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ÍMPETU E INSTINTO por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

En este capítulo delatarás a Hange y Rico descubrirá algo perturbador respecto a Nifa.

El pasillo no estaba vacío, pero T/N caminó en solitario hacia su propia recámara hasta que fue interceptada de improviso.

 

T/N giró el cuello hacia atrás flexionando los músculos de los brazos y es que alguien la había rodeado a la altura de la cintura, apretando sus brazos.

 

- ¡Allí estás! – Exclamó Rico, emocionada. T/N hizo un gesto de molestia.

 

¡No debería estar haciendo esto en el trabajo!

 

- ¿No deberías estar con tu escuadrón? – Le preguntó y Rico la soltó, mostrando una expresión de desconcierto que duró poco. Caminó hasta posicionarse delante de ella, alzó la mandíbula para poder posicionar sus ojos azules en los suyos y se miraron mutuamente con serenidad, hasta que la expresión de Rico se tornó triste; las comisuras de sus labios bajaron y sus mejillas se apretaron.

 

T/N parpadeó, confundida.

 

-No pudo ir a dormir si no sé dónde duermes – Se excusó, alzando ambos puños en una posición que podría decirse fue bastante tierna considerando que se trataba de…Rico.

 

T/N esperó un par de segundos antes de decirle con absoluta simpleza:

 

-Es una ridiculez – Luego se dio media vuelta y continuó caminando sin que Rico se diera la libertad de acompañarla.

 

- ¿Este es tu pasillo?, supongo que me tocará dormir cerca – Comentó, andando más cerca de ella que de costumbre; casi podía sentir el roce de su brazo.

 

-No, este es el ala Oeste; el de los alfas – Dijo, segura de que no se comprometería al revelarle esa información.

 

Unos momentos después se detuvo delante de la puerta de su recámara individual, lugar donde había dormido sola por los últimos dos años.

 

Se dio media vuelta.

 

-Es esta – Le dijo, tomando la perilla de la puerta y abriéndola, pero apenas descubrió un pequeño tramo Rico se adelantó con toda la intención de entrar. T/N se apresuró a ponerle una mano cerca del pecho y detenerla – Te dejé dormir en mi cama en nuestro hogar, pero eso no quiere decir que lo permita aquí – bajó la mano, creyendo que había sido clara.

 

-Lo sé, solo quiero ver en qué estado está – Refutó, moviéndose de nueva cuenta. Sin embargo, T/N puso sus manos en los escuálidos hombros de la omega y giró sus talones, haciéndola dar media vuelta.

 

-Esa no es tu tarea – Le dijo, poniéndose seria – Y estoy bastante segura de que sabes cuánto me molesta que toquen y husmen entre mis cosas.

 

Rico no mostró señales de revelarse, sino que dio unos pasos al frente, alejándose…antes de volver con rapidez y lanzarse hacia el frente. T/N la atrapó a solo un paso de la puerta con bastante facilidad y Rico encogió sus piernas, pegando su espalda a su pecho, de modo que la alfa cargó con todo su peso.

 

- ¡Nada más un vistazo! – Peleó, girando el cuello para tener una mejor visión del oscuro interior.

 

- Definitivamente no – En cuanto dijo eso, las manos de Rico se aferraron al umbral de la puerta y tiró de sus brazos, pero no se acercó ni un poco – Si no te controlas, tendré que…

 

-No usarás tu voz alfa conmigo – Forcejeó – ¡Prometiste que no lo harías!

 

-Rico – Se alzó con ímpetu otra voz en las cercanías. Rico dejó de tirar de su cuerpo y ambas se mostraron sorprendidas.

 

- Capitán – Musitó la omega, soltando sus dedos de la madera con sus ojos azules claro puestos en los ojos azules grisáceos del capitán Levi, que la miraban con una sutil mezcla de emociones aunque sus rasgos estaban totalmente inalterables... tal vez estaba un poco más serio de lo normal.

 

T/N aflojó el brazo que cruzaba por la cintura de la omega y ella saltó hacia el frente con elegancia. T/N no dudaban que Levi hubiera presenciado todo de principio a fin; no había conocido a un omega tan silencioso y ágil como este, ni siquiera lo escuchó acercarse.

 

-Te mostraré tu habitación – Fue todo lo que dijo antes de dar media vuelta, pero no dio un paso – Y deberás aprender a controlar tus instintos omegas. Verte hacer esa rabieta fue desagradable – La reprendió, mirando tras su hombro con disimulo.  

 

Rico la miró sobre su hombro derecho con una expresión molesta pero con matices de vergüenza y T/N supo que se estaba controlando para no llorar, así que se inclinó hacia el frente y depositó un suave y breve beso en su frente.

 

Antes de ella…antes de T/N, Rico jamás había tenido esa clase de problemas con la autoridad.

 

Su expresión se relajó y la sensación de llanto abandonó sus facciones. Se volvió hacia el capitán y caminó hacia él entendiendo que tenía su permiso para alejarse.

 

En cuanto se puso a su altura, Levi caminó a su lado y entonces T/N se permitió ingresar en su propia recámara.

 

El silencio se instaló entre ellos por un par de corredores diferentes, hasta que Rico se sorprendió de que él preguntara:

 

-Prometió no usar su voz alfa contigo, ¿Qué tanto puedes confiar en eso? – Rico miró lo miró de reojo.

 

-Mucho – Aseguró, sonando bastante convincente. Y Rico supo por qué de aquella pregunta. Su prima era una contribuyente, la única de la Legión, y los alfas eran conocidos por buscar el poder a toda costa, aunque T/N no había mostrado señales de anhelar esa clase de poder en absoluto. El capitán Levi creía que T/N sería capaz de ordenarle espiar a su propio escuadrón…no, espiarlo a él.

 

- ¿Lo uso alguna vez? – Insistió.

 

-Solo una – Confesó – Pero yo trataba de hacerle daño a alguien.

 

-Es difícil creer que ni siquiera en esos años puedo haberlo hecho – Comentó y Rico se tomó unos momentos antes de refutar calmadamente. El corredor estaba sombrosamente vacío y un recuerdo apareció en su mente furtivamente: T/N de catorce años, semanas después de haber presentado. Su humor habitual había cambiado y eso asustaba a Rico, porque parecía estar molesta todo el tiempo.

 

-Cuando presenté dejamos de vernos – Dijo en un susurro. Sus pasos fue lo único que se escuchó por un tiempo, porque el capitán Levi no parecía hacer ruido al caminar.

 

De pronto, el capitán se detuvo delante de una puerta, se volvió y la miró de frente.

 

-No había conocido a nadie que desafiara a un alfa de esa manera. Sabías que le disgustaría, pero igualmente lo hiciste, utilizando la fuerza – Le dijo, no en una reprimenda. Rico se mostró sorprendida. El hombre apartó un momento la mirada y añadió – Hange es desafiante, pero incluso ella sabe cuándo parar – Se miraron nuevamente.

 

-T/N me ha hablado de esos alfas, pero T/N no se ofende con facilidad – Tomó cuidado de sus palabras y luego añadió con una sonrisa – Ella es la clase de alfa que sostiene a una descontrolada omega que ha osado robarle un beso porque es demasiado caballerosa para soltarla – Creyó que aquello había sido un buen ejemplo, pero el capitán no mostró señales de entender.

 

-Esta es tu habitación. La compartirás con Nifa, por ahora – Rico miró la puerta, sorprendida.

 

- ¿Nifa?

 

-Así es. No tiene el rango suficiente para poseer una recámara propia, pero aun así la ha tenido por largo tiempo. Busca tu caballo por la mañana – Dicho aquello extendió una llave de hierro. Rico la tomó sin tocar los dedos del capitán. Luego el hombre se volvió y continuó su trayecto hacia adelante.

 

Rico tomó la perilla y la giró.

 

El interior estaba oscuro pero había una alta ventana en la pared del fondo, así que unos pocos rayos de luz de luna se infiltraban en el interior. En la habitación no se encontraba Nifa, por lo que Rico ingresó poniendo su mirada en la única cama vacía, cuyas sábanas estaban perfectamente tendidas. Solo había dos camas, la suya era la de la derecha y la habitación era más pequeña de lo que le gustaba, pero decidió conformarse.

 

Rico tomó asiento después de depositar su bolso en la cómoda, encendió la lámpara de aceite con ayuda de unos cerillos que ya estaban allí y sacó la playera desde el fondo del bolso. Lo abrazó con fuerza, rozando la piel de sus mejillas y arrugándola sobre su pecho al tiempo que olisqueaba el suave aroma de T/N.

 

En las últimas horas había sido bastante molesto estar a su lado y no poder captar su aroma, pero ahora…

 

- ¿Qué estás haciendo? – Rico se sorprendió de no haber escuchado la puerta abrirse. Arrugó al prenda tanto como pudo y volvió la mirada.

 

-Me dieron esta habitación – Dijo, arrugando las cejas. Nifa estaba bajo el umbral y la luz de pasillo se filtraba detrás de su figura. Dio dos pasos al frente con un dedo por delante.

 

-Me refiero a eso – Rico encorvó la espalda, exaltada, mientras tomaba su bolso, lo abría rápidamente y desaparecía su presente en el fondo del bolso.

 

- ¡No es nada! – Trató de sonar calmada, pero no tuvo éxito. Su expresión denotó el enojo que sentía mientras cerraba su bolso.

 

¡Tenía que ser Nifa!

 

Escuchó cuando su compañera cerró la puerta antes de dirigirse a su propia cama.  

 

- ¿Es un peluche? – Insistió, bastante interesada. Pero su voz no fue burlona. Rico irguió la espalda, sin ganas de iniciar una conversación.

 

-Es posible – Respondió.

 

-Eres una Brzenska, supongo que no te gusta hablar con aquellos que no tengan tu mismo estatus – Rico miró tras su hombro y notó que Nifa no la miraba sino que acariciaba un pequeño oso de peluche, sentada en el borde de su cama – Pero mi familia también tiene dinero. Mi padre es dueño de algunos comercios en el distrito Karanese.

 

- Dudo que tu padre tenga tanto dinero como yo – Le reprochó, volviendo su vista hacia el frente – No es por mi estatus, eres tú.

 

-Entiendo que no te guste que ronde a tu prima, pero dejare que te siga consintiendo cuando me una a ella – Fue solo un comentario, pero la sangre de Rico hirvió. Sin embargo, a pesar de que sus manos se apretaron en puños sobre las sábanas, se quedó callada…por un tiempo.

 

Se puso en pie y la enfrentó.

 

- ¡Tú jamás te convertirás en una Brzenska! Y no debería decirlo, pero… – Rico se calló porque por fin se dio cuenta de algo – ¿Qué fue lo que dijiste en el bosque? – Nifa parpadeó, desconcertada. Había dejado de acariciar el oso de peluche y la miraba con sorpresa – “Sabré cuándo será su…”, eso fue lo que dijiste – Agregó, rodeando su cama y posándose delante de ella. Casi podía sentir el corazón de Nifa saltando de su pecho – Estas tan desesperada que planeas obligarla a morderte – La señaló con el dedo índice, furiosa – Ella no podría rechazar una ofrenda como esa si está influenciada por su propio celo.

 

El rostro de Nifa enrojeció de vergüenza. Rico la había ofendido, pero no iba a dejar que tuviera la última palabra.

 

Indagar sobre la fecha exacta en qué T/N tendrá su próximo celo, ¡¿Cómo pensaba obtener esa información?!

 

-Déjame decirte que no voy a permitirlo – Rico se dio media vuelta.

 

-No se lo dirás – Rico la miró de nuevo, sorprendida. Nifa agachó la mirada y Rico vio la derrota – Si de verdad no soy a quien desea, incluso estando en celo ella me rechazará.

 

- ¿Cómo puedes saber eso? – La cuestionó sin creerlo.

 

-Porque los alfas aprecian sobre todo lo demás, que la pareja que merezca su mordida sea la adecuada. Ellos saben cuándo es la persona correcta – Luego la miró, desafiante – Tuve mi celo después de que partiera y no me dio la oportunidad de rechazarme definitivamente. Por ello no puedo aceptarlo – Rico parpadeó porque las mejillas de Nifa se habían enrojecido de nuevo – Faltan semanas para el próximo y no puedo obligarme a otro, eso sería demasiado desgastante para mí. Pero si ella lo provoca, si me llena de feromonas y luego me rechaza, lo aceptaré – Nifa cerró los ojos y Rico supo que decir aquello le dolió.

 

Suspiró con fuerza.

 

-No puedo confiar en eso – Objetó con sinceridad. Nifa abrió los ojos, sorprendida de su negativa. Pero Rico se alejó y se metió en la cama, nada dispuesta a discutirlo.

 

Todo lo que dijo Nifa le parecía lógico, pero ¿un alfa en celo rechazaría tan fácilmente a un omega que se le ofrecía?

 

No. Incluso si no recibía su mordida, definitivamente la montaría.

 

Nifa estaba mucho más perturbada de que lo pensaba. Había tratado de manipular a Rico y de hacerla su cómplice.   

 

Apretó los dientes y sujetó la orilla de su almohada con una mano, tratando de tranquilizarse. Nifa hizo ruido y Rico supuso que se había acostado a dormir también.

 

Además, de hablar en serio, Nifa hubiera optado por un pañuelo; si impregnaba ese pañuelo con el aroma de su celo y se lo obsequiaba a T/N, eso le daría la respuesta definitiva que esperaba.

 

Pero Nifa no estaba dispuesta a aceptar un “no”.  

 

Pasaron varios minutos sin que Rico pudiera conciliar el sueño, por ello escuchó la pregunta de Nifa desde el otro lado de la habitación.

 

- “No debería decirlo…”, ¿Qué es eso? – Su voz fue un susurro entrecortado, como si se hubiera quedado dormida pero recién despertó.

 

Rico apretó las sábanas hacia su pecho.

 

-No debería decirlo – Musitó. Ninguna de las dos volvió a decir nada.

 

Por supuesto que no debería compartirlo con nadie, pero…a T/N le complace más apreciar a los varones.

 


 

T/N caminaba por el corredor hacia la oficina del comandante a la mañana siguiente cuando pronunciaron su nombre. Se detuvo y giró el cuello para poder ver a Hange, quien había pasado a su lado hace dos segundos.

 

Definitivamente, a veces era inevitable que como alfa T/N no prestara atención a los omegas que le rodeaban y es que pasó de largo a la sargento Hange.

 

La sargento puso una expresión seria bajo los delgados anteojos mientras T/N se volvía hacia ella.

 

-Te reunirás con el comandante – No fue una pregunta. Hange puso las manos tras su espalda, alzando el pecho. T/N dejó que continuara – La última vez que nos vimos te pedía que retiraras las palabras que le dijiste a Nifa – La alfa lo recordó, aunque vagamente – Puedo saber qué fue lo que le dijiste – Le pidió. Sus cejas bajaron un poco y rompió el contacto visual.

 

Con que eso quiere saber.

 

-Le dije que no estaba interesada en ella y que jamás lo estaría – Hange mantuvo su expresión triste y T/N esperó a que hablara de vuelta.

 

-Me lo imaginaba – Susurró – Está perdiendo el control – Giró la cabeza hacia un lado y T/N supo que lo que miraba era vergüenza – Creo que de veras pretende hacer algo estúpido, así que… – T/N parpadeó cuando Hange la miró con fiereza, alzando un puño a la altura de su pecho – ¡Te ordenó que uses tu voz alfa con ella y la obligues a perder el interés en ti!

 

T/N se quedó de pie donde estaba, sorprendida de que la sargento Hange fuera capaz de pedirle algo así. Ella misma era un defensora de la voluntad de los omegas; odiaba cuando recibía una orden de Erwin de ese modo, incluso la hacía llorar de enfado. Además, solo podía influenciar en sus acciones no en sus sentimientos. 

 

-De ningún modo – Fue su respuesta. En vez de molestarse, Hange se entristeció.

 

-Nifa no está teniendo control…

 

-Nifa es una soldado capaz, no una niña – Refutó T/N con simpleza pero agregando seriedad en su voz – Será responsable de sus actos como siempre lo ha sido.

 

El puño de Hange bajó, perdiendo fuerza.

 

-Como digas – Susurró, desistiendo.

 

-No estarás en la reunión – Dijo, deduciendo aquello – Supuse que el comandante no tiene conocimiento de tu pequeña excursión en aquel bar en cuanto olí tu aroma – Hange la miró con sorpresa, pero sus rasgos estaban rígidos – Él jamás accedería a eso, va en contra de las normas. Así que debiste contarle una historia para justificar lo que el miembro de mi concejo te contó esa noche – El rostro de Hange volvió a la seriedad, afrontando sus acusaciones.

 

-Lo reconociste – Dijo – Él mencionó que jamás te había visto.

 

Por supuesto que no, pero T/N siempre tenía cuidado de observar a su alrededor y prestar atención incluso si no lo parecía. No solo había visto la mesa de Hange esa noche o la camarera que coqueteó con Rico o el hombre que intentó tocar su trasero. Su vista también percibió muchos otros detalles. 

 

-Lo único que pudo haberte dicho fue en relación con mi padre – El reflejo en sus anteojos opacaba un poco sus ojos castaños. Hange asintió, aunque sutilmente.

 

-Dijo que era un gran empresario, que tenía talento en el liderazgo. Dijo que estaba orgulloso de su heredera y dijo que su muerte fue una gran sorpresa para cualquiera que lo conociera – La miró directo a los ojos, alzando un poco la cabeza – También dijo que te uniste al cuerpo de reclutas solo unas horas después de su muerte.

 

T/N se adelantó un paso, introduciendo la mano derecha en el bolsillo de su chaqueta. Hange lo malinterpretó y retrocedió con las manos temblorosas. Sin embargo, T/N solo sonrió.

 

-Creo que esto es tuyo – Le dijo en calma, desdoblando con los dedos el papel. Hange lo miró con un parpadeó de impresión. Lo había reconocido – Como contribuyente, siempre tengo conocimiento de todo aquello en lo que se gasta mi dinero…Comandante – Hange hizo un movimiento de sorpresa con la cabeza antes de estirar el cuello hacia un lado para mirar detrás de T/N, donde el comandante había estado escuchando a partir de su negativa a manipular a Nifa.

 

Hange tomó el boceto en silencio, acomodó su postura y sorprendentemente agachó la mirada en un acto de sumisión, no para T/N. Sus cejas se curvaron con una expresión decepcionante.

 

Los hombros de la alfa eran tan anchos que habían impedido todo ese tiempo que la omega pudiera mirar más allá de ella.

 

- ¡Eres una idiota! – Chasqueó Levi, algún lugar detrás de la alfa. Hange apretó los puños y enrojeció de ira, pero se mantuvo callada.

 

-Hablaremos de eso después – Lo interrumpió el comandante, aunque no sonó molestó sus gruesas cejas se arrugaron de una forma característica. El hombre casi siempre lograba mantener una fachada de paz ante cualquier situación.

 

T/N se dio media vuelta, dando un paso.

 

-Creo que quedaron muchas cosas claras – Comentó. Por el rabillo del ojo vio al capitán Levi recargado sobre la pared del pasillo más allá del comandante. T/N podía jurar que sus manos, en el interior de sus bolsillos, estaban cerradas en puños. Además, se veía sumadamente molesto.

 

-No hay necesidad de entrar en mi oficina – Concordó el comandante sabiamente – Ahora sabes nuestro plan.

 

-Fingiré sorpresa en la próxima expedición – No se volvió de todo hacia el alfa sino que lo miró de lado. Erwin asintió, conformándose con aquello.

 

-Supongo que tienes tareas que hacer – Le dijo para despedirla.  

 

-Las tengo – Respondió y comenzó a caminar por el corredor pasando a su lado. Mientras se alejaba, ignoró por completo la penetrante mirada de Levi sobre su espalda.

Notas finales:

Tal vez a algunos no les parezca el final de la primer parte de este capitulo pero espero que a otros les agrade la idea de emparejarse con un omega varón. 


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