meseo apenas y como por arte de magia, dejó de llorar. Era un bulto muy pequeño para su ancho y largo brazo. Tenía una delicadeza, suavidad y olorsito que aturdia los sentidos de aquel hombre serio y frío. Se sentía en un sueño, más bien quería estar en uno. Pero esta era la realidad, y a decir verdad, no estaba del todo mal.

-¿Cómo... cómo lo haz hecho?-Akihito se quedó viéndolo, olvidándose del llanto.
-Solo masajee su estómago.-Encogió los hombros.
-Es lo que hago cada puta noche.-Bufó enojado.-¡No puede ser cierto, Dome! Él apenas viene una noche, te mece un poco y tu te quedas dormido como un angelito. Debe ser una broma.-Soltó una pequeña risita irónica. Estaba demasiado cansado.-Le he hablado sobre ti, pero al parecer el ya te reconoce de antes.
-¿De qué hablas?-Asami frunció el ceño.
-Antes de que volvieras a Italia yo ya tenía 4 meses con él dentro, sin saberlo. Él ha crecido escuchándote la mitad del embarazo.
-Claro...-Respondió no muy convencido.
-Hablo de que eres su padre, y él lo sabe. Por eso se ha quedado tan agusto contigo.

La palabra "Padre" caló los huesos de Asami e hizo bombearle el corazón nuevamente. Un escalofrío recorrió su espalda. Si bien era obvio que ese bebé lo habían hecho entre los dos (porque Akihito nunca le sería infiel, lo sabía) el reconocer de pronto ser su "Padre" lo había hecho sentir un poco ¿Nervioso? ¿Temeroso?

-Y al parecer te ha extraño.-Se sentó en los pies de la cama bostezando.
-¿Y tú no?-Lo observó, mientras su mano derecha acariciaba el delicado cabellito del bebé que dormía plácidamente en su brazo izquierdo.
-¿Para qué quieres saber? Si haz de estar muy feliz con tu nuevo amante.-Se tiró hacia atrás, cerrando los ojos.
-Si estuviese feliz y con un nuevo amante, no hubiese gastado mi tiempo en buscarte.-Contestó molesto.-Debemos aclarar esta situación. Tu y Dome no pueden estar viviendo así. Además creo que necesitas ayuda.
-¿A qué te refieres?-Akihito abría sus ojos nuevamente.-Una vez que Dome cumpla el mes podrá ir a la guardería y yo podré retomar mi trabajo. Estaremos bien.
-Tus ojeras y tu llanto no dicen lo mismo.-Setenció, acomodando al pequeño bebé en su pecho, mientras tomaba asiento en la silla.
-Es la depresión posparto, pero estamos bien.
-Mira Akihito, algo sé sobre embarazos, parto y posparto y sé que esto no debería decírselo a alguien que acaba de parir, pero tu solo te haz puesto en esta situación. Tienes razón en cuanto a no saber como hubiese reaccionado porque yo tampoco lo sé. Pero la realidad ahora es esta, él ya está aquí y ya me haz quitado parte. No dejemos que sea más tarde y déjame hacer lo que me corresponde.
-¿Hacer lo que te corresponde? ¿Vendrás a visitarlo a estas horas de la madrugada o cuando apenas tengas media hora y pasarás la manutención? Como si se tratase de mi. Si vas a estar en su vida que sea a tiempo compartido. Y creo que tu no puedes cumplir más que con dinero.-Escupió con enfado. Aún sus hormonas estaban locas y tenía aquella espinilla en el corazón.
-Creo que estás subestimando una faceta que ni yo ni tú conocemos. No me hagas enfadar, Akihito. Estoy tratando de tomar la situación de la mejor forma posible. Si no fuese porque tu operación es muy reciente, estaría apuntándote el culo con mi pistola ahora mismo.-Rodeó los ojos y echó la cabeza hacia atrás pensativo.

Tenía mil cosas en la cabeza. Las cosas cambiarían demasiado. Empezando por que un bebé dormía en su pecho, y no cualquier bebé, su propio hijo.

-¿Por qué le haz puesto Dome?-Curioseó.
-Pensaba demasiado en ti.-Suspiró.
-¿Y a que va?-Lo miró.
-Significa Líder.-Medio rió un poco.-Y quería un nombre que no fuera japonés.

Asami sonrió de costado. Aún pensaba en él. Volvió a mirarlo. Al parecer Akihito también pensaba mil cosas. Si bien estaba furioso con él, admiraba como había llevado ese embarazo a término él solito. Y ahora estaba tratando de criar a su pequeño bebé. Había llegado a tiempo y se sintió un poco aliviado... Aunque no tanto, le hubiese gustado llegar una semana atrás.

-¿Como fue el parto?
-Fue rápido. Dome es muy pequeñito, fue cuestión de abrir y sacarlo. Nació con tu bendita cara de enojado, sin llorar.
-¿Estuviste sólo?-Preguntó, eso quería saberlo.

Akihito solo se limitó a asentir. Asami de nuevo sintió un latir raro.

-Perdona...-Susurró, y con una voz muy baja y suve dijo...-Yo.. A mi de verdad me hubiese gustado estar allí.

El corazón de Akihito se encogió rápidamente. Al parecer Asami de verdad deseaba asumir su paternidad. Su hijo era hermoso, pequeño y tierno, y había logrado comprar el corazón de su padre en una milésima de tiempo.

-El hombre al que viste besarme es un colega de años, insoportable, le gustan las bromas pesadas, sobretodo cuando se trata de molestar a su pareja... Bankari es un viejo conocido Egipcio que se dedica a contrabandear reliqueas de su cultura... Está hace 10 años en pareja con un amigo mío de la infancia, Alec. Alec es el hombre al que le vendí el piso inferior de mi club en Italia para que instalara un museo llamado "Amore e Vita Bankari", se lo obsequió por su aniversario. Hubieron unos cuantos conflictos que casi destruyen mi amistad con él, por eso estuve tanto tiempo ocupado allá, buscando y estudiando a cada culpable. Esa noche celebramos la noticia, porque mi primer viaje a Italia fue solo con Alec, y a la vuelta nos encontramos con Bankari para comentarle que habíamos cerrado contrato y su obsequio era ese. El me besó por eso, no existe otra razón ni tampoco más información.

Akihito sintió como había desperdiciado tanto tiempo en vano, se sintió fatal.

-¿Y por qué pasaste la noche afuera, y por qué no llamaste?
-Pasé la noche fuera porque fue más fácil dormir en el hotel y salir apenas empezara a amanecer. Y no llamé porque enemigos de Alec estaban investigadome para dar con mi punto débil, no quería que te encontraran. También estuve demasiado ocupado y para cuando quise ponerte a salvo, habías desaparecido.
-Espero no me mientas.-Susurró
-Sabes que puedo tener bastantes defectos, pero mentiroso no soy.-Lo miró serio, buscando sus ojos cansados.
-Disculpame Asami. Me pudo mi orgullo y nos hice perder el tiempo.-Sus ojos nuevamente se aguaron.

Asami estiró su mano y tomó la del rubio, invitándolo a enderezarse y acercarse un poco a la silla donde él estaba reposando.

-Disculpame a mi, yo también nos hice perder el tiempo estando tan ocupado. Prometo que eso cambiará y estaré presente para Dome. Quiero hacer de él una buena persona.-Apoyó su frente en la de Akihito y suspiró. Besó sus pómulos, sus mejillas, aspirando su aroma que había echado tanto de menos, y cuando fue por fin a probar sus labios, la mano de Akihito lo detuvo...
-Asami espera...

La puerta resonó...

-¿A quién esperas tan tarde?
-Temprano querrás decir, son las 5 y algo.-Quiso disimular su nerviosismo, estaba por cagarse todo el maldito momento.

Había olvidado que estaba esperando a alguien... Se asomó por la rendija y al comprobar quién era, abrió dando paso.

-Buen día, Akihito.-Besó su frente.
-Buen día, Uzuki...

Un hombre de unos 30 y algo, alto, de cabello oscuro y largo con ondas, amarrado con una coleta baja, entro por la puerta principal. Llevaba un pantalón de gabardina negro, una remera blanca y una chaqueta negra también.

-¿Y él es...?





Continuará...


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