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Historias Paralelas I por Serenity

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#NUEVOS...DESAFIOS


Sábado por la noche y el ambiente que se respiraba en la discoteca Doble Sentido era muy diferente del viernes. Leon sonrió para si mismo aquello era el paraíso, estaba detrás de la barra,  aunque el trabajo era un infierno,  aquello sin lugar a duda le encantaba.
Sonrió satisfecho. ¿Cuántos numeros de teléfono habia recibido el viernes? Más de uno lo habia reconocido como el hijo del funcionario, pero eso no le importaba, por el contrario, le encantaba. Solo esperaba que la prensa se enterase, anticipaba la llamada de su padre para insultarlo, ya estaba disfrutando con la cara que pondría al leer los titulares.
El antiguo barman trabajaría solo ese fin de semana, en el cual debía aprenderse todo, pero no era un problema, la mayoría de las bebidas las conocía  lo único que por el momento no era su fuerte eran los cocktails con frutas, como los tropicales los cuales le resultaban imposible de memorizar, los distintos tipos de bebidas que llevaban y sus respectivas medidas
Pese a ello, el dueño del local había dicho que estaba muy contento con él, era simpatico, atractivo, tenía una buena imagen y por encima de todo sabía trabajar.
Lo único que mucho no le gustaba era el uniforme que llevaban, al ser un club nocturno de renombre los barmans vestían por reglamento pantalones negro de cuero y una camisa blanca abierta en el pecho.
Los pantalones de cuero eran realmente impresionantes, le quedaban bien pero para trabajar eran un poco molestos.
El barman anterior le habia dado un par de instrucciones sobre con quienes coquetear y con quienes no. Generalmente sus clasificaciones se dividían en 3 : "Es de los buenos, deja propina" "deja propina pero quiere meter mano" y "quiere meter mano y no deja propina" la última generalmente iba seguida de palabras tales como: bastardo, maldito, viejo asqueroso (aunque quizás no llegaba a los 40).
Pero lo que verdaderamente le sorprendió fue el darse cuenta de que no era gay. Lo miró extrañado en un momento de la noche.
–Joer, ¿ya te has dado cuenta? El jefe tardo casi 6 meses en caer.– agrego el joven cuyo nombre era Rodrigo.
–jeje es que digamos que mi fuerte son los chicos. ¿Eres bi?
–Nop, hetero 100 por ciento.–agrego esto último por lo bajo.
Leon dejo escapar una exclamación de admiración, ¿cómo habia sobrevivido un hetero tanto tiempo en la empresa?.
–Ni yo mismo lo sé..
Así fue como se enteró de que Doble Sentido no era tan nuevo como se creía, el local ya había estado antes en la capital, solo que movía a gente de sociedad y este nuevo local en la provincia era más abierto al público en general. Rodrigo llevaba trabajando un 1 año como barman y al vivir con sus padres habia ahorrado bastante dinero.
–Tienes suerte, al menos ahora no hay tantos viejos verdes como en el otro local, aquello era un infierno y más si eres hetero.
–¿Y no has probado? ¿Nunca?
Rodrigo dejo escapar un risa picara.
–Digamos que una vez no me pude resistir.
Ambos rieron, era obvio que tan solo se habia follado a alguien por dinero, por el tono con el cual habia hecho el comentario.
El punto fuerte de la noche era entre la doce de la noche y la dos de la mañana aunque luego había mucho por hacer, ya la gente parecía saber que era lo que quería beber y por lo tanto aunque la cantidad demandada era todavía importante el trabajo fluía con mayor ligereza.
Leon se preparó un vodka con limon y se ubicó al final de la barra para mirar a la gente, aquella noche habia tantas bellezas dando vuelta que no sabia por donde comenzar. 
Tan absorto estaba en sus pensamientos que ni siquiera escucho el grito de uno de sus clientes.
Cuando por fin se dio por aludido, el joven en cuestión lo miraba evidentemente molesto. Se acerco hacia él.
–Lo siento no te escuche. ¿Qué quieres?
Lo observo durante unos instantes, ¡si era un crio! ¿Qué hacía un chico de su edad en un lugar como este?.

–Un whiscola.

Leon lo miro sorprendido.
–Documento de identidad.
–¡¿Qué?!
–Que como no muestres tu documento no pienso servirte nada con alcohol bombón, no me creo que seas mayor de edad.
Observo la expresión de enojo en su rostro, si hubiese sido mayor, no habria tardado mucho, quizás 5 minutos en llevarselo a la cama. Era su tipo ideal de chico, ojos claros, cabello rubio aunque no parecia muy alto que digamos.
–Te lo vas a tener que creer porque el documento me lo olvide en casa. Tengo 18.
Leon lo miro de reojo, no se lo creía.
–Ok.
El rubio lo miro con cara de satisfacción, Leon abrió la nevera preparó una bebida y se la puso en la barra.
–Aqui tienes la coca, cuando me traigas el documento te pongo el whisky ¿dale?
El rubio dejo escapar un gruñido.
–Hay que ver lo bueno que estás pero lo antipatico que eres.
Leon lo miro creyendo que habia oido mal. Pero pronto comprobó que no.
–¿Como te llamas?
Leon comenzo a reirse, ¡¿estaba intentado ligarselo?! 
Aquello si que era divertido.
–Me parece que te equivocaste no solo de persona, sino tambien de rol nene. Dale tomate la coca y andate a casita a dormir.
El rubio le sonrio desafiante cuando esperaba que en realidad se enfadase.
–No me importa lo que me digas, ¿cómo te llamas?
–Leon– la verdad es que aquel jueguito le estaba pareciendo divertido.
–Leon lindo nombre, y también ¿eres una fierecilla?
Allí le habia tocado el orgullo, ese crio, le daría fierecilla.
–A ver si tienes un poco más de respeto "enano".
El rubio le dedicó una sonrisa provocativa.
–Quizás deberías enseñarme a respetarte.– entrecerró los ojos de forma felina.
Lo miró creyendo que estaba alucinando. Pero, que descaro, él con su edad ni siquiera era la mitad de rápido que aquel niñato. ¡Cómo se vienen las criaturas hoy por hoy!
–Si yo te enseñase a respetarme, no podrias levantarte de la cama por 3 días.– agrego Leon mientras se acercaba peligrosamente a su rostro. El joven enrojeció ante su comentario pero aun así respondió, desafiante.
–Cuando quieras Leon...–susurró con mejillas enrojecidas– ahora ponme el whisky.
Leon cerro los ojos y agacho la cabeza mientras reía divertido, y se dirigía hacia la otra punta de la barra para seguir atendiendo a la gente. Cuando termino descubrio que el rubio lo observaba, lo llamo con la mano. 
–No te voy a poner ninguna bebida con alcohol.
–¿Ni siquiera una cerveza?– preguntó el rubio evidentemente resignado.
–No.
Leon lo miro de nuevo, era un crio que apenas superaba los 15 años pero como habia entrado a un lugar como aquel?

–Entonces, ¿me das tu numero de teléfono?– la pregunta lo sorprendio.
–De ninguna manera nene... 
–Entonces, ¿me das una cerveza?–le sonrio dulcemente.
–No.

–¿Es tu ultima palabra? – preguntó el rubio al ver el movimiento afirmativo del barman le guiño un ojo mientras agregaba– entonces me voy a conseguirla a otro lado Leon.
Leon se encogio de hombros pero no pudo evitar seguirlo con la mirada. Era un chico interesante y divertido, era la primera vez que alguien lo encaraba de esa manera la verdad es que lo habia sorprendido.
Pasaron como 2 horas y el joven rubio no habia vuelto a aparecer. Leon se tomo un descanso mientras el otro barman se ocupa del trabajo, todavía estaba casi llena la discoteca, cruzó la pista de baile y una imagen llamo su atencion allí estaba el rubio bailando con un hombre de casi unos 30 años, estuvo a punto de acercarse pero recordo que era mejor no meterse donde no le llamaban, asi que se dio medía vuelta y siguió de largo. Se sentó en los vestuarios, pensando en Numa, aquel chico le recordaba muchísimo a el.
Tras el descanso, volvió a mirar hacia dónde lo había visto bailando pero ya no estaba más allí, ni chico ni el hombre. 
Al volver a la barra le vio allí sentado, en la esquina. Al verlo pasar el rubio alzo una botella de cerveza en el aire desafiante. Se la llevo a los labios para recorrer el pico con la lengua atrevidamente.
Leon se lo penso y le hizo un señal a su compañero para que lo cubriese 5 minutos. Rodeo la barra por fuera y se acerco al rubio para mirarlo durante unos instantes.
–¿Un trago?.–pregunto el rubio desafiante.
– ¿Y tu amigo? ¿Donde lo dejaste?.
– No lo sé, se fue, queria llevarme a los reservados pero yo no queria. Por una cerveza no entrego este hermoso cuerpecito.– lo miro intensamente– bueno puede ser tuyo por nada.– le dedico una sonrisa provocativa.
–¿No tomaste demasiado ya?
Como respuesta sintio los labios del joven sobre los suyos instando a besarlo. Leon estuvo a punto de responder pero opto por apartarlo. Le habia gustado que tomase la iniciativa pero no queria nada con él, era muy chico, y quizás hasta tenia menos de 15 años.
– ¿Qué?¿No te paresco lindo? Es una pena porque me gustas mucho.– le guiño un ojo, Leon lo miro sorprendido, ya lo habia dicho varias veces que no pero parecia no afectarle.
–Si, eres muy lindo pero tengo 23 años y tú a duras penas llegas a los 15, hasta tienes cara de virgen y tengo por ley no acostarme con ninguno.
El joven bajo la mirada evidentemente avergonzado, solo lo había dicho para asentuar su corta edad pero por lo visto si lo era.
El joven dejó la botella de cerveza sobre la barra, levantó la cabeza para sonreirle.
–Bueno eso tiene solución, ¿ya te he dicho que me gustas?.
Y antes de que pudiese añadir algo volvio a besarlo y se escabullo de allí desapareciendo de su vista.

 

 


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