Prefacio: Rojo.
“Quiero saber cómo es
Muéstrame como es
No tengo prototipo de hombre
Solo quiero follar toda la noche
Necesito saberlo, he estado fantaseando
Y tenemos mucho tiempo
Ven y fóllame, tengo que saber cómo es”
—Doja Cat; Need to know
El jugo de los granos de granada, escurrían entre sus labios, mojándolos mientras se pintaban de rojo, cada par se frotaba con otro, no importaba a donde voltearas, siempre eran cubiertos por otro nuevo par. El calor de la gran habitación subía mientras las pieles de los presentes se frotaban unas a otros, las prendas caían al sucio suelo, a veces en pares, otros con más personas, pero cada rincón era ocupado por aquellos que buscaban el éxtasis en la adoración de lo prohibido, de lo toxico.
No era la primera vez que asistía a un encuentro de esos, JaeBeom tenía experiencia en esos lugares, iniciando por mera curiosidad, siguiendo por gusto, no le había interesado sus ridículas creencias, mediante el sexo querían llegar al placer divino del orgasmo, detestaba las religiones, pero los chicos y las chicas que asistían no eran nada despreciables y si sabías mover bien tus palabras podías tenerlos a tus pies, haciendo lo que ordenara, aquel poder se había vuelto tan adictivo como el humo que cubría aquella orgía desenfrenada, sustancias que seguramente no sabría su nombre, pero poco le importaba, mientras podía disfrutar de cada cuerpo escultural dentro de ese sitio.
Las luces rojas acentuaban cada curva, disfrutando de como su hombría y la de otro extraño invadían el cuerpo de una mujer, llegando profundo en ella mientras, abriendo sus labios para profesar aquellos gustosos gemidos, pero que solo fue llenada por otro humectado falo que corrompía su garganta, la lengua de un chico y una chica atendían sus pectorales, sus pezones eran atendidos como a JaeBeom le gustaba mientras notaba como una mujer separaba sus nalgas y deslizaba su lengua para chupar su entrada. Todos ahí eran atendidos, las manos nunca se quedaban quietas y las respiraciones se agitaban más y más fuertes hasta que el sudor de sus cuerpos se iba mezclando, intoxicándose con las sensaciones hasta desfallecer, hasta sentir la divinidad de los cielos envolver sus cuerpos, olvidándose de su propia existencia hasta culminar, sin embargo, una vez probada la gloria nunca sería suficiente, apenas la noche empezaba y sucumbirías a la adicción por el sexo.
Sacando el humo del cigarro, JaeBeom lanzó el mismo a donde sea, tomando el trasero de otro chico para embestirlo con fuerza mientras con la diestra amasaba el pecho de una fémina que era penetrada por detrás y por delante atendida por otra chica, JaeBeom sonrió, recibiendo los labios de otras dos personas, embriagándose por el sabor y dejándose llevar como cada noche cuando asistía a esas reuniones.
Por otra parte, cuando las luces rojas se apagaban, todo para él volvía a la normalidad, cuando el sol salía su personalidad era la de una persona tradicionalmente aceptable para la sociedad, regresando a casa para bañarse y limpiarse cada poro de su piel, dejando que el agua purificara su cuerpo y todo volviese a la normalidad, con un JaeBeom asistiendo a su nuevo año escolar en la Universidad de Seúl.