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Asegurando un alfa por mikan beloved

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Capítulo 3: La fuerza de un demonio

 

Koga odiaba a los demonios ajenos a su manada.

 

Con todo su ser.

 

Habían logrado superar el invierno y con la llegada de la primavera estaban listos para volver, desgraciadamente los demonios habían pasado un duro invierno al igual que ellos y buscaban cualquier cosa para comer. 

 

Y ellos habían estado en su camino.

 

Habían hecho que los jóvenes se llevarán a los niños y a los ancianos de vuelta a las montañas, mientras él y los mayores se encargaban de controlar a aquellos seres.

 

—¡INUYASHA! —Llamó al joven quien llevaba la peor lucha con un gran demonio de los montes— Deja de contenerte, no es el momento 

 

—Pero… —El temor se reflejó en sus ojos

 

Lo sabía, tenía miedo. 

 

Temía perder el control.

 

Años atrás había perdido el control mientras defendía el pueblo de aquella sacerdotisa, él llegó a tiempo para controlarlo pero no lo suficiente para evitar que los humanos comenzaran a temerle. 

 

Había acariciado el placer del poder y la fuerza, pero le había costado la compañía de la sacerdotisa, quien tenía que mantener a esa gente segura e Inuyasha ya no les generaba esa seguridad. 

 

—Yo estoy aquí, cachorro —Repitió aquellas palabras que había dicho hace años

 

La expresión de sorpresa solo duró unos segundos antes de ser reemplazado por la seguridad de siempre. Conociendo la fuerza de Inuyasha de un salto se subió a la rama a uno de los árboles escapando del agarre del demonio de tres ojos que le atacaba.

 

—¡Manada! —Gritó— En grupo y den espacio

 

Sus compañeros asintieron, tomando distancia antes de juntarse en pequeños grupos apoyándose entre sí, sin darle la espalda al enemigo. Eran buenos guerreros y sabían la importancia del autocuidado y el trabajo en equipo. 

 

Tomando el mango de su espada la desenvaino, no podía solo depender de su fuerza y su agilidad, eran ellos o su manada y él no se iría sin darlo todo. Sonriendo con orgullo se lanzó contra el demonio bajó suyo y con un solo movimiento de su muñeca corto parte de su cuello el cual comenzó a liberar gas venenoso mientras el ser caía al suelo con un fuerte golpe. 

 

Muy pronto estarían rodeados de más de esos seres si no se movían rápido, de pronto un gruñido se escuchó antes de ver al más grande de los demonios caer bajo su peso muerto.

 

El olor a sangre era fuerte y pronto llegaron muchos otros demonios, aquella noche sería larga. 

 

**

 

Su hombro dolía con cada paso que daba, estaba seguro que tendría al menos dos costillas rotas, sin cortar la quemadura por veneno que estaba avanzando en su mano pero aún debía ayudar a tu protegido.

 

Tomando una profunda respiración se acercó a aquel chico bañado en sangre que le miraba con los ojos rojos y mostrando los colmillos, podía escuchar como parte de sus compañeros le suplicaban que se alejara pero no podía, simplemente no podía dejar al menor solo. 

 

—Ya todo termino, cachorro —Murmuró dibujando una sonrisa en sus labios— Hay que volver con la manada

 

—No te acerques —Casi ordenó el menor mientras retrocedía un paso

 

—¿Me estás ordenando? —Su burló. Nadie había osado -ni siquiera lo habían intentado- mandarlo a hacer nada, definitivamente la naturaleza demoníaca le daba demasiado orgullo al cachorro— ¿No son palabras muy grandes para ti?

 

Inuyasha miró a todos lados, parecía estar asustado pero a la vez podía asegurar que era el más fuerte en aquel lugar, era como si peleara internamente entre un deseo básico y su verdadero ser. 

 

¿Pero en realidad quién era?

 

Formaba parte de la manada pero ahora mismo parte de los guerreros más fuertes parecían temerle.

 

Tenía sangre de demonio pero estos lo buscaban como su próximo bocadillo. 

 

Era mitad humano pero estos le temían. 

 

No formaba parte de nada.

 

Estaba solo.

 

Incluso… Koga… 

 

—¡SÓLO ALÉJATE! —Gritó

 

Negando con la cabeza apretó los labios, su corazón golpeaba con fuerza mientras sentía que su mundo se volvía rojo a su alrededor, estaba perdiendo el control. 

 

Y Koga estaba ahí. 

 

—¡INUYASHA! —Koga nuevamente le habló y este pareció sorprendido de verlo frente a él. Con seguridad alzó su mano y tomando una de las orejas del menor acercó su rostro al suyo hasta quedar a solo centímetros uno del otro— Es hora de volver con la manada cachorro, es una orden 

 

Su corazón golpeó con fuerza mientras sentía cómo su cuerpo se relajaba, la mano de Koga estaba firme en su oreja pero gentil, sin generar dolor. Podía oler la sangre y el veneno del mayor, pero este sin temer a estar en desventaja se mostraba como el líder de aquel lugar. 

 

Fue capaz de asentir con la cabeza mientras sus uñas y colmillos parecían relajarse, cosa que hizo sonreír a Koga, quien luego de acariciar un poco la oreja le soltó.

 

—Llevaremos a los caídos —Ordenó cuando los demás tuvieron la confianza de acercarse— Merecen ser despedidos como corresponde y antes del amanecer nos marcharemos 

 

Todos asintieron antes de mirar a su alrededor, a pesar de haber ganado sabían que también habían perdido mucho.  

 

**

 

Tardaron dos semanas más de las normales en su viaje, pero había logrado evitar todos los peligros que podían afectar a la manada y por fin estaban en la cascada, los más pequeños emocionados corrieron hasta llegar a las aguas y refrescarse, mientras los mayores entraron a la cueva escondida tras la montaña para comenzar a desempacar. 

 

Koga cerraba el grupo asegurándose que nadie se quedará rezagado, estaba cansado y su cuerpo le dolía pero sabía que aún debía cumplir con un pequeño acuerdo antes de poder descansar.

 

—Inuyasha —Llamó al menor quien se encontraba jugando con un par de niños— Necesito que vayas a conseguir provisiones y te encargues de cuidar a la manada

 

El menor lo miró desconcertado antes de acercarse no sin antes prometer a los pequeños seguir jugando.

 

—¿Qué quieres decir? —Preguntó casi molesto— ¿Qué rayos harás tú?

 

—Tengo algo que hacer en las montañas —Indicó señalando el Norte— Tardaré un par de días y sé que puedo confiar en ti

 

El albino cruzó sus brazos sobre su pecho, prácticamente molesto.

 

—¿Por qué no te puedo acompañar?

 

—Porque eres un sarnoso que aun no entiende su lugar —Se burló antes de sacudir el cabello del semi demonio quién ya comenzaba a ser más alto que él— Pero confió en que sabrás cómo cuidar a los demás en mi ausencia

 

Sin esperar respuesta le hizo señas a sus dos mejores amigos para irse.

 

—¿Estás seguro que podrá, Koga? —Preguntó Ginta cuando ya se hubieron alejado

 

—Debe poder —Señaló el moreno siguiendo su camino

 

**

 

Los hombres frente a él observaban incrédulos, mientras otros parecía querer golpearlo, no podía culparlos pero él ya había tomado una decisión. El deber de un alfa era siempre buscar lo mejor para los suyos, ya hace bastante tiempo aprendió que tener cierta jerarquía en la manada no era un regalo, era una responsabilidad y no cualquiera estaba listo para eso. 

 

Él mismo había sido preparado y aunque no estaba listo desde que su padre falleció se preocupó de cuidar bien a los suyos. 

 

Se había vuelto lo que su manada necesitaba.

 

—¿Quiere reconsiderar lo que ha dicho? —Preguntó uno de los hombres

 

No culpaba que le preguntaran eso. 

 

Desde hace años habían buscando encontrar una pareja ideal para que pudiera liderar a su lado, su Clan era distinto a otros, hacían viajes más largos y no soportaban el asentamiento como otras manadas. Eran guerreros y eso hacía que su pareja tuviera la misma fortaleza que él, algo que no había conseguido. Necesitaba una pareja que fuera fuerte, tuviera la capacidad de tomar el liderazgo de su Clan y supiera que, de proteger a los suyos, a veces tendría que dejar todo lo que conocía. 

 

Hasta ahora todas las elegidas eran muy sumisas o dóciles, obedecían con mucha facilidad. 

 

No.

 

El necesitaba a alguien que pensara por sí mismo.

 

Que no temiera enfrentarlo si no estaba de acuerdo con sus ideas. 

 

Alguien que no le temiera y pudiera enfrentarse a él. 

 

Alguién que fuera su compañero.

 

Necesitaba estar seguro que quien le acompañará en el poder fuera tan poderoso que le diera confianza y paz a los suyos. Ser alfa no era algo con lo que se nacía, se enseñaba y eso le había hecho ver la persona adecuada en quién poder cargar su trabajo. 

 

—Ya lo he pensado mucho y estoy seguro —Koga afirmó con seguridad— No tomare una pareja, en cambio Inuyasha será enseñado para ser el siguiente alfa, hasta entonces será mi compañero


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