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Lovers. por RLangdon

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Sólo un poco más. Tienes que estarte quieto
 
Itachi apenas parpadeó por aquella orden. Se mantuvo neutral, y aguardo en solemne silencio hasta que el travieso zorro terminó su "trabajo"
 
-¡Listo!- exclamó Naruto al hincar uno de sus colmillos en el último tallo de la diminuta flor naranja. Después se sentó y espero pacientemente algún halago por su complicada labor. Habia tardado varios minutos recolectando las mejores flores. Realizar el collar siempre era un asunto que demandaba mucha práctica y paciencia de ambas partes. Pero, aún con todo, Naruto estaba satisfecho de que su primer obsequio no quedará en un simple intento fallido
 
-Mph...- alejándose unos metros del prado, Itachi fue a contemplar su imagen en el cristalino charco de agua. Lo que vio lo dejó más confundido todavía
 
Al acecho, Naruto hundió su rostro entre los arbustos, sus nueve colas se merecieron con sigilo
 
-Se llama Heliconia- dijo poco antes de saltar sobre la indefensa presa que bebía gotas de rocío de una hoja.Naruto se desplazó fugazmente por el claro, rodeando la hiedra y derrapando aquí y allá cuando la ardilla lo hacía. La siguió hasta que trepó a un árbol y la perdio la pista
 
-Se como se llaman- informó Itachi en tono lacónico, conteniendo las ganas de quitarse tan ridículo adorno floral para no herir los sentimientos del kitsune. Su padre lo mataría si llegaba a pillarlo con aquella guirnalda, aunque tampoco sentia escencial interés de revelarle ese dato a Naruto, no lo entenderia. Nadie lo haria.-Lo que no entiendo es por qué decidiste obsequiarme algo asi...- no tenía sentido, a su parecer
 
El pequeño Kitsune rodó sobre los tallos, tratando de deshacerse del molesto hormigueo en su estómago. Odiaba las hormonas, fueran lo que fueran...
 
-Mi familia suele regalar guirnaldas a sus aliados- explicó, arrastrandose por la tierra a medida que se impulsaba con ayuda de sus patas traseras. Itachi siguió cada uno de sus movimientos con la mirada. -Ahora que eres mi amigo, ese será nuestro pacto para no traicionarnos mutuamente
 
Itachi aspiro hondo cuando el juguetón Kitsune llegó a su lado. Habia algo en el que le inquietaba sobremanera
 
-Te recuerdo que fuiste tu el que trató de comerme..
 
-No volverá a pasar, ttebayo- sonrió Naruto, alzando una de sus patas para situarla sobre la cabeza del cuervo. Este entrecerro los ojos por la excesiva confianza a la que no terminaba de acostumbrarse
 
-Creo que deberíamos volver- susurró, serio. Naruto se levantó de un brinco, dispuesto a emplear otra de sus jugarretas, quiza una carrera para ver quien llegaba primero
 
-La corriente ya bajó- recién iba a dar un salto sobre la roca más cercana cuando gruesas gotas de agua empezaron a caer copiosamente
 
Aleteando de manera esporádica, Itachi se situó junto al Kitsune
 
-Retrocede- esta vez, no tuvo que repetirlo. Naruto volvió a la orilla a tiempo para presenciar como el nivel del agua crecía rápidamente. Entonces la lluvia torrencial se incrementó, la suave brisa vespertina arreció, y las copas de los árboles se agitaron violentamente, esparciendo hojas por doquier
 
Los pocos animales que se encontraban a la redonda, no tardaron en buscar un refugio seguro. Naruto también corrió, más por instinto que por cualquier presentimiento albergado. Itachi lo siguió de cerca, a sabiendas de que no podria emprender el vuelo en esas condiciones
 
-Me van a reprender- sollozó Naruto al no hallar ningún agujero que le permitiera resguardarse de la lluvia. -Si me enfermo, nunca me dejarán salir otra vez
 
Itachi pensó -con cierta gracia de por medio- que Naruto lucía demasiado adorable con el pelaje empapado. Sin embargo reparó en la gravedad del asunto
 
-Recargate en el tronco- pidió. Y aunque al principio Naruto le dirigió una mirada confusa y atormentada, acató pronto a lo que se le había dicho, demostrando con ello que confiaba ciegamente en su nuevo amigo
 
Tras sacudirse los residuos de agua de su plumaje, Itachi extendio sus alas y se acercó lo suficiente para poder cubrir a Naruto con ellas
 
Sus frentes quedaron momentáneamente unidas, sus ojos fijos en los del otro. Itachi incluso pudo reconocer el frenético ritmo de los latidos de Naruto, casi en sincronía con el soplido del viento
 
-Pero...- en cuestión de segundos, Naruto se mostró terriblemente contrariado. -Te mojaras
 
-Soy más resistente de lo que aparento- musitó Itachi, sin moverse un ápice de su sitio. Naruto sintió el repentino impulso de lamerlo un poco. Y es que, en el fondo sabía, que estaba mintiendo
 
"No quiero que te enfermes"
 
Pero el calor que desprendía el cuerpo de Itachi, lo reconfortó enormemente. Lo suficiente para quedarse dormido contra su pecho 
**
 
-¡Naruto!
 
-Hermano!
 
Lentamente fue abriendo los ojos, se removió de un lado al otro en tanto el molesto ruido le taladraba los oídos. Hasta que el llamado se tornó más fuerte y desesperado, Itachi se volvió hacia la cima del montículo, donde, cuatro Kitsunes, hacían acto de presencia. Y no tuvo que prestar mayor atencion en los rasgos para dar por sentada la logica.
 
-Naruto...
 
El susodicho apretó más fuerte los ojos, inconscientemente molesto por haber sido apartado de la cómoda fuente de calor que le proporcionaban las alas de Itachi
 
-¡Allí esta!
 
Itachi se hizo a un lado cuando el imponente zorro cruzó trotando a su lado
 
-Naruto, hijo...¿estas bien?
 
-Mhh...- sin embargo Naruto aún no se espabilaba por completo. E Itachi decidió aclarar el asunto cuanto antes. No obstante, Minato no le dio tiempo de explicarse. Sus ojos azules centellearon con rabia al volverse hacia el
 
-No se quien eres, pero se que quieres... Te advierto que no permitiré que seduzcas a mi hijo
 
-¿Como?- tomado con la guardia baja, Itachi no pudo retener un respingo
 
Minato lo miró amenazadoramente, sucumbiendo a las falacias que su hijo mayor le contara anteriormente
 
-Si te acercas de nuevo a Naruto...- gruñó, apretando fuertemente la mandíbula. Itachi no se dejó intimidar. -Te mato- sentenció, tomando a Naruto del lomo para llevarlo de regreso a la aldea del remolino
 
Naruto no despertó hasta mucho después, y cuando lo hizo, ya era muy tarde
***
 
Pasaron tres largas semanas en las que Naruto se mostró alicaído y distante con la camada. Tenía estrictamente prohibido salir a cazar por su cuenta, pero todos, y especialmente Menma, sabían de antemano que aquello no representaba ningún impedimento para Naruto. Si asi lo quería, podría burlarlos muy fácilmente. No obstante, por primera vez desde su nacimiento, Naruto se estaba comportando, seguía siendo el mismo cachorro ingenuo de antes, pero los juegos habían dejado de tener cabida en su rutina diaria. Incluso parecía triste, enfermo
 
-¿Hasta cuando piensas seguirlo espiando, hermano?
 
Menma gruñó al reconocer la voz chillona de Naruko a sus espaldas. El sólo cumplía su deber como hermano, tenía que cerciorarse de que Naruto no corriera ningún peligro. Y sin embargo, algo dentro de el continuaba estrujandole las entrañas, haciéndolo sentir culpable cuando lo único que había hecho era por el bienestar de su pequeno e ignorante hermano
 
-No te incumbe- respondió mecánico, irguiendose más para exhibir una seguridad que lo había abandonado últimamente, justo cuando las risas de Naruto se extinguieron para dar lugar a la tristeza
 
Ahí estaba quien antes fuera todo risas y juegos, ahora sólo miraba al horizonte por horas y horas, con sus orejas caidas y los ojos opacos
 
-Si no fueras tan chismoso, serias un excelente hermano- tajó Naruko, izando sus colas en simulada altivez mientras se alejaba a su calido lecho
 
-Estupida- la insultó Menma con los ojos ligeramente entornados. Cuando se viró hacia el frente, se encontró con la novedad, de que Naruto ya no estaba... 
***
 
Por septima vez, Naruto trotó agilmente por la pendiente, hasta adentrarse en su escondite secreto, sin darse tiempo a disfrutar del bello y acogedor paisaje, sin permitirse ceder a sus impulsos zorrunos de perseguir ardillas o conejos. No disponía mas que de algunos minutos y, aunque eran insuficientes, le daban poco de animo para proseguir con su búsqueda
 
-¡Itachi!- recorrió un enorme tramo del lago y posteriormente, volvió al prado, mirando agitado las infinitas ramas de los árboles, rogando encontrarse con aquellos penetrantes ojos negros. Sin embargo, no había nada. Sólo el sonido de la naturaleza le hacía compañía. -¡Itachi!
 
Tres semanas. Había estado contando los días, las horas. Había vuelto sólo seis veces en ese lapso de tiempo y siempre a horas dispares, con la esperanza de poder reencontrarse con su primer amigo
 
Nada...
 
Naruto se sentó y notó, al poco tiempo de hacerlo, que los ojos se le empapaban. Fue su culpa por no haber hablado antes con sus padres. De cualquier forma no habría servido de nada, pero al menos Itachi no habría sido acusado falsamente y amenazado de muerte
 
-Itachi- susurró cabizbajo, usando una de sus patas para limpiarse el velo cristalino que le impedía ver. Entonces oyó un crujido, una rama al trozarse
 
Naruto dio un brinco y salió disparado en dirección al ruido, sin tomar precaución alguna, solamente obedeció a sus instintos que le decían una y otra vez que Itachi estaba en alguna parte, esperándolo
 
Peligro. Fue lo primero que pensó Naruto al dar con la causa del ruido. Su cuerpo se quedó rigido, a pocos metros de un roble. Se mantuvo con la guardia en alto y una pata suspendida con la que pretendía dar otro paso
 
La amenaza latente estaba recargada contra aquel roble. Era un humano. Uno de carne y hueso. Naruto no supo distinguir si era alto porque se hallaba sentado, no parecia portar armas, simplemente estaba ahí, vistiendo una oscura gabardina con extraños símbolos. Naruto deseó fundirse con la hierba en el instante que la intensa mirada del hombre se encontraba con la suya
 
Estaba a punto de emprender la huida, con el corazón latiendole a mil por hora, cuando lo oyó preguntar
 
-¿Naruto?
 

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