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Historias Paralelas I por Serenity

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EL DUELO


El entierro realizó aproximadamente a la semana, la familia de Agustín había elegido un cementerio popular y modesto. Numa hubiese preferido asistir solo pero su abuela lo habia acompañado y él se habia visto incapaz de decirle algo ya que Eleonora siempre se habia preocupado mucho por su amigo. Numa miro hacia el cielo, el cielo estaba cubierto pero entre las masas de nubes lograban filtrarse algunos rayos de sol, tal y como le gustaba a su amigo, y por un instante dejo escapar una sonrisa de sus labios.


La ceremonia fue sencilla algunas palabras, flores y el entierro. Distinguio a los padres y a los que creian eran el resto de los familiares. De sus amigos solo estaba él y unos pocos más que nunca había visto, pero del circulo de su amigo no habia ninguno, seguro que ni siquiera se habian enterado, cuando llegase a su casa llamaria a algunos para darles la noticia. ¿Qué pensarian al enterarse? El habia sido su mejor amigo y ni siquiera podía entender una decisión semejante. Sacudio la cabeza, el pecho volvia a congestionarsele. Su abuela lo observo desde una distancia prudente, no queria estarle encima en aquellos momentos, Numa era un tanto especial una vez a solas se dedicaria a hablar con él, aunque intuía que no seria posible hasta dentro de unos días. En cuanto llegase a la casa se encerraria seguramente en su cuarto, y se quedaria allí hasta el día siguiente.
Cuando la ceremonia terminó, los padres se acercaron para saludarlo, para la sorpresa de ambos la madre le tendio un sobre blanco.
–Adentro hay una carta para ti, la encontro la policia su escritorio. Seguramente te llamaran para pedirte una declaración como a todos.– se tapo la boca para dejar escapar un sollozo que parecía llevar luchando un buen rato por salir.
–Gracias.
Numa se quedo allí unos minutos clavandoles sus ojos brillantes y antes de que pudiese contenerse, dijó:
–Agustín no solo era un excelente amigo sino tambien una excelente persona... y si ustedes le hubiesen dado la oportunidad, hubiese sido un excelente hijo. Estoy seguro de eso.
Se dio medía vuelta y desaparecio de allí, su abuela lo siguio como pudo.
–Numa... Numa ...–cuando por fin lo alcanzo– no creo que haya sido el momento más oportuno para decir algo así, acaban de perder un hijo, cariño.
Numa se paro en seco para mirarla seriamente.
–Abuela, hace mucho que lo perdieron, ellos lo echaron de su casa...¿quieres saber porque? Porque era diferente al resto, porque era homosexual. Tú te preocupabas más por él que sus propios padres.
Su abuela lo miro como esperando que continuase pero este desvio la mirada, se dio media vuelta y continuo caminando.
Numa no quería seguir, pese a que su abuela parecía dispuesta a escuchar lo que fuese, no era el momento, sentía que le hervia la sangre por dentro al pensar en los padres de su amigo aunque la tristeza era demasiado fuerte, y volvía una y otra vez a hundirlo en su propio silencio.

 

PROCESAR EL DUELO

 

Lucas se quedo un tanto pensativo parado frente a la entrada del instituto. Numa no había vuelto desde aquel día. Que Numa no hubiese venido le preocupaba, algo malo le deberia haber pasado, quizás algo relacionado con la familia, algo con sus padres o quizás estaba enfermo, aunque lo dudaba, se veia triste y deprimido el día anterior.
Se fue primero a su casa a almorzar, si Numa estaba enfermo seguro que lo encontraria en su casa por la tarde y si no lo estaba casi seguro que tambien. Lo que más fastidio le daba era que el joven habia pasado de hablar con el, estaba bien que habian estado una temporada como perro y gato pero pensaba que al menos el joven se habia dado cuenta de que podía confiar en el. Tras darle vueltas al asunto decidio, que le daba lo mismo, quisiera o no quisiera, le haria una visita por la tardecita, se apareceria por su casa, queria que supiese que el estaba pendiente de lo que le pasaba. Por otro lado, la sola idea de encontrarse con el en su propia casa lo emocionaba.
Ya habia terminado de comer cuando Giovanni aparecio en aquel momento por su casa, seguramente para almorzar. Se sento directamente a la mesa.
–Mi hermana no esta asi que si quieres comer sirvete tú mismo, al final de cuentas esto no es Italia, y tú ya no eres un invitado. 
Su primo se giro le sonrio y se levanto, y se dirigio a la cocina para buscarse algo de comer. Volvio con el plato pero su primo ya no estaba allí. 
Lucas dedico la tarde a terminar algunos dibujos, hacer la tarea que le quedaba por hacer y pensar, una y otra vez en Numa, la ultima hora se le hizo increiblemente larga, un poco antes de las 7 de la tarde se iria para alla
Se habia duchado y eligio unos jeans y un jersey oscuro, miro el pequeño mueble del baño donde estaba la colonia y decidi que al final solo se iria con el desodorante. Salio con rumbo fijo a la casa de Numa, y con el paso rapido que llevaba llego allí en menos tiempo del que tenia calculado...
Toco el timbre y una mujer atendio. Al abrirle la puerta, se sorprendio, no sabia que Numa vivia con la abuela, porque aunque no se veia tan vieja era demasiado mayor para ser su madre.
–Hola, ¿se encuentra Numa?
La abuela le sonrio, tenia un aspecto de dulzura, pero a la vez emanaba una fuerza indescriptible.
–No, lo siento. Numa se fue para el gimnasio. Tenia entrenamiento.
Lucas se sintio decepcionado. Como podía haber ido al entrenamiento en el estado en el cual se encontraba el día anterior. Ciertamente estaba mucho mejor.
–Hoy no fue a clases y hace unos días...no se veía muy bien, pense que estaba enfermo y...
–Te quedaste preocupado, ¿verdad? No está enfermo aunque tampoco está bien. Ya sabes con la muerte de su amigo...
Lucas la miro extrañada.
–Ah ¿no te lo ha dicho...? Hace una semana falleció su mejor amigo, Agustín.
Lucas se enfado con Numa por no haberselo dicho pero al mismo tiempo lo comprendio.
–No, la verdad es que no sabia nada. Ahora entiendo mejor.
–Y hoy estaba empeñado en irse al entrenamiento. Quizás le sirva para distraerse un poco.– sonrio como para si misma antes de continuar– en dos horas calculo que estará por aquí de vuelta. ¿Quieres pasar y esperarlo?
–No, gracias, no se preocupe. Mejor me paso en un rato. Ah... Espere....– saco su móvil.–¿Me podria dar el numero de su movil? 
–Claro... pero espera que tengo que buscarlo –desaparecio dentro de la casa y volvio con una agendita para darle el numero a Lucas que este copio rapidamente.
La abuela lo miro durante unos instantes.
–Todavía no sé quien eres.
–Soy Lucas del instituto.– agrego este un tanto avergonzado.
–Vale Lucas, llamalo si quieres antes de venir, no sé si lleva el movil consigo pero igual los días de entrenamiento siempre vuelve directo para casa, de eso puedes estar seguro.
–Vale, hasta luego– susurro el joven.
–Hasta luego
Bajo las escaleras en silencio, Agustín, si no se equivocaba era el tal Zeus, o quizás se estaba confundiendo de persona pero si era Zeus entonces seguramente estaria muy mal. No sabia que tan amigos eran pero supuestamente bailaban juntos desde hacia muchisimo tiempo.
Una vez en la calle miro hacia ambos lados y decidio en aquel momento que lo esperaria en las escaleras del edificio.
Antes fue al kiosco de revistas y se compró algo para leer. Estaba demasiado nervioso como para jugar jueguitos en su móvil, no le ayudaría. Eligió dos comics, los cales aprovechó al máximo leyendose hasta la dirección de la imprenta, pero todavía no habian pasado las dos horas, miro resignado el reloj, una espera que generaba tanta expectativa se podía hacer eterna. Espero unos minutos y volvio al mismo sitio a por dos latas de gaseosas. Se entretuvo mirando a la gente e intentando pensar lo que le diria cuando lo viese. Se habia muerto un amigo suyo no podía soltarle cualquier tonteria.
Miro el reloj ya habían pasado 30 minutos de las nueve de la noche cuando se suponia que debia volver, quizás se retrasaba un poco, quizás después del entrenamiento se habia ido a tomar una cerveza con los amigos para despejarse un poco, pero Lucas no queria moverse de allí porque sabia que entonces podrian desencontrarse. El gimnasio no quedaba muy lejos pero no sabía que camino hacia el siempre para volver. Miro el reloj con impaciencia. Solo habian pasado 5 minutos desde la última vez que habia mirado.
Eran las diez y media de la noche y comenzaba a preocuparse, no sabía si subir a su casa y preguntarle a su abuela si Numa habia llamado. "Bueno" pensó "mañana tiene instituto asi que seguro que no vuelve tarde, esperaré un poco más". Pese a todo lo que se decía y repetía para tranquilizarse, estaba de los nervios. 

Miro hacia la esquina y se levanto para dirigirse de nuevo hacia el kiosco. Sus ojos descubrieron la cajita con la figura del camello y se pregunto si después de un año de no fumar, no era aquel un buen momento para empezar. Necesitaba algo con lo cual el tiempo se le pasase rapidamente. Se compro un paquete, un mechero, otra gaseosa y se sentó en las escaleras a fumar y a beber. Casi un cigarrillo detras de otro, mirando a ambos lados de la calle. Volvio a hojear el comic y a seguir fumando.
Ya eran las doce de la noche, ¿qué mierda habia pasado? La abuela había dicho que el siempre volvía directo para la casa, por lo tanto descartaba la idea de que se hubiese ido a casa de algún amigo, algo en aquella espera no le gustaba nada. Ya era demasiado tarde para tocarle el timbre a la abuela, seguro que ya estaba descansando. Y ya había probado llamarlo al movil pero lo tenía apagado.
Espero solo medía hora más, ya eran las doce y medía y no le quedaban cigarrillos, aunque no todos se los habia fumado enteros, igual se sentia un tanto mareado.
Decidio irse directamente para el gimnasio pero antes probare suerte y volvio a llamarlo al movil, escucho el mensaje de nuevo, lo tenia apagado. Seguramente se lo habia dejado en su casa. Se fue caminando ya que solo quedaba a 10 minutos a pie. La zona era muy oscura, las calles solitarias alejadas de la avenida principal y de la zona de bares, especialmente a aquella hora, no habia ni un alma en la calle. Era una de las zonas que menos le gustaba de noche ya que daba lugar a que pasase cualquier cosa. En la calle del gimnasio habia solo una luz, y donde los arboles se juntaban las sombras se volvían tan profundas como una noche cerrada. Cerca ya de la puerta del gimnasio descubrio una figura sentada, con las rodillas recogidas, y la cabeza oculta entre ellas. El corazón le latía desbocado, aquella figura correspondía con la de Numa, y lo primero que pensó era que estaba llorando.
Se acercó corriendo, contuvo la respiración al verlo. "Lucas calmate" se dijo a si mismo.
Estaba apoyado contra la pared con las rodillas recogidas, el rostro oculto contra las mismas y en la mano izquierda una camiseta deportiva con la cual se tapaba todo el costado izquierdo de la cabeza. Era obvio que habia estado en una pelea, tenia manchas de sangre por todo el cuerpo y la camiseta oscura desgarrada. El joven no emitia ningñn sonido, solo el de la respiración pausada que alivio el nerviosismo creciente de Lucas.
–Numa– susurro acercandose para distinguir que tenia el labio partido– Numa 
El joven desprendía un fuerte olor a cerveza.
–Numa– lo tomo del brazo suavemente, el chico abrió los ojos, levantó levemente la cabeza tenía la mirada perdida – Numa...¿puedes hablar?
–¿Eh?... uhm... cof – sus ojos parecieron enfocarlo durante unos minutos volvio a esconder la cabeza entre las piernas.
Siguió llamandolo por su nombre pero el joven parecia no responder. Busco con la mirada en medio de la oscuridad alguna herida grave, comenzo a hurgar en la ropa que a pesar de estar manchada de sangre no parecia ser suya, solo tenia un corte en la pierna, y cardenales, el labio partido y eso parecía ser todo. Se dio cuenta de que la muñeca del brazo derecho la llevaba de un morado fuerte y estaba terriblemente hinchada. Le levanto el rostro y Numa volvio a abrir los ojos, Lucas intento no mirarlo, le quito la camiseta que llevaba en la mano, y tuvo que reprimir un grito. Tenia un corte que le nacia en la frente y se adentraba unos 10 cm en el cuero cabelludo. La sangre allí era entre seca y humeda, un fino hilo se deslizo de la herida por la frente mientras el joven observaba. Volvio a colocar la camiseta en su sitio.
Saco el movil con manos temblorosas, y como pudo marco el teléfono de emergencias.
Una voz femenina atendio. Lucas no la dejo ni siquiera hablar.
–Necesito una ambulancia urgentemente, mi amigo tiene un corte en la cabeza...un corte grave– tenia que exagerar.
–Calmese cuenteme lo que ha sucedido.
–Una pelea...– se mordio la lengua al instante deberia haber dicho que habia tenido un accidente– lo atacaron...
–¿Cual es su estado? ¿Respira con normalidad? ¿Puede hablar?
–Si, si pero tiene varias heridas en todo el cuerpo y un corte profundo en la cabeza.
–Dígame donde se encuentra
Lucas le dio el nombre de las calles.
–En cuanto se dispongamos de una unidad se la enviaremos para allí.
–¿Y cuanto tardarán?
–No lo sabemos. Tenga en cuenta que tenemos cientos de casos como el suyo. Y no disponemos de unidades como para cubrir todas las zonas y todos los casos que se presentan. Tendrá que esperar un poco.
Lucas colgó de mal humor, se sentó junto a Numa y comenzó a llamarlo por su nombre. Era ya la una de la mañana. El joven seguia en la misma posicion. Lucas queria abrazarlo pero no sabía si sería peligroso moverlo. Le dio un beso en la frente y espero por la ambulancia. 
Habian pasado 30 minutos y la ambulancia no venía. Ni siquiera sabía cuanto tiempo tardarian. Abrió la billetera para buscar una tarjeta con varios números de teléfono, y vio la tarjeta de la clinica privada. Sonrio triunfante, llamo rapidamente a su casa, como era de esperar fue su hermana la encargada de atender.
–¿Si?– estaba un poco dormida.
–Soy yo Manon, no tengo tiempo, escuchame, es muy importante. A Numa le dieron una paliza estamos ahora en la calle, es largo de explicar. Llamé al servicio de urgencias y llevo media hora esperando la ambulancia, voy usar la tarjeta de la clinica y darle mis datos como si fuesen los de él. ¿Entendiste? Estoy muy nervioso.
–Si, me parece bien, me cambio y ya salgo para la clinica.
Colgó, antes de que Lucas pudiese decirle que no hacia falta que viniese ella tambiñn.
Lucas llamo al servicio de emergencias de la clinica y en unos 10 minutos estuvieron allí. No habia peligro, Numa ni siquiera hablaba, y ya cuando estuviesen en la clínica y se encontrase en condiciones de poder hacerlo le diría lo que tenía que decir...
Cuando llego a la clinica su hermana ya estaba allí en la entrada de urgencias, con cara de preocupada, con un chandal, una camiseta de cuello largo y un sueter.
–¿Qué pasó?–le pregunto ni bien lo vio.
–¿Y tú que? ¿Has venido en avion?
–En taxi...
–Por lo visto, Numa se ha metido en una pelea y le han abierto la cabeza. 
Su hermana lo miro sin entender, hasta que Lucas le relato lo que habia pasado.
Su rostro se ensombrecio.
–Es terrible. Agustín era un gran amigo de Numa, tiene que estar hecho polvo. Era un chico increíble. ¿Y sabes de que se murió? El fue el que organizó la fiesta sorpresa para Numa.
– Uff ahora que me acuerdo la abuela debe estar muy preocupada,
–Llamala.
–No tengo el número, solo el del movil. 
–Después de que haya hablado con el médico, me das la dirección y voy a verla. Tú mejor quedate aqui.
Lucas se quedo afuera para que cuando los médicos hablasen con su hermana no lo viesen allí, seria un tanto sospechoso, el parecido era muy grande aunque su hermana le dijo que no pasaba nada. 
Tras unos minutos su hermana fue a buscarlo afuera.
Lucas la miro ansiosamente.
–No es nada grave, más alla de los golpes, no tiene ningún tipo de fractura, lo de la muñeca derecha es que le han jodido un tendon, parece que le han doblado el brazo y la muñeca aunque en el brazo no le ha pasado nada solo ha sido la muñeca. El corte de la cabeza es grande pero no grave. En 48 hrs podría volver a casa, incluso 24 hrs pero no lo recomiendan porque no saben si ha sufrido una contusión. Bueno dime la direccion que ya me voy para la casa de la abuela, esa mujer tiene que estar desesperada.
Lucas la miro agradecida mientras le daba lo que le pedía, y volvia hacia el pabellon de urgencias para hacerle compañia a Numa.


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