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HWAA | SONG JIEUN por erickkbaj

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Capítulo I: Destino.

“¿Por qué sigues estando a su alrededor?

Cuando estoy aquí, girando alrededor tuyo como la Luna

No puedo avanzar hacia ti, sé que sabes cómo me siento

¿De nuevo soñaste con él? Cuando yo me encuentro tratando de brillar por ti.”

—OMG; Destiny

 

Si algo de lo que tuviera que arrepentirse fue de ese momento, en el que sus vidas se encontraron y el destino comenzó a jugar con ella. ¿Acaso las cosas se había re escrito en ese momento? Había sido una escena digna de admirar eternamente en una pintura, en un suave lienzo que ella estaba perfectamente capacitada para hacer. Aquel hombre de cabellos largos, con sus atuendos sedosos y largos, rodeado por las floreces de Hwaa, que solo florecían en aquella época del año.

La vida era hermosa, el destino parecía sonreírle y su corazón poco a poco caía por esa pronunciada sonrisa, viéndolo desde lejos, como si cometiera alguna especie de pecado, pero ¿Qué estaba mal?

—¿Estas bien? —La ingenua Song Jieun había caído del árbol donde se había subido para ver de lejos al joven Bang YongGuk, éste al escuchar el estruendoso ruido se acercó a ayudarla, preocupado, le ayudo a ponerse de pie y a limpiar sus ropas. Los pétalos de Hwaa caían en una cálida brisa de verano, un momento mágico que guardaría en el fondo de su corazón.

Siempre en aquella colina, con el árbol del que brotan las flores de Hwaa, se acercaba poco a poco a jugar con él, a disfrutar del tiempo libre que tenían, todo era perfecto, pero ¿Por qué YongGuk estaba besando a otro hombre? No entendía porque aquel hombre le quitaba a su YongGuk, sentían que le estaban robando una parte de su vida. Desde que se conocieron siendo niños habían convivido cada día, crecieron juntos, pero ¿Por qué parecía no ser suficiente para ser vista como algo más que una amiga?

Cada día lo extrañaba más y más, el rostro de su primer y único amor estaba volviéndose más serio, más callado con el paso de los años ¿Eso era madurar? Sentía la fría mirada del ajeno cada que se encontraban. Amiga, eso es lo que ella era para YongGuk, una pequeña niña y no una mujer, una digna que estuviera a su lado ¿Por qué él si podía y ella no?

JiEun tenía pocas preocupaciones en la vida, su familia se dedicaba al campo, en ese pequeño pueblo, aun no tenía las características suficientes para aprender el arte que su familia pasaba de generación en generación, ella quería se parte de lago, pero en cada aspecto para estar relegada de todos y de todo, por eso cuando los grandes sucesos traídos desde el cielo caían sobre la tierra, la vida tranquila que conocían ya no era la misma, el caos y la destrucción comenzaron a reinar en la tierra.

—¿Lucharás? Pero … —

—Desde que he nacido he sido fiel devoto de las cuatro primeras, he estado practicando desde que nací para este momento, junto a él… lucharé a lado de él… —JiEun pensaba que esta vez era para siempre, se lo robaría por toda la eternidad.

—Me uniré…a ellas, puedo hacerlo. —Dijo sin titubeos, ella protegería a YongGuk.

—Jieunnie-ah, no estás preparada para esta pelea, yo protegeré nuestro hogar y regresaré a salvo, podrás seguir cuidando de los terrenos de tu familia, los animales que estan en ellos estarán a salvo y juntos veremos las flores de Hwaa brotar. —Jieun tuvo que ver aquella silueta alta desvanecerse a lo lejos mientras sus ojos se cubrían de lágrimas, sintiendo que esa sería la última vez que lo vería. Pero no se rendiría, no importaba cuanto costara, ella sería la mejor guerrera y acabaría con todo, cambiaría el destino que se había escrito para ellos.

Tampoco dejaría que él, aquel hombre le quitara lo que era suyo, ella lo conoció primero, ella se merecía ser vista solo por sus ojos, se convertiría en alguien mejor, brillaría más intenso que el sol para que YongGuk le notase.

Día a día, los leviatanes devoraban a los mejores guerreros, sus peleas provocaban grandes terremotos, los mares nunca dejaban de estar envueltos en la ira de esos dioses que ocupaban a los humanos como sus peones. Si quería cambiar las cosas debería de hacerlo a cambio de algo, eso lo había descubierto por las malas cuando su familia la había salvado de un voraz incendio que consumió su pueblo natal.

Su determinación hizo tomar a la fuerza los conocimientos que su familia tenía, aquella magia primitiva que ponía a temblar incluso a las cuatro primeras. Jieun se volvió un peligro para su familia, ella deseaba el conocimiento y unirse a la lucha contra los Leviatanes, pero su propia familia veía algo en ella que les hacía dudar, a pesar de no tener ningún conocimiento Jieun tenía ciertas habilidades que habían provocado la muerte de su hermano, sus padres la encadenaron a un árbol de Hwaa, pretendían quitarle sus poderes ocultos que en ese momento empezaban a salirse de control. No sabían porque su hija tenía dichas capacidades, cada día se sentían más débiles, ella les robaba la energía hasta que quemó todo a su alrededor, rompió las cadenas que la ataban y finalmente robó el poder a los últimos integrantes de su familia.

Ese día renunció a su humanidad, refugiándose en la magia primitiva que algunos clanes de los humanos usaban, basándose en la naturaleza, eran tareas pequeñas y poco desarrolladas, magia blanca, pero en ese entonces simplemente magia. Jieun lo llevaría al siguiente nivel. Convirtiéndose en el origen de la misma, lidereó a demás guerreras para luchar contra los leviatanes, compartiendo el campo de batalla junto a las criaturas favoritas de las cuatro primeras. Nadie sabía cómo lo había logrado, pero cuando la guerra terminó había sido recompensada con aquello que devoró la vida de sus seres amados, ¿no era irónico eso?

—¿Jieun? ¿Qué haces aquí? —Aquella voz era la misma que la de ese hombre, pero su mirada era otra.

—YongNam…estoy ayudando. —Los dedos de JiEun se cubren de fuego, el calor los envuelve y extiende fuertes látigos de fuego mientras personas sin cara, extremidades alargadas y con un desplazamiento similar al de una araña se arrojan a ellos.

Jieun los atrapa con sus látigos de fue y al menos a cuatro de ellos los hace cenizas.

—¿Las cuatro primeras te hicieron parte de sus adeptos? —Jieun asiente mientras YongNam extiende sus brazos, sacando un halo de luz para hacer polvo el resto de criaturas.

Tiempo… ¿A caso YongGuk es..? —

Vida. —Responde sin dejar que termine de hablar pues otra serie de criaturas infernales se acercan.

Jieun había recibido el poder del fuego de parte de las cuatro primeras. Dominaba a los leviatanes y uno a uno fueron retrocediendo, buscaba en medio de la guerra a YongGuk, esperaba porque estuviera bien, sano y a salvo. Cuando lo encontró estaba luchando a un lado de él.

—¿Sorprendida? —Jieun voltea a ver a ese hombre de figura delgada, usando vestimenta larga y oscura.

—¿Quién eres? —

—Soy Nihil, puedes llamarme Vacío. —Ambos miraron como Vida y Muerte luchaban como uno a lado del otro, siendo una pareja fatal y sin límites. —Sabías que YongGuk no te correspondía, ¿Por qué pareces tan sorprendida? Cuando las cuatro primeras escogieron a sus mejores guerreros vieron la unión que tenían, y servirían perfectamente como portadores del enorme poder que le sharía renunciar a su humanidad. —

—Quise creer que de alguna manera nuestros destinos estaban unidos, pero me enfurece tanto que su complemento no sea yo. —Lágrimas caían de sus orbes, Nihil sentía como la temperatura aumentaba alrededor de Jieun, pero la tierra hizo un fuerte estruendo.

Un Leviatán había caído junto a un Chronosaurus, siguiendo con su lucha Nihil se apresuró para evadir los cascajos de rocas cayendo, el Chronosaurus fue lanzado al cielo de un solo golpe mientras YongNam daba un remate a la bestia, pero Jieun repeló el ataque, siendo consumida por la rabia y envidia que sentía en ese momento, sentimiento que nunca se borraría de su corazón.

—¿Qué es esto? —YongNam materializó su arma, una especie de guadaña, que uso para atacar a Jieun.

La mujer saltó hasta la cabeza del Leviatán, mientras sus ojos brillaban en una luz rojiza, aunque solo hubiera sido un par de segundos los que habían transcurrido pudo ver en su mente a un hombre de cabellos largos, caminando hacia ella en medio de una edificación con pilares y cristales de grandes alturas, vio como éste hombre se transformaba en un ave de tamaño descomunal y se cubría de fuego.

Repeló el ataque de YongNam, y tomó la forma de esa ave, un fénix había nacido. Tomó entre sus garras a Tiempo y se dejó caer con él hasta el suelo, los Leviatanes comenzaron a llegar, Tiempo llamó a sus bestias mientras su hermano y Muerte trataban de retener a esa bestia. Sin saber que era lo que pasaba.

—Jieun… —Jadeó cuando lo lanzó y dejó herido sobre la cima de una montaña.

—Mientras menos piezas sean en el juego…mientras más solo este…mejor. —La mujer tomó el arma del Tiempo y la enterró en el torso de éste, una y otra vez hasta dejarlo agonizante, dejando el artefacto a un lado uso su magia para borrar todo rastro de ella, borró la memoria de YongNam y lo dejó morir.

Notas finales:

Gracias por leer


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