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Amor de cristal por RLangdon

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Las dos materias siguientes transcurrieron demasiado lentas para cierto pelirrojo que miraba de soslayo a su ensimismado compañero de cabello negro. Inconscientemente, tamborileaba los dedos sobre su cuaderno, mirando con insistencia el reloj de pared
 
Sus labios se curvearon en una discreta sonrisa al escuchar el timbre, sin esperar reclamos de parte de Hidan, se colgó la mochila sobre su hombro y se dispuso a salir del aula, que ganas tenia de estar a solas con Naruto
 
-Ese estúpido de Sasori- suspiró Hidan al girarse sobre su asiento. Pain le restó importancia al comentario
 
Segundos más tarde, Itachi se puso de pie, sosteniendo una pila de papeles, sin mayor prisa, se dirigió al escritorio
 
-Aquí tiene- colocó los exámenes sobre la mesa, recibiendo a cambio una amplia sonrisa de la mujer
**
 
Dejando escapar un sonoro suspiro, Sasori avanzó deprisa por el patio, antes de ver a Naruto tenía que recoger ciertas películas en la biblioteca, no estaba seguro de que genero era el predilecto de Naruto pero ya no había tiempo para preguntarle, cualquier película era perfecta, siempre y cuando la vieran juntos y a solas en el audiovisual
 
Puede que a la vista de cualquiera solo se tratara de un encuentro casual entre compañeros pero para él no, quizás una cita encubierta no era lo apropiado para empezar a conocer a Naruto pero ¿Qué posibilidades tenia?
 
Ninguna, verlo a escondidas de Itachi era mucho mejor que tener que lidiar con discusiones innecesarias. Itachi podía ser una persona altruista la mayor parte del tiempo, aun así no tentaría su suerte…ni siquiera por error
 
Enfrascado en sus pensamientos, ingresó al edificio. Solo la anciana responsable de mantener en orden el lugar estaba presente, o eso creyó hasta toparse de frente con el odioso muchacho rubio de cabello largo
 
Chasqueó la boca al tener bloqueado el paso, con un demonio, solo quería tomar una película y podría regresar al audiovisual, donde había acordado verse con Naruto
 
-¿Qué quieres?- preguntó en tono despectivo. Deidara alzó los hombros, restándole importancia a la pregunta
 
-¿Qué quieres tu?- quiso saber, mirando en la dirección a la que se encaminaba Sasori
 
-Una película, ahora quítate de mi camino- y con un firme empujón en el pecho, Sasori se abrió paso. Dirigiéndose de inmediato a uno de los estantes del fondo. Deidara lo siguió poco después
 
Recargándose sobre la pared, miró de reojo como Sasori revolvía un par de películas, buscando impaciente, leyendo los títulos a gran velocidad, sin duda, llevaba prisa y ese hecho desconcertó al rubio
 
-No pareces del tipo de chicos al que le gusten las películas- comentó con indiferencia, mirándose las uñas
 
Sasori lo ignoró por completo, observando detenidamente las películas en sus manos, quizás ciencia ficción, el romance era demasiado cursi para su gusto y el terror se prestaba mas para la noche, así que la mejor alternativa era…
 
-Vi a Naruto afuera del audiovisual, así que no tiene caso que mientas- fue entonces que Sasori dejo de lado las películas para ver fijamente a aquel sujeto entrometido…momento, Naruto ya estaba esperándolo, ahora si tenía que apresurarse
 
-¡Sasori!- pero esta vez el llamado de Hidan le impidió seguir hurgando entre las películas. Molesto, se encaminó hacia su compañero de cabello plateado, el cual sostenía la carpeta frente a él, dándole a entender que no entregaría nada
 
-Perfecto- masculló Deidara, agachándose para sacar de una sola vez todas las películas. Era obvio que Sasori se vería con Naruto en el audiovisual y eso le daba una ventaja para ver a Itachi, o en su defecto, para provocar su ruptura definitiva, era la última oportunidad que disponía, si fallaba, tendría que usar medidas…un poco más drásticas
 
-Creí que habíamos acordado que lo entregarías tu- repitió Sasori con notoria indignación, si seguía perdiendo el tiempo Itachi buscaría a Naruto y todo intento por acercarse a él se iría al demonio
 
-Y eso voy a hacer grandísimo pendejo- se quejó Hidan, señalando la primera pagina. –No agregaste mi nombre
 
-Escríbelo tú- resopló Sasori, tendiéndole una pluma del escritorio. La mujer les hizo una seña para que se callaran pero ninguno se tomó la molestia de mirarla
 
Sin más miramientos, Sasori se encaminó al fondo de la biblioteca pero fue detenido por segunda ocasión por Deidara, quien, sonriente, le entregó una película. Sasori la tomó, sumamente confundido
 
-A Naruto le gustan las películas de fantasía, esta es perfecta para que la vean ambos
 
Sasori carraspeó, devolviendo la mirada a la película, ni siquiera tenía nombre. Deidara frunció el ceño
 
-¿Qué?... ¿también quieres la caja?- preguntó sarcástico. Sasori negó en ademan. –Naruto es…era mi mejor amigo, yo sé lo que le gusta y lo que no, y definitivamente las películas de fantasía son su…
 
-Está bien- lo interrumpió Sasori, sacando una goma de mascar de su bolsillo para llevársela a la boca. –Gracias- se dio la vuelta, ignorando por completo los reclamos de Hidan para ir hasta el audiovisual, donde lo esperaba el encantador muchacho rubio que ocupaba gran parte de sus pensamientos
 
Naruto observó por última vez su celular, esperando algún mensaje de Itachi, al no recibir nada, dio por sentado el hecho de que su novio aun estaría ocupado con los trabajos extras que le había mencionado Sasori. Y es que no quería propiciar malentendidos, Sasori era su amigo y no tenía nada de malo acompañarlo un rato en el audiovisual, aunque nunca había visitado esa sección del instituto, seguramente en el siguiente curso les impartirían materias en esa área
 
Por otro lado, ya había cancelado todas y cada una de las salidas con él, a pesar de que el pelirrojo insistía en que salieran como amigos, un amigo no deja plantado a otro, así como un novio no se desaparece sin avisar antes. Nada le costaba a Itachi salirse del salón solo un momento para verlo, le había comprado el desayuno, unos deliciosos bocadillos de arroz que ahora estaban fríos y duros
 
-Siento la demora- se disculpó Sasori, tratando de regular su acelerada respiración a causa de la carrera emprendida. Naruto se limitó a sonreírle
 
-¿Una película?- ladeó la cabeza con curiosidad. Sasori aspiró profundo
 
-Sí, pensé que te gustaría ver una conmigo, aunque solo sea media hora- esbozó una amplia sonrisa. Si a Naruto le gustaba la película, aceptaría verla por partes con él, así podrían reunirse en los recesos, eso si no interfería su fastidioso compañero
 
Naruto miró en derredor, recorriendo con la mirada a los estudiantes que caminaban por el patio, aun esperaba ver a Itachi por ahí
 
-Me parece bien, pero…
 
-Entonces vamos- Sasori lo tomó de la mano para guiarlo al oscuro salón. Naruto miró con desconfianza dentro, estaba completamente vacío, varios asientos acojinados frente a una gran pantalla. Ahora sabía donde veían aquellas aburridísimas películas relacionadas a las materias
 
La decepción lo hizo dudar, no gastaría su media hora de descanso estudiando, absolutamente no
 
-Ah, no estoy seguro de…- pero las palabras quedaron en el viento al contemplar a Sasori cerrando la puerta con llave. -¿Por qué la cerraste?- preguntó nervioso
 
-Para que no vengan a interrumpirnos- respondió seriamente, pensando en Itachi, claro, era el único que podría buscarlos al darse cuenta de que Naruto no estaba en la cafetería
 
-No creo que sea correcto- murmuró pensativo
 
-Solo es media hora- Naruto se mordió el labio inferior. –Por favor
 
-De acuerdo- aceptó no muy convencido de sus propias palabras
 
-Estoy casi seguro de que te gustara esta película- afirmó Sasori, subiendo los escalones del entarimado para colocar la película. Naruto lo miró en silencio, con mucho cuidado tomó asiento, en medio del salón. El pelirrojo tomó el control y encendió la pantalla, dirigiéndose rápidamente a los asientos, se dejo caer al lado de Naruto, chasqueando los dedos con enfado al reparar en un asunto importante
 
-¿Qué pasa?- Naruto parpadeó confundido
 
-Olvide comprar algo en la cafetería- presionó uno de los botones para poner pausa a la película antes de que diera inicio pero Naruto lo detuvo del brazo antes de que se fuera
 
-Así está bien, solo es media hora- le recordó con un suave pestañeo. Sasori lo observó embelesado, los expresivos ojos azules lo observaban fijamente y aquellos labios rosados le pedían a gritos probarlos, ya lo había hecho dos veces pero quería mas, necesitaba mas
 
Exhaló agobiado, limitándose a sentarse, lo último que necesitaba era ahuyentar a Naruto. Le había costado muchísimo poder acercarse un poco a él como para estropearlo de ese modo
 
Se forzó a devolver la mirada a la pantalla y nuevamente pulsó el botón para que la película diera inicio
 
Apenas unos segundos y los ojos azules se abrieron en completo asombro al observar la escena de dos hombres desvistiéndose sobre una cama
 
-"Quítala"- pidió con los ojos cerrados. Sasori se levantó de súbito al ver semejante imagen, de acuerdo, puede que solo fueran los comerciales, unos pornográficos…demasiado "gráficos" comerciales
 
-Deben ser los anuncios- miró de soslayo al sonrojado muchacho y de inmediato apretó el botón superior izquierdo para adelantarla. –Listo- volvió a sentarse cuando la pantalla se tornó negra de nuevo
 
Naruto se quito lentamente las manos del rostro, sintiendo sus mejillas arder de la vergüenza. Con timidez, situó su vista en la pantalla y su rostro entero volvió a encenderse cuando apareció la misma escena de los dos sujetos pero en una parte más avanzada, en la cual se apreciaba como el mayor penetraba al más chico con fuerza
 
-¿Qué demonios?...- Sasori tragó pesado. Bien, esa definitivamente "no" era una película de fantasía. De nueva cuenta se puso de pie, presionando infinidad de veces el control para apagar la pantalla. Genial, las pilas del artefacto estaban reacias a cooperar
 
-¡Quítala ya!- exclamó Naruto, sumamente enfadado con el nervioso muchacho que oprimía una y otra vez los botones del control
 
-Eso intento- refutó, acercándose más a la pantalla. Los gemidos provenientes de la película se hacían más y mas fuertes mientras que Naruto solo se encogía en el asiento, era muy diferente hacer esas cosas a ver como dos desconocidos actores porno se follaban mutuamente con escandalosos ruidos. –Lo logré- anunció una vez que hubo apagado la pantalla de forma manual. Naruto se puso fugazmente de pie, aun con el intenso rubor en sus mejillas
 
Se encaminó decidido hacia la salida
 
-Eres un repulsivo- murmuró, tratando de abrir la puerta. Cierto, estaba cerrada. Se volvió hacia el apenado pelirrojo que no hacía más que alborotar su cabello por los nervios, ese puto de Deidara se las pagaría muy caro
 
-Esa película no…
 
-"Dame las llaves"-Naruto lo sujetó del cuello de la camisa, atrayéndolo hacia él para buscar por su cuenta en los bolsillos del pantalón de Sasori, este suspiró derrotado
 
-Está bien, está bien- lo detuvo, sujetando sus brazos para sacar las llaves del bolsillo trasero de su pantalón. Naruto se las arrebató enseguida
 
-Pervertido- lo empujó con firmeza, introduciendo la llave en la cerradura. Ahora entendía porque razón Sasori la cerró con llave, ¿Qué pretendía?, ¿poner en práctica las escenas con él?
 
-Fue Deidara quien me dio la película- admitió Sasori, golpeándose con insistencia la frente. Naruto cedió con el intento de abrir la puerta al escucharlo
 
-¿Qué?- se volteó una vez más para ver a Sasori, quien, acercó más a su cuerpo contra la puerta, apoyando ambas manos a los costados de la cabeza de Naruto para evitar que escapara
 
-Tu amigo me dio la…- pero no pudo seguir hablando cuando la puerta se abrió de golpe, provocando que ambos cayeran al suelo. Naruto resintió el fuerte golpe en su espalda mientras el pelirrojo le caía encima, metiendo a tiempo las manos para evitar golpear su rostro
 
Y la respiración de ambos se aceleró, agitados y aterrados se miraron a los ojos. Naruto volteó la cabeza hacia otro lado al percatarse de la situación
 
-¡Sorpresa!- sonrió Deidara, sujetando una cámara en sus manos. No les dio tiempo de reaccionar cuando la luz del flash los cegó unos segundos
 
-Mierda…
 
Naruto se talló enérgicamente los ojos, apartando después a Sasori para levantarse. Debió imaginarlo
 
-Tú, pedazo de…- Sasori se apoyó sobre sus codos para levantarse, no dudó un segundo en sujetar a Deidara de los hombros, dispuesto a darle una buena paliza. Naruto se alejó sumamente avergonzado, molesto y preocupado
 
Ya no quería saber nada de esos dos pero lo más probable era que Itachi tampoco quisiera saber nada de él cuando se enterara de lo sucedido
 
-Itachi- aquellos ojos escarlata lo observaron fijamente cuando chocó de frente con él. Rehuyó la mirada con cierta timidez que no pasó desapercibida para el mayor
 
-¿Dónde estabas?- inquirió Itachi, entornando la mirada. Naruto frunció los labios, sin saber por dónde comenzar
 
-Me tendieron una trampa- se encogió de hombros, esperando cabizbajo el rotundo rechazo de Itachi. –Fui al audiovisual con Sasori para ver una película pero resultó ser una pornográfica y…- alzó lentamente la mirada pero el semblante de Itachi no se inmutó en lo más mínimo, decidió continuar. –Sasori me dijo que fue Deidara quien se la dio pero entonces abrieron la puerta y él cayó sobre mí y…
 
-Naruto
 
-Perdón, no sabía que en realidad era un truco para que Deidara me tomara una fotografía junto a Sasori, quería esperarte pero tú estabas haciendo trabajo extra en tu salón y no quise interrumpirte porque luego…
 
-Naruto- suspiró cansinamente, centrando su mirada en la expresión avergonzada del menor
 
-Te ibas a molestar- finalizó en voz apenas audible
 
-Te creo- le aclaró Itachi, permitiendo que una sutil sonrisa jugara en sus labios. Las pupilas azules vibraron ante el suave roce de los labios de itachi contra los suyos. Lentamente cerró los ojos, rodeando el cuello de Itachi con sus brazos, inmensamente agradecido de que Itachi no se molestara por lo ocurrido
 
Sus labios se movieron despacio, correspondiendo el contacto labial del otro. Poco a poco el beso perdió intensidad, Naruto se separó del cuerpo de Itachi, mirando a su alrededor, rogando porque ningún maestro los viera
 
-¿No estás enojado?- se aventuró a preguntar, arqueando ligeramente una ceja. Itachi negó con la cabeza
 
-Confío en ti Naruto- el aludido parpadeó al ser tomado de la mano, sus dedos entrelazándose con los de Itachi, se sentía tan bien. –No confío en ellos- agregó para sí mismo. Naruto lo siguió en silencio, disfrutando del cálido contacto que le ofrecía el mayor. No volvería a apartarse de él sin avisarle antes
 
-Te compré el desayuno- comentó Naruto al pasar frente a la cafetería. –Pero se enfrió- añadió en un murmullo. Itachi se detuvo al escuchar lo último
 
-¿Aun lo tienes?- preguntó expectante
 
-Sí, lo guarde pero ya esta frio- repitió lo ultimo decepcionado
 
-Lo quiero- Itachi posó ambas manos en las mejillas del rubio, este desvió la mirada una vez más
 
-Esta frio- volvió a decir, en voz más alta
 
-No importa
 
Una sonrisa se extendió en sus labios. Asintió en ademan, retomando la caminata hacia su grupo
**
 
Luego de hacer un esfuerzo sobrehumano para comerse aquel duro bocadillo de arroz. Itachi salió del salón, no sin antes depositar un suave beso en los labios de Naruto, este lo correspondió con cierta timidez, parecía que Itachi no se daba cuenta del alboroto que provocaba afuera de su grupo con su simple presencia, pero en parte agradecía que fuera así
 
Itachi caminó sin ninguna prisa rumbo a su salón, con la mirada en alto y ambas manos dentro de sus bolsillos, su expresión se alteró al divisar a cierto chico rubio a lo lejos. Esperó paciente a que se acercara
 
Deidara iba tan distraído observando la fotografía en su cámara que no se dio cuenta de en qué momento le cerraron el paso
 
Confundido, miró hacia arriba. El guapo muchacho de ojos escarlata mantenía su brazo derecho extendido, tocando con su palma la pared, impidiéndole avanzar mas
 
-Itachi- sonrió con ganas, dispuesto a mostrarle aquella fotografía en donde exhibía la verdadera zorra que era Naruto pero antes de que pudiera hacerlo, la cámara le fue arrebatada en un rápido movimiento. Un parpadeó y el artefacto ya estaba hecho trizas en el suelo
 
Eso no era buena señal…
**
 
El patio estaba casi vacío, habían pasado escasos minutos desde que sonara el timbre de entrada, e Itachi seguía frente a él, con la misma expresión gélida y aquella mirada sombría que solía contemplar a la hora del almuerzo, antes de que su despreciable amigo se encargara de seducirlo vilmente, de engañarlo, manipularlo. Destrozando con ello las pocas posibilidades que disponía para acercarse a él, a esa imponente imagen del hombre de sus sueños que refulgía bajo los rayos solares
 
Totalmente cautivado por la inmutable figura frente a él, se olvidó de todo, de los fragmentos de lo que antes solía ser una cámara bajo el pie derecho del alto y apuesto muchacho cuya silueta era equiparable a la de algún dios en ese momento. Ignoró la ira impresa en los bellos ojos escarlata, un sentimiento dirigido única y exclusivamente hacia él. Itachi siempre se veía guapo pero ese día en particular, su galanura resaltaba aun más, o eso le pareció a él, quien, absorto en el cuerpo del contrario, se atrevió a acercarse un poco más. Tentando su suerte, misma que no duró mucho al recibir un fuerte golpe en el estomago que lo obligó a arrodillarse frente al pelinegro
 
Sujetando su estomago con ambos brazos, Deidara se aventuró a alzar la mirada, sofocado, humillado, confundido y a la vez extasiado de poder contemplar de cerca tan majestuoso cuerpo, el sinónimo de perfección moldeado con imperiosa excelencia. Acababa de presenciar una obra de arte autentica y no las idioteces que realizaban en su respectivo taller, no. Definitivamente Itachi era la más grande obra maestra
 
-Detesto a las personas que se regocijan al denigrar a otras para su propio beneficio- informó Itachi en tono lacónico. Una mueca similar a una sonrisa apareció en los labios de Deidara, gesto que fue ensanchándose mientras se disponía a levantarse, apoyado sobre sus codos y con un tono rojizo enmarcando su rostro, no era vergüenza lo que sentía, era coraje
 
Confesar por segunda ocasión que le gustaba Itachi era un detalle ínfimo, estaba convencido de que lo amaba, demasiado. Era la primera vez que realmente razonaba en sus inútiles intentos por acercarse a Itachi, por conocerlo, deseaba desvelar los secretos que ocultaba tras esa mascara de neutralidad que el altivo muchacho portaba casi todos los días, la misma que había ido disminuyendo en los recesos, justo cuando comenzó a frecuentar a Naruto en la cafetería
 
Pareciera que el idiota de Naruto fuera el único capaz de traspasar esa aparentemente inquebrantable barrera de hielo que había formado Itachi en su semblante, en su personalidad, en sus acciones. El único que lo hacía sonreír y en consecuente resaltar el atractivo de la eminencia de Itachi, era Naruto, el idiota y traidor al que había elegido como amigo
 
Y esa era la principal razón de su enojo, Naruto, el obstáculo que le impedía estar junto a Itachi, que le impedía ser él quien lo hiciera sonreír, quien lo besara y abrazara en todo momento, porque él jamás le fallaría, nunca le faltaría el respeto como el estúpido de Naruto había hecho frente a su salón, y ahí estaba su respuesta
 
-En ese caso tampoco te agrada Naruto- no era pregunta, aquel comentario sonaba como afirmación, como una ridícula y falsa afirmación que Itachi dudó en rebatir, Deidara era tan obstinado que lo único que conseguía cuando separaba los labios era intensificar su deseo por molerlo a golpes, y posiblemente lo haría, de no estar dentro del instituto y gozar de mayor anhelo por desperdiciar su tiempo en un individuo de mentalidad cerrada, muy seguramente lo haría
 
-¿Ya olvidaste cuando te humilló frente al grupo?- inquirió Deidara, recobrando poco a poco el aliento. Itachi lo miró impasible. –Naruto no merece estar contigo, es un pobre idiota que apenas y puede subsistir con el dinero de su pariente alcohólico, hun
 
Itachi entornó levemente la mirada, estaba perdiendo de manera alarmante su autocontrol y no quería que Naruto se molestara con él por su impulsividad
 
-El único pobre idiota aquí, eres tú- masculló con fingido cansancio. –Naruto tiene trabajo pero te preocupas tanto en rebajarlo que no te has dado cuenta de la falacia que tanto proclamas
 
Deidara se mordió el labio, frustrado y encasillado en su primer señalamiento
 
-Ahora dime- Itachi sonrió autosuficiente al ver la vergüenza en el rostro de Deidara. -¿Trabajas?
 
-No necesito hacerlo- respondió prontamente el aludido. –Mis padres se encargan de cubrir mis gastos, pero ellos si tienen un trabajo honorable y no están mendigando por vino como el…
 
-Eso lo explica- Itachi frunció el ceño. –Infiero que tu coeficiente intelectual es lo suficientemente alto para permitirte razonar que no poseo el más mínimo interés en ti
 
Deidara apretó fuertemente sus puños en señal de desaprobación. Si él frente a Itachi se sentía un ser inferior, Naruto no era nada a su lado, entonces ¿Por qué Itachi se empeñaba en seguir con ese fracasado?
 
-Naruto quiere a Sasori- mintió desesperado. Itachi comenzó un conteo mental para evitar actuar con bajeza. –Estaban a punto de tener sexo en el audiovisual, yo los…- se calló al ser tomado del cuello de la camisa, su espalda fue empotrada a la pared con fuerza, esta vez sintió temor
 
-Te lo advierto- Itachi lo escudriñó de cerca, ejerciendo mayor presión en el agarre, sus casi inexistentes deseos de contenerse se habían desvanecido por completo. Sin embargo, seguía limitado en sus acciones, no podía actuar deliberadamente por más que quisiera, faltaba poco más de un mes para graduarse y su expediente estaba en juego. –Aléjate de Naruto, deja de meterte en lo que no te incumbe y consíguete una vida- dicho lo ultimo soltó a Deidara
 
La adrenalina seguía haciendo estragos en su cuerpo, exigiéndole devolverse sobre sus pasos para liberar su enfado. Lo que más le agobiaba a Itachi era cierto punto en específico que había tocado Deidara, y que, a pesar de todo era real, necesitaba resolver ese problema para ayudar a Naruto
**
 
Las dos últimas horas, Naruto se sintió un tanto incomodo dentro de su salón de clases. Deidara no había aparecido después del segundo receso, tenía una ligera sospecha del porque. Y aun así, ya no le importaba
 
Completamente desentendido de la clase, apoyó su mejilla sobre la palma de su mano. Las clases de Kakashi eran cada vez más aburridas, o quizá solo eran las ansias que tenía por salir de ahí para poder estar con Itachi como solían hacer cada tarde
**
 
El interior de la casa de Itachi seguía tan frio y desolador como la primera vez que Naruto ingresó. Contrario a lo que esperaba el muchacho al entrar, Naruto se quedo de pie frente a uno de los cuadros exhibidos en la pared, cerca de la puerta. No recordaba haberla visto antes ahí
 
Itachi se frenó en seco al percatarse de la ausencia del menor que caminaba a su lado. Se devolvió hacia la entrada, donde Naruto miraba curioso aquel cuadro de una llovizna con una peculiar frase en la esquina inferior izquierda
 
-El cielo vuelve a llorar- leyó Naruto, analizando detalladamente el cuadro. En realidad no tenía nada de especial, además de aquella frase que hacía alusión a la imagen de un cielo oscuro cumpliendo el corto fragmento. Itachi esbozó media sonrisa al acercarse a Naruto
 
-Fue un regalo de una amiga- le aclaró con simpleza. Naruto se giró entonces para mirarlo
 
-¿Regalo de qué?- preguntó extrañado
 
-En una semana es mi cumpleaños pero no podrá venir como cada año- comentó, deslizando sus dedos sobre la pintura. Las cejas de Naruto se contrajeron al escuchar el próximo acontecimiento, del cual ni siquiera estaba enterado. A punto de replicar, se mordió la lengua. Había sido culpa de él no preguntarle antes a Itachi sobre su fecha de cumpleaños
 
De todas formas, Itachi no era exactamente el tipo de muchacho que se divirtiera en su cumpleaños, y entonces una encantadora idea le vino a la mente, podía hacerle una fiesta sorpresa a Itachi en su propia casa, invitar a sus amigos y algunos compañeros de su grupo para que acudieran y…se estaba olvidando de un asunto importante, no tenía las llaves de la casa de Itachi y seria sospechoso pedírselas, aunque por otro lado seria mas imprudente comentarle acerca de su idea, conociendo a Itachi rechazaría por completo todo intento de celebración
 
-¿Qué haces en tu cumpleaños?- preguntó, alejando el improviso ataque de ideas del que era preso. Itachi hizo una mueca de desagrado ante el cuestionamiento, como si se hubiera acordado de algo
 
-Nada…
 
"Lo sabía" pensó Naruto, dando por acertadas sus sospechas
 
-Aunque debo admitir que me gustaría que me acompañaras ese día- quito sus dedos del cuadro para colocarlos sobre los labios de Naruto, rozándolos con suavidad. –Podemos cenar aquí y…
 
-No- se negó Naruto de inmediato, confundiendo a Itachi por su negativa. –Cenemos en un restaurante- agrego con una radiante sonrisa. Itachi le devolvió el gesto con menor efusividad. –Conozco uno muy cerca de aquí, la comida es rica y no tendrás que pagar nada
 
Esta vez fue el turno de la negación de Itachi, moviendo su cabeza reprobatoriamente ante la mirada extrañada de Naruto
 
-Iré pero siempre y cuando me dejes pagar
 
-Es tu cumpleaños- alegó Naruto, cruzando con renuencia los brazos. –No se supone que el cumpleañero pague, además trabajo ahí- añadió lo ultimo señalando su pecho. Itachi rió por lo bajo, dándose por vencido ante aquella propuesta, sin imaginarse lo que Naruto estaba planeando
 
Después de subir las escaleras, Naruto se detuvo frente a la recamara de Itachi. Había otras dos habitaciones mas al fondo del pasillo, supuso que los padres de Itachi dormían ahí antes de…
 
Su vista fue devuelta de manera forzada al frente, miró de soslayo la mano de Itachi, cerrada en torno a su brazo, casi obligándole a entrar a su habitación
 
Fue soltado en cuanto estuvo dentro. Esta vez pudo apreciar mejor la pieza. No había cuadros ni fotografías en las paredes, solo el papel tapiz en tono ahumado cubría las mismas. La enorme cama al centro ya tenía el "gusto" de conocerla, tan suave
 
Lentamente se giró para ver el armario. Recordó haberlo confundido con la puerta la vez que Itachi y él intimaron. Su mirada se detuvo en el apuesto joven a su lado. Su semblante serio lo desconcertó un poco, decidió no preguntarle y en cambio, se dirigió a la cama. Que ganas de saltar sobre ella
 
Sin mayor reparo, Naruto se dejo caer de espaldas sobre el colchón, la casa de Itachi era lo suficientemente grande para hacer un pequeño convivio como el que tenía pensado. De igual forma solo invitaría a unas diez personas, incluyendo a los compañeros de debate del muchacho
 
-¿En qué piensas?- susurró Itachi contra su oído, interrumpiendo sus cavilaciones, posicionándose sobre él para proceder a besarlo
 
-En que de veras me gustas- sin pensarlo, ni mucho menos meditarlo, las palabras salieron de su boca. Itachi se quedo quieto sobre él, viéndolo fijamente a los ojos, indagándolo. Naruto solo atinó a desviar la mirada, apenado por su confesión pero a la vez agradecido de no haberse descubierto en sus propios planes
 
Un silencio incomodo se apoderó del cuarto. Naruto ladeó lentamente la cabeza al no escuchar palabra alguna de Itachi, al menos esperaba que le dijera lo mismo. Y en cambio los labios del mayor se estamparon con fuerza sobre los suyos, robándole el aliento de golpe. Sus cuerpos se juntaron más en medio del asfixiante y repentino beso que Itachi había propiciado. Naruto trató de seguirle fallidamente el ritmo. Nuevamente la lengua de Itachi recorría sin pudor alguno su cavidad y aunque le gustaba, necesitaba separarse
 
Como si su petición fuera escuchada, Itachi se apartó de su cuerpo, descendiendo un poco más para llegar al suave cuello que deseaba tanto marcar. Sus labios besaron la piel trigueña, hasta que Naruto lo detuvo de repente, girándose sobre el colchón para evitar que Itachi llegara a mayores
 
Sumamente desconcertado, Itachi lo observó, Naruto lo imitó del lado opuesto de la cama. Con una seductora sonrisa, se puso de pie, confundiendo aun más al mayor
 
-¿No quieres…?
 
-No- lo interrumpió Naruto, su expresión se torno más seria. –Me lastimaste la vez pasada- recordó lo doloroso que le resultaba aun sentarse
 
Itachi sonrió a medias luego de pestañear un par de veces ante la recriminación de Naruto
 
-Tendré más cuidado la próxima vez- anunció para después seguir al rubio, quien, impaciente. Continuaba ideando la fiesta sorpresa, solo disponía de una semana pero no era algo para alarmarse, después de todo aun contaba con la ayuda de los compañeros de Itachi, o al menos eso creía
 
Seria incomodo tener que ver de nuevo a Sasori pero ya había aclarado lo sucedido con Itachi, además, seguía siendo el compañero de su novio y sería ilógico que solo a él no lo invitara por el accidente en el audiovisual, de solo recordarlo le ardía el rostro de vergüenza
 
Al bajar las escaleras, pensó en preguntarle a Itachi el nombre de su amiga para poder contactarla e invitarla al festejo pero se retractó enseguida, le había enviado el regalo y por lo tanto no pretendía presentarse ese día. Varias dudas siguieron a Naruto camino a la puerta, la mayoría acerca del cuadro, el corto texto que no logró entender y sobre todo, la fiesta sorpresa
**
 
-Naruto-kun- llamó con timidez Hinata, jugando ansiosa con sus dedos mientras su mirada se centraba en el aludido
 
-¿Sí?- Naruto continuó con su labor de atender una de las mesas. Había estado divagando desde que salió de la casa de Itachi. Aceptar cenar con él en su cumpleaños era la excusa perfecta para darles tiempo a los invitados de llegar, aun faltaba una semana pero tenía que idear bien todo para evitar errores. Itachi no debía enterarse por nada del mundo que tenía pensado hacerle una pequeña fiesta sorpresa, especialmente porque, probablemente terminaría rehusándose al convivio y estropearía todo
 
Esas situaciones eran lo que le recordaban lo opuestos que eran ambos, no solo en personalidades, sino también en gustos. A Naruto le encantaría recibir como obsequio una celebración, aunque fuera pequeña, sería divertido pasar el rato con algunos de sus conocidos. Un agradable momento en compañía de sus seres queridos, seria gratificante incluso si solo Itachi y Jiraiya estuvieran presentes. Por el contrario, Itachi parecía un poco irritado cuando le preguntó sobre los planes que tenía para ese día. Aun no terminaba de entender como era que estaban saliendo juntos si eran tan diferentes
 
-Estas derramando el té- susurró por tercera ocasión Hinata, señalando el charco que se estaba formando en los pies de Naruto, este volvió su mirada a la taza, el mantel estaba manchado al igual que el menú
 
-¿Qué?...oh, rayos
 
-Y-Yo limpio- se ofreció ella, esbozando una cálida sonrisa. Naruto se negó de inmediato. Retirando con prisa el mantel para sustituirlo por uno nuevo. Hinata se mostraba un poco menos tímida que antes y en cierta forma eso le agradaba, los primeros días le había resultado sumamente incomodo entablar conversación con la chica, cada vez que la miraba o le susurraba algún comentario, Hinata palidecía hasta el grado de casi desmayarse
 
Ahora estaba seguro de que podía confiarle algunos secretos a Hinata sin temor a que los revelara. Podía ser tímida y nerviosa pero era una buena amiga, alguien en quien confiar
 
Ya cambiado el mantel y con la mirada grisácea fija en él. Naruto suspiró agobiado. Él solo tenía que preparar todo y aunque faltaba una semana para el cumpleaños de Itachi, tenía poco tiempo libre. La escuela, el trabajo, las citas con Itachi, ya no tenía tiempo para él y el mismo Jiraiya se lo reprochaba cada vez que llegaba tarde a su casa
 
Pronto se presentarían los siguientes exámenes, tenía un revoltijo mental, ideas triviales y además era un fastidio estar enamorado… ¿enamorado?... ¡¿enamorado?!
 
-Naruto -kun, ¿te encuentras bien?- preguntó Hinata, preocupada al notar el semblante de entera confusión en Naruto
 
-¿Eh?, ah sí, estoy bien- bostezó Naruto, mirando el reloj de pared. Aun faltaba media hora para que su turno terminara
 
-Si tienes algo importante que hacer, yo podría cubrirte- se ofreció ella, mirando sus pies. Naruto negó en ademan, por supuesto que tenia cosas importantes que hacer, entre ellas dejar de pensar idioteces, le gustaba Itachi pero nada más, no era como si en verdad estuviera enamorado de él, solo un poco confundido…quizás
 
También tenía tarea pendiente por realizar pero Sasori se había llevado sus cuadernos y con ellos toda posibilidad de ponerse al corriente con las materias, aunque no importaba mucho, ya era viernes, así que podría descansar los dos días siguientes y arreglar los preparativos para la fiesta
 
-No dijo nada cuando se lo confesé- murmuró Naruto, dejándose caer de nuevo sobre la silla. Hinata lo observó aun más preocupada
 

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