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Historias Paralelas I por Serenity

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LEON

Leon se dejo caer contra el asiento, le dolia el cuerpo, el conductor del remis lo miraba un tanto preocupado por el espejo retrovisor, estaba maldiciento el día que habia nacido, no solo le habria ahorrado un par de preocupaciones a su madre sino tambien a si mismo. Su padre iba en el taxi de adelante y su madre en la ambulancia que parecia guiar la comitiva, sus nervios estaban crispados pensaba que ni un valium podria bajarle las acelaraciones del pulso en aquel momento. Sentía unas profundas ganas de llorar, de rabia y de dolor. 

Se pregunto como estaría su madre, por lo menos se alegraba de que el cerdo de su padre no pudiese viajar tampoco en la ambulancia. Se rio por lo bajo al acordarse de la pelea en la vereda, si algún vecino les había sacado una foto se la pagarían bien en algún periódico, ya que los medios no habían llegado a tiempo, los paparazzi no podían estar en todos lados al mismo tiempo, "menos mal" murmuro.

Por un instante pensó en el rubio, se enteraría y no podía dejar que se le acercase, los problemas en su familia solo traían buena publicidad, y era algo que el pobre chico no tenia necesidad de sufrir en carne propia, le bastaba a él con saber que por los próximas días seria asediado cada vez que intentase ingresar en la universidad.
Sonrió satisfecho al recordar la escena del golpe, se lo tenia merecido el muy hijo de puta, pero volvio a deprimirse al recordar que su madre iba a unos pocos metros en una ambulancia.
Tras que su madre había colgado el teléfono, Leon había tenido un presentimiento muy feo y decidió que lo mejor era hacerle una visita, contando con que sí lo había llamado era porque su padre no estaba en casa. 

Había llegado a la casa, sorprendiendose de verse de nuevo frente a ella, se le antojaba inmensa ahora que vivia en un pequeño apartamento. Llamo a la puerta, y una joven, Carmen, le abrio la puerta ahogando una exclamación al verlo, practicamente se le arrojo encima, algo que no tenia costumbre de hacer y por lo cual se disculpo pero ella sabia que a Leon no le molestaba, despues de todo, era ella la que lo ayudaba a colar a sus parejitas durante la semana, y era la misma que lo despertaba para que pudiese salir de la casa antes de que su padre se despertase, aquella mujer era un angel.
Le hizo una señal para indicarle que su madre se hallaba en el living. Entro despacio, y la vio, la verdad es que se la veía muy mal, todavía tenia el teléfono en la mano y un expresión que le partía el corazón. 
—¿Mamá?— la llamo despacio, su madre giro la cabeza levantamente y al verlo se le ilumino el rostro y sus ojos se llenaron de lagrimas. Leon se acerco y la abrazo, se dio cuenta de lo mucho que la habia echado de menos. 
Ambos se sentaron en el sofa, su madre no hablaba, estaba por demas extraña, y a Leon le parecio toda la situacion demasiado rara.
–¿Qué haces aqui hijo?
–Me dejaste preocupado, ¿qué paso viejita?– pregunto suavemente.
–Tu papa y yo hemos discutido– comento por lo bajo sin mirarlo.
–...– no le parecia algo demasiado raro, sin embargo, una idea se le cruzó por la cabeza pero no queria mencionarla, tenia miedo de meter la pata.
–Tu padre...– sollozo por lo bajo, apreto los puños con fuerza– tu padre tiene una amante.– Leon la abrazo fuertemente, ¿qué debia decirle? Le daba pena que recien ahora se enterase su padre las tenia desde que él tenia uso de razón, y nunca había sido capaz de decirle nada a su madre.
–¿Y que vas a hacer ma?
–Quiero el divorcio– la respuesta de su madre la sorprendio, siempre habia creido que su madre era una mujer débil que siempre aceptaba todo lo que su marido decia, sin embargo aquella decision le había quitado la respiración, le parecia hasta poca razón para que su madre pidiese el divorcio.
–Una amante, está manteniendo a otra mujer cuando yo...–ahogo un sollozo–cuando a mi me prohibe mantener a mi hijo–volvió a sollozar– Leon perdón, siento mucho no haberte visitado, soy la peor madre del mundo. Te deje solo pero no es asi, tú sabes que puedes contar conmigo, que yo siempre te voy a apoyar en lo que necesites.
Leon la abrazo nuevamente, se dio cuenta de que si habia algo en lo cual los dos eran iguales era en eso, su madre se habia sentido traicionada y ante tal sentimiento habia actuado en consecuencia, para ella no habia vuelta atras, su padre habia construido una imagen frente a ella que nadie habia podido destruir salvo el mismo. 
Le acaricio la cabeza como ella hacia con el, queria ayudarla pero no sabia como, quizás lo mejor seria que se quedase allí unos días. Un sonido atrajo la atencion de ambos, era el sonido de la puerta, su padre entro en el living y su expresión le dio a entender que no se alegraba de ver a su hijo allí. Su madre en cambio se giro con los ojos aun llorosos, y al verlo entrar en la sala se levanto presa de un arrebato.
–¿Qué haces aqui? ¡Te dije que no te queria ver!–comenzo a sollozar nuevamente mientras se le acercaba– Vete...– su padre no parecio tener intencion de moverse de allí. Su madre lo enfrento con los ojos lanzando llamas.– que te...¡VAYAS!– su grito desgarrado retumbo en la sala.
Su padre parecio dudar durante unos instantes.
–Tenemos que hablar.
Leon se adelanto interponiendose.
– Mejor ándate. 
Su padre lo miro duramente.
–Esto no es algo que te incumba y esta ya no es tu casa. Esto es algo que arreglaremos tu madre y yo.
Sabia que su madre iba a decir algo pero en aquel momento le tocaba a él.
– Andate, ya suficiente con lo que hiciste. No te quiere ver.
–Leon me parece que has olvidado de nuevo con quien estas hablando.
El joven le clavo los ojos, frios.
–N, por el contrario, me acuerdo muy bien de con quién estoy hablando, estoy hablando con el homofobico más hijo de puta de ....
El golpe de su padre le cruzó la cara, haciendolo tambalear, su madre quiso intervenir, pero Leon se mostro friamente controlado, no queria montar ninguna escena porque su madre estaba lo suficientemente histerica como para sorportar una pelea entre ambos.
–Más golpes te deberia haber dado, el problema es que siempre fui muy blando contigo y asi resulto lo que resulto. Un mariquita que lo unico que hace es avergonzarnos frente a la gente.
–¡No seas hipócrita! ¡Por Dios papá! ¡No trates de tapar toda tu mierda con mi homosexualidad! 

Leon tuvo que respirar hondamente, estaba gritando con un fuego que lo encendía por dentro

– O te tengo que recordarte que te acostabas con mi niñera cuando yo tenia 4 años, o quizás ¿aquellas veces que te ibas de vacaciones conmigo al campo donde te reunías con tu amante? ¿Te creíste que no me daba cuenta? Eres la peor basura, hubiese preferido no nacer...
Escucho un gemido ahogado detras de él , se giro y se dio cuenta de que su madre tenia una serie de espasmos y respiraba con dificultad.

–¡Mamá!– la llamo.
Escucho la voz de su padre llamar a la sirvienta a los gritos para que llamase a una ambulancia. Leon se acerco a su madre e intento darle un poco de aire con la mano, tenia los ojos llorosos, y se sentia culpable, pero no podía evitarlo, era como si se hubiese quitado parte de un peso de encima.
Pasaron unos minutos que parecieron eternos hasta que la mano de su padre lo quito del medio y se incorporo para salir con la mirada perdida detras de los paramedicos. Una vez en la calle, el enfermero intento llamarlos para que subiesen a la ambulancia.
La mano de su padre lo detuvo.
–Tú no vas, ya suficiente has hecho, todo esto es tu culpa.
Leon no lo penso y le dio un puñetazo que lo tiro al piso y arrojandosele directamente encima uno de los enfermeros acudió a separarlos, mientras le avisaba a sus compañeros que se podían ir, ellos los seguirían detrás.
Leon le sonrio de costado. 
–Se acabo papá. se te acabo la carrera.
–¿Te sentis mejor?
– No, no me voy a sentir mejor hasta que no te haya destruido por completo, te voy a joder la vida como tú lo has hecho conmigo.
Se volvio y comenzo a caminar para sacar el movil y llamar a un taxi.

 


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