¿Quién se creía que era para andarle llamando “mocoso” y portarse con él de esa manera?
-ese tipo tan engreído... -cerró el puño-“llama a tus padres, seguro aun vives con ellos”... -dijo imitando a Mao.-
Miró a su alrededor.
¿Cómo podía tener un departamento tan grande y lujoso? ¿En que trabajaba? ¿Y por que vive solo, teniendo tanto espacio?
Se levanto del sillón en donde Mao le dijo que dormiría.
“tu dormirás en el sillón” –recordó lo que le había dicho.-
-¿pues que crees? No estas, así que daré una vuelta y haré lo que quiera-dijo mientras empezaba a caminar-¿dónde estará la cocina?-
¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡! ¡!
Se subió a su auto; aun no había terminado con su “trabajo”. Debía volver al hospital. Llego al hospital, pero no bajó del auto, pues aun faltaba media hora para el cambio de personal. Había estado investigando los horarios del personal, lo más importante era pasar desapercibido. Saco una maleta que tenía debajo de su asiento, la abrió y saco unos lentes, y una peluca roja, por precaución, no podía arriesgarse a que lo descubrieran. Salió del auto.
Ya no era la misma recepcionista, esta era más joven.
-disculpe señorita, vine a visitar al paciente de la habitación 96.
-me temo que no le Será posible, él ha sido dado de alta esta mañana. Se lo ha llevado su hermano.- le dijo sonriendo.-
Eso era imposible. Su victima no tenia hermanos, había llegado a esta ciudad huyendo de su contratista. No podía tener familia, no según lo que le habían dicho... pero por otro lado... eso era posible, sino ¿por qué viajaría tan lejos, a una ciudad donde nadie lo conoce?... alguien debía haberle ayudado escapar... pero no su hermano...
-¿a que hora fue dado de alta?
-mas o menos a las doce, poco antes de la una.
¡Maldita sea! Fue dado de alta cuando yo estaba con el mocoso. Ese niño me la va a pagar. De no haberle ayudado habría cumplido con facilidad. Ahora no tengo mas opción que buscarle.
-disculpe, ¿cómo era su hermano?
-yo acabo de empezar mi turno, además no nos tienen permitido dar esa información.
Debía convencer a la recepcionista de que le diera la información; tenia que hilar los datos que tenia de su victima... sabía que no tenia mas de 23 años, que estaba huyendo y que no tenía hermanos, solo una hermana de unos 14 o 15 años... observo a la recepcionista, era morena y de ojos grandes, sin duda una extranjera...
-entiendo... realmente haces bien tu trabajo, ahora entiendo porque te contrataron, no solo eres bonita, también responsable; debe ser difícil encontrar gente como tu.
-gracias... -respondió la muchacha visiblemente sonrojada.-¿eres familiar de...?
-no, solo un amigo de la infancia-le interrumpió; iba a mentirle, después de todo necesitaba terminar el trabajo.-éramos vecinos desde chicos, y estudiamos juntos hasta la universidad. Hasta que se fue de intercambio... cuando me enteré de que lo había internado aquí, decidí venir a visitarlo... y es que hace tiempo que no lo veo, pensé que podría alegrarlo...
-deben haber sido muy amigos...
-si... -dijo con “nostalgia” en su voz-pero la vida separa hasta a los padres de sus hijos... realmente tenía ganas de verle... disculpe las molestias, con su permiso- se dio la vuelta dispuesto a marcharse... no le fastidiaba tener que armar dramas como esos, después de todo ya tenía practica y pensaba obtener lo que necesita con ella.-
-espere, yo no estuve aquí cuando fue dado de alta, pero quizás pueda comunicarlo con el doctor que atendió y dio de alta a su amigo, tal vez él pueda ayudarte.-
-¿pero no estará ocupado?
-no, ya termino su turno, pero aun no se ha ido. Deja me comunico con él.-
lo había conseguido después de todo, menos mal...
-él doctor esta un poco ocupado, pero en un momento podrá atenderte, si quieres puedes esperarle en su consultorio-dijo guiñándole un ojo.-
-gracias.-
solo debo convencer al doctor de que me diga lo que quiero...
Llego al consultorio del doctor y toco la puerta, nadie contesto; toco de nuevo, la puerta se abrió un poco. Decidió pasar. El consultorio no era muy grande, pero estaba muy ordenada y limpia; tenia una ventana con vista a la ciudad, y un escritorio a un lado de ella; sobre el escritorio había unos documentos y archivos. Decidió revisarlos, encontró el que buscaba, al mismo tiempo que la puerta se abría, apenas pudo poner la mano en una fotografía enmarcada.
-buenas tardes- le saludo el doctor, Mao se dio la vuelta y soltó la fotografía.-
-Eliu me dijo que necesitabas ver al paciente de la habitación 96.
Mao observo al doctor; Era bastante joven y guapo, tenía el cabello castaño y ojos oscuros, casi negros, tenia estatura promedio y llevaba puesta la típica bata blanca, y un pantalón gris... el doctor nota que Mao lo estaba analizando, y le miro lujuriosamente; cosa que tampoco paso desapercibida para Mao, quien decidió cambiar el tema, ahora sabía como obtener la información.-
-¿quiénes son los de la fotografía?-pregunto Mao, recargándose en el escritorio coquetamente y con la fotografía entre sus dedos.-
-son compañeros de la universidad.-le respondió el doctor, Mao se quito los lentes.-
-¿y cuando fue que decidiste ser doctor?-pregunto mientras se desabrochaba un botón de su camisa. Esta vez el doctor no respondió, pues se acercaba peligrosamente y sin quitar la vista de la poca piel que Mao había dejado descubierta.-¿no vas a decirme como era la persona que se llevo a “mi amigo”?-la pregunta de Mao fue demasiado directa. El doctor lo sujeto del mentón.-¿por qué quieres saberlo?-le pregunto mirándole a los ojos.-
-porque lo necesito.-Mao beso los labios del doctor-por favor... -ahora el cuello... -
El doctor mira nuevamente al joven que ahora tenia entre sus brazos. Tenia el cabello rojo, como fuego, y ojos púrpuras, que se le antojaban casi felinos; labios delgados y delineados, tez clara, casi blanca, pero no anémica. Llevaba puesta una camisa negra de botones y manga larga, un pantalón beige, y zapatos negros de vestir.
Este joven buscaba a alguien, probablemente su amante, y él quería poseerlo...
¿Qué debía hacer? Si intentaba propasarse, el joven podría negársele, aunque de todas maneras yo podría someterlo; sin embargo, lo violará o no, este podría demandarlo... ¿Qué debía hacer? ¿Proponer un intercambio? La información por su cuerpo... ¿y si se negaba?... ¿podía darse el lujo de arriesgar su carrera por este deseo?...-¿qué es lo que quiere a cambio de la información?-Mao mordió la oreja del doctor, lo que lo saco de sus pensamientos.-
El doctor apenas rozo eso finos labios como respuesta, aun no convencido de que era lo correcto. Mao se dio cuenta y deslizo sus manos sobre la bata del doctor. Este se estremeció. Después de esta respuesta Mao encontró la manera de meter sus manos debajo de la bata blanca, luego la playera; llegando hasta la piel, acarició su abdomen, y parte de la espalda. Desencadenando pasión y deseo; el doctor tendría que ceder...
Mao se hinco; descendió con sus manos mas abajo del abdomen, hasta la hebilla del cinturón, y un poco mas abajo, siempre mas abajo. Ahora la entrepierna, y un poco mas arriba; y más abajo. Amarrando el deseo, y condenando al doctor, que al fin cedió.
Con su mano en la barbilla de Mao, le hizo levantarse, lo necesitaba a su altura. La lujuria se observaba en su mirar. Comenzó a desabrochar la camisa de Mao; un botón, dos botones, tres, y más abajo. Mao empujo al doctor al escritorio y desabrocho su bata, este se la quito junto con la playera.
Mao acaricio el pecho del doctor mientras le besaba el hombro izquierdo; jugo un momento con sus pezones, mientras mordía el cuello, la oreja, y luego el hombro. El doctor lo disfrutaba. Mao solo besaba aquí, y allá, entregado a su trabajo; tenia que hacerlo estallar, y que le dijera todo lo que sabía... ahora sus manos desabrochaban el cinturón, ahora el pantalón, siempre mas abajo, a una zona abultada. Pero el doctor también quería dar. Acaricio a su objeto de deseo. Este dejo lo que estaba haciendo, entendía lo que el doctor quería, se alejo un par de pasos y se quito la ropa. El doctor lo miró por momento, saboreando ese cuerpo. Comenzó acariciando el pecho de Mao, también besando y lamiendo, pero se había cansado de limitarse a solo tocar...
Hizo que Mao se acomodara en el piso, listo para lo que venia, sintió al doctor sobre él; este deslizaba sus manos por la espalda, y más abajo, después se introdujo. Mao solo dejo que jugara un rato con su cuerpo. El doctor se introducía una y otra vez, manchándolo un poco, y cada vez más rápido. Mao ya no sentía nada había pasado algo de tiempo desde que dejo de sentir placer.
Ahora era el turno de Mao, así que esperó a que el doctor saliera de su cuerpo, y así lo hizo.
-quiero... quiero que me digas como era su hermano-le dijo al doctor que se encontraba tendido a su lado, sin escucharlo. Mao repitió la pregunta.-quiero... quiero que me digas como era... dime-susurro en su oído. El doctor volvió a ignorarle. Entonces Mao se rodó hasta quedar sobre el doctor... se arrastro por su cuerpo, recorriendo cada rincón y haciendo que el doctor se estremeciera y suspirara de vez en cuando.-¿cómo era?
-era atractivo... pero no tanto como tu... -ahora el doctor estaba bocabajo y Mao arriba, utilizando todas sus artimañas. Introdujo uno de sus dedos y lo movió dentro del doctor-... tenia el cabello negro... -introdujo un segundo dedo.-... y sus ojos. -los movió dentro del ano.-... sus ojos...
-¿cómo eran sus ojos?-saco ambos dedos.-
-sus ojos eran... -sintió salir los dedos de Mao.-... llevaba lentes oscuros...
-¿y que más?-ahora se introdujo en él.-
-no lo sé... no dijo mucho... -salió del doctor.-en serio... no sé nada mas... era de estatura normal... -Mao se dio cuenta de que el doctor decía la verdad... no había nada mas que hacer... se levanto y comenzó a vestirse.-
-no me has sido tan útil como pensaba-le dijo fríamente al doctor.-
-no había mucho que yo pudiera hacer... lo siento... si de algo te sirve, yo... -Mao salió por la puerta algo molesto... al final de cuentas no tenia nada importante.-
Lo único que sabía era que su victima no tenía hermanos, y que la persona que se lo había llevado tenía el cabello negro y lentes oscuros... ¿cuánta gente en la ciudad habría con una descripción así?... ¿cuánta gente?... ¿cuántos hombres?....
Estas preguntas lo mantuvieron pensando durante todo el camino de regreso a su departamento. Iba tan distraído que no se fijo en el semáforo que estaba en rojo, y por esta razón, lo multaron.
Como si no fuera bastante haber perdido el tiempo con ese sujeto inútil, ahora tener que decirle a mi contratista que no puede hacer lo que me pidió... y todavía esto... solo quiero llegar a mi departamento a bañarme y dormir un rato...
Llego a las cuatro de la tarde a su departamento, frustrado, cansado, enojado, y de muy mal humor; y todavía faltaba lo peor, sin duda alguna...
Abrió la puerta y lo primero que vio no le gusto nada. Había restos de comida desperdigados por el piso, latas de soda por todos lados, y un adolescente en bóxer con una camisa puesta que no le pertenecía, pero que se le veía MUY bien, sentado en un sillón y viendo tranquilamente el televisor.
-¡Quién puso mi departamento en ese desastre!!!!-el chico rubio voltea a ver al recién llegado. Después miró a su alrededor y sonrió nerviosamente.-
-hola, ¿cómo estas? ¿Adónde fuiste?- Koichi trato de desviar la atención de Mao, pero este solo lo miraba con unos ojos púrpuras llenos de coraje.-
-me voy por unas horas y tu destruyes mi departamento... te voy a... -se acerco a Koichi para tratar de ahorcarle, pero comenzó a sonar el teléfono.-
-el teléfono... suena-dijo Koichi levantándose del sillón, con intenciones de ir a contestar.-
-no te atrevas... -pero Koichi corrió con todas sus fuerzas a contestar.-¡no contestes! ¡Detente!-pero Koichi no hizo caso.-
-bueno ¿quién habla?
-suelta ¡El maldito teléfono!!!!!
-¡cállate trato de hablar por teléfono!-Koichi no tenia vergüenza, y a Mao le faltaba la paciencia.-si... ¿Mao? Un momento por favor; mira Mao te hablan.-dijo sonriendo.-
-es mi departamento y MI teléfono.- se lo quitó de las manos.-era obvio que llamaran buscándome.
-perdón... es que quería saber si era tu abuelita.
-mi abuela esta muerta... -contesto el teléfono. Ya conocía esa voz áspera; ya sabía por que le llamaban, y también sabía lo que le dirían si Koichi contestaba.-
-¿por qué no llamabas?
-no he terminado.-contesto Mao.-
-¿quién contesto el teléfono?
-él... es mi sobrino.
-¿te ha costado trabajo hacer algo con el niño a tu cuidado? Porque yo podría hacerme cargo de él y enseñarle un par de cosas...
-el niño no es el problema. Fue dado de alta.
-¿quién?
-¡Quién mas!-dijo gritando, pero se dio cuenta de que Koichi lo miraba poniendo especial atención a su conversación telefónica.-¿qué estas haciendo aquí?-Koichi salió casi corriendo de la cocina a la sala, y se refugio tras el sillón. Mao se aseguro que Koichi no siguiera escuchando.- no pude matarlo porque fue dado de alta; se lo llevo un sujeto que se hizo pasar por su hermano... ¿qué piensas hacer?
-habrá que encontrarle.
-mandaras a tus buscadores, solo no olvides que esta ciudad es grande...
-es tu trabajo.
-no quedamos en eso... necesito mas información, perfiles, características físicas, datos... y renegociar el trato.
-hablaremos de eso luego... yo te diré cuando,
-hasta no saber no haré nada.-colgó el teléfono.-
realmente hoy no es mi día...
-¿problemas en el trabajo?
-¿qué haces aquí, parásito? Ve a ponerte algo decente, quítate mi camisa, lávala, plánchala, y ponla en su lugar; después limpia la sala: aspira los sillones, y la alfombra... y ya que estas en eso barre y trapea la cocina, no olvides limpiar los muebles que hayas tocado con tus asquerosas manos...
-pero...
-cuando termine de bañarme quiero que todo este en orden.-se dio la vuelta y después entro por una de las puertas.-
Minutos después un pobre Koichi, con pañoleta en la cabeza, y camisa remangada, pasaba la aspiradora, por la alfombra de la sala.
Ahora resulta que soy sirviente de este arrogante, patán, si quiere un departamento limpio, debería arreglarlo él; y si le da flojera limpiar un departamento tan grande debería mudarse a un sitio más normal...