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Flufftober por Girlyfairly

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3. Bajo la lluvia. 


Light camina hacia los casilleros, viendo hacia todos lados un poco extrañado, usualmente su novio lo espera por ahí para ayudarle a cargar sus libros. Supone que Elle debe estar esperándolo en la entrada del edificio, ese es su otro punto de encuentro, así que se da prisa y guarda todo. Sin embargo, se sorprende cuando no lo ve apoyado contra la pared en la entrada. Hay varios grupos de personas charlando, podría ser que no lo vea por la cantidad de alumnos que están saliendo de las instalaciones.


Busca en su maletín el celular, y mientras lo hace, un estruendo provoca que algunas chicas griten, es entonces que presta atención al cielo, está terriblemente oscuro, anunciando que se aproxima una tormenta.


—Genial... —Murmura con el teléfono pegado en la oreja. La llamada fue dirigida automáticamente al buzón de voz.


Entiende que su novio odia los celulares, pero ¿cómo no puede darse cuenta que lo tiene apagado? Le ha explicado hasta el cansancio que si hay una emergencia nadie va a poder contactarlo.


—¿Disculpen? —Se dirige a un grupo de chicos, uno de ellos es compañero de su novio.


—¿Qué quieres? —Responde uno, poniendo cara de pocos amigos como los otros. Saben quien es ese castaño, dudan que haya alguien en todo el instituto que no conozca a Light Yagami.


Light mantiene su temple para no devolverles el gesto de fastidio. Aunque sea cierto que uno de ellos es compañero de su novio, no son amigos, de hecho hasta donde sabe se caen muy mal, pero ese pecoso algo debe saber.


—¿Alguno de ustedes ha visto a Elle Lawliet?


El mismo chico de cabello naranja y pecas por todo el cuerpo suelta una risa breve.


—¿El rarito ese?


Esta vez Light pone los ojos en blanco sin disimular y de inmediato da media vuelta. Esa es la forma que más de alguno usa para referirse a Elle, y siempre los ha puesto en su lugar, sin embargo en este momento no tiene tiempo para perder con ese idiota.


—Ya se fue. —Agrega el otro chico, provocando que el castaño se detenga y vuelva sus pasos.


—¿Cómo que se fue...? —Murmura consternado, el grupo de amigos vuelve a lo suyo, ignorándolo.


A Light se le acelera el corazón, por más que Elle no se acostumbre a los celulares, jamás se hubiera ido sin al menos mandarle un mensaje. Un sinfín de escenarios pasan por su cabeza, algo malo debe haber ocurrido, así que se apresura hacia la escalinata, pero antes de bajar el primer escalón, recuerda el cielo y su mirada se dirige a él.


Como el muchacho precavido que es tiene un paraguas en el casillero, la razón le dice que vaya por él, no obstante el corazón lo invita a hacer lo contrario, porque si ocurrió algo no tiene tiempo que perder. Y desde que está con Elle ha aprendido a escuchar más a su corazón, así que termina de bajar los escalones.


Camina apresurado y viendo hacia todos lados, siguiendo el mismo trayecto que recorren a diario. Mientras lo hace, llama a la casa de su adorable suegro, el señor Watari lo saluda como de costumbre, no pareciera que haya habido una emergencia familiar, y evita preguntarle por su nieto para no alterarlo.


Comienza a sentirse frustrado y un poco ofendido, si no fue por una emergencia con su abuelo, no entiende por qué no pudo esperarlo.


Afortunadamente lo encuentra antes de enloquecer. Lo ve a lo lejos, la forma encorvada de caminar y esa abundante melena negra despeinada es inconfundible. Acelera el paso acortando la distancia, lo hace con una sonrisa, feliz de haberlo encontrado, como si unos segundos antes no hubiera querido matarlo por dejarlo.


—¡Elle! —Lo llama emocionado cuando se encuentra a unos pasos de distancia.


Sin embargo su llamado no recibe respuesta, es como si no lo hubiera escuchado, cosa que es imposible si no están tan lejos. Comienza a correr, y tan pronto como lo alcanza, le da un golpe en el brazo.


—¡Elle! —Esta vez su voz está llena de reproche.


El aludido da un respingo, claramente no se percató que lo venían siguiendo y el golpe lo tomó desprevenido. Lo siguiente sería un reclamo por parte de Light, no obstante, éste relaja las facciones al ver de cerca el rostro de su novio, más específicamente lo irritado que tiene los ojos.


—¿E... Estuviste llorando? —El castaño intenta tomarlo de la mejilla, pero su mano es apartada bruscamente.


—Solo estoy cansado. —Masculla y retoma el camino.


Light suspira, al mismo tiempo que una leve ventisca le revuelve el cabello. Tiene una idea de lo que está pasando, no sería la primera vez.


—Elle —lo llama, yendo detrás de él hasta alcanzarlo y bloquearle el paso—. ¿Ahora qué pasó?


—¿Que puede pasarle al raro de tu novio, Light? —Suelta con sorna, confirmando las sospechas del castaño.


—¿Qué te dijeron? —Lo sujeta de los brazos, sin darle tiempo a huir.


Elle chasquea la lengua, apartando la mirada. Siempre ha estado consciente que su aspecto no entra en lo que la sociedad consideraría "normal", mucho menos atractivo. Su piel es tan pálida que deja a la vista las venas azules que le recorren el cuerpo, su cabello es un desastre, desde pequeño ha tenido ojeras marcadas, y es demasiado delgado, al punto de a veces lucir enfermo.


—Lo que tú y yo ya sabemos. —Responde.


—Dímelo, porque yo no sé. —Insiste el castaño. Las pocas personas que pasan, lo hacen corriendo, buscando un lugar para resguardarse antes que empiece la tormenta.


—Light, mírate. Eres perfecto, no solo atraerías a cualquiera físicamente, sino que también tu nombre es conocido a nivel nacional por ser de los mejores alumnos. —Tras dicho eso, logra soltarse y seguir avanzando.


—¡Y también un maricón! —Farfulla, provocando que Elle se detenga, sin voltear.


Si bien es cierto que él fue parte de todos esos que solían tachar a Elle Lawliet como un chico raro, tras conocerlo su perspectiva cambió. Es la persona más inteligente que conoce, la única de su edad con quien puede tener una conversación interesante y también la más tonta, ahora hasta sus raras manías le parecen tiernas. Él fue criado para ser correcto, impecable, obediente... perfecto tal y como su novio dijo, pero si alguien despertaba en él una chispa de emoción que nunca había sentido en sus dieciocho años, ¿por qué iba a querer ocultarla? Su mamá lloró y su padre le retiró la palabra, lo cual no es tan grave si toma en cuenta que esperaba que lo corrieran de la casa. ¿Le dolió decepcionarlos? Por supuesto, aunque no considera que la homosexualidad sea un motivo de decepción. La convivencia con sus padres sigue complicada, pero va siendo menos incómoda con el pasar del tiempo.


—Lo lamento... —murmura Elle luego de unos segundos, acto seguido da media vuelta y camina hacia Light. Desde hace unos meses, muchos usan esa palabra despectiva para referirse a su castaño, opacando por completo cualquier mérito académico, y todo por su culpa, porque Light nunca quiso ocultar lo de ellos—. Estamos en nuestro último año —dice, acariciándole la mejilla con ternura— pronto entraremos a la universidad, y todos olvidarán esto... y tú también...


—¿Me estás cortando...? —Murmura con un hilo de voz, sus ojos se humedecen al instante, dejando salir una lagrima, la cual es lavada cuando las primeras gotas de lluvia comienzan a caer.


—Light... —le enmarca el rostro, limpiándole las mejillas. Quisiera decirle que sí, pero no tiene el valor de hacerlo, y tampoco quiere aunque sabe que es lo mejor.


—¿Importa más lo que ellos digan? —Pregunta el castaño debido al silencio del otro. A Light le duele el corazón, y aunque la lluvia se volvió tormenta muy rápido no disimula sus lágrimas.


—Te irá mejor sin mí...


Quizá para alguien más, esto no sea grave, pero para Light sí lo es. Está al tanto del acoso que Elle sufre por parte de sus compañeros y cómo lo afecta, siempre lo ha entendido porque a nadie puede gustarle que lo estén molestando todo el tiempo. Es un tema del que ya han hablado antes, sin embargo la opción de separarse jamás salió a la luz, él siempre creyó que podrían hacerle frente a esto juntos. Light se siente destrozado, no solo por la idea de dejar a Elle, sino porque también significa que al parecer no cree que ellos puedan superar juntos la dsicriminacion que ambos sufren a diario.


—Está bien... —murmura, completamente empapado— solo una cosa... —se limpia las mejillas, pese a que la lluvia intensa vuelve a humedecerlas—, cuando encuentres a alguien que lo da todo por ti, tú también intenta darlo todo por él... —Concluye, dando media vuelta para alejarse.


Elle parpadea, como si acabaran de darle una cachetada. Esas palabras resuenan en su cabeza, trayendo un sinfín de imágenes. Light lo ha apoyado siempre, y jamás ha tenido miedo de demostrar lo que siente, ni siquiera dudó cuando se lo contó a Soichiro, un hombre extremadamente estricto.


Si bien no es agradable que las personas estén opinando a diario de tu aspecto o forma de ser, con el tiempo ha aprendido a sobrellevarlo e ignorarlos, supone que hoy lo tomaron en un día sensible, pero ¿va a perder a la persona más genial que conoce por los comentarios de unos cuantos?


—¡Light! —Comienza a caminar apresurado, siguiéndolo mientras usa la mano como visera para que la lluvia no entorpezca su visión.


Pese a ir solo unos metros adelante, la lluvia y el llanto impiden que el castaño escuche algo más.


¡Light! —Insiste, acelerando el paso hasta alcanzarlo— Light, espera... —lo toma del brazo y se sitúa frente a él, es entonces que el corazón se le hace añicos. Está empapado y temblando, cualquiera creería que a causa de la lluvia, pero esos ojos, que jamás había visto tan tristes le dicen la verdad— Lo siento... —es lo único que logra murmurar.


El castaño continuó sollozando, sin atreverse a decir nada, porque sabe que si abre los labios, romperá en llanto.


—Lo siento... —insiste Elle con voz baja, enmarcándole el rostro con las manos— Soy un idiota... —no hay respuesta, y está comenzando a ponerse nervioso. Despacio, acorta la distancia mientras le acomoda los mechones mojados de cabello por detrás de la oreja— Dime algo...


Light menea la cabeza, apretando los dientes. Nunca había llorado por alguien, no había atravesado ninguna ruptura, por lo que no sabe cómo sobrellevarlo. Sin embargo, tampoco rechaza la cercanía.


—Dime lo que sea... —susurra Elle, sintiendo un sinfín de estacas atravesándole el pecho por ser el causante de esas lágrimas— Dime que soy un imbécil, dime qué hice para tener un novio tan lindo, dime que...


—Ya, Elle... —Logra decir con voz lastimera.


—Deja de llorar... —Pide angustiado, acariciándole ansioso las mejillas. La ansiedad lo lleva a acortar por completo la distancia, rozando esos trémulos labios con los suyos.


Es entonces que Light da un paso hacia atrás, colocándole las manos en los hombros para alejarlo un poco.


—No soy tu juego, Elle... —murmura, aún confundido.


El aludido aprieta los labios, incómodo con que Light lo intérprete de esa manera, luego menea la cabeza.


—Nunca lo has sido.


—Piensa bien lo que harás a continuación, porque deberás ser responsable de lo que decidas...


Elle lo toma de las muñecas para que las retire de sus hombros, acto seguido vuelve a acortar la distancia y busca sus labios.


Esta vez Light acepta el beso, su corazón galopando de alegría mientras le rodea el cuello con los brazos.


—Si vuelves... a intentar alejarme... —balbucea Light sobre los labios del otro, entre beso y beso—, te juro que no me voy a detener.


El pelinegro asiente, sujetándolo del rostro con ternura. Sabe que se pasó de idiota, y ya tendrán tiempo para hablarlo. Ahora solo quiere seguir probando esos húmedos y fríos labios mientras la lluvia sigue colándose entre ellos.


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