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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

"¿Qué poder tienes?", cuando Massiel recibe esa pregunta por parte de Alan, decide mentir y decir que no tiene ninguno, pero, ¿a César también podrá mentirle?

(Universo 2, E10, 64 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Cuando Camila y yo teníamos 16 años, yo había logrado dejar por completo el pensamiento de que «¿Qué tal si salgo con ella?», y aun cuando ella comenzaba a lucir extraordinariamente bonita, la veía de forma tan asexual que incluso, si la veía desnuda, no hubiese sido posible provocar algo en mí…

—¿En serio? —quizás te estés cuestionando, incrédula.

Bueno… o eso es de lo que yo me quería convencer.

Camila se había vuelto a pegar a mí desde el día en que Yanis cumplió 23 años. ¿Por qué? Bueno, Camila había estado juntando entusiasmadamente tarántulas mucho más grandes y grotescas de lo normal, para conseguir una gran cantidad de dinero con la venta de los boletos para ver las peleas, más lo que llegaba a ganar con las apuestas, y con ese dinero, compró una chaqueta negra para regalársela a Yanis.

—Ten, te compré una chaqueta negra, del color de tu alma —le dijo un poco avergonzada cuando se la dio.

Yanis la tomó sin una pizca de emoción en su cara.

Camila se aclaró la garganta, tratando de suprimir su nerviosismo—. Con este clima, no dejaba de pensar en ti, frío como tu corazón, y ya que hoy es tu cumpleaños… no me pesa darte esa chaqueta… ¿no te gustó?

—¡Claro que me gustó esta hermosa chaqueta barata que parece de mi abuelito y huele a mi abuelito! Ya que es de color negro como mi alma, será perfecta para cuando me la ponga en tu funeral.

Desde entonces, Camila comenzó a evitar a Yanis, aunque era difícil ya que vivían en la misma casa, pero hacía lo mejor que podía. A mí me gustaba estar con ella, pero a veces tenía la impresión de que solo me estaba usando para no pensar en Yanis, y me molestaba, aclaro, no eran celos… solo… a cualquiera le molestaría que su mejor amigo esté contigo solo por querer distraerse de algo, que por querer pasar tiempo contigo y divertirse. ¿O no?

Pero, ¿a qué vino aquella cercanía no tan cercana entre Camila y Yanis? ¿Recuerdas que escribí no hace mucho que ella había presenciado un beso entre los aparentemente no hermanos Rowing?

Tú desapareciste poco después, y ella se dedicó junto con César a subirme el ánimo, pero cuando llegaba la noche y yo tenía que regresar a mi casa y ella a la suya, entonces ella debía lidiar con su otra preocupación. Camila se había dado cuenta de que Yanis siempre esperaba a que Yannel se fuera a acostar para entonces salir al patio y sentarse en el pasto a ver el cielo, siempre lo hacía, incluso en noches nubladas, y si llovía hacía lo mismo pero desde dentro de la casa, era como si ese fuera el único momento en el que podía dejar su fachada de niño agresivo y pudiera tomar una actitud calmada con la que era capaz de meditar sobre sus preocupaciones.

Al principio, Camila se limitó a observarlo de lejos, le llamaba la atención ver la cara de Yanis sin su distintivo ceño fruncido, y no quería arruinar esa vista acercándose a él. Pero luego de algunas semanas, decidió que no podía seguir conteniendo más su curiosidad y que debía de enfrentarlo.

—Hey, ¿por qué estás aquí tan pensativo? —preguntó y se sentó junto a él.

Él la empujó con fuerza para hacerla caer de lado—. Vete, eres una molestia.

Camila chasqueó la lengua y volvió a sentarse, esta vez un poco más alejada de él—. Vamos~, pareces preocupado. Pero no estés triste. A alguien le importas, a mí no, a tu familia tampoco, menos a tus amigos, si es que tienes, pero debe haber alguien, un gato, un árbol, no sé, algo.

—Deja de joder y lárgate.

—¿Qué es lo que te preocupa, Yanis? Bueno, sé qué es una pregunta estúpida, la volveré a plantear. ¿Qué pasó entre Yannel y tú que te preocupa tanto? ¿Te molesta mucho actuar como su hermano?

Por primera vez, Yanis miró a Camila a los ojos, parecía un poco sorprendido, pero de inmediato volvió a fruncir el ceño—. ¿Cómo lo sabes?

—Si te vas a llevar a Yannel al bosque para besarla, procura no hacerla enojar y que sus gritos llamen la atención.

—… Púdrete.

—Hey, no sé por qué, pero tengo la impresión de que Yannel no quiere que se sepa la verdad, y tú no dirás nada porque ella así lo quiere, como tú eres su perro faldero, bien yo podría joderte diciéndoles a todos lo que vi.

Yanis le dedicó una mirada asesina.

Pero ella no se intimidó y en su lugar le sonrió—. Pero no lo haré.

—… ¿Qué es lo que quieres?

«Vaya, ¿quiere negociar? ¿Me dará algo a cambio de mi silencio? Y yo que planeaba callar solo porque sí», pensó y se encogió de hombros—. No es la primera vez que te veo salir al patio a contemplar el cielo, hay veces en las que yo no puedo dormir y tengo ganas de hablar con alguien, Massiel está en su casa, así que no puedo ir a verlo.

—No voy a jugar a los amiguitos contigo.

—Claro que no, solo quiero que alguien me escuche, lo arruinarás si abres la boca y vomitas tu mala actitud, así que solo quédate sentadito y abre bien los oídos para mí, ¿está bien?

—Haz lo que quieras.

Camila sonrió satisfecha—. Bien, empezaré desde hoy. La verdad es que no me he encontrado muy bien estos días, ya no sé qué más hacer para hacer sonreír a Massiel, lo veo deprimirse más y más con el paso de los días, y la verdad es que…

En realidad, cuando tú llegaste a la casa del supervisor, eras realmente antisocial, contestabas con monosílabos, y eso con suerte, preferías que te hicieran preguntas con las que pudieras responder moviendo la cabeza para negar o asentir. Camila quiso acercarse a ti en varias ocasiones, pero siempre era ignorada, sin embargo, de verdad quería poder entablar una conversación contigo, se percató de que la mirada en tus ojos era muy parecida a la que ella y Frank tenían cuando eran niños, y quería ser capaz de darle un poco de luz a tus ojos.

Ella ya había comenzado a resignarse cuando entonces me vio acercarme a ti mientras ella se hallaba descansando en un árbol. Ese día entendió que si alguien quería acercarse a una persona que parecía difícil de acercarse, primero debía ganarse su confianza, y para hacerlo, uno debía confiar primero en esa persona. Por ello pensó que si primero ella abría su corazón a Yanis, con el tiempo él lo haría de la misma forma.

Pasaron los días, las semanas, los meses, y Yanis seguía ignorando completamente las palabras que Camila pronunciaba, ni siquiera la miraba, solo le prestaba su presencia, pero sus pensamientos divagan en recuerdos oscuros que jamás planeó exponer. Al principio, a ella le dolía un poco, pero luego de que se acostumbrara dejó de importarle, también dejó de mirarlo y esperar que sus ojos se encontraran, en su lugar miraba el cielo como él lo hacía, era como hablar consigo misma y consiguió agarrarle el gusto a hacerlo.

Cuando Camila me contó todo, desde su pasado hasta su deseo por querer saber más de Yanis, esto último me dio la impresión de que ella tenía sentimientos por él… y ese pensamiento me inquietó. Voy a serte sincero, fingía que Camila no me gustaba cuando sí me gustaba, pero pensaba que a ella le gustaba Yanis, y querer quitársela no significaba que lo fuera a lograr, ni siquiera me había planteado confesarme por miedo a que nuestra amistad se terminara.

Pensé que si a ella le gustaba Yanis, eso era suficiente, incluso si él no parecía ser la mejor persona y era 7 años más grande que nosotros, una diferencia de edad considerable, ¿qué derecho tenía un cobarde como yo para detenerla? Era un imbécil ridículo… es por eso que decidí, una vez más, rendirme para seguir siendo amigos.

Aquellos fueron buenos tiempos, pero todos notamos que el supervisor lucía ansioso, habían pasado 11 años desde que Tahiel le había arrebatado a su esposa, habían sido 8 años desde que él había comenzado a buscar aliados, y 3 años desde que César y yo conocimos su historia. Mi hermano y yo nunca expresamos en voz alta nuestros sentimientos, porque sabíamos que mamá Sandra se oponía, pero cuando se hablaba de la batalla futura en la que se enfrentarían nuestros amigos contra Tahiel, él y yo cruzábamos miradas cómplices que le hacían saber al otro que cuando llegara el momento… debíamos estar listos para arriesgar nuestras vidas.

César había estado entrenando por 3 años su poder, prefería practicar solo, pero de vez en cuando me pedía prestada mi compañía para presumirme sus increíbles habilidades y discutir nombres para ellas, así que los nombres tan originales de «Pistola de aire» y «Bomba de aire» son gracias a mí.

Ahora que lo pienso, nunca te lo he mencionado, pero a excepción de ti, Camila y César, todos los demás creían que yo era un portador de aura azul, un sin poder. Esa creencia vino a raíz de una noche en la que el supervisor nos invitó a cenar, fue poco antes de que tú te fueras, y en la que en presencia de todos, luego de que Alan nos hablara entusiasmado de la casi finalización de su ventilador que no necesitaba electricidad, hecho con el poder de César, me preguntó:

(Universo 2, E10, 61 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

—Y por cierto, ¿qué poder tienes, Massiel?

La idea de que descubrieran mi poder y quisieran tomar mi vida me causaba pánico, sentí tanto miedo que creo que me puse tan pálido como una hoja de papel, así que te miré y tú tomaste mi mano para transmitirme confianza, gracias a eso logré respirar una bocanada de fuerza—. Ninguno —respondí finalmente.

—Vamos, ¿ninguno? —cuestionó Alan.

Yanis chasqueó la lengua irritado—. ¿Tanto tiempo te tomó decir que no tienes ningún puto poder? No hagas una situación de suspenso para decir eso.

El supervisor miró con desaprobación el comentario de Yanis—. Quizás temía que lo tratáramos mal por ser el único que no posee un poder.

—¿Es eso? —me preguntó Yannel.

Yo bajé la mirada y asentí—. Sí…

—No tienes por qué sentirte mal —dijo Sasha para tratar de animarme—. Hay poderes realmente desagradables, poderes que te hacen preguntarte «¿Por qué nací con esto?», es preferible haber nacido sin uno que poseer uno así.

—Sí… gracias…

En realidad, en ese momento quería gritar y deshacer el nudo en mi garganta, quería vociferarle a Sasha: «¡Eso es justo lo que siento! ¿¡Por qué yo!? ¿¡Por qué nací con un poder que hace que todos me quieran matar!?», pero no podía hacerlo, solo sostuve tu mano con un poco más de fuerza, tomé el vaso de agua que tenía frente a mí, y me bebí mis ganas de correr.

A la mañana siguiente, cuando me hallaba pepenando en el basurero, César esperó a que mamá Sandra se encontrara lo suficientemente lejos como para no escucharnos y entonces se acercó a mí.

—Es mentira que no tienes un poder, ¿cierto?

Me detuve y lo miré asustado.

Él suspiró—. Nunca te lo he preguntado, ya sabes, la razón por la que aquella señorita me pidió sacarte de tu casa… ¿es por tu poder?

Me puse de cuclillas y tomé una barita para dibujar con ella garabatos en la tierra, con la intención de calmarme—… ¿Quieres saberlo? Mi poder.

—Te mentiría si te dijera que no… pero tampoco quiero obligarte.

—Está bien, Lucy y Sagnier lo saben, creo que tú tienes más derecho sobre ellos a saberlo.

César se colocó de cuclillas frente a mí y tomó otra barita para hacer lo mismo que yo. Cuando le conté sobre mi poder, me miró sorprendido, parecía que tenía muchas cosas que decir, pero mantuvo la boca y cerrada y esperó a que yo terminara de hablar, escuchó en silencio todo, desde el trato que yo recibía por parte de Santiago y Griselda, hasta el día en que supe acerca de mi poder y la actitud que ellos tomaron. Cuando finalicé, él se puso de pie y me jaló del brazo para que yo también lo hiciera, luego me tomó de los hombros y me miró a los ojos de una manera que nunca antes había hecho.

—Nunca le digas a nadie sobre tu poder, la pequeña Lucía no me preocupa, y mantendré bien vigilado a Sagnier, pero a parte de ellos, nadie más puede saberlo, ¿está bien? Yo haré como que no escuché nada, tal y como dijiste anoche, ¡tú no tienes ningún poder!… ¿Recuerdas cuando el supervisor nos habló del día que secuestraron a su esposa? Mencionó a un sujeto con el poder de meterse en las mentes, ese tipo de poder es peligroso, con él pueden llegar a ti, así que entre menos personas sepan sobre esto, mejor, incluso si no tienen la intención de abrir la boca, con ese poder o uno parecido, estamos jodidos… pero yo voy a protegerte, si se llegara a difundir información sobre ti y tu poder y REVENISH viniera a tu caza, incluso si tengo que matarlos, yo no dejaré que te toquen ni un pelo, ¿está claro? Así que de ahora en adelante, nunca desaparezcas de mi vista.

(Universo 2, E10, 64 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Tiempo después comenzó a conseguirse novias y a hacerme a un lado, pero en ese momento, las palabras de César sonaban tan sinceras, que tuve que suprimir mis lágrimas por lo conmovido que estaba con ellas. Sabía que César entrenaba su poder para pelear contra los aliados de Tahiel, pero especialmente, como sabía que yo me las arreglaría para estar presente en la batalla, él quería hacerse fuerte para cubrirme, y no solo a mí, él planeaba pelear y proteger las espaldas de todos nuestros amigos.

César ya no solo era mi hermano, sino también mi héroe, fui consciente de que él daría su vida por mí, y cada vez que yo veía el progreso de su entrenamiento, me convencía de que en serio nada malo podría pasarme su lado y que no tenía nada de qué preocuparme.

Notas finales:

En este cap. volvió a aparecer el nombre de Frank, ¿lo recuerdan? ¿Qué creen que haya pasado con él? ¿Dónde está? ¿Por qué se separó de Camila? ¿Está vivo si quiera?

Weno, les tengo aviso, había pensado en publicar más seguido en vacaciones, pero creo que no lo voy a hacer, hay algunas cositas con las que quiero darme mi tiempo para corregir, y también de la siguiente historia que publicaré, Ojos Color Violeta.

Verán, a diferencia de Un Camino lalala en donde solo tengo un narrador, Massiel, en OCV uso muchos, está la prota Dalila, Ema bebé, Emily, Andrés, Junuem, Ale, Blaise, Leo... creo que ya, pero igual me falta alguno jajaja. Cuando lo publicaba en fanfic.es no había pierde porque al principio del cap. ponía qué narrador estaba utilizando, pero comencé a pasarle a una amiga de la prepa los pdf's de mis historias, y me gustaría que ella entienda qué narrador uso sin necesidad de ponerlo de forma explícita.

El problema es que con tantos narradores... está un poco cabrón, entonces estoy entre solo usar a Dalila, a Ema bebé y quizás Blaise, o, usar solo a Junuem, porque ella es perfecta para ser una narradora omnisciente. No sé cuánto tiempo me vaya a tomar cambiar de narrador, pero sé que necesitaré tiempo, por lo que a la larga pienso que es mejor preservar las publicaciones semanales.

¡Ah! Edher y Katia también son narradores, ahora sí creo que son todos :v

Gracias por leer.


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