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Memories por RLangdon

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Me detuve afuera de la derruida infraestructura. Traté de comparar la ilustración del croquis que me había dado Naruto y, en efecto, parecía una fabrica abandonada.
 
¿Qué podría haber perdido allí?
 
Dentro había polvo y montones de cajas selladas, todas apiladas en altos monticulos que, por centimetros, no tocaban el techo del primer piso.
 
Pensé inspeccionar las plantas superiores tambien, pero ¿Cómo se supone que encontraría algo que no sé que es?
 
Quise guiarme una vez más con ayuda del croquis. A espaldas del edificio se encontraban varias maquinas en reposo. No entendía nada.
 
Era como ir a ciegas. Al menos así fue en un comienzo, porque poco después de empezar a deambular por el interior, mis pies se movieron libres, tomando un rumbo fijo que yo sin embargo desconocía.
 
¿Qué era esta sensación que me embargaba?
 
Observé en derredor, paseando la mirada por las esquinas. Cuando intenté indagar una vez más en el mapa, me quedé en blanco. El camino que había trazado Naruto no conducía a ningún sitio en especifico.
 
¿Era una broma?
 
Fui directo a una de las cajas. Abrirla fue poco menos que caotico. Cada pila estaba construida en diferente material y yo había elegido una de madera. Tuve que trozar la tapa al golpearla con el pie. Dentro había mudas de piel de serpiente. Retrocedí asqueado y decidí que era todo. Naruto me estaba tomando el pelo seguramente.
 
Y tontamente había caído en la jugarreta. Arrugué el supuesto croquis y lo arrojé por allí. Quería salir cuanto antes de ese lugar.
 
Molesto, opté por marcharme.
 
***
 
Mi cita de la tarde había sido acordada para las cinco en punto. Pero yo quería reunirme cuanto antes con Naruto para increparle sobre lo ocurrido. Asi que acudí directamente al consultorio de Tsunade. Sabía que debí haber llamado antes, aunque francamente dudaba que ella quisiera cambiar la cita. Si había alguien más, simplemente esperaría mi turno.
 
Cuando llamé a la puerta, nadie respondió. La paciencia es una cualidad que empezaba a escasear en mi persona, por lo que entré y cerré la puerta. Lo más probable es que hubiese salido a merendar algo.
 
Tomé asiento y la ansiedad pronto se apoderó de mi ser. Era la oportunidad perfecta para husmear entre sus notas. Quería saber cómo era visto ante los ojos de mi doctora, necesitaba ver qué veían otros en mi.
 
Me puse a revolver el material de la mesa hasta dar con mi expediente. Empecé a leer, y no pude pasar de la primera página porque claramente había un error. Empezando por la fecha de mi primera consulta.
 
Algo estaba mal.
 
Tampoco se mencionaba nada acerca de la mudanza. Ponía mi domicilio actual como fijo.
 
-¿Sasuke?
 
Me aparté de los papeles y miré a Tsunade, confundido.
 
-Mi expediente esta mal redactado- tomé la carpeta para mostrarle pero ella permanecía impasible, como si hubiera previsto mi reacción, como si la hubiese esperado desde hace tiempo. -No menciona la mudanza.
 
Ella me quito los documentos de las manos y, tranquilamente, fue hasta su escritorio para sentarse.
 
-¿De qué mudanza hablas?
 
Ya era demasiado.
 
-La mudanza- remarqué. -Me mudé con mis padres hace meses y no lo indica.
 
-Sasuke- ella me observó, precavida, entrelazando sus dedos y agudizando sus palabras. -No existe tal cosa. Has vivido aqui toda tu vida.
 
-Imposible- me desesperé. De pronto no sabía si me encontraba soñando o si en verdad estaba despierto. -Yo no...- la frase se me atascó en la garganta.
 
Decenas de nombres empezaron a desfilar por mi memoria. Uno por uno. Primero los nombres, luego los rostros.
 
-Sakura Haruno- me sostuve la cabeza, aturdido. Era aquella chica que me había estado observando en el hospital. Pero por más que traté, no pude recordar a Naruto. -Tengo que irme.
 
***
 
A cada paso, la cabeza me palpitaba. Reconocía las calles, las casas, los establecimientos. No quise que Tsunade me dijera nada. Quería llegar al fondo de esto por mi cuenta. Además, no sabía si podía confiar en ella.
 
Golpeé varias veces la puerta en espera de una respuesta, sin embargo, no había nadie en casa. Las luces estaban apagadas y no tenía la intención de quedarme allí esperando por el regreso de una chica que repentinamente se había borrado de mi memoria.
 
Cuando las personas son importantes, es imposible que las olvides.
 
¿Entonces por qué yo lo hice?
 
Naruto. El debía tener las respuestas. Y esperaba que me las dijera.
 
Cambié la trayectoria de mis pasos. Primero caminé, después empecé a correr. No podía seguir con la memoria en tinieblas. Me sentía perdido en un laberinto sin salida.
 
-¡Naruto!- rogaba porque estuviera alli. Subí los escalones faltantes y vi a Naruto apoyado en uno de los barandales laterales. -¿Quién eres tú y que esta pasando?- le exigí cuando se volvió. Él torció los labios en una mueca al acercarse.
 
-¿Buscaste lo que te pedí?
 
-¿Qué demonios se supone que debo buscar?- harto de las mentiras, lo sacudí un par de veces.
 
Naruto me besó desprevenido antes de soltarme la respuesta.
 
-Mi cuerpo.
 

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