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Historias Paralelas I por Serenity

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NUMA


Numa habia dormido muy mal el domingo por la noche y cuando el lunes se cruzó con Lucas en los pasillos ni siquiera lo vio, se habia olvidado por completo del beso y solo podía pensar en el tema de Agustín. Era como una obsesión, la palabra muerte le ocupaba la mente y no podía hacer otra cosa más que recordar el accidente y la muerte de sus padres.
¿Cómo podía soportar perder a su mejor amigo? Si por lo menos supiese como estaba.
Lucas lo agarró del brazo.
–¡Hey hola!
–Hola, no te vi.– Lucas lo miro extrañado, se lo veia raro, estaba como ausente.
–¿Estás bien Numa? 
Numa lo miro y en aquel instante recordó el beso, y se sintio peor al recordar que este no habia seguido.
–Si estoy bien solo que... nada, hablemos otro día.
Se perdio en uno de los pasillos que conducian al ala opuesta, donde él tenia las clases.
Lucas se quedo allí parado pensando. "Parece que ninguno de los dos ha tenido una buena noche"

 

Era martes y Numa se paseaba por la casa intentado pensar tan solo en su entrenamiento, habia faltado la última vez y sabia que esa clase sufriria las consecuencias, aunque solo fuese una clase menos, se hacia notar.
Habia estado tan ocupado con los preparativos de su cumpleaños y con todo el resto que se habia olvidado por completo de la clase y su entrenador no era justamente de los que se dejaban engañar, se llevaria nuevamente una reprimenda.
Hizo el bolso y se dispuso a salir cuando su abuela entro, llevaba una bolsa con la compra en una mano y en la otra el monedero y las llaves.
En aquel momento sono el telefono, pero viendo a su abuela dirigirse a la cocina, contesto él.
La voz de una mujer le llego desde el otro lado.
–¿Numa?– pregunto suavemente.
–Si soy yo ¿Quien habla?
–Soy Ana, la madre de Agustín.
Numa se quedo de piedra, seguramente lo llamaban por lo de la internacion de su amigo, quizás tenian alguna novedad. ¿Cuándo habia hablado Agus con sus padres? ¿Cómo lo habrian tomado? Estaba por preguntar cuando un extraño sonido le llegó del otro lado, un sonido que lo lleno de miedo. No quería saber lo que era. Su mano apretó con fuerza el teléfono.
–Agustín está muerto.– añadió la mujer con voz temblorosa.
Un sollozo, eso era lo que había escuchado antes. La voz de la mujer temblaba y su su garganta hacia un ruido molesto. Numa oyo las palabras desde lejos sintiendo como su propio corazón latia pausadamente e iba poco a poco aumentado el ritmo. ¿Habia escuchado mal? Si, debía ser eso. Aquello no tenia sentido. En ese momento las palabras parecían ahogadas por un extraño martillas en su cabeza.
–¿Cómo?– ¿Cómo se atrevía a decirle algo asi de su mejor amigo? Tenia un nudo en la garganta. Aquello no podía ser cierto.
–Se quitó la vida. Está muerto, Numa– escucho un sollozo ahogado– El entierro, en cuanto sepamos algo, te avisaremos"
La madre colgó el teléfono. Numa se quedo allí escuchando un silencio que parecia lastimarle los oidos. Su abuela volvia de la cocina.
Numa apenas sintio la lágrima que se deslizaba por su mejilla, y solo se dio cuenta de ello cuando su abuela la seco con su mano.
–Numa, ¿quien era?- pregunto despacio, su nieto tenia la mirada perdida cuando se giro hacia ella.
–Ana, la ma...madre de Agus...–miraba sin enfocar la mirada, con un torrente de pensamientos llenandole la cabeza. No podía escuchar su propia voz.
–¿Qué ha pasado?–intuia que se trataba de algo muy grave y comenzaba a preocuparla.
–Se... suicido... abu... Agus.... se mato. El...no...–se dio medía vuelta y se dirigio a su habitación como si estuviese en una realidad paralela. No supo como llego a la cama y se habia olvidado de cerrar la puerta. No habia expresión en su rostro, simplemente lagrimas que nacian continuamente de sus ojos.
Su abuela entro, se sento en la cama y comenzo a acariciarle el cabello. Le daba temor preguntar, cuando sus padres habian muerto Numa habia entrado en un estado de histeria tan fuerte que tuvieron que sedarlo para que se calmase. ¿Seria correcto preguntar?
–¿Por qué?... 
Susurro Numa por lo bajo. Allí se quedo,mirando el techo, su cuerpo temblaba. Eleonora le dio una píldora que él se llevo a la boca y un poco de agua para tragarla. No sabia si hacia lo correcto sedandolo de esa forma pero quizás al día siguiente y una vez superada la primera impresion pudiese poner sus ideas en claro, pensar friamente y no caer en la histeria nuevamente.
Cuando Numa cerro los ojos la abuela busco el numero de teléfono de los padres de Agustín en la agenda de Numa, para llamar y averiguar lo que habia pasado. Conocia a Agustín desde algunos años y siempre lo habia visto tan despreocupado por todo, con una actitud tan positiva que se le hacia extraño imaginar una razón por la cual el joven se hubiese quitado la vida. Sabia que debido a la relación con sus padres se habia independizado el año pasado pero nunca hablaba de ellos y habia dado a entender que estos ya no formaban parte de su vida. 

Una voz masculina atendio el teléfono, era el padre del joven, le explico que su mujer no podía ponerse al teléfono, se hallaba sumida en un estado de depresión. Eleonora noto cierta rabia al escuchar el nombre del joven de labios de su padre y comenzó a preguntarse que tan mala habia sido la relación del chico con sus padres. El hombre dio a entender que no comprendía la razón del suicidio, si había tenido algunos problemas de salud, nada grave. Seguramente las decisiones que había tomado en su vida lo habían llevado a ese estado. No podía decir mucho más, en los últimos meses apenas habían tenido contacto. El joven se habia suicidado en su piso, y lo habia encontrado la policia al día siguiente.
Al joven lo había encontrado la policía en su apartamento. Aquello era todo lo que podían decirle. La abuela les dio las gracias y anoto de paso el lugar donde se llevaria a cabo el entierro. Le avisarían en cuanto supiesen cuando iba a ser el funeral. 

Cuando colgo, sintio encogersele el pecho, sentia un gran cariño por el joven pero le preocupaba la forma de reaccionar de Numa, ya habia tenido problemas para asumir la muerte de sus padres y sabia perfectamente que podía repetirse la historia, ya que su nieto adoraba a su amigo. ¿Cuánta pena podría soportar un chico a esa edad? Se sentó en el sillón a llorar en silencio.
Al día siguiente y tras 12 horas de sueño, Numa se desperto, con la cabeza dandole vueltas, apenas abrio los ojos sintio un nudo en la garganta y un escozor en los ojos, se incorporo, y se obligo a levantarse y dirigirse al baño. Se lavo la cara y se quedo allí un rato mirandose al espejo, apreto los puños con fuerza hasta hacerse daño, pero resistio y no lloro.
Se dirigio a la cocina, tenia un aspecto horrible, y las manos le temblaban de a ratos. Se sento en la mesa, saludo por lo bajo a su abuela que lo miraba preocupada.
Se bebio un cafe con leche y se comio unas galletas que tras salir de camino al instituto dejo como recuerdo en la esquina de su casa. Sabia que se veia fatal, pero lo superaria como todo se superaba en la vida, se trago las lagrimas y se obligo a no pensar en ello.
Al llegar al edificio vacilo durante unos instantes antes de entrar en el recinto e incorporarse a la vida escolar al confundirse con el resto de los alumnos en el gran pasillo.
Descubrir la figura de Lucas apoyado contra la pared cerca de los servicios, le sonrio al verlo parecia haber estado esperando por él. Lo lamentaba mucho pero lo que menos le apetecia era hablar, estaba de muy mal humor. Paso por su lado dirigiendole apenas una sonrisa y antes de este le saludase se escurrio rapidamente entre su grupo de compañeros.
Una vez en el recreo el moreno se acerco al ala de su curso buscandolo evidentemente confundido.
–Te ves fatal. ¿Estás enfermo?– Lucas dejo el saludo para luego.
–¿Eh?– respondio Numa ante la mirada inquisidora del moreno.
–Ni siquiera escuchas. Que si estás bien...
–Si... solo que no he dormido mucho, eso es todo.
–Yo... queria hablar contigo.
–¿De qué? Lucas...no estoy de humor.
Se dio medía vuelta y desaparecio por el pasillo dejando a Lucas preocupado y enfadado pero sobre todas las cosas con la palabra en la boca.
Pero no contento con la actitud del joven de ojos verdes volvio al ala opuesta en el segundo recreo para seguir interrogandolo. Lo busco por todas partes pero no lo encontró, decidio preguntarle a uno de sus compañeros y este le comento que estaba en los servicios.
Lo fue a buscar y lo encontro a las arcadas y con las lagrimas saltandole de los ojos. Lo tomo por el brazo para sacarlo de allí, era notable que no tenia nada en el estomago y solo tosia. Lo acerco al lavado, abrio el grifo del agua fria y le mojo la cara rapidamente. El joven parecio recuperarse un poco.
–Numa, tienes que volver a tu casa, estás hecho mierda
Numa se zafo con fuerza del brazo.
–¿Y a ti que te importa? Vete de una puñetera vez. ¡Dejame en paz!
Lucas lo miro a los ojos, habia algo increiblemente triste en su rostro y no era solo su mirada.
–Numa ¿qué te pasa?–pero este desvio la mirada–Numa sé que te pasa algo...
Numa volvio su mirada hacia él evidentemente ofendido pero inmedíatamente parecio arrepentirse y aquella tristeza domino sus facciones de nuevo, cerro los ojos se apoyo contra la pared y deslizandose suavemente por ella se dejo caer en el piso.
Lo miro casi con suplicio.
–Lucas, dejame. Por favor, vete, no te quiero ver... por favor...
Lucas lo miro confundido, no sabia que hacer, ahora estaba convencido de que no estaba enfermo ni nada sino que algo grave le habia sucedido, ¿qué debia hacer? ¿Quedarse e insistir? Le dolia el corazón verlo asi, tan desgastado, pero quizás fuese lo mejor irse tampoco queria que pensase que él era incapaz de respetar sus tiempos. Cerro los ojos con resignación antes de darse vuelta y dejar los servicios de mala gana.

Al termino de las clases Numa escapo practicamente de aquel lugar en dirección a su casa, Lucas no lo vio salir y tampoco lo pudo encontrar al día siguiente en los recreos. Estaba preocupado despues de la escena del día anterior Numa no habia vuelto a clases.


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