LUCAS
Lucas entro en la habitación con el corazón palpitandole rapidamente. Allí recostado y profundamente dormido se hallaba Numa, una venda larga y un tanto ancha le cubria parte del costado izquierdo de la cabeza, justo donde horas antes habia descubierto el corte.
Lucas busco con la mirada una silla que descubrio en un rincon, la acerco hasta la cama y allí se sento. Miles de pensamientos le surgian en aquel momento.
Habia tenido suerte, dijo el medico tras revisarlo y era verdad. Un tendon lesionado, una herida en la pierna, un corte en la cabeza y cardenales por todo el cuerpo...podría haber sido peor.
Recorrio con la mirada el suave perfil del joven deteniwndose en el labio superior partido, y tuvo que reprimir las ganas de tocarlo y de besarlo. Siguia observándolo. Nunca habia tenido la oportunidad de observarlo tan detenidamente y no queria perderse ningun detalle, su piel con ese suave bronceado, un color delicado que en aquellos momentos le daba una apariencia dulce y tierna.
Se acerco, y apoyo sus brazos sobre la cama. Lo escuchaba respirar, pausadamente y le daba la sensación de que estaba tranquilo. Eso era lo que importaba.
No se dio cuenta de como pasaron los minutos, solo cuando alguien llamo a la puerta sobresaltandolo.
Su hermana entró, lo miró y le hizo una señal para que saliese de allí, susurrandole por lo bajo que estaba la abuela. Lucas se levantó al instante y coloco la silla a una considerable distancia.
¿Se había sonrojado acaso?.
A los dos minutos entró la abuela, lo miró durante unos instantes y dejo caer la cabeza resignada. Finalmente se acercó hasta el chico le besó la frente y salió de la habitación para sentarse en el pasillo.
Se la veia notablemente preocupada.
–No se preocupe no es nada grave, ya sabe como son los varones, siempre metiendose en peleas.
La abuela alzo la vista para encontrarse con la mirada de la persona que le hablaba, Manon mientras le sonreia.
–Gracias, no sé como agradecerles lo que han hecho por él.– hizo una pausa– Espero que esto no sea solo el comienzo.
Manon se habia sentado a su lado y la miraba intrigada.
–Si es que me cuesta creer que sea el mismo, nunca ha sido agresivo en casa, siempre se comporta correctamente, es bastante maduro para su edad, entiende cuando uno le dice las cosas pero esto, esta pelea no la entiendo.
–Bueno, quizás bebio más de que debía y no se dio cuenta, ya sabe como son los chicos, quizás se pelearon por alguna chica...
La abuela la miro con dulzura.
– Gracias, pero Numa no es asi, ahora ya no. Su problema reside en la muerte de Agustín, ya me lo temia.
–.........
–Numa no es un chico que sepa asimilar el dolor. Es muy orgulloso y quiere demostrar siempre que nada le afecta.
Lucas se habia quedado dentro mientras Manon lamentaba que no estuviese allí para escuchar aquello. Quizás su hermano le pudiese ser de ayuda.
–Bueno pero ahora no se preocupe, ya cuando vuelva a la casa puede hablar con él, creo que lo que necesita es tiempo– le sonrio– Mire, aparte esta Lucas, a veces no hay nada mejor que los amigos.
–Si, eso espero– la miro sin atreverse a decirle que hasta el momento no habia escuchado a Numa nombrar al tal Lucas. Era un compañero del instituto pero si tan bien se llevaban ¿porque no lo había nombrado?
–¿Por qué no se va para la casa?
La voz de la joven interrumpio sus pensamientos.
–Eh... prefiero quedarme un poco más.
–Yo no quiero ofenderla pero creo que seria mejor si se fuese a descansar, no puede quedarse aqui toda la noche, igual sabemos que hasta eso del mediodía no saldra. No se preocupe, esta en buenas manos, yo me ocupare de lo que haga falta, en serio se lo digo.
La abuela la miro durante unos instantes, la joven le inspiraba una confianza parecida a la que le habia inspirado Agustín en su momento.
La imagen del chico se le vino a la cabeza y sintio una pena que le inundaba el pecho.
– Me quedare un rato...
–Ok.
–¿Conocias a Agustín?
Manon rio por la bajo, la imagen del joven vestido de gato se le vino a la cabeza.
–Claro... jajaja, claro que lo conocia, es que me rio porque la ultima vez que lo vi fue en la fiesta de cumpleaños de Numa, y si usted hubiese visto con el disfraz que habia ido, era todo un caso ese chico.
–Si que lo era, era un chico tan dulce, responsable y buena gente. Increible que se haya quitado la vida.
Manon intento no parecer lo sorprendida que en realidad lo estaba al escuchar esas palabras.
¿Se habia suicidado?
–¿Pero por qué?..– las palabras se le escaparon antes de que la joven pudiese callarlas.
–Estaba enfermo, asi me lo explico mi nieto, tenia esa enfermedad, un virus que se transmite a través de relaciones sexuales...
A Manon se le helo la sangre... hablaba de...?
–¿HIV?
–Si. Y Agustín había estado enfermo de pequeño, tenia una condición médica especial...y depresión, como escuche en el funeral. No sabíamos que sufría de depresión.
Manon se quedo muda, la cabeza se le lleno de pensamientos, de miedos ilógicas de paranoias pasajeras y por último de dolor y de pena. Tenia tan solo 18 años, pero si era un crio. ¡Que mierda! Ahora más que nunca entendía a Numa, la perdida de un amigo podía ser dificil pero si este se habia suicidado podía entender el dolor.
Manon no se atrevia a preguntar, ¿que debia decir?. Aquello la había dejado sin palabras.
–Si... los duelos siempre son difíciles.– susurro por lo bajo.
–Si que lo son, pero me duele saber que tiene que pasar de nuevo por esto. No creo que esta vez sea fácil.
–Sus padres...
–Fallecieron hace algunos años, él tenía 12.
"Joder" penso para si misma, aquel niño llevaba la maldición consigo. Miro involuntariamente hacia la habitación deseando con todo el corazón que terminasen juntos, a ambos les vendria muy bien.
Lucas salio de la habitación, se acerco para avisar de que iba a por un cafe se ofrecio a traerle algo a Eleonora pero esta dijo que no queria nada. Su hermana lo siguio desde lejos, y se acordo de aquella noche en Torino cuando él la abrazo llorando, impulsivamente se levanto y lo siguio. Cuando doblo en el siguiente pasillo ella lo llamo, Lucas se paro y se giro para preguntar que queria. Su hermana se acerco y lo abrazo fuertemente.
–¿Qué te pasa?– pregunto Lucas confundido.
–Nada– respondio la joven mientras le daba un mordisco cariñoso en la oreja, algo que sabia que él detestaba.
–Auch– se quejo Lucas.– Dime que te pasa.
Manon lo solto y lo miro ofendida.
–¿Me tiene que pasar algo para abrazarte?
Lucas le sonrio, se sentia bien al mirarla, ¿alguna vez le habia dicho lo mucho que la queria?
–Ey... Mani – observo su reacción divertido hacia mucho que no la llamaba así desde que era un niño– ¡¿Tienes una leve idea de lo mucho que te quiero ?!– le revolvió el cabello mirándola con ternura, hubiese guardado aquel momento por siempre sus ojos, su expresión y su respuesta.
–Por supuesto que no lo sé capullo, porque nunca me lo dices.
Se dio media vuelta y desapareció por donde habia venido con una expresión de enfado en sus facciones y una divertida en sus ojos azules.