Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historias Paralelas I por Serenity

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Advertencia: El siguiente contenido puede resultar potencialmente delicado y/o traumatizante para ciertas personas. 

AQUELLOS DÍAS DE LUCAS II


Lucas sabia que era responsable de aquello y aunque los oficiales lo miraban de forma extraña, él aclaro desde el principio que su hermano no tenía nada que ver con aquello sino que era algo suyo. No menciono a su primo pero tampoco pudo decir nada de la persona a la cual iban destinados. Claro que era demasiado tarde, con el miedo que tenia de perder el teléfono de contacto lo había anotado en un papelito y lo había pegado en la caja. Lo obligaron a llamar a la persona a la cual iba destinado pero este al escuchar que el joven no mencionaba el nombre de su primo al teléfono, intuyo que algo no andaba muy bien se negó a encontrarse con él y colgó.
Para cuando rastrearon el teléfono, el piso estaba vacio.
Su hermano ni siquiera le hablaba, y Lucas sabia que aquello solo era el comienzo.
La primera noche ambos lo pasaron en la comisaria hasta que por la mañana llego el abogado de la familia y tras idas y venidas dejaron a Alex en libertad pero Lucas fue enviado a un centro juvenil privado hasta que el juez dispusiese lo contrario. Lucas nunca olvidaria el edificio gris en un pequeño pueblo en las afueras de Roma, los pasillos blancos y largos que acogían a varios  adolescentes.
Allí se quedo dos días hasta que por fin una tarde tras no recibir ninguna noticia sus padres aparecieron a recogerlo acompañados del abogado.
Este fue el encargado de explicarle que debía asistir a un especie de terapia grupal que se realizaba en el centro juvenil de justicia, 2 veces por semana durante 3 meses.
El ser menor de 18 años y no tener antecedentes le había ayudado muchísimo así como el hecho   de que su familia era pudiente, tenían uno de los mejores abogados de todo el país y podía permitirse pagar la multa que hiciese falta.
Al llegar a la casa, sus padres lo sentaron en el salon para interrogarlo. Lucas solo miraba hacia el suelo, no estaba furioso con su primo ni mucho menos solo se sentia tan estupido que la unica rabia que sentia era para consigo mismo.
Su padre fue el primero en hablar.
–Estamos más que decepcionados Lucas. Me gustaria saber como mi hijo modelo llego a esto. No lo entiendo, tienes absolutamente todo, sí necesitabas dinero podrías haberlo pedido, pero esto...– se llevo las manos a la cabeza– no lo entiendo. 
Su madre se paseaba nerviosa por todo el salon.
–Yo...– comenzo Lucas se le hacia difícil hablar– Lo siento.
–¿Quién te dio el paquete? ¿Por qué no lo denunciaste?
–Porque no puedo...
–Será alguno de esos maricones que tiene por amigos–añadió la madre.
–No, no es ningún amigo mio...– se defendio Lucas herido por las palabras de su madre.
–¿Y entonces quién es?
–..........
–No es bueno que encubras a gente de ese nivel...
–Mi... primo me dio el paquete.
Ambos padres lo miraron durante unos segundos, finalmente la madre se le acercó evidentemente enfadada.
–¡¿Cómo te atreves a meter a tu primo en todo esto?! ¿Y se supone que tenemos que creer una mentira así? No entiendo que tienes contra Giovanni.
Lucas la miró durante unos segundos, aquello tenia que ser una broma de mal gusto, su madre estaba desconfiando de el y defendiendo a su primo.
–Lucas...– era su padre– entiendo que estes enojado con él porque nos haya contado lo de la fiesta pero intentar ahora vengarte  de esta manera me parece un tanto exagerado. Lucas no sé lo que ha pasado contigo, no lo entiendo eres un alumno brillante con un gran futuro por delante. Si sigues asi, arruinaras tu vida.

Lucas lo miro casi con desesperación, sabia que no le creian, y era frustrante, ¿cómo podían desconfiar de el? Tenia solo 15 años. Era evidente que era solo era un chaval inmaduro, como tantas veces se lo habian dicho, ¿por qué ahora no le creian?
–Lucas– su padre se detuvo al ver que el joven se levantaba del sillon.
–Ya no quiero hablar, ponganme el castigo que les parezca mejor. No me quieren creer pues no me crean. Lógico después de todo, ustedes nunca están en casa y tampoco puedo esperar que me conozcan. 
–¡Lucas!– lo llamo su madre– ¡Lucas vuelve aquí de inmediato!
Pero el joven se encerró en la habitación, puso la música a tope y se dedico a pintar.

Por los próximos 3 meses tenia las salidas restringidas algo que le daba lo mismo, y a la semana cuando parecía que todo comenzaba a tranquilizarse, su tia apareció por la casa, como era de esperarse la madre le comento lo que Lucas había dicho así que tuvo que soportar a su tia gritándole en la puerta de su habitación todo tipo de insultos y de amenazas.
Lucas opto por callar, hablar sería cavarse su propia fosa, así que la dejo gritar hasta que se canso. Esa noche Lucas lloró en silencio hasta quedarse dormido.
Entre los aburridos días encerrado en la casa y el instituto, el año escolar se le hacia eterno recién llevaba un mes haciendo la terapia de grupo y como era su único entretenimiento ya le resultaba divertido, había conocido un par de personas pero sabia que si hacia amistad con alguno de ellos, sus padres lo dejarían en la casa encerrado de por vida.
Fue por aquellos días cuando noto un leve cambio en la actitud de sus compañeros. Sintió que algunos de ellos murmuraban  o que algunos hacían bromas pesadas a sus espaldas, sus amigos se habían distanciado un poco aunque teniendo en cuenta de que ya hacia muchísimo tiempo que no salían juntos, aunque tampoco le extrañaba demasiado.
Una mañana para su desgracia descubrio el problema, al entrar en clases vio escrito en el pizarron...
¡Lucas es puto!
Sonrio, "ya está." Todo lo peor que le podía que pasar ya le había pasado, ya daba igual.
Todos sus compañeros reian por lo bajo. Lucas que ya estaba cansado de que le jodiesen la vida, agarró una tiza y escribió debajo:
"Y ha estado en un centro juvenil detenido por tráfico de drogas y lleva una navaja encima"
Tiro la tiza al suelo y se sento, mientras un silencio inundaba el lugar.
Cuando entro la profesora vio aquello, lo borro inmedíatamente, paso de buscar un culpable, y tan solo continuo con la clase.
A la salida del instituto, un grupo de tres chicos lo esperaba en la puerta.
–Oye marica. Si llevas una navaja, ¿por qué no me la enseñas?
Lucas se dio medía vuelta
–¿La quieres ver? Pues ven a por ella– estaba cansado de todo y le daba lo mismo que lo golpeasen–
El chico se acerco pero uno de los otros lo agarró por el brazo.
–Los maricas no trafican drogas – añadió el otro por lo bajo.
–¿Y tú cómo lo sabes?– le pregunto Lucas, inmediatamente hizo un gesto con el dedo del medio– Me importa una mierda lo que pienses...
Se dio media vuelta y volvió a su casa.
Sabia que aquello no terminaria allí, seguramente lo molestarian hasta el cansancio pero le daba lo mismo, lo unico que si le daba pena es que seguramente sus amigos ya no le hablarian.
Y asi fue, sus amigos ya ni siquiera lo saludaban, toda la escuela murmuraba que él era un marica y que ya habia intentado ligarse a uno de los chicos. Las historias se renovaban todas las semanas, pero él pasaba del tema todo lo que podña aunque a veces, solo a veces creia que se volvia demasiado.
Una vez uno de los chicos en clase de biologia levanto la mano para preguntar si no era peligroso tener un gay en la clase ya que su padre decia que eran los que transmitian enfermedades. Lucas creyó que no seria capaz de aguantar las ganas de gritar que sintió en aquel instante.
Por suerte no todos eran asi, una vez en los servicios se encontro un chico dos cursos mayor, lo miro de arriba abajo.
–Deberias andarte con cuidado, aqui muchos tienen la cabeza llena de mierda contra los homosexuales.
–Ya lo sé, igual gracias.
–Yo también salí alguna vez con el grupo de Vincenzo.
Lucas lo miro sin entender.
–Bueno conozco al grupo de Vincenzo y de Giovanni. 
Lucas lo miro adivinando por donde se habia colado el chisme.
–¿Sabes quién ha comenzado con el rumor?
–Claro, ¿no lo sabias? El mejor amigo de Vincenzo asiste a este instituto. Y Vincenzo le contó lo de ustedes dos y bueno este no pudo mantener el pico cerrado, todos sabemos que habla demasiado.
–Yo no tengo nada con ese tal Vincenzo.
–¿No?.. bueno eso no es lo que dicen. Escuche que estaban saliendo juntos. Y todos saben que a Vincenzo le gustan más "jovencitos".
–¡¿QUE?!
–Pues si... eso fue lo que dijo tu primo la vez pasada.
Lucas lo miro durante unos instantes, o sea que su primo estaba de nuevo detrás de todo. ¿Pero que le pasaba que le habia hecho? Lo habia encubierto como un imbecil y ahora este se dedicaba a arruinarle la vida. 
En aquel momento se sintio tan furioso que decidio que a la mañana siguiente faltaria a la primera hora y se iria hasta la casa de su primo para hablar con él como sabía que igual siempre se quedaba dormido.
A las 8 de la mañana ya estaba allí esperandolo, una medía hora más tarde bajo su primo.
–¡Giovanni!– lo llamo Lucas.
Este se giro lo miro evidentemente sorprendido.
–¿Qué haces aquí? ¿Y el instituto?
–Si, ya ves que estoy aquí. Si quieres puedes llamar a mis padres para decirselo.
–Quizás lo haga, después de lo que tú me has hecho a mi. Te lo tendrias merecido.
–¿Y yo qué te he hecho?– Lucas estaba realmente de los nervios, no podía soportar verlo tan enojado cuando él era el que se llevaba todos lo palos.
–Delatarme delante de tus padres
–Y, igual no me creyeron...
Giovanni le sonrio
–Eso ya lo sé... ¿no era obvio?
Lucas alucinaba donde estaba el joven que se habia acostado con él y por el cual hubiese dado lo que no tenia.
–¿Y entonces por qué tuviste que andar mintiendo sobre mi y sobre Vincenzo?! Le pediste a Vincenzo que diga eso ¿no?
–Pues si...
Lucas lo miro con evidente desprecio.
–Y ni siquiera vas a mencionar lo de las drogas no?
Giovanni lo miro haciendose el desentendido.
–Lucas la culpa ha sido tuya, me dijiste que te ibas en coche. Si me hubieses dicho que te ibas en avion, no te lo hubiese dado, era obvio que nunca pasaria el control de un aeropuerto.
Lucas no podía creer lo que estaba escuchando.
Giovanni le sonrió 
–Ya te lo dije una vez a mi no me van los crios, sí, lo admito me lo pase muy bien contigo al principio fue divertido... pero luego...
–¿Y entonces porque seguiste?– Lucas se dio cuenta al instante de que no queria escuchar la respuesta.
–Pues porque necesitaba a alguien para el encargo. Claro que si hubiese sabido que lo ibas a arruinar todo entonces ni siquiera me hubiese molestado. Perdí una fortuna con el chiste.

Lucas lo miraba y tenia que admitirlo, sorprendido. Se dio cuenta de que lo odíaba, y antes de que pudiese medir las consecuencias de lo que hacia, le solto un golpe en plena cara. Se dio media vuelta y se fue.
Aquello fue naturalmente el final de todo tipo de relación con la familia de su tia. Giovanni no tardo en decirle a la madre lo que había pasado.
La madre de Lucas por suerte estaba de viaje y no tenia que soportar sus insultos y sus alabanzas para con Giovanni pero su padre volvio a sentarlo en el salon.
–¿Qué ha pasado esta vez? Sé que has faltado a clases a la primera hora y luego el incidente con tu primo
–Si, es verdad, fui a encontrarme con mi primo. Queria preguntarle porque habia dicho lo que habia dicho.– respiro profundamente– Papa sé que no me crees, pero igual te lo digo, me enfade con él porque me engaño y por otras cosas, y le pegue. Cuando me di cuenta de lo que había hecho era demasiado tarde.
Su padre lo miro durante unos segundos a los ojos, Lucas creyo ver una pizca de confianza, como si su padre le estuviese creyendo pero no se esperanzo demasiado.
–Mira Lucas, haremos lo siguiente, como asistes siempre a la terapia y hasta el momento te has comportado, esto quedará entre nosotros, tu madre vuelve dentro de poco. Para cuando ella este de regreso espero que todo se haya calmado ya. Por lo que tengo entendido tu tia ha cortado las relaciones con nosotros y tu tienes prohibido acercarte a su casa, si lo haces y te ve, llamará a la policia. Así que olvidate de todo esto. ¿Vale hijo?

Lucas asintio con la cabeza se sentia agobiado. Por suerte despues de unos meses de ausencia su hermana, volvio a Torino para quedarse un fin de semana. Aquel viernes cuando abrio la puerta era de noche, su hermano estaba mirando la tele, apenas la vio, se levantó fue hacia ella y  la abrazo fuertemente. Manon lo miró un tanto sorprendida, por lo visto no había nadie en la casa, le acaricio la cabeza y se dio cuenta asombrada de que su hermano estaba llorando.
Era obvio que  no quería hablar así que se lo llevo hasta el sofa y lo acurruco en sus brazos y le besaba la frente cuando veía que nuevas lagrimas escapaban de sus ojos.
Lucas nunca dijo algo respecto al llanto y cuando Manon le pregunto si habia novedades, él le solo le respondio que con un "No". La verdad es que Lucas tenia pavor de contarle las cosas a su hermana y descubrir que tampoco ella le creeria, sabia que un golpe asi no podria soportarlo.
Por sus padres, se entero Manon de que Lucas había estado haciendo una terapia, y cuando pregunto el motivo, se limitaron a decir que no importaba el porque. También descubrio que Giovanni tenia prohibido acercarse a la casa pero tampoco nadie le explico el porque, solo se encontró con un silencio a su alrededor que la agobiaba. Veia a su hermano, y lo notaba terriblemente cambiado. Sabia que si se quedaba más tiempo podria enterarse de lo que habia sucedido pero debia regresar para finalizar el curso. Lucas no se despidio por primera vez de ella.
"Sea lo que sea, ha destruido a Lucas" pensó la joven, preocupada.

Por fin el año escolar llego a su fin, en la fiesta de fin de curso la mayoria le habia hecho un vacio a Lucas asi que este habia decidido irse temprano y refugiarse de nuevo en la pintura.
Su madre habia regresado justo para el verano. Aunque las cosas estaban ya calmadas se habia enterado del incidente con Giovanni pero como ya no se hablaba del tema, decidio no hacer mención.
Lucas aprovecho una noche para hablar con ella.
–Mamá
–¿Qué?
–Quiero cambiarme de instituto.– si seguia allí se moriria, era un cobarde estar huyendo de esa manera pero no tenia otra salida.
–¿Y eso por qué?
–Ya no quiero ir a ese instituto.
–Bueno pero debe haber una razón, estabas muy contento antes.
–Antes era antes mamá. Me quiero cambiar, por favor, si quieres a cambio me puedo quedar todo el año encerrado en casa, no me importa.– Lucas sentia un nudo en la garganta.
–Ya veremos... ya veremos...
Lucas se dio medía vuelta y con la vista nublada se escondio en su habitación. Encontraria la manera de que lo cambiases, haria lo que fuese para no volver a ese instituto. Se recostó en la cama, con las lagrimas recorriéndole las mejillas... se sentía tan mal y tan solo.

Lo mejor de todo era que finalmente había encontrado la forma de que lo cambiasen de instituto y también había creído al mudarse de ciudad e incluso de país que no volvería a cruzarse con Giovanni pero, allí estaba durmiendo en la habitación continua. Aquella noche volvio a soñar con la escena del aeropuerto, y con el pabellon del reformatorio y con su ex, pero todo aquello era parte del olvido y ahora debia concentrarse en el presente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).