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Historias Paralelas I por Serenity

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Notas del capitulo:

Aviso: En Italia la edad de consentimiento legal es de 14 años. Siguiendo las políticas de la siguiente plataforma ciertos pasajes del siguiente capítulo se han modificado/extraído. 


Advertencia: El siguiente contenido puede resultar potencialmente delicado y/o traumatizante  para ciertas personas. 

Aquellos días de Lucas I

 

El sabado habia pasado lentamente para Lucas, se habia despertado muy tarde y llevaba pensando toda la tarde en el beso, en aquel insignificante roce en los labios y se hubiese atrevido a mucho más de no ser por que sabia que su hermano rondaba aquel lugar.
Se lo habia cruzado a Giovanni por la mañana pero no le habia dicho nada, no existia para él, todavía seguia pensando en lo mismo. Se tiro en la cama con un libro a soñar despierto con las cosas que podrian haber pasado pero para lo cual no habia tenido tiempo. Pensó en llamarlo pero no tenia su nñmero. Quizás deberia pasarse por la casa. Tenia un buen presentimiento y se sentia animado, más allá de que todavía tenia a la alimaña de su primo durmiendo en la habitación continña.

Agustín se habia ido temprano por la mañana, le habia dejado una nota y se habia marchado. Estaria en el hospital ubicado en un barrio en la otra punta de la capital pero no le especificaba cual ni siquiera el barrio. Haboa dejado escrito que si no lo internaban lo llamaria para que no se preocupase. Numa se desperto a las pocas horas y miro desilusionado la nota, se sento en la cocina mientras la abuela preparaba el almuerzo. Eleonora lo noto demasiado callado y era evidente que pasaba.
–Numa ¿te sientes mal?
–¿Mm?– parecaa no estar escuchando– No te escuche. ¿Qué abu?
–Que si te sientes mal. ¿Tienes fiebre?
–No– contesto distraidamente.
Eleonora se sento frente a el.
–¿Qué te pasa?
–Nada abu, nada.
Se levanto y con el chandal y la camiseta se escapo a la calle antes de que su abuela se diese cuenta y le obligase a llevarse un pulover. Se sento en la escalera de la entrada a pensar.
Pasaron las horas y seguia sin recibir una llamada, "seguramente lo han internado". ¿Sabrian los padres que tu hijo era hiv positivo? Seguramente no, fueron los primeros en echarlo de la casa al enterarse de que era homosexual asi que seguramente no habia hablado con ellos. Lo peor era que, seguramente conociendolos como los conocia, tal noticia tan solo les haria afirmar que tenian razón y que aquello era un castigo y cosas por el estilo.
"Parece mentira que vivamos en el siglo XXI, que sociedad de mierda"

Lucas paso todo el domingo huyendo de las garras de su primo que lo queria convencer para salir juntos a dar una "passagiata" lo cual no cabia ni en sus remotos sueños.
–Lucas– Giovanni se habia puesto serio– ¿No te estás comportando como un pendejo? Ya tienes 18 años...
–17
– Ok, da igual. Te falta poco para los 18. ¿No puedes simplemente "olvidar" y llevarte bien conmigo?
–No.
–Uhmm... pues te vas a cagar porque pienso quedarme 1 mes más como minimo.
Giovanni se acerco hasta el sofa donde Lucas se hallaba recostado.
–Lucas...– se sento al lado del joven para mirarlo provocativamente– ¿no lo hemos pasado bien en Italia?
–.......
–¿No te ha gustado el beso en el bar?
–Uff dejame en paz.
–¿Te acuerdas de la primera vez?– se rio para sus adentros.

Lucas cerro los ojos brevemente "¿Como olvidarlo?" penso, seria imposible. Claro que habian compartido buenos momentos pero eso no era todo, había mucho más.

Decidido, se escapo de la casa, y se refugio en el parque a dibujar como siempre, de a ratos miraba en direccion al edificio de Numa pero no se atrevia a acercarse. Tenia tantas ganas de verlo. Siguio dibujando.
Unos jovenes jugaban enfrente suyo al futbol, tendrian unos 14 años o 15 años como él aquel verano en Torino.

 


Era junio y la temperatura ascendía peligrosamente en Torino, era normal, se venia un verano fuerte. Lucas tendria unas largas vacaciones, sus notas habian sido excelentes y sus padres estaban orgullosos de é. Le habian dado toda la libertad que quisiese para aquellos meses de verano que tenia por delante. Sin embargo Lucas habia decidido no irse a ningun lugar, allí tenia todo lo que queria, habia comenzado con la pintura de forma más seria, se habia inscripto en un curso carisimo en el casco antiguo de Torino que le pillaba a unos pocos minutos de su casa. Tres veces por semana asistia a la sala de Arte de la gran escuela de Torino y el resto de las tardes o al menos la gran mayoria se dedicaba a pintar. 

Por aquel entonces vivia casi toda la familia en la misma ciudad aunque a diferentes distancias unos de otros. Sus padres pocas veces estaban en la casa ya que siempre estaban de viaje y el que llevaba los asuntos de importancia por aquel entonces era su hermano Alex. Manon estudíaba en otra ciudad por lo tanto dos veces el mes se pasaba por la casa para compartir un fin de semana con su hermano menor por el cual sentia especial adoracion.
Lucas habia sido desde pequeño un chico reservado, sin embargo habia hecho un grupo de amigos muy buenos en la escuela con los cuales se reunia casi todos lo fines de semana, pero aquel verano la mayoria se habian ido de vacaciones por lo tanto pasaba la mayor parte del tiempo concentrado en su hobby, el unico al cual veia con frecuencia era a su primo Giovanni, que vivia a unos 20 minutos en direccion a las afueras de las ciudad, y el cual habia tomado la costumbre de quedarse por lo menos tres veces por semana en su casa ya que desde allí estaba mucho más cerca del gimnasio y de los lugares de marcha. No habian tardado en congeniar, Giovanni era un chico alegre, tenia por aquel entonces unos 17 años, era impetuoso, irresponsable pero encantador y con su esplendida sonrisa tenia a toda la gente metida en el bolsillo. A diferencia de Lucas, Giovanni había heredado la altura de su madre, y por aquel entonces medía exactamente lo mismo que su primo con el cual tenían una diferencia de 3 años.
A Lucas le sorprendía, era un joven apuesto pero no tenia novia ni parecia interesado en buscarse una y era por lo poco que habia escuchado, un poco aficionado a la mentira pero a él le daba igual, era su primo, eran amigos y eso era lo que importaba.
Una tarde a finales de junio durante la semana, un imprevisto le cambio la vida a Lucas y antes de que se pudiese darse cuenta estaba metido en un rollo del cual le resultaria imposible escaparse.
Eran casi las tres de la tarde, Lucas estaba en el baño recreandose, el calor resultaba pegajoso y cansaba el cuerpo pero no quitaba las ganas, al menos no a Lucas, se habia encerrado en el servicio para tocarse, aprovechando que no habia nadie en la casa queria relajarse y hacerlo con tranquilidad para disfrutarlo.
Se habia concentrado tanto que ni siquiera habia escuchado la puerta de entrada ni mucho menos los pasos en el pasillo.
Lo unico que lo saco de sus pensamientos fue la puerta del baño al abrirse y los ojos de su primo mirandolo.
Lo primero que atino a hacer fue a taparse, no se sentia especialmente avergonzado pero tampoco muy comodo.
–¡VETE! –grito desesperado.
Su primo lo miro de una forma un tanto extraña, cerro la puerta pero permanecio dentro, lo observo durante unos instantes, su primo estaba levemente sonrojado, sentado en la tapa del inodoro, con el pantalón bajo,abierto y la erección apenas oculta por el calzoncillo.
–No te preocupes, no se lo diré a nadie.
Lucas lo miro un tanto confundido, no entendía porque no se iba, aquello no era justamente lo que esperaba.
Giovanni se acerco.
–Te voy a mostrar algo que te va a gustar.
Y antes de que Lucas pudiese siquiera darse cuenta de lo que estaba pasando, vio a su primo arrodillado entre sus piernas.
Lucas dejo escapar un gemido al sentir aquella cálida sensación, la mejor que había sentido en toda su vida, no lograba frenar el torrente de pensamientos que fluían por su mente. Le gustaba, le gustaba muchisimo, poco a poco su mente comenzo a quedarse en blanco aunque muy dentro suyo una frase surgia una y otra vez. "Esto no está bien"
Giovanni parecia disfrutar con la débilidad del chico pero hacia mucho tiempo que venia deseandolo, y otra oportunidad como aquella no se le presentaria de nuevo, el efecto sorpresa le estaba ayudando muchisimo. Sintió los suspiros del chico que había apoyado sus manos sobre sus muslos presionando con fuerza, lo siento agitarse y paso poco tiempo antes de que alcanzase el climax. Estaba excitadisimo.
Lucas apoyo la cabeza contra la pared, tenia las mejillas sonrosadas y la respiración agitada. Giovanni sintió un deseo irresistible de masturbarse tan solo mirándolo.
Lucas no quería abrir los ojos porque no sabia cómo reaccionar, aquello no podía ser bueno se estaba metiendo en un buen lio.
Antes de que pudiese agregar algo; Giovanni le susurro al oido.
–Este será nuestro secreto– le beso el cuello suavemente– Me gustas...me gustas mucho.
Lucas lo miro avergonzado, y se quedo callado mirando hacia el piso, Giovanni salio del cuarto del baño casi obligandose, era lo mejor si seguoa ahora solo conseguiria asustarlo y esa no era la idea.
Estaba contento. Habia casi atrapado a su primo.
Los días que siguieron pese a que Lucas no se aclaraba entre querer esquivarlo o querer encontrarselo, su primo no parecia querer intentar nada más, algo que casi le habia sorprendido, se lo estaba negando pero se moría de ganas por volver a sentir algo por estilo. Y a quién se lo quería negar, a él le gustaban los chicos.
La ocasion no se hizo esperar mucho más, un sábado como cualquier otro cuando a las 10 de la noche la casa se había quedado solo para Lucas, su primo apareció, traía un par de películas. La escena transcurrio normal pero Lucas no podía evitar sentirse nervioso, al final solo vio una de las peliculas cuando el sueño comenzó a nublarle la vista y se fue a dormir. Giovanni lo siguio. 
–¿Qué? –pregunto un tanto avergonzado Lucas. La habitación estaba a oscuras
–¿Puedo dormir contigo?– su voz sonaba suave. El chico no sabía que decir pero antes de que pudiese responder, Giovanni había enterrado su cabeza en su cuello y comenzó a darle suaves besos desde la linea del hombro hasta la oreja.
–¿Puedo?– volvio a preguntar mientras dejaba caer su mano casualmente sobre el muslo del joven, y lo acariciaba lentamente por encima del pantalón.
Giovanni lo miro a la cara, el joven seguia sintiendose avergonzado.
–Nadie tiene porque enterarse, si no te gusta, no sigo – "pero te va a encantar" pensó para sí mismo, con una sonrisa. Se acostaron en la cama y Giovanni comenzó a besarlo, Lucas nunca había besado nunca a nadie en su vida, y la intimidad del beso le subió considerablemente la temperatura, las manos de su primo ya le habían desabrochado en pantalón y lo acariciaban  con un ritmo que lo ponía loco. No tardo en venirse, pero su primo no parecio disgustado, por el contrario, tomo su mano y se la apoyo en su entrepierna, sabia que el chico acababa de enrojecer pero le daba igual, aquel contacto excitó nuevamente a Lucas y en un arranque de atrevimiento metio la mano dentro del calzoncillo. Cuando por fin lo toco, su primo dejo escapar un suspiro y la sensación le gusto, al principio su primo le guió la mano pero a los pocos minutos  su primo dejo caer su cabeza sobre su pecho y comenzó a gemir. 
Nunca olvidaria la sensación, era reconfortante darle placer a la otra persona, verlo gemir ante las caricias y jugar con el deseo del chico fueron algunas de las cosas que le debia a su primo.
Giovanni se pego contra el cuerpo de su primo y guio su mano un tanto más abajo hasta que los dedos tocaron todos los rincones de su cuerpo. 
Lo sintió susurrarle algo al oido y  en unos minutos el joven de ojos ámbar se estremeció en un orgasmo que lo dejo  agotado. Lucas se quedo allí mirandolo, y al verlo tan acalorado le soplo un poco en la nuca para refrescarlo este se estremecio, Giovanni lo miro agradecido mientras Lucas volteaba la cabeza para evitar su mirada. Le seguia dando verguenza.
–¿Te ha gustado?– pregunto Giovanni un tanto adormilado.
–Si.
–Bueno no debes mencionarselo a nadie por nada del mundo. ¿Ok?
–Si.

Los días siguientes transcurrieron sin demasiadas novedades, solo las visitas de Giovanni se hicieron más frecuentes, y casi todos los sábados se quedaba a dormir, Giovanni se habia aguantado poco y al segundo fin de semana lo habian hecho y la verdad era que le encantaba. Lucas no solo era apasionado, sino que se preocupaba por descubrir lo que le gustaba olvidandose a veces incluso de él, algo que Giovanni tampoco le remarcaba. La aventura que vivian, el riesgo que corrian le hacia hervir la sangre. Con el pasar de las semanas Lucas se fue soltando cada vez más, cuando se veían a escondidas en el baño durante la semana o los sábados en la habitación del chico. Lo unico que en un cierto momento parecio trabarlo fue el hecho de percibir que aunque no lo quisiese, Lucas se estaba enamorando de él.
Pero lo entendía, él era la primera persona con la cual mantenia relaciones y era lógico que pasara, igual no duraria mucho tiempo. Seguramente no.
Lucas se había sorprendido a si mismo tomando la iniciativa las ultimas veces, le encantaba, era una fuerza que le nacía de dentro, unas ganas de verlo, de tocarlo, de besarlo de estar junto a él y se pregunto si aquello no era lo que llamaban amor. ¿ Era posible entre chicos?  Pero no podía evitarlo, se estaba convirtiendo en el centro de todo.  
Un sábado su primo aparecia por su casa con sus mejoras ropas, perfumado y con su sonrisa radíante.
–Hoy te voy a llevar a un lugar que te va a encantar pero...
–¿Pero...?– a Lucas le daba lo mismo, si era con él, el resto le daba lo mismo.
–Para que puedas entrar tienes que mentir sobre tu edad, eso es lo de menos no aparentas 14, pero si te preguntan tienes 17. ¿Ok?
Lucas se encogio de hombros, le daba lo mismo.
Se hicieron al camino al lugar que resulto ser una discoteca gay en una zona de mala fama de la ciudad. Por lo visto había una fiesta, varios jovenes se habian parado en la puerta, muchos de ellos lo saludaron afectuosamente al verlo y el echaron evidentes miradas de envidía al ver con quien iba acompañado.
Aquella noche sería una de las que Lucas nunca olvidaría, su primo le hizo compañia tan solo la primera medía hora, pero no dejaba que lo tocase ni que lo besase algo que lo descoloco. Era como si fuese otra persona, al rato desaparecio prometiendole volver en unos minutos pero le dejo allí cerca de una hora, Lucas ya estaba cansado de esperar en la barra y de quitarse chicos de encima, cuando por fin aparecio, y lo vio comportarse de un forma muy extraña, Giovanni le presento a un chico de cabellos castaños de unos 20 años aproximadamente y guiñandole un ojo se volvio a retirar.
El chico se le acerco intimamente era un poco más alto que él y comenzó a susurrarle cosas al oido, le invito a una cerveza que este apenas probo. No quitaba la mirada de la pista quería saber donde estaba Giovanni.
El chico, llamado Vincenzo se había vuelto un tanto insistente Lucas queria quitarselo de encima pero no podía, lo arrinconaba contra la barra y lo tocaba, Lucas estaba comenzando a asustarse.
–Venga no te hagas el difícil.– le murmuro el chico al oido.
–¡Quitate!– Lucas lo empujo pero de poco sirvio, sintio la lengua del tio en su cuello, aquello cada vez le gustaba menos.
Se levanto para marcharse pero este le sujeto del brazo
–¿A donde vas? Tú no te mueves de aquí hasta que no me des lo que quiero.– Lucas intento zafarse pero no podía.
–¿Cuantos años tienes, moreno?
–14
Con el nerviosismo se le habia olvidado mentir, el chico le quito inmedíatamente las manos de encima como si tuviese la peste.
–Estás de broma ¿no?
–No– respondio avergonzado. Aunque contento de que el tio lo hubiese soltado.
El chico palidecio y desaparecio con un gesto de rabia. Su primo no tardo en aparecer, evidentemente furioso. 
– Vamos....– lo empujo conduciendolo a la calle. Una vez allí lo enfrento.
–¿Pero tu eres idiota o te haces? ¿No te he dicho que dijeses que tenias 17?
–Si pero ese...
–"Ese" es amigo mio y me has hecho quedar muy mal. Eso me pasa por andar con un crio como tú que no entiende nada. Ok. Pues tú te lo pierdes porque no pienso volver a este lugar contigo. 


Se dio medía vuelta y se metio en la discoteca de nuevo. El guardía de la puerta lo miraba con una expresión burlona.
Para empeorar su suerte se dio cuenta de que le habia dado el dinero que llevaba a su primo para que comprase las bebidas y no tenia ni un centavo para llamar a un taxi lo cual significaba que debía caminar por aquella zona hasta su casa. Eran las 2 de la mañana.
Llego a su casa casi a las 3 con un amargo sabor de boca y definitivamente confundido.

Los días pasaron y Giovanni no aparecia. Cuando por fin lo hizo no parecia estar justamente del mejor humor. Volvia del gimnasio y entre el calor y el cansancio, se le notaba irritado.
–¿Qué?– pregunto secamente al ver al joven mirarlo fijamente.
Lucas se acerco y lo beso, hasta sentir la respuesta de su primo, lo arrincono contra la pared y dejo que sus caderas se rozasen.
–¿Sigues enfadado conmigo?– le pregunto en un timido susurro.
–Deberia, pero cuando me tocas asi...– suspiro al sentir la mano de su primo dentro de su pantalón–más te vale que la próxima vez te sepas compor... tar... ah Lucas... me estás calentando...
El joven jugaba con el cuello del joven mientras lo tocaba intimamente, y lo sentia cada vez más débil entre sus brazos.
La ocasión no se hizo esperar, habían pasado unas 3 semanas cuando su primo lo volvió a invitar a una fiesta, esta vez en una casa privada, la fiesta era notablemente gay, con buena música y mucho para beber...
Esta vez Giovanni permanecio junto a él por un poco más de tiempo hasta que un joven alto y moreno se le acerco, tendría casi la misma edad que su primo.
–Ciao Gio. Hoy estás en buena compañía ¿no?
Giovanni se acerco de una forma felina..
–¿Por qué? ¿Te interesa acaso?– Lucas lo miro de reojo sin entender.
–Quizás me interese. ¿quién es?–Lucas reacciono con una mirada de desprecio ante el tono del chico.
–¿Este?...–Giovanni lo señalo con el dedo– Solo mi primo 
Lucas se quedo escuchando aquellas palabras, "¿Este?".
El joven moreno se acerco le susurro algo al oIdo y ambos desaparecieron entre la gente.
Lucas se quedo allí esperando, en la barra pensando en seguirlo, luego pensando en ir a buscarlos, pero no querIa ver algo que confirmase sus sospechas. Las horas pasaron y el piso se fue vaciando, finalmente se acerco a uno de los chicos para preguntarle por su primo
–¿Gio? Giovanni ya se fue, hace un par de horas ¿no te dijo nada?
Lucas negó con la cabeza y se volvio lentamente y se marcho de allí. No tenia ni idea de cómo llegar a su casa por lo que esta vez llamo a su hermano que un tanto enfadado por haberlo desepertado le indico el camino.
Giovanni aparecio por su casa a los pocos días, sonriente como siempre al ver la expresión de su primo se paro en seco
–Uy qué cara. ¿Estás de mal humor?
–Si
–Ok. Entonces mejor que no te hablo.–Giovanni busco algo para comer, se sento frente al televisor y paso complemente de Lucas.
El joven lo miro incredulo, finalmente debido a la indiferencia que este demostraba por su primo se marcho a su habitación.
Así fue como poco a poco la relación entra ambos comenzó a romperse. Giovanni ya no iba tan seguido porque decia estar muy ocupado disfrutando de sus vacaciones, lo que significaba irse todos los fines de semana de fiesta.
Lucas opto por no volver a acercarsele ya que este no demostraba el más mínimo interes pues el menos que menos.
Ya habian pasado varios meses, el otoño había dejado las calles llenas de hojas secas cuando Giovanni volvio a reaparecer por la casa de su primo un viernes a la tarde cuando sabía que este estaba solo.
Lucas lo miro un tanto interrogante. Giovanni lo saludo con un beso en la comisura de los labios, dejando tras de si la suave fragancia del desodorante, recien volvia del gimnasio. Se quito la ropa y se metio en la ducha.
Lucas se escapo al balcon, el sol brillaba aunque no calentaba pero por lo menos se sentía bien, se quedo allí sentado en la reposera, mirando la calle.
Su primo lo interrumpio en el balcon, llevaba una salida de baño y las gotas le rodaban todavía por la piel.
–¿Aburrido...?
Lucas lo miro de reojo, y paso de contestarle, Giovanni se le acerco y antes de que pudiese hacer algo se le monto encima dejando que la salida de baño se abriese y dejase su cuerpo desnudo al descubierto. 
Giovanni lo miro a los ojos, le sonrio dulcemente y se acerco a su rostro, lo suficiente como para que su respiración rozase los labios de su primo.
–Giovanni...Gio.. quitate.. – lo sintió adelantar las caderas, estaba excitado y su mirada parecía devorarlo.

Sintio el calor del cuerpo del chico traspasar su ropa y la humedad de la lengua de Giovanni recorrerle los labios. Atrapo aquella boca para besarla casi con desespero.
–Tocame Lucas...– parecio rogar su primo en un susurro y no tardo en sentir la mano de su primo acariciarlo, dejo escapar un suspiro, se pego contra su cuerpo ansiosamente buscando un contacto profundo que lo pudiese realmente satisfacer.
Lucas sintio las manos ansiosas de Giovanni desabrocharle el pantalón, para liberar aquella parte de su cuerpo. "Por favor" pensó desesperado estaban en el balcon, cualquiera los podria ver.
Giovanni lo tocaba de una manera deliciosa, Lucas lo tomó con fuerza por las nalgas para ayudarlo.
–¡LUCAS!
Aquel grito no era de Giovanni sino de su hermano que acababa de llegar.
–¡LU! ¿Donde estás?
Giovanni se incorporo de un salto se cerro la salida de baño y se apoyo en la baranda del balcon, en la esquina para ocultar su ereccion. Lucas no sabia que hacer, decidio quitarse el sueter que llevaba puesto y cubrirse con eso.
Su hermano apareció a los segundos. 
–Ah estabas aquí Lucas, hola Giova– saludo a su primo– Lucas me llevo tus auriculares,¿ok? No es por nada pero si te enfermas, mamá me va a echar la bronca, mejor ponte el pulli. 
Se fue corriendo de allí.
Lucas miro de reojo a su primo y entro en la casa con los pasos de Giovanni siguiendole hasta la habitación, y allí cerro la puerta con el pestillo. Lucas estaba tirado en la cama, el susto le había quitado las ganas aunque Giovanni parecía más excitado que antes.
Lo sintio pegarse a su cuerpo.
–La vez pasada, ¿por qué no me dijiste que te ibas?
Giovanni lo miro a los ojos.
–Bueno. Pense que tú también te liarías con alguien y que estarias ocupado.
Lucas parecio enfadarse..
–Era obvio que no haría tal cosa.
–¿Y por qué?– pregunto Giovanni en un susurro.
–Porque solo me gustas tú.
Giovanni le sonrio de costado.
–¿Estás enamorado de mi?
Lucas enrojecio, no sabia que era lo que sentia pero temia que fuese algo por el estilo.
–Lucas eres solo un crio y aparte esto es tan solo un juego, una forma de divertirse.
–Pero nosotros...
–¿Qué? ¿Follamos? Sí, pero también me acuesto con otros chicos. Es difícil para ti  satisfacer a un chico como yo. Ya soy casi un hombre.– dejo resbalar su mano por la pierna de su primo.
Pero este se la quito con un gesto de enfado.
–Si no te satisfago entonces no me toques.
Giovanni hizo caso omiso de sus palabras y dejo sus manos resbalar por aquel cuerpo, hasta hacer que Lucas lo tumbase boca abajo y lo sumiese en una ola de placer. Giovanni había mentido, para la edad que el joven tenia estaba muy bien, y estaba ya acostumbrado a su cuerpo y a sus mañas, el sexo con él era mucho mejor que con algunos chicos de su edad, era solo que un joven como el no debería meterse con alguien de la edad de Lucas. Si alguien de su grupo se enteraba estaría en problemas y tenia un credibilidad que conservar. Por otro lado quería conservar esa adoración que Lucas sentía por él, ya que en algun momento le sería de utilidad.
De nuevo una fiesta y Lucas iba con él pero esta vez Giovanni le habia dicho claramente que se quedaría con él y que disfrutarian de la fiesta juntos.
La discoteca estaba llena de gente y como era de esperar tras una hora Giovanni desaparecio de su lado, volvio más tarde para convidarle una bebida dulzona que le habia obsequiado un amigo suyo.
Lucas se quedo con el trago mientras notaba que su primo se comportaba de una forma extraña, seguramente debido al alcohol, se quedo allí bebiendo el resto de la copa, una figura conocida se le acerco, era aquel chico llamado Vincenzo.
Extrañamente comenzo a sentirse mareado, el joven le hablaba le susurraba cosas al oido que el no podía entender debido a la música y un evidente bloqueo que sufria en ese momento. El joven lo tomo de la mano y se lo llevo a un sitio oscuro lleno de sillones, la cabeza le daba vueltas y sentia que no tenia fuerzas en el cuerpo como para quitarselo de encima.
–La verdad es que para tener 14 años estás bastante desarrollado-le susurro Vincenzo al oido mientras le desabrochaba los pantalones y se arrodillaba ante él.
Lucas se quejo en vano, incluso cuando este lo ayudo mientras lo tocaba. Lucas nunca olvidaría  como le latía el corazón en aquel momento, casi desbocado por el miedo.
El resto de la noche se convirtio en una nebulosa solo sabia que unas horas después este chico lo habia llevado hasta su casa y que habia sido su madre la encargada de guiarlo hasta su habitación.
Al día siguiente se levanto con una sequedad en la boca y una sensación extraña. Miro el despertador eran las 4 de la tarde.
Se dirigió al baño mientras escuchaba murmullos procedentes de salón. Su primo entro a los pocos segundos.
Lucas lo miro durante unos segundos estaba tan cansado que ni siquiera tenia fuerzas para enfadarse.
–Ni se te ocurra decir que yo estaba contigo. 
Lucas lo miro sin entender...
–¡¿Qué?!
–Lo que has oido si llegas a decir que estaba contigo no te volveré a hablar. Nunca más.
Lo miro seriamente y salió del cuarto de baño.
Lucas se lavo la cara y pensó en lo que debía hacer, pero ¿cómo sabían sus padres que ellos había estado en una fiesta? Con un poco de miedo reviso su ropa interior o su cuerpo en busca de marca y suspiro aliviado al no describir nada raro. Volvió a recordar aquella lengua, aquella persona frente a él y sus caricias lo cual le produjo nauseas. "Mejor olvídalo" pensó.
Salio camino al salon.
–¡Contigo quería hablar!
Su madre estaba allí parada y a un costado sentada en el sillon estaba la madre de Giovanni. Ahora entendía porque este no queria que él dijese algo de la fiesta.
–¿Se puede saber que hacias tú en una fiesta como esa?
–Me invito un amigo.
–¿Un amigo!– su madre estaba notablemente enfadada– ¿y desde cuando tienes tu amigos "de esos"?
Lucas trago saliva, aquello era peor de lo que imaginaba, ¡¿como sabia que habia estado en una fiesta gay?!.
–Esta noche cuando llegue tu padre vamos a hablar...¡y tanto!.
La tia lo miro de reojo con evidente desagrado.
Lucas se queria morir, aquella noche su padre lo sento y le hablo durante dos horas. En ese momento se dio cuenta Lucas de que su padre le tenia una fobia extema a los homosexuales. "Genial" penso para sus adentros, "cuando se entere me va a odíar".
Su primo dejo de frecuentar su casa por consejo de su propia tia, la cual habia insinuado que hasta que no supiese que el joven andaba por el buen camino de nuevo no dejaria que su hijo pisase esa casa.
Lucas sintió que el mundo se le venia abajo, tan solo era fiesta, pero claro segun su madre había llegado en un estado lamentable y daba por hecho que no solo habia consumido alcohol sino que también había tomado drogas.
Lo que más bronca le daba era que él habia cargado con todo y todavía su primo ni siquiera habia aparecido para disculparse o algo así.
Un mes después aproximadamente Giovanni apareció por su instituto, sorprendiendolo.
Lo acompaño hasta la casa, el encargado de hablar esta vez fue Giovanni.
–No pude venir antes porque mi madre, ya sabes como es, ya la conoces Te tiene manía ahora y bueno tampoco quiero tener problemas. Me pagaron un viaje a Australia y no tengo ganas de estropearlo todo. Tú, por el contrario, no tienes nada que perder.
–No, no te preocupes solo tengo restringidas las salidas y me tienen super vigilado.
–¿Y qué más te da? Si tú ni sales...
–Salia poco en el verano pero ahora están mis amigos de vuelta y podría salir con ellos cada fin de semana.
–O sea que ya no quieres salir conmigo– Giovanni se había parado frente a él– Seguro que estás enamoradito de algun compañerito tuyo ¿no?
–No, no es así. Yo...–lo miro a los ojos, estaban en el medio de una calle desierta, se acerco para besarlo pero su primo lo empujo.
–¿Estás tonto? Si nos ven, ¿qué hago luego? Qué egoísta eres.
–Tienes razón– Lucas se dio medía vuelta y se alejo. Giovanni lo siguió.
–No te lo tomes a mal....ven aquí..– lo agarró del sueter.
–En la semana me pasaré por tu casa...– le guiño un ojo.
Lucas volvió a la casa y comenzó a contar los días hasta que Giovanni entro la noche de un viernes cuando solo Alex estaba en la casa y se encerró en su habitación.
Fue bastante incomodo porque no podían hacer ningun tipo de ruido pero igual los disfrutaron. Giovanni lo abrazo una vez que terminaron.
–Lucas
–¿Si?– este le acariciaba suavemente el cabello.
–Y al final vas a irte en invierno a Roma?
–Si, con Alex. Mi hermana no puede venir.
–Ah entonces se van con el coche...
–Si, ya conoces a Alex. - era conocida la pasión de su hermano mayor por conducir- ¿Por qué? ¿Quieres algo de allí?
–No, es solo que tengo un amigo y me gustaría enviarle algo.
–Ok, pasame el teléfono de tu amigo y quedo con él una vez allí.
–Vale
A las dos semanas su primo se paso por su casa y le trajo un paquete con cajas de dulces.
–Jeje es para la familia.
–Ya me parecía porque para un chico... 
–Ya lo conocerás, es un cielo... quizás hasta salgan a tomar algo.
–No lo creo, no tendré mucho tiempo, mi hermano siempre tiene algo planeado.
Por fin llegaron las ansiadas vacaciones de invierno, Alex aparecio con dos flamantes asientos en un vuelo que  salía a Roma.
Una vez en el aeropuerto, tras hacer el check–in y pasar por el control del equipaje surgieron los problemas.
Algo en el equipaje de Lucas no estaba del todo bien. Su hermano lo miro impaciente.
–Son los patines.
La muchacha abrió el bolso de mano saco los patines y reviso dentro.
–Va a tener que esperar un momento.
–¿Qué llevas?– le pregunto su hermano interrogante Lucas se encogió de hombros.
Un oficial apareció a los pocos segundos y los guio a ambos hasta una cabina privada al final del pasillo.
Alex estaba evidentemente nervioso.
–Oficial vamos a perder el avion.
El hombre no le contesto.
Una vez en la cabina abrieron en equipaje, revisaron la ropa, los patines y por último la caja de dulces, dentro de las cuales encontraron en total 300 gr. de marihuana y estupefacientes.
Alex miraba a Lucas sin poder creerlo, se le habían ido las palabras. Aquello no podía ser cierto.
Lucas bajo la mirada, con un nudo en la garganta y sintiéndose la persona más idiota del mundo.


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