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-El del Mal Nombre - por Paxito

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Notas del capitulo:

Fue un fic escrito por los cumpleaños de dos escorpiones favoritos XD, Milo y Algol. 

Cabe decir que durante juegos de rol se planteo que Milo pudiera haber sido maestro momentaneo de Algol, o el que le enseño sobre el santuario.

¿Por quë?. No sé...YOLO jajaja. 

El del mal nombre.

****

Confusión. Enojo. Vergüenza.

Hay mucho en su sentir que no sabe cuál palabra era la adecuada para describir sus emociones.

El era un niño normal con un mal nombre. Algol, el demonio, el ogro. El endemoniado. La cabeza del demonio. Argol. Algol. AL-Ghul. Argor. Como quieran decirle, es un mal nombre.

Todo por culpa a las bastardas estrellas.

Pero tener un mal nombre, no es que fuera una mala persona. ¿Cierto?.

Era cierto que tenía accesos de ira que terminaba con varios niños heridos y destrozos a la redonda. Pero hacer una rabieta, no significaba necesariamente que fuera una mala persona. ¿O si?.

Era un niño normal, con 17 hermanos y hermanastros, con cinco madres que pertenecían al harem de su padre. ¿Cómo no tener mal carácter?. Cualquiera con tantos hermanastros se volvería un poquito más cabrón. ¿no?.

Una vez. O dos. O varias. Se enojaba tanto que las cosas explotaban alrededor.

Nadie quería decirlo. Culpaban al aire, alguna fuga de gas. Un terremoto. Pero en el fondo todos sabían quien provocaba tantos incidentes en la caravana donde viajaban.

El demonio.

“Soy bueno” se repite “rezo todos los días, las cinco veces que establece el Corán”

“Soy bueno”.

Ya nadie le habla, así que Algol se aísla más y más.

Incluso tiene "su amiga imaginaria". Habla con alguien, como si estuviera poseído. Una mujer que habla en su cabeza, una mujer que se hace llamar Medusa.

Las serpientes lo buscan, lo rodean, lo protegen. El niño sostiene su mirada sin temor. Las serpientes le caen bien.

一Me gustaría llevarte conmigo, pero mi religión no les gusta las serpientes. Dicen que son malas criaturas. Pero a mi me caes bien. Eres linda. Y sobrevives en el desierto. Me caes bien.

Hablar con serpientes no lo hacen un mal niño. ¿verdad?.

Confusión. Vergüenza. Enojo.

Todas esas emociones fueron aumentando mientras él crecía, y parecía evidentemente que el no solo poseía “un mal nombre”. El mismo se sentía diferente a los demás. Sentía una necesidad oscura y un poder que pedía a gritos salir.

Eso lo hacía sentir culpable.

"Ah, imagina que pudieras callarlos a todos. Imagina." le susurraba Medusa, con una voz dulce y aterciopelada. Su voz era una caricia a su alma.

 – Si. Ojalá.. – respondía en voz alta. Y al notarlo volvía a sentir culpa. Mucho asco...lo hacía sentir susio y malo.


Por eso iba a las formaciones cavernosas donde su caravana resguardana al ganado. Nadie se atrevía ir en la profundidad de los túneles, pues se pensaba que ahí habitaban "los djinn". 

Ahí hablaba con ella con mas calma. Ahí jugaba con las serpientes y, aparte era ahí donde podía experimentar sobre sus extraños poderes.

Tan metido estaba en eso que no notó cuando una figura apareció detrás de él.

一Eres difícil de encontrar, mocoso.

Aquella voz hizo que saliera de sus pensamientos y se ocultara detrás de una gran piedra. Se suponía que solo él conocía este escondite. ¿Alguien de la caravana lo había seguido?. ¿Quién?.

Se asomó para ver al intruso y no evitar pudo exclamar por el asombro al verle.

Era un hombre, si. Pero portaba una armadura que cubría su cuerpo, una armadura de oro.

¿Un djinn?. Sentía una gran presión salir de este hombre, un gran poder lo rodeaba. Poseía una larga cabellera rizada del color del cielo al anochecer.

一 Sé que estas detrás de esa roca, sal. Tenemos que hablar.
一 No.

Algol intento huír a gatas por la otra salida de su refugio, procurando no hacer ruido para que aquel pensara que permanecía paralizado en su sitio.

Milo rodó los ojos. ¿Por qué no mandaron a Aioria? El león tenía mejor carisma con los niños que él.

Pero no, siempre lo mandaban a él para tratar con mocosos.

Primero lo mandaron por la niña que sería recipiente de Eris y ahora el Patriarca le ordenaba ir al desierto Saudí a buscar a un niño, heredero de Perseo.

Milo le gustaba el calor, si. Pero en una playa, con mar.

No este tipo calor,  el calor seco enmedio de la nada.

Por que en ese país, Arabia Saudí no había nada más que arena. Y más arena.

Solo había unos locos que cruzaban el desierto a camello y justamente le tocó al niño que pertenecía a ese grupo de locos nómadas.

一 ¿A dónde vas? 一 preguntó Milo, de pie, frente al niño quien pensaba que ya había huido del desconocido. Para descubrir que estaba frente a él, brazos cruzados y sonrisa burlona. 一 Niño, tú no perteneces aquí. Eres el elegido para…¿qué demonios?.

Milo observó sus pies con sorpresa y alarma: varias serpientes estaban enrolladas en sus piernas, reptando por su cuerpo, mordiendo las partes donde estaba expuesta la piel. El dolor le parecía real.

Y el niño quién se había estado arrastrando, de pronto se levantó y le dedicó una fría mirada.

Algol observó a las serpientes y empezó a murmurar algo que Milo no alcanzó a escuchar. Pero estaba claro. Este niño, dominaba las serpientes.

¿Que tenía que ver Perseo con serpientes? ¿se había equivocado?.

一 Así que hablas parsel* . Y me sorprende el nivel de tus ilusiones para engañar el cerebro, haciéndolo reaccionar al dolor cuando en realidad no pasa nada. 一 comentó Milo con una sonrisa.

El niño frunció el ceño, y retrocedió un paso.

一 ¿Qué?.

Con un movimiento Milo deshizó la ilusión.

Solo había una serpiente ahí, la cual prudentemente se alejó de ahí.

一 Escúchame, niño, tú no perteneces a este lugar, estos poderes son muestra de ello.

Algol se mordió los labios, tembló de miedo, pero mantuvo su mirada a Milo, una mirada dura y pesada. No parecía tener la mirada de un niño.

一 !Soy bueno! Me he portado bien! ¡No es mi culpa! 一 exclamó el pequeño niño árabe

Milo enarcó una ceja, luego chasqueó la lengua.

一 ¿De qué demonios hablas?
一 ¡Solo tengo un mal nombre! ¡Solo nací bajo una mala estrella...!

En la mente del árabe, el hombre armadura venía por él por sus pecados, para llevarlo a la justicia divina. Por que tenía oscuros pensamientos, por que escuchaba las voces de una mujer que quería convertirlos a todos en piedra, por que se sentía culpable por ser diferente, por tener ese poder que lastima a los demás.

Milo miró al niño que trataba de aguantar el llanto, que temblaba de miedo pero aun así lo enfrentaba con toda su tenacidad.

Sería un buen caballero.

一 Mira esto…

Milo se hincó frente al niño y enseñó su dedo índice derecho, su aguja escarlata. Parecía el aguijón supurante de veneno de un alacrán real. Algol sintió el calor y el veneno , sobre todo el poder ahí, en ese solo punto.

一 Yo también nací bajo una mala estrella. Nací emponzoñado, nací venenoso y tóxico. Muchos decían que era una maldición. Pero creeme, no lo es. Por que aprendí a controlar a mis demonios y hacer que estos defendieran a los que me importan. ¿Cómo te llamas?.

Trato de hablar lo más confortable posible. Pero no se le daba bien. El niño seguía con mala cara. Pero al final, con voz temblorosa respondió.

一 Algol.

Milo sonrió, burlón. Comprendiendo a que se debía ese comentario de “mal nombre”.

一 Tienes el nombre de una estrella.
一 La estrella demoniaca. La cabeza del ghul.一 afirmó con vergüenza el niño, bajando la mirada

Milo asintió, tomando el mentón del niño para alzarle la mirada.

一 Tienes una mirada fuerte, osada. No la bajes, no tengas verguenza. ¿Sabes por qué el hombre sujeta la cabeza de un demonio?.¿ Por que Perseo sujeta la cabeza de Medusa. ?

Milo guardó silencio y medito sobre lo que había dicho.. Seguramente el niño árabe, perteneciente a un grupo aislado no conociera mucho sobre mitos griegos. Ahora tendría que contar la historia de Medusa, cosa que no se le daba bien…

“No quiero jugar al maestro”.

Bah.

SIn embargo, el muchacho lo dejó sin habla.

一 Perseo sujeta esa cabeza porque asesinó a la gorgona para poder detener una boda y quedar bien por un reto. Eso no le daba el derecho a asesinar a Medusa, que solo fue víctima de una violación de un lujurioso dios y castigada por ello. Así se convirtió en héroe, invadiendo y asesinando. Para mi Perseo es un hijo de puta asqueroso.

Pestañeando repetidamente, Milo rascó su cabellera larga. La respuesta así de un niño de…¿8?¿10 años? lo descolocó. Así que hizo lo más sensato: se rió a carcajadas. .

一 ¡Cielos! ¡es cierto! jaja. 一 no estaba dando buen ejemplo, asi que carraspeó para gobernarse un poco 一 Pero no es el punto. El punto es que históricamente Perseo usa al demonio, a la gorgona, para defenderse del mal. Actualmente hay imágenes de gorgoneion, de rostros demoníacos en las entradas de las casas como talismanes para defenderse del mal... así que “ser la cabeza del demonio” a mi parecer no es algo negativo.

Algol le miró gravemente. Milo continuó

– Usa tu endemoniado destino para él bien, defendiendo a los demás. Tienes gran poder, úsalo sin miedo y vergüenza.

Algol entrecerró los ojos. Los ojos de Milo era de un azul hermoso, como el del cielo despejado cuando esta apunto de atardecer.

Nada tenía sentido.

一 En el islam no usamos las imágenes, estan prohibidas.
一 Tu religión es muy bella, pero tiene muchas prohibiciones. Lamento decirte que si me sigues tendrás que dejar todo atrás. Pero si me sigues y escuchas lo que tengo que decirte, ya no serás “un niño con mal nombre”

Algol nunca antes se sintió así. Tan emocionado. Tan asustado. De pronto sintió que tenía la boca seca.

一 SI te sigo, ¿seré fuerte?
一 Depende de ti. Pero puedo ser tu guía.
一 ¿Nadie me juzgara por hablar con serpientes.?
一 Hay otro mocoso que le habla a los cuervos y otro que le habla a su reflejo...asi que bueno. No serás el único rarito.

Por primera vez Algol sonrió.

No ser el único sonaba bien. Tener la posibilidad de tener amigos igual a él también.

– ¿Puedo pensarlo?

Milo asintió. El niño no tenía otra opción, pero le daría la ilusión de que así era. El escorpión dorado podía leer en su mirada que ya había tomado una decisión.


***

Notas finales:

Muchas gracias por leer!

Aun no se si continuar este fic o dejarlo asi, chiquito >_<


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