Mo se llevó un poco de estofado a la boca encantándose por su sabor, era el mejor estofado de carne que había preparado hasta ahora, así que se sentía orgulloso y feliz ya que le iban a pagar y el dinero nunca estaba de más.
Estaba tan ensimismado en la comida que preparaba que se había olvidado por completo de cierto fastidoso pelinegro, apoyado sobre la nevera a unos centímetros de Mo viéndolo cocinar, el cual por cierto al sentirse ignorado decidido actuar.
- ¿Te gusta la cocina little Mo? - Su voz gruesa y profunda resonó en el lugar, anunciando lo primero que se le vino a la mente en un intento por sacar un tema de conversación.
- Si, me gusta y no me llames así- Fue la corta respuesta del pelirrojo, el cual esperaba terminar lo más pronto posible para poder irse a casa, la presencia del moreno lo incomodaba.
- Huele exquisito -Elogio, observando como un leve sonrojo aparecía en la cara de Mo - ¿Tus padres te enseñaron?
- Si- Contesto ya aburriéndose del interrogatorio.
- Tu color de cabello es natural?
-Si.
- Puedo tocarlo
-Si, digo, ¡No! No puedes - Pero fue en vano negarse porque el moreno ya había estirado su mano y estaba pasando sus dedos por las rojizas hebras, mientras se acerca lentamente a su rostro.
- Me encanta el color de tu cabello, creo que me gustan los pelirrojos - Susurro en la oreja de Mo, haciendo que este se sonrojara notoriamente al sentir el tibio aliento de He Tian sobre él.
-Que mierda haces, invades mi espacio personal imbécil- Mo se llevó su mano a la oreja cubriéndola mientras lo miraba con el ceño fruncido a mas no poder, no estaba acostumbrado al contacto físico y tenerlo así de cerca lo irritaba, Mo se preguntaba que mal había hecho en sus vidas pasadas para que Dios le mandara ese a demonio pelinegro para atormentarlo cuando de por sí, su vida ya era un desastre.
He Tian por su parte solo rio con gracia al ver la reacción que tuvo, volviendo a su lugar.
-Lo siento, mi error, sigue cocinando, muero de hambre - Tian seguía con la larga sonrisa en su rostro irritando más a Mo quien despego sus enfurecidos ojos de el para volver a lo que estaba haciendo.
Solo le faltaba sal al estofado para que estuviera listo y poder irse, así que aun con el ceño fruncido tomo el pote que contenía la sal agitándola, pero nada que salía, enojado apretó más el recipiente causando que por la fuerza la tapa saltara hacia el estofado y junto con ella toda la sal que había dentro.
-Mierda- Se dijo así mismo viendo como su estupendo estofado estaba arruinado, giro la cabeza hacia la izquierda, estremeciéndose al observando como He Tian tenía sus filosos y frios ojos negros en el con un semblante completamente serio.
- ¿Estas buscando que te rompan el culo?
Mo Guan Shan tuvo que volver a cocinar este dia y tras de cocinar tambien le toco lavar los platos, asi que su plan de irse temprano en casa no le funciono.