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Historias Paralelas I por Serenity

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¿Es este el principio?


El frio de la tarde le golpeo el rostro cuando Numa salio a la calle, miro hacia ambos lados, se sentia de alguna forma tranquilo, triste pero tranquilo. Llevaba recien casi una semana desde la muerte de Agustín y aunque intentaba evitar el tema, este volvia una y otra vez a su mente.
La carta que su amigo le habia dejado reposaba en el cajon de su escritorio, solitaria e ignorada.
Antes de salir de la casa no habia podido evitar dirigir una mirada hacia ese lugar, casi con temor. 
Comenzo a caminar, y se dio cuenta de que poco a poco los nervios comenzaban a hacer su aparicion. ¿Qué le diría? Era obvio que debía disculparse, pero aquello justamente no era su fuerte. ¿Bastaria con decirle que lo sentia? En algun lugar de su mente intentaba convencerse que tan grave no habia sido lo que le habia dicho y que despues de todo quizás ni siquiera deberia disculparse. Pero por otro lado sabia que no era asi, él habia dicho algo que justamente no era lo que se esperaba que se dijese.
Después de todo Lucas le habia dicho casi directamente que queria estar con él. ¿Cuantas veces habia fantaseado con esa situación? ¿Cuántas veces se habia imaginado en una situación que sobrepasaba los simples besos e incluso aquellas veces en las cuales se habia imaginado sus manos recorriendo su cuerpo? Un leve rubor tiño sus mejillas mientras caminaba despacio por la calle. No se lo esperaba, no se esperaba aquellas ultimas palabras, "tomalo o déjalo", nunca habia pensado que una situacion como aquella se le presentase, quizás por eso no habia sabido como reaccionar. 
No, no lo queria perder, la imagen de Agustín le lleno la mente durante unos instantes, ¿que diria si supiese todo lo que habia pasado? Seguramente se reiria de él, y le diria que se lo tirase que estaba buenisimo y punto.
¡¿Acaso no había sido gracias a su amigo que había estado a punto de encararlo en un momento?! pero Leon habia aparecido en aquel instante cuando por una vez en su vida habia tomado la decision de tomar la iniciativa en un tema tan importante.
Un ruido lo arranco de sus pensamientos, era el sonido de una ambulancia, se paro unos instantes para seguirla con la vista.
Retomo el camino y antes de darse cuenta ya se encontraba allí, frente a la puerta del edificio. Se quedo pensativo durante unos minutos, estaba cansado y le dolia la cabeza pero bueno seguramente ya se le pasaria, no era el fin del mundo.
Toco el timbre y espero ansioso hasta que alguien le respondio. Era una voz distinta.
–¿Si?
–Hola, ¿está Lucas?
–Depende, ¿quién es?
Numa se quedo mirando el aparato confundido, ¿quién era?
–Un compañero de colegio– no quería dar su nombre, le había parecido una forma un tanto agresiva de atender.
Escucho la voz del joven gritando algo en otro idioma detras y la voz de Lucas desde lejos. Pero no pudo distinguir lo que habia dicho.
Se sento en las escaleras a esperar pensando quien era. Sintio un escalofrio en la espalda cuando el sonido de la puerta sono detras suyo. 
No se giro porque en aquel instante se dio cuenta de lo nervioso que estaba realmente. 
–¿Qué haces aqui? – fue el saludo de Lucas, estaba vestido con unos jeans y una camiseta oscura. Se habia parado a un costado apoyado contra la pared.
–Quería saber si tenias ganas de dar de una vuelta...
Siguio mirando el suelo, mientras observaba sus propias deportivas azules.
–¿Por qué no vuelves a casa? No puedes andar dando vueltas.
–Si, quizás tengas razón.
Se levanto, para dejarse caer de costado contra la pared. Todavía sin mirarlo, solo de vez en cuando de reojo.
Lucas seguia allí, observandolo en silencio.
–Ok.
–Ok –repitio Lucas.
–¿Quién era él que respondió? Un poco antipatico.
–Mi primo
–Ah mira –Numa volteo hacia el costado– Bueno entonces me voy ya.
Lucas se acerco despacio. Numa sintio una leve molestia en el estomago, se sentia un crio. Tan difícil no podía ser pedir disculpas. Se dio medía vuelta y lo enfrento y se llevo una sorpresa al comprobar que no estaba enfadado. Su expresión era normal, casi relajada.
–Lucas, siento lo que dije en el hospital...
–Hola, ¿qué hacen ?– una voz sono a sus espaldas, ambos se giraron y Numa se sorprendio al reconocer al joven, era el moreno que se habia estado besando con el en la discoteca. Numa no sabia donde meterse por alguna razón sentia verguenza como si lo hubiesen pillado en una situacion comprometedora.
Lucas hizo las presentaciones correspondientes, Numa apenas respondio al escuchar que aquel era su primo. ¿Estaban saliendo o que? Para alivio de ambos Giovanni siguio camino, Manon lo habia mandado a hacer las compras.
–Bueno pues mejor vuelvo a casa.
–Numa
–¿Qué?– Numa habia escuchado perfectamente el tono de voz que habia utilizado el joven.
–No estoy liado con mi primo ¿ok?
–No dije nada, tampoco me importa –¿se habia dado cuenta de que estaba mintiendo?. Lo miro con indiferencia, no queria hablar del tema pero saber que el chico que habia estado en aquella situacion con Lucas vivia con él no le hacia mucha gracia. Pero no sabia que pensar, Lucas se le habia antojado desde siempre un chico demasiado correcto.
–Entonces si no te importa, no sé para que te tomas la molestia de venir hasta aquí. Vuelve a tu casa a descansar y si quieres ir al parque ya sabes con quien puedes ir.
Numa le devolvió la mirada furiosa, pero se sintio un idiota, Lucas se habia dado la medía vuelta y habia desaparecido dentro del edificio dejandolo fuera, solo. Se sento nuevamente en las escaleras, no se moveria de allí hasta que no hubiese hablado con él, ¿por qué tenia que ser todo tan dificil?
Escondio el rostro entre sus manos, mientras sentia como un nudo en la garganta lo ahogaba. De un momento para el otro se sentia triste, y abandonado. Sabia que era una ridiculez, nadie lo habia abandonado, pero ¿por qué Lucas no le hacia las cosas más fácil? Sabia que la culpa no era de él, pero le costaba admitirlo.
Se levanto y un poco más animado dentro de lo cabia toco el timbre de nuevo.
Lucas atendio.
–Soy yo, quiero hablar contigo.

Una breve pausa.
–Ok, ya bajo.
Se quedo apoyado contra la pared mientras lo esperaba. Lucas aparecio de nuevo con una expresión seria en su rostro. Numa lo miro con timidez pensando en lo guapo que era Sintio de nuevo sonrojarse y dio vuelta la cara, y comenzo a caminar. Lucas lo siguio.
Lucas lo miraba pensativo, el joven caminaba en silencio despacio con la cabeza levemente agachada. Estaba preocupado de que le pasase algo, ¿y si se mareaba o algo?
Supuestamente deberia guardar reposo pero habia venido hasta su casa, el primer intento de hablar no habia funcionado. Cuando Lucas entro en la casa enfadado por lo que habia dicho, se habia sentado junto a la puerta, esperando que tocase el timbre de nuevo, le habia costado dejarlo allí pero pensaba que era lo mejor, él también tenia su orgullo y en el último tiempo, cada vez que hablaban, de Numa solo salían palabras que le dolian.
No esperaba una declaración de amor pero por lo menos un trato cariñoso, ¿era demasiado pedir?
Llegaron al parque, el cual como casi siempre en invierno estaba casi vacio a excepcion del espacio dedicados para los juegos de los niños donde siempre se llenaba. Numa tomo uno de los caminos que llevaba a la zona de los arboles, era donde generalmente tambien Lucas iba cuando queria pintar, era uno de los rincones llenos de jacarandas, y algunos pocos castaños. Lucas miro a los alrededores, el sector de los juegos habia practicamente desaparecido de la vista y no se veia gente desde allí, era un lugar por demas tranquilo.
Numa se detuvo lo miro interrogante y se sento en uno de los bancos de madera. Lucas lo imito, sentandose a su lado.
Numa estaba nervioso, allí estaban de nuevo los dos solos, parecian estar hasta apartados del mundo pero no sabia como empezar. Quizás lo mejor era decir lo que tenia que decir rápido, de esta manera no estaria pensando en ello durante todo el tiempo.
–Me gustas– las palabras se atropellaron en su boca pero por lo menos lo pudo decir.– y me gustaría estar contigo.
–No lo parece.
La respuesta de Lucas lo tomo por sorpresa. Se sentia herido, se dio medía vuelta para enfrentarlo.
–Lucas lo siento, no soy de las personas que puedan hablar bien de sus sentimientos. Quizás se me de mucho mejor eso de decir cosas que joden antes que decir cosas bonitas.
–Ya.
–Hace mucho que te lo queria decir pero luego me dijiste aquello cuando estaba con Leon y bueno, nos peleamos y eso. No tengo nada con Leon ni tampoco quiero tenerlo.
–Eso es todo lo que queria escuchar, tan difícil no era, ¿no?
Numa sonrio con las mejillas ardiendole. Lo empujo cariñosamente. Lucas lo miro de forma seria. Se le acerco le paso la mano por el cabello acariciandoselo, y le beso apenas los labios suavemente. Tenia todavía la herida en el labio y tenia miedo de hacerle daño. Numa le paso los brazos alrededor del cuello, y se nego a despegar sus labios de aquella boca, los acaricio con la lengua provocandolo. Lucas respondio suavemente, él también queria profundizar el beso pero sabia cuando dolía una herida asi. En realidad si por él hubiese sido, hubiese ido más allá pero no era posible. Se despego de aquel excitante beso para atrapar aquel rostro entre sus manos y susurrarle suavemente.
–Cuando estes recuperado, te voy a comer.
Numa sonrio con cierta picardía.

–¿Tanto tenemos que esperar?–volvio a besarlo. Lucas lo abrazo, y beso aquella cabeza.
–Dependerá de ti, por cierto, es mejor que vayamos volviendo, es tarde ya y deberias ir a descansar.
–Si, es verdad.
–Ok, entonces te acompaño.
–Lucas, no hace falta, en serio. –Lucas hizo un gesto dando a entender que no lo haria cambiar de idea.
El camino se hizo corto, aunque la mayoria lo hicieron en silencio.
La abuela los recibio con una gran sonrisa, ambos mintieron al decir que ya habian comido algo en el camino, solo porque las ganas de estar a solos en un lugar intimo era demasiado grande y la comida siempre podía esperar. La abuela no parecido demasiado convencida cuando ambos desaparecieron en la habitación sin ceder a su lasagna de espinaca.
Al entrar Lucas no perdio detalle de la habitación de Numa, tenia un escritorio pequeño y en la pared justo encima de el una pequeña pizarra con varias fotos, tanto de el bailando como de sus amigos. Una le llamo en especial la atencion, la de aquella noche donde habia llevado el cuerpo pintado de plateado, en la foto salía abrazado a Zeus quien en aquel momento hacia un extraña mueca.
–¿Tu abuela no te dice nada?– pregunto señalando la foto.
–No, mi abuela no entra nunca a mi cuarto, al menos cuando yo estoy aqui, la habitación la limpio y la ordeno yo.
Lucas sonrio con admiracion, el escritorio estaba lleno de papeles, sobre el vio un libro para niños, iba cogerlo cuando sintio la mano de Numa sobre la suya.
–Lo siento, no es mio, es de Agustín, y no quiero que nadie lo toque.
Lucas le sonrio y lo observo interesado, la mirada del joven se habia cubierto de una estela oscura. Lo tomode la mano y lo llevo hasta la cama donde ambos se sentaron.
–Lo echas de menos,¿no?
Numa dio vuelta la cara, aquella mirada del moreno no la podía resistir, estaba llena de ternura.
–Hey, a ti te hablo...–agrego suavemente–¿lo echas mucho de menos?
–Si – murmuro por lo bajo.
–Mirame Numa.....
–No quiero– aquel tono sono demasiado infantil para provenir del Numa que él conocia. 
Lucas le giro la cara hacia él, y descubrio sus ojos llenos de lagrimas, le beso los labios y luego ambos parpados.
–No tiene nada de malo llorar– La voz de Lucas era tan suave que Numa penso que si seguia hablando asiterminaria llorando como una criatura. Se aparto bruscamente.
–Vete...
Lucas no respondio, lo tomo del brazo y lo acerco a él bruscamente y lo abrazo con fuerza.
–No sé que decir, nunca he vivido la muerte de un ser querido ni de un amigo, me gustaría decirte que te comprendo pero un dolor asi no lo he vivido nunca. Si te sirve de consuelo he vivido muchas cosas, también he sufrido pero he sobrevivido aquí me tienes, junto a ti.
Numa comenzó a llorar con ahogados sollozos mientras se aferraba con fuerza a la camiseta de Lucas que se quedo allí observando el libro y la foto del rincon. Seguramente habia sido algo bastante duro para él.
–Numa te quiero.

El joven lo abrazo con más fuerza mientras escondía la cabeza contra su pecho. Cuando por fin se tranquilizo, Lucas fue a buscarle unos kleenex que el joven recibio agradecido. Lo vio quejarse con la mano en la cabeza, seguramente le dolia mucho.
–Yo, si estuviese en tu lugar volvería a leer el libro. Por algo te lo habrá dejado ¿no?
–Era su libro preferido, me pidio uno a cambio pero no llegue a darselo... no lo entiendo, no sé porque lo hizo. ¿Por qué?
Lucas sonrio, mientras le acariciaba el cabello.
–Bueno habrá tenido sus razones
–No, no hay ninguna razón que justifique el suicidio, Lucas.
–Para ti no, pero seguramente que para él la hubo y seguramente si hubiese podido te la hubiese dicho. Juzgar es lo más fácil, es lo que siempre me dice mi hermana, pero no tienes ni idea de lo que paso por su cabeza en aquel momento.
Numa volvio la mirada al escritorio hacia el primer cajon y sintio un remordimiento interior. Era un cobarde, no era capaz de leer aquella carta. Se dio medía vuelta y abrazo a Lucas, deseo permanecer en sus brazos por siempre. Alguien llamo a la puerta, era la abuela de Lucas se incorporo rapidamente y se apoyo contra el armario.
Eleonora le recomendo a Numa descansar ya que asi se recuperaria con mayor rapidez, Lucas anuncio que se iba.
Cuando la abuela salio Lucas lo miro durante unos instantes, Numa se habia vuelto débil ante él, aquella imagen que siempre daba se había esfumado quedando tal cual y como era frente a él, y eso lo hacia muyfeliz. Era lo que él más había deseado.
Numa lo miro durante unos instantes, era un silencio un tanto incomodo.
–No me mires asi...–Numa se habia vuelto a sonrojar 
–Así como?– pregunto Lucas
–Como si te diese pena.
Lucas lo miro seriamente 
–No es de pena, no confundas las cosas, es solo que...– se acerco hasta el para besarlo de nuevo suavemente –me gustas mucho.
Numa lo miro esta vez divertido.
–Espero que no te pongas así de empalagoso conmigo solo porque estamos juntos.
Numa le sonrio mientras saboreaba aquellas palabras "estar juntos".
Lucas entrecerro los ojos mientras susurraba.
–Estás equivocado si crees que soy de los empalagosos, está será una de esas pocas veces. Generalmente soy un demonio pervertido e insaciable.
Ambos rieron, Lucas se quedo con aquella frase en la mente "estamos juntos", le gustaba como sonaba, aunque mucho más le hubiese gustado si el joven de ojos verdes le hubiese dicho que lo quería, aunque por primera vez en su vida tenia la seguridad de ser correspondido sentimentalmente.
–Nos vemos mañana.
–¿Pasas por casa?
Lucas asintio con la cabeza mientras se acercaba para besarlo. Numa penso que si no fuese por su abuela que queria que descansase y porque realmente le dolia el cuerpo, lo hubiese puesto a mil para acostarse con él. ¿Seria como Lepn? No debia entrar en las comparaciones, se reprendio por lo bajo, mientras lo seguia con la mirada. Y lo hubiese seguido mirando desde la ventana si no hubiese sido porque esta daba al interior.


Volvio a su habitación, puso un poco de música y miro de nuevo el cajon del escritorio. Las palabras de Lucas se le habian quedado grabadas en al cabeza. "debia tener sus razones". La verdad es que aunque no lo habia dicho, la decision de Agustín le habia dolido un dolor inimaginable, porque lo habia decepcionado, porque no se habia enfrentado a lo que se le venia. Habia huido como un cobarde. Lo habia dejado. Sabia que aquello era un pensamiento egoista, pero estaba enojado con él, por haberlo dejado, no habia pensado en nada ni en nadie. Solo en si mismo. Y en aquel momento al pensar aquello se dio cuenta de que él tampoco lo habia hecho cuando se habia peleado con aquellos tipejos, se había dejado llevado por aquella tristeza transformada en ira, y habia puesto en riesgo su propia vida. Porque en aquel momento se habia buscado una buena pelea y cuando los tres se levantaron y lo sacaron del bar Numa tuvo el presentimiento de que aquello podria acabar mal y de que quizás lo matarian, si se hubiese largado de allí podria haber salido ileso pero en aquel momento quería pelearse, queria herir y ser herido y si lo hubiesen matado en aquel momento no le hubiese importado. No habia pensado en su abuela que desde la muerte de sus padres lo habia criado y lo habia protegido. Tampoco había pensado en que ella habia sido la que habia luchado por él, la que habia evitado que su nieto volviese al reformatorio, la que habia creido en él. 
Ni siquiera sus padres adoptivos lo habían hecho. Si no hubiese sido por su abuela, ¿donde estaría él?. No lo queria ni pensar.
Bajo la vista y se miro los cardenales que tenia, y paso de nuevo sus dedos por aquel vendaje en la cabeza.
Miro el cajon del escritorio y con dedos temblorosos lo abrio, allí estaba la carta. La miro durante unos instantes, la tomo entre sus dedos y se sento en el suelo mientras sacaba del interior del sobre el papel. El corazón le latia enloquecido.
Antes de leerla miro la foto de la pizarra en la ultima fiesta y observo su expresión. Era de alegria, quizás lo habia estado, o quizás ya en ese momento lo habia pensado o incluso planead. Y sin embargo no le habia dicho nada, lo habia ocultado todo el tiempo, el dolor y el miedo. ¿Por qué? ¿Acaso no habia podido confiar en él? quizás él tampoco le habia prestado la suficiente atención.
Era una sola hoja prolijamente doblada con la letra ya conocida de su amigo. Respiro profundamente antes de comenzar a leer.


Numa:

Cuando recibas esta carta, ya sabrás lo que ha pasado. Lo siento, sé que estarás enfadado conmigo, quizás ni siquiera leas la carta. 

Nada cambiará a partir de ahora y eso es lo que quiero. 

¿Podrás entenderme algun día? Lamento no haber hablado tantas cosas contigo, haber tardado en decirte lo de la enfermedad. Aquel día cuando te lo conte y me besaste me sentí tan feliz que podría haber muerto en aquel mismo momento con una sonrisa.

 No quiero que estes triste, no por mí,  aunque  algo que lamentaré será no seguir viéndote. Me has dado tantas fuerzas, muchas más de las crees.  Esta es mi despedida, estoy orgulloso de haber llegado tan lejos y de haber compartido contigo mis mejores momentos.

Gracias por todo, por haberme aguantado todo este tiempo. Y perdóname por decepcionarte de esta forma. Eres una gran persona Numa, no te encierres en ti mismo, comparte un poco de eso que tienes con el resto. No busques la felicidad ni la pareja perfecta ni el momento ideal, todas esas son tonterías, disfruta de cada momento, yo lo he hecho y me voy sin culpas.

Miluju tě!

Zeus, Agustín para ti.


Numa dejo la carta a un lado mientras lloraba en silencio, las palabras en checo le habían azotado el pecho.
–Hubiese querido abrazarte una vez más, te amo–murmuro por lo bajo mientras escondía el rostro entre sus manos– Me haces falta, mucha mucha falta. ¿Por qué tenia que pasarte esto a ti?
Se recosto en la cama con la carta apretada contra el pecho y las mejillas bañadas por las lagrimas, y antes de que se diese cuenta el cansancio lo habia vencido y se habia quedado dormido abrazando la almohada.


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