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Idiotas en la escuela [Kimetsu no Yaiba] por Wan chan

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El pasillo estaba vacío y oscuro. Era perfecto para escabullirse hasta el sistema central que controla los campos e invocaciones para los EIB.

Le había costado entrar a la escuela sin ser detectado, aun así, su plan estaba siendo ejecutado correctamente. No importa cuántas adversidades pasara, él tendría su venganza.

—¿Quién es?

Aquella voz le sorprendió, de inmediato se escondió detrás de un enorme pilar de concreto. Al asomarse pudo distinguir a dos alumnos, uno enfrente del otro.

—¿Cuál es la contraseña?

—¿Vas a querer mi dinero o no?

—Que cruel, al menos déjame ponerle algo de drama a esto.

Enmu infló las mejillas, indignado. En cuanto el chico frente a él mostró el dinero, el dulce rostro de Enmu cambió por una amplia sonrisa. De inmediato sacó su celular y mandó un correo que le llegó a su contrario.

Una sonrisa se apoderó del chico, satisfecho con la imagen, pagó.

—Eres mi mejor cliente, pero no puedo creer que tengas esos gustos, Kokushibo.

—Nadie tiene porque enterarse. Menos él.

El pequeño omega mostró su celular y cámara, para demostrar que había borrado la foto.

Kokushibo volvió a sonreír, momentos después se alejó del sitio. En su celular iba colocando de fondo de pantalla su nueva adquisición, una foto de Kaigaku vestido con el uniforme escolar femenino. Otra imagen más guardada en su galería, junto a la foto donde Kaigaku era envuelto en lo raros tentáculos de Poro-Nga, con la cual lo había chantajeado para ir al cine juntos y no estar a solas con Nakime.

—Si tengo más te lo haré saber —soltó Enmu antes de que ambos desaparecieran por el oscuro pasillo.

Un suspiro pasó por los labios del intruso que se encontraba ahí. Ahora con el camino libre podía ir directo a su objetivo. Salió de la seguridad de su escondite y se infiltró en el lugar de mando del sistema central.

Sin perder el tiempo comenzó a teclear buscando información personal, sin embargo, el aviso de una contraseña le hizo parar su avance.

—Maldición, algo así no me va a detener.

Tecleó rápidamente, consiguiendo burlar la seguridad del sistema.

Una sonrisa macabra apareció en su rostro, ahora solo tenía que tomar la identidad de alguien sin importancia para poder pasar desapercibido por el resto del día.

 

 

La fresca brisa mañanera hacía que su largo y rubio cabello ondulara.

Kyojuro se encontraba de maravilla, regresaba amablemente el saludo a los alumnos que lo saludaban, contagiándoles esa bonita sonrisa. El camino desde el estacionamiento hasta la sala de profesores en su piso correspondiente fue ameno y agradable.

Lo mejor que pudo haber pasado al llegar a su escritorio es que no se encontraba ningún reporte de su clase, y eso ya era fantástico.

Rengoku tomó asiento y sacó su primera comida del día, aún tenía tiempo para darse un rápido desayuno antes de ir con sus tutorados.

—Te ves realmente feliz —Uzui habló antes de meterse una goma de mascar a la boca.

—¿Por qué no lo estaría? Hace un buen clima, no tengo reportes que firmar y estoy disfrutando mis alimentos.

—Parece la calma antes de la tormenta.

Kyojuro frunció el entrecejo. Justo ahora Uzui le había amargado la comida con semejante comentario. Ojalá el albino tuviera un pequeño escarmiento para no ser tan bocón en un futuro.

Sin embargo, el profesor de artes tenía razón.

Después de esos momentos agradables, solo tuvo que entrar al salón del 3F para ver una pelea entre los hermanos Soyama, de nuevo.

En el pizarrón estaba Kaigaku, apuntando las apuestas, mientras Gyutaro cobraba el dinero. Ume y Enmu estaban en medio del ring improvisado que se había formado, levantando entre ambos la pantalla donde se supone debería de estar Koyuki, pero este solo tenía un enorme número escrito, anunciando el tercer round. En una esquina estaba Michikatsu hablándole al oído a Hakuji, en la otra esquina estaba Douma masajeando los hombros de Akaza.

Juraría que alguien puso de soundtrack “Eyes of the tiger”.

Cada día se organizaban mejor en sus peleas clandestinas, que incluso varios del A estaban presente, como el caso de Nakime.

—¿Por qué se pelean ahora? —Kyojuro se dirigió a Kaigaku, pues este último era el único que se había dado cuenta de su presencia.

—Akaza se enteró que Hakuji ganó el premio de la comida gratis por un año en la cafetería, y que no le ha compartido nada.

El sonido agudo de una campana había llamado su atención, ¿¡cuando habían conseguido una!?

—¡Debiste decirme! ¡Egoísta! —espetó Akaza.

—¡Tú fuiste por unos estúpidos pájaros! —replicó Hakuji.

Un grito de guerra se dejó escuchar, pero antes de que se dieran un golpe, Kyojuro interrumpió en medio del ring improvisado, el cual era un rectángulo en el suelo rodeado con las cajas-pupitres.

—Mejor arreglemos esto con un EIB.

Los hermanos Soyama aceptaron de mala gana.

Nadie se movió de su lugar, aun habría una pelea y las apuestas se mantenían. Aunque ahora se inclinaban más a favor de Hakuji. El profesor no perdió el tiempo e invocó el campo de batalla.

—Bien, demos inicio a este EIB. Hakuji Soyama versus Akaza Soyama —Kyojuro alzó la mano para después bajarla de golpe —, ¡empiecen!

Hakuji fue el primero en invocar. Su pequeña invocación con 589 puntos en historia universal estaba lista para la pelea.

Una amplia sonrisa apareció en Akaza, al igual que su hermano dio la orden de invocación, pero el pequeño ser no apareció.

Sin saber que pasaba, el de cabello rosa miró su mano extrañado. Intentó tres veces más, pero nada salía.

—¿Tienes miedo? —retó Hakuji.

—¿Quién te tiene miedo?

Rengoku miró preocupado a su destinado, ¿por qué Akaza no podía invocar?

—No te preocupes joven Akaza, preguntaré acerca de esto a la directora y al supervisor.

Kyojuro le dedicó una suave sonrisa al joven alfa, pero al querer desaparecer el campo de invocación, este se negó a hacerlo. Kyojuro intentó tres veces más, pero no logró hacer que desapareciera, extrañado, miró su mano de la misma manera que Akaza había visto la suya.

—¿Qué hiciste ahora Akaza? —Kokushibo se cruzaba de brazos.

—Confiesa de una vez —Kaigaku solo suspiró, negando con la cabeza.

—Mientras más rápido hables, más rápido arreglaremos esto —Gyutaro habló con su típica voz pastosa.

—¿¡Por qué dudan de mí!?

—¿Qué no es obvio? Tu invocación no apareció y después de eso el profesor no pudo deshacer el campo —agregó Hakuji mientras fruncía el entrecejo.

De repente, la pequeña invocación de Hakuji comenzó a parpadear hasta desaparecer.

—Debe ser por la misma inestabilidad del sistema —susurró Koyuki desde el televisor.

Todos voltearon a ver a Akaza, quien solo gruñó en respuesta.

Kyojuro se sintió mal por el chico, lo último que quería hacer era perjudicarlo, pero parecía que todo siempre estaba en su contra.

—¡Invocaré el mío! —Daki extendió su brazo para hacer aparecer a su miniatura, pero en vez del típico pequeño ser, apareció una versión adulta, más madura y con un cuerpo espectacular; vistiendo ropa de oiran, pero dejando sus hombros y la parte superior de sus pechos descubiertos, viéndose completamente sexy mientras fumaba de una pipa de boquilla larga.

Los chicos del CDLI se emocionaron, por lo que Enmu se sintió sin protagonismo, así que también invocó el suyo.

Frente a todos aparecía de igual manera la versión adulta de la invocación de Enmu, vistiendo un atrevido traje súcubo con minifalda e incluso tenía un poco de pecho.

—Es una chica —se burló Douma.

—¡Es un error del sistema! —chilló Enmu.

Kokushibo sonrió, de alguna manera parecía divertido, así que también lo intentó. Su invocación adulta vestía ropajes de un ronin, incluso portaba una katana, su cabello era extremadamente largo y estaba amarrado con una coleta alta.

—Nada mal —se auto alagó.

Sin que nadie se lo esperara, tanto Hakuji como Koyuki también invocaron. Las invocaciones adultas de ambos vestían con ropajes de boda tradicional japonesa mientras posaban uno a lado del otro, los invocadores simplemente se sonrojaron. Si estuvieran juntos, se tomarían discretamente de la mano.

Nakime se sintió inspirada por la dulce imagen que daban esas dos últimas invocaciones, así que también sacó la suya. Esta, vestía solamente un bonito delantal blanco con holanes, mientras que su largo cabello suelto le cubría por completo atrás. De inmediato, la invocación se pegó a la de Kokushibo, tomándolo del brazo; en su mano derecha, justo en su anular relucía un anillo de matrimonio.

—Como una pareja —susurró Nakime.

—¿Qué hay de ti Kaigaku? —Kokushibo decidió ignorar la escena anterior.

Kaigaku alzó su mano e invocó de igual manera a su versión adulta. La invocación vestía una yukata negra, dejando la mayor parte de su pecho descubierta, en su cuello había un collar ajustado con un magatama.

Segundos después de ser invocado, la invocación de Kokushibo se dirigió a la de Kaigaku, abrazándolo por la espalda y metiendo su mano en la abertura frontal de la yukata. Pequeñas respiraciones pesadas salían de ambos, acercando poco a poco sus rostros, haciendo una escena llena de tensión sexual.

—¡Maldito error de sistema! —Kaigaku corrió hacia las invocaciones para arrojárseles encima, pero al ser hologramas terminó por atravesarlas y estrellarse contra el suelo.

Enmu tomó una foto.

Indignada, Nakime se fue a su salón.

Me pregunto cómo se verá el de Akaza”, pensó Rengoku.

Pareciera que su destinado le leía la mente, así que extendió su brazo para invocar, esta vez logrando sacar a su versión miniatura, aunque eso solo consiguió hacer que Akaza se deprimiera un poco. La pequeña invocación también se veía desganada, pues su cara tenía una expresión apática.

Kyojuro no dejaría que eso lo molestara, así que trató de alentarlo, después de todo ¿Qué clase de destinado sería si no podía hacer feliz a su futura pareja?

—¡Tal vez solo necesitas más determinación! —Rengoku estiró su brazo para una demostración —, algo así… ¡Invocación!

Un circulo se dibujó en el suelo, este se elevó y de él se apareció una versión más joven del profesor de historia. A pesar de tener el mismo patrón bicolor en los ojos, estos se notaban opacos, como si no tuvieran vida.

—Saludos, yo soy la Inteligencia Artificial del programa EIB, pero pueden llamarme IA —hizo una reverencia—, mi presencia aquí indica un fallo en el sistema de invocaciones.

Hubo un breve silencio antes de que la IA prosiguiera con su plática —: He buscado la falla, al parecer ésta sobrepone la capacidad emocional sobre la cognitiva.

—¿Qué significa eso? —Kokushibo sujetaba a Kaigaku para dejar que Enmu tomara más fotos de las invocaciones.

—Las invocaciones realizadas a partir de la falla se verán afectadas por las emociones de los invocadores, incluso rebelando en un 75% emociones suprimidas.

Esa información hizo contener el aliento a todos los presentes, incluso aquellos que estaban a punto de invocar se lo pensaron dos veces.

—¿Por qué te pareces a Kyojuro? —Akaza arqueó una ceja, confundido.

—Está en mi código tomar temporalmente la forma del ultimo profesor que abrió un campo de EIB…

En cuanto la IA enfocó a la invocación de Akaza, sus ojos de repente tomaron brillo, sus mejillas se sonrojaron y al final cambió su estoica expresión por una de sorpresa.

Entonces la IA soltó un gritito agudo, y en segundos cruzó desde donde estaba hasta el lugar de Akaza arrebatándole a la pequeña invocación, la cual, descansaba sobre la cabeza de su invocador. La IA terminó abrazándolo con fuerza y restregando su mejilla contra la contraria.

—¡Me gustas! —gritó la IA —, por favor, márcame, casémonos y tengamos cachorros. Yo quiero tres, pero puedo tener los que tú quieras. ¿Cuántos quieres? ¿cinco? ¿diez? No importa, solo quédate conmigo para siempre. Quiero ser tu omega ¿Qué dices?

El pequeño ser invocado no contestó, de hecho, no podía, pues en su programación no tenía ese código.

Kyojuro se puso completamente rojo. Era impactante escuchar todos esos pensamientos ocultos a viva voz. Tal vez no era él hablando, pero si su omega interior. Necesitaba detenerlo antes de que lo siguiera abochornando.

Para su fortuna, justo al momento de que la IA comenzara a decir sus verdades, los hologramas de las versiones adultas comenzaron a parpadear, eso había captado la atención de todos haciendo que dieran la espalda a aquella bochornosa escena, excepto de dos personas que si habían visto el actuar de la IA.

—¿Qué les pasa? —Enmu se encontraba preocupado por su invocación.

Entre parpadeos los hologramas empezaron a retomar su forma en miniatura.

De repente, los ojos del ser invocado de Akaza se abrieron, y con una expresión malévola se alejó de los brazos de la IA con forma de Kyojuro.

En un segundo estuvo frente a la invocación de Kaigaku, a punto de golpearla, pero fue detenido por la invocación de Kokushibo.

—¿¡Qué mierda significa esto Akaza!? —Kokushibo gruñó con molestia, reprochando con la mirada las acciones de su compañero.

—¡Yo no soy! Atacar por la espalda no es mi estilo.

Akaza trató de desaparecer a su invocación, pero fue en vano, la pequeña criatura se dedicaba a atacar a cuanta invocación se le pusiera enfrente. El resto se dedicaba a esquivarlo, pero el pequeño de cabello rosa era superior en velocidad.

Un error le costó un golpe a la invocación de Koyuki, la cual desapareció marcando cero en su puntaje.

—Imposible —Hakuji estaba sorprendido, Akaza jamás sería más inteligente que su futura esposa.

Aquella escena solo dejó impresionados a todos. Al momento de dirigir su vista al puntaje de Akaza, se impactaron al descubrir del poder descomunal que tiene.

—¿¡Un millón!? —Kaigaku hizo retroceder a su invocación —¡Estás haciendo trampa!

Todos miraron con malos ojos a Akaza, era imposible tener ese puntaje tan solo en una materia, incluso para alguien de la clase A.

Las exigencias y reproches no se hicieron esperar. Acusaban a Akaza de tramposo y manipulador. Lo peor para el de cabello rosa fue ver el rostro decepcionado de Kyojuro.

No lo resistió. Podía soportar la decepción de cualquiera, incluso la de su hermano, pero no la de su destinado. Sintió su pecho estrujarse y su cabeza calentarse por el enojo.

—¡Soy inocente! —expresó tratando de defenderse, pero su invocación actuó de nuevo por su cuenta, golpeando al resto de invocaciones y mandándolos a clases complementarias.

Las miradas desaprobatorias no se hicieron esperar, así que Akaza hizo lo que creyó más sensato: salió corriendo del salón.

 

 

—El sistema fue hackeado desde su núcleo. El responsable se dio a la fuga, pero dejó un malware para seguir operando a distancia.

La directora Amane no estaba feliz, muy pocas cosas hacían que la apacible mujer fuese sacada de quicio, incluso soportaba las tonterías del 3F, esos niños no hacían daño con sus ocurrencias, ni siquiera los del CDLI.

—La IA del sistema se desplegó, también hemos bloqueado temporalmente la función de invocación.

—¿Tenemos algún sospechoso?

Muzan deslizó su dedo por la tableta, hasta topar con el perfil que buscaba.

—La invocación de Akaza Soyama sigue activa, y su puntaje no corresponde a su último examen mensual.

Amane tomó la tableta y observó a detalle la foto del chico, ¿Qué pretendía ese alumno? Necesitaba respuestas, así que mandó llamar a una junta de emergencia.

 

 

Akaza se sentía agobiado, no había huido así desde el festival deportivo. Pero ahora se sentía abandonado.

Se encontraba sentado debajo del escritorio en el salón de artes. Por un momento se le hizo buena idea al encontrarlo vacío, pero al darse cuenta que Uzui podía llegar en cualquier momento, se desanimó más.

Estaba abrazando sus piernas, escondiendo su rostro entre sus brazos.

—No llores.

—¡No estoy llorando!

Al alzar su rostro se topó con Kyojuro, más bien con la IA que se parecía a Kyojuro.

—¿Qué haces aquí? —Akaza frunció el entrecejo, esperaba que fuese el verdadero Kyojuro quien estuviese ahí para consolarlo.

—Mi esposo desapareció volando por la ventana.

—¿Esposo?

—Tu invocación.

Akaza rodó los ojos.

Por un momento cuando escuchaba todas esas bonitas palabras de la IA ser decidas a su invocación, pensó que Kyojuro tendría los mismos sentimientos que él, pero reflexionó las mismas palabras de la IA, solo era un insignificante 75% de probabilidad que fuese verdad.

No caería tan fácil. Apostaba que era como en los exámenes, siempre había una respuesta que parecía ser la correcta, pero no lo era. Aunque ese porcentaje era alto, Akaza pensaba que sería más seguro un 100%.

—Vete de aquí… shoo, shoo

La IA frunció el entrecejo e infló las mejillas indignado.

—¡Eres su invocador! Eres la pista más cercana que tengo de encontrarlo. Así que no me iré —la IA se cruzó de brazos —. Además, ese no era mi esposo. Él es tranquilo, amable, atento… es el alfa que quiero —jadeó con fuerza, sus mejillas se ponían rojas y se abrazaba el cuerpo mientras se estremecía —, el alfa que va a pasar todos mis celos en mi nido, tomándome cada que huela mis feromonas y me anude mientras me hace gemir como…

—¡Suficiente! —, el rostro de Akaza estaba rojo, escuchar eso por parte de la IA mientras compartía rostro y voz con Kyojuro era demasiado para él —. Unamos fuerzas y encontrémoslo. Tengo que limpiar mi imagen.

La IA asintió a su propuesta.

—Oh, te encontré.

Uzui había regresado a su salón después de una rápida junta de profesores. La orden era encontrar al alumno Akaza Soyama y llevarlo directamente a la dirección. Así que no le quedó de otra, comenzó a arrastrar al chico por el salón mientras este se resistía.

—¡Él es inocente!

Los ojos de Uzui voltearon a ver a Rengoku, pero la imagen era más juvenil.

—Debes de ser la IA. Escucha, si este chico es el causante de todo esto, es mejor llevarlo a la dirección de una vez.

—Pero Akaza no lo es. El perpetrador debe de estar usando una computadora remota, y él no tiene nada de eso ahora.

El profesor de artes gruño bajito antes de soltar al alumno.

—¿Qué sugieres?

—Aún no localizo al sujeto, pero usa la ID de Akaza para controlar a mi esposo. Tampoco sé sus intenciones.

—¿Esposo? —Uzui susurró a Akaza.

—No le hagas caso —el de cabello rosa respondió de igual manera.

—De todos modos, solo necesito de un error del hacker para poder buscarlo —anunció la IA.

Uzui lo pensó un momento, podía llevar al alumno directo a dirección, pero la idea de ser el héroe que salva la situación sonaba más extravagante.

—¡Te daré una hora! Si no encuentras nada, me llevaré a este chico.

—¡No se preocupe profesor Uzui! He estado analizando los datos, no dejaré que se me escape —la IA sonrió ampliamente.

De repente, el celular de Akaza vibraba debido a varias notificaciones. Su correo era llenado con mensajes que le enviaba un destinatario desconocido. No confiaba, pero al solo revisar una notificación pudo distinguir que el nombre de su profesor de artes era citado. Desconcertado, mostró el celular a Uzui quien terminó por abrir el mensaje, ganándose una mirada molesta de su alumno.

Uzui gritó. El correo tenía un pequeño texto acerca de lo mujeriego que era Tengen y como después de una cita, pasaba inmediatamente a otra. El correo incluía fotos que corroboraban lo anterior.

Un último correo llegó, anunciando que, si Tengen Uzui no admitía por medio de los altoparlantes de la escuela ser un mujeriego, seguiría difamándolo y destruiría el sistema EIB.

De inmediato Uzui sacó su celular, a él también le habían llegado esos mismos correos, solo que por sus mensajes privados tres chicas le reclamaban por ser un sinvergüenza.

—El maldito que hizo esto me las va a pagar —gruñó Uzui con una vena hinchándose en su frente.

—¡Podemos usar eso! —señaló la IA al celular—, puedo rastrear su ubicación con esto, tardaré unos minutos, pero puedo hacerlo.

—Hazlo IA que se parece a Rengoku, eres mi última esperanza para no seguir siendo expuesto.

Akaza lo juzgó con la mirada. El poco respeto que le tenía a Uzui se había perdido con ese comentario.

 

 

Los tres corrían por los pasillos, asomándose en cada esquina para corroborar que el camino estaba libre de otros profesores.

Su destino era el gimnasio. Al parecer, el infiltrado estaba escondido en el almacén de material deportivo.

En un rápido escaneo, la IA se percató de que el campo de invocación excedía el área máxima que un profesor podía extender.

Abrieron abruptamente la puerta principal, enfrente a ellos estaban las canchas de usos múltiples. En medio de ellas se encontraba la invocación de Akaza, ahora con una apariencia adulta, aunque era la misma que en su versión miniatura, solo que ahora de tamaño normal.

—Hasta aquí llegas, IA —anunció la invocación de Akaza.

—¡Habló! —dijeron sorprendidos Akaza y Uzui.

—Detente por favor. Deja de usar a mi esposo para tus oscuros motivos.

—Saben mis condiciones. Si no cumplen, usaré esta marioneta para destruir el sistema de su preciada escuela.

La IA no permitiría eso, por más que amara a su esposo, si su existencia implicaba problemas, tendría que destruirlo.

Aquella invocación tomó la pose de pelea del soryu.

A la IA no le quedó de otra, su ropa se pixeleó cambiando ahora por un conjunto negro y un haori blanco con un patrón de llamas en la parte más baja, en sus manos sostenía una espada con un guardamano en forma de flama.

—A veces las parejas pelean, ¡sin embargo!, al final terminaremos resolviendo nuestras diferencias ya sea en una batalla, platicando o en la cama.

La IA corrió con la espada en mano contra la invocación, dando inicio a una pelea entre ambos.

—No perdamos tiempo, busquemos al cabrón que está detrás de todo esto —dijo Uzui.

Ambos se separaron.

Al ver todo lo que sucedía a través de los ojos de la invocación que había robado, el perpetrador tuvo que esconderse entre los balones de baloncesto para después poder escabullirse de nuevo, pues aun necesitaba más tiempo para poder destruir el sistema EIB y hacer que culparan a Uzui por eso.

Todo iría de maravilla, pero ese chico de cabellos color chicle de fresa se percató de su presencia. Trató de correr, pero fue alcanzado y aprisionado con una perfecta llave.

—Déjame ir, tu y yo somos parecidos, casi iguales, como hermanos de tatuajes ¡mira, mira!

El tipo sacudió su cabeza haciendo que su gorra se cayera, rebelando varios tatuajes en forma de líneas que cubrían su calva cabeza.

—Por eso me pareció buena idea tomar tu ID, pues eres como yo.

—No me compares contigo, imbécil.

Akaza alzó el puño dispuesto a golpear al tipo, pero una risa salió de este al ver como Uzui se acercaba a ellos.

—¿Sabes?, Uzui también le coquetea a tu omega —susurró con cizaña. El perpetrador esperaba no errar con aquellas palabras, pues no tenía la mínima idea acerca de la vida amorosa del chico, pero al parecer funcionó.

El golpe de Akaza se detuvo, ¿qué acababa de decir ese tipo? Aquello le había puesto inseguro por un momento, haciendo que aflojara el agarre y el hombre aprovechara la oportunidad para quitárselo de encima y correr a tomar su laptop.

La pelea entre la IA y la invocación había culminado. La victoria parecía ser de la invocación, pues esta atravesaba con su puño el pecho de la IA. Esto fue aprovechado por el perpetrador para empezar a esparcir un virus desde el cuerpo de la invocación comenzando a corromper a la IA.

El hombre sonrió con la victoria, pero segundos después fue tumbado por Uzui con un golpe.

—¡Buena suerte recuperando a su precioso sistema EIB! —se burló —, espero con eso aprendas a no robarte las novias de los demás.

Uzui chasqueó los dientes con molestia. Ese tipo había arruinado un programa caro solo por estar despechado. No lo soportaba, y menos esa estruendosa risa con la que se creía ganador.

Sin embargo, el rostro de la IA se mostraba tranquilo.

—Esto está bien —sonrió—. Me preguntaba porque tomar la ID de un alumno, hasta que me di cuenta que convertiste a mi esposo en un troyano y después lo volviste una bomba lógica.

La espada había caído de sus manos, dejándolas libres para poder tomar el rostro de la invocación de cabellera rosa. Al tocar sus mejillas, pequeñas partículas blancas que salían de sus manos comenzaban a borrar los tatuajes en el rostro de la invocación, volviendo la esclerótica a un tono blanco y dándole un color de piel más humano.

—Es suficiente, cariño. Has sufrido demasiado.

La invocación terminó por recargar su cabeza en el hombro de la IA, abrazándolo con su brazo izquierdo, pues el derecho se había deshecho por culpa del malware. La IA también lo abrazó, acariciando su espalda.

Partículas blancas los rodeaban haciéndolos desaparecer, poco a poco se iban transformando en lo que parecían pétalos de cerezo, los cuales se esparcían por toda la escuela. Cada uno de esos pétalos llevaba información con antivirus, pegándose a las paredes del campo de invocación, haciéndolo desvanecerse lentamente.

El perpetrador estaba molesto, todo su plan fue arruinado, así que simplemente hizo un berrinche.

Akaza y Uzui lo silenciaron después de que ambos le proporcionaran un golpe en el estómago al mismo tiempo.

 

 

El día había terminado bien.

Ese extraño sujeto fue detenido por la policía, Uzui se disculpó públicamente e incluso se disculpó con las tres chicas que ayudan en la cafetería, pues salía con ellas al mismo tiempo.

Kyojuro se sintió más aliviado al saber que el sistema de EIB estaba funcionando con normalidad y no volvería a ver esa versión promiscua suya.

A la salida, mientras abría su auto, sintió la presencia de alguien a su espalda. Al darse la vuelta se sorprendió de ver a Hakuji Soyama esperando hablar con él.

—¿Pasa algo joven Soyama?

—¿Le dirá a mi hermano que es su destinado?

Los ojos de Rengoku se abrieron sorprendidos.

—¿Cómo…

—¿Cómo es que sé? —el profesor le contestó asintiendo con la cabeza —. Esa escena que hizo la IA con la invocación de mi hermano me lo dijo todo. Y no me lo niegue, que yo sí creo en ese 75% de probabilidades. No soy tan idiota como Akaza.

Hakuji se había asegurado de preguntar a su hermano acerca de lo que pensaba sobre los sentimientos de Rengoku, pero Akaza solo contestó que no creía en tan bajas posibilidades. A Hakuji no le hicieron falta las ganas de ahorcar a su hermano después de que escuchó eso.

Frente a él Kyojuro sonreía.

—Tú conoces a tu hermano mejor que nadie —empezó a hablar Kyojuro —, él es lento, torpe, algo despistado y un completo idiota.

Definitivamente Hakuji no podía defender a su hermano ante tantas verdades.

—Pero, es mi destinado —Kyojuro puso su mano en su pecho, sintiendo la calidez que se extendía al confesarlo en voz alta a alguien —, sin embargo, quiero que sea él quien se dé cuenta, y para eso, necesita madurar un poco más.

Tal vez el destino funcionaba acoplando opuestos. Hakuji es un alfa fuerte, que puede cuidar a la enfermiza y débil Koyuki. Mientras que Akaza es un alfa torpe y descerebrado, siendo su omega un hombre seguro e inteligente.

Hakuji sonrió, hizo una reverencia al profesor y se marchó.

Al quedarse solo adentro de su automóvil, Kyojuro reflexionó acerca de la forma de ser de Akaza. Suspiró cansado. Su inmaduro alfa necesitaba alguna motivación para madurar sentimentalmente.

Ya investigaría como.

Notas finales:

Ronin: Un r?nin ? era un samurái sin amo durante el período feudal de Japón, entre 1185 y 1868.

Magatama: su nombre significa literalmente “bola curva”. Se trata de unos ornamentos que se utilizaban desde la antigüedad para llevar a cabo ofrendas religiosas o rituales a deidades.

Hola, holaaaa. ¿Qué tal el capítulo de hoy? La verdad es uno de los que más me ha gustado escribir, sobre todo, la parte en donde la IA con forma de Kyojuro y la invocación de Akaza se desvanecen entre pétalos. Espero este cap les haya hecho decir “Akaza date cuenta” jaja

Por otro lado, hablemos del perpetrador. El tipo es el demonio que sale en el capítulo original de Rengoku, previo al tren infinito. Es gracioso verlo, porque prácticamente copiaron los patrones de los tatuajes de Akaza jajaja así que no me resistí a ponerlo.

Por cierto, altas referencias, puse dos aquí, un ya conocida y la otra del manga (espero que aquellos que hayan leído el manga reconozcan a que me refiero).

En fin, adelantos del siguiente capítulo:

Bioquímica. Mencione los cuatro elementos más comunes en los organismos vivos.

—Tengo una idea, ¿Qué tal un café atendido por alfas?

Esto vendrá en su siguiente examen.


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