Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi alma, mi decisión por Sora Hatake

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Voy a clases, creo que hoy tendré unas horas libres más tarde así que te veo después —indicó Naruto.

—Bien, yo iré con mis nuevos amigos —contestó Kakashi señalando al equipo de futbol.

—Que te hablen no significa que son tus amigos —aclaró Naruto.

—Solo dices eso por celos —dijo Kakashi para ir hacia el campo. —¿Qué hay chicos? —saludó acercándose al equipo.

—Kakashi, que bueno que regresas, queríamos preguntarte si no quieres unite al equipo —habló el capitán.

—Eh, pues…por el momento no puedo, tengo otro proyecto en el que estoy trabajando —contestó Kakashi rascando su nuca.

—Que lastima, pero bueno, hay una fiesta el fin de semana, ¿vienes?

—Si —contestó rápidamente Kakashi, y recordó las palabras de Naruto —, pero ¿puedo llevar a alguien?

—Por supuesto, ¿quién es? ¿Alguna chica linda? —preguntó el capitán moviendo aquellas cejas pobladas.

—No, es un amigo, quizá lo conozcas, se llama Naruto —dijo Kakashi prestando atención a los chicos que de inmediato hicieron gestos de disgusto y comenzaban a murmurar cosas entre ellos. —¿Pasa algo?

—Escucha Kakashi, Naruto no es un invitado que nos guste tener en las fiestas, o cerca; Creo que eres nuevo, así que mejor aléjate de él antes de que sea tarde —dijo el chico para darle una palmada en el hombro.

—¿Antes de que sea tarde para qué? —cuestionó confundido el demonio.

—Solo aléjate de él. Si quieres ir a la fiesta, adelante, pero no lo traigas —le advirtió el capitán antes de regresar a su entrenamiento.

 Kakashi se quedó confundido, ¿qué había hecho Naruto para que lo rechazaran de esa forma? Vio a su alrededor, tal vez alguien más lo sacaría de dudas, así que vio al grupo de chicos vistiendo de negro y fue hacia ellos.

—Que tal—saludó acercándose.

—Oh, eres tú, no te vi en la reunión el otro día —dijo el chico gótico que le hablo en un inicio.

—Me surgieron unos compromisos y no pude ir.

—Como sea, hacemos reuniones muy seguido, ven a otra, nos gustan tus vibras—habló el chico a lo que algunos de sus compañeros asintieron.

—¿Puedo llevar a alguien? —preguntó Kakashi.

—¿A quién? Nuestro grupo es algo especial—señaló otro del grupo.

—A Naruto, es mi amigo, y no se preocupen porque se vista mal, yo lo arreglo para la ocasión —aclaró, aunque fue en vano ya que de nuevo vio gestos de disgusto entre los presentes.

—Él no está invitado.

—Da malas vibras—habló otro.

—Si quieres venir, hazlo solo—le indicó el chico que lo invito desde el inicio.

—Pero, ¿por qué? —Kakashi los vio confundido.

—Solo no lo traigas, sus vibras negativas no le gustan a nadie —fue lo último que menciono.

Kakashi estaba aun más confundido, pero no se iba a quedar así, fue por toda la escuela acercándose a grupos de estudiantes reunidos, aunque con todos fue exactamente igual; al inicio se portaban amables con él y lo invitaban a fiestas o reuniones, pero al mencionar a Naruto todo cambiaba, se ponían serios, le cancelaban la invitación o le decían que solo podía ir él, nadie le aclaraba porque Naruto no, solo le advertían que se alejará del rubio.

—Maldición, Naruto tenía razón, esto no es fácil —se quejaba mientras caminaba por los pasillos de la escuela. —Tal vez solo debería llegar a una de esas fiestas con él sin avisar, aunque eso sigue sin decirme nada de porque nadie lo quiere cerca —. Se detuvo un momento para ver a su alrededor; observo al fondo del pasillo, Sasuke lo estaba viendo de mala manera, sin embargo, eso era normal desde que llego, lo que le atrajo la atención era la energía tras de Sasuke. —Si los humanos no me responden mis dudas, los fantasmas lo harán—pensó para sí mismo y comenzó a buscar hacia donde sentía aquellas energías paranormales.

Recorrió la escuela hasta llegar a un salón que se encontraba al fondo de un pasillo, sentía algo dentro de ese lugar, y no era precisamente algo bueno por lo que se dispuso a investigar.

Entre más se acercaba a la puerta, más pesado se sentía el aire a su alrededor, notó que estaba completamente solo; Era extraño, él no le tenía miedo a nada, era un demonio, la encarnación del mal, aun así, su mano pareció temblar un poco mientras se acercaba a sujetar la perilla. Estaba a punto de abrir cuando sintió como alguien lo sujeto del hombro.

¿Cómo era posible que no lo sintiera? Él mismo vio que el pasillo estaba solo, y era sensible a sentir las energías de las personas -tanto vivas como no vivas-; Además de que aquel agarre era fuerte, sentía como si quisieran partirle el hombro.

Ni estando en las mismísimas brasas del infierno había sudado, y justo ahora sintió una gota resbalar por su rostro.

—¡Kakashi! ¿Qué estás haciendo aquí? Te he estado buscando por todos lados—la voz de Naruto se iba acercando. —Profesor Jiraiya, ¿acaso lo estaba molestando?

—No, para nada, acabo de llegar al igual que tú —contestó de forma amable el adulto que se encontraba sujetándolo del hombro. —¿Te puedo ayudar en algo, jovencito?

—¿Buscabas algo aquí, Kakashi? Esa es la oficina del profesor Jiraiya —indicó Naruto.

—Yo…estaba buscando fantasmas —respondió Kakashi sintiendo alivio al escuchar a Naruto, por lo que al fin se giro a ver al hombre tras suyo quien soltó una carcajada al escuchar su respuesta.

—Pero que tonterías dices —Naruto negó con la cabeza.

—Así que tu también has escuchado esos rumores de que hay fantasmas por aquí —dijo el profesor Jiraiya soltándolo finalmente. —No se quien los invento pero lo relacionan al hecho de que hablo latín, y ahora se han esparcido por toda la escuela, por eso los alumnos no se atreven a venir y esta muy solitario este lugar.

Kakashi fue rápidamente -casi huyendo-al lado de Naruto para ocultarse tras él.

—¿Qué demonios te pasa? —cuestionó Naruto viéndolo. —Perdón por molestarlo profesor, es solo que mi amigo es tonto y se cree cualquier cosa.

—No pasa nada, aunque no te había visto por aquí antes, ¿eres nuevo? —indagó el profesor centrando su vista en Kakashi.

—Eh…yo—Kakashi vio a Naruto esperando que respondiera por él.

—Solo esta viniendo de oyente a algunas clases —explicó Naruto.

—Entiendo, ¿qué edad tienes, jovencito?

—Eh…26, creo —dijo asomando su cabeza por el hombro del rubio.

—Oh, eres algo mayorcito. Tú estas cerca de cumplir 21, ¿No Naruto?

—Si, ya falta muy poco para que sea mi cumpleaños —habló el rubio sonriendo, esperaba que para la fecha Kakashi ya le haya cumplido su petición y pudiera festejar su cumpleaños acompañado.

—Espero una invitación a tu pastel —bromeó el mayor guiñándole el ojo. —Ahora, aparte de encontrar fantasmas, ¿hay algo más en lo que pueda ayudarles?

—Creo que no, perdón por molestarlo —se disculpó Naruto.

—Ya te dije que no es nada, me gustan las visitas, menos las del profesor Orochimaru cuando viene a regañarme.

—A nadie le gusta eso —secundó Naruto. —Vamos Kakashi, que seguro el profesor Jiraiya tiene cosas que hacer.

El rubio comenzó a alejarse del profesor seguido del demonio quien lo vio de reojo para ver la sonrisa amable de Jiraiya que los veía irse.

—Ese viejo no me agrada —dijo Kakashi.

—No le hables así al profesor Jiraiya —regañó Naruto. —Él es mi profesor de latín, de la clase donde te dormiste.

—¿Recuerdas lo que te dije de los contratos con demonios? Lo que ocurre con las marcas una vez que son cumplidos.

—¿Eso qué tiene que ver con él profesor Jiraiya?

—Tiene dos marcas rojas en su rostro —indicó Kakashi deslizando sus dedos por sus mejillas simulando las marcas del profesor.

—No digas tonterías Kakashi, el profesor Jiraiya no es un demonio —Naruto iba negando con la cabeza. —Para que lo sepas, él es uno de los profesores más respetables de esta institución, lleva muchos años dando clases aquí y todos lo quieren porque es muy bueno. Si hubiera un demonio cerca, ese sería el profesor Orochimaru—murmuró aquello ultimo señalando al profesor mientras bajaban las escaleras.

Kakashi lo analizo con la mirada. —No, él no es uno, además de que esta muy pálido, te pasaría que fuera un fantasma o un vampiro, pero no veo esas vibras oscuras en él…a menos de que las esconda bien.

—Como sea, ¿qué hacías en cerca de la oficina del profesor Jiraiya? Ahí no encontraras un amigo para mí.

—Estaba investigando algo, y como los chicos no resolvían mis dudas pensé que tal vez un fantasma si lo haría.

—¿Entonces esa tontería de estabas buscando fantasmas era cierta?

—Pues sí, y sentí que en ese lugar había.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

—Por las vibras que emiten las almas; con las almas humanas solo se siente una leve vibración, pero con las almas de fantasmas puedes escuchar los gritos pidiendo ayuda ya que están atrapados en este plano.

—Oh, entonces puedes sentir todo ese tipo de cosas, ¿y no te abruma sentir tantas almas humanas a tu alrededor en modo vibrador?

—No, con el tiempo te acostumbras —Kakashi levantó los hombros. —Y me ayuda a estar alerta.

—¿Por eso ayer estabas como loquito viendo a todos lados?

—Si, porque sentía a ese estúpido ángel siguiéndonos, como ahora.

—¿Ahora? —Naruto vio a su alrededor. —¿Dónde está? No lo veo.

Kakashi le quito su mochila y la lanzó contra las ramas de un árbol haciendo que aquel ángel cayera en un golpe seco.

—Oye, eso no se hace —regañó Naruto para correr hacia donde había caído el ángel.

—Descuida Naruto, estoy bien —aclaró Obito estirando su mano para que lo ayudará a levantarse, pero Naruto paso de largo para tomar su mochila.

—¿De qué hablas tú? No esta bien que lance mis cosas, las puede dañar —aclaró el rubio.

—¿Te ayudo? —preguntó Kakashi acercándose para estirar su mano.

—No me toques —Obito apartó su mano para levantarse solo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Naruto.

—Cuidándote, ¿no es obvio?

—Ya te dije que no te necesito.

—Bueno, también estoy buscando el momento adecuado para apartar a ese molesto demonio y que dejes de tener esos pensamientos maliciosos.

—Si vas a estar cerca solo esconde tus alas o algo así, te ves muy extraño —señaló Naruto al notar como había gente a su alrededor viéndolo raro mientras murmuraban cosas.

—Descuida, nadie de ellos me ve, solo tú. Justo ahora es como si hablaras solo —explicó Obito.

—Maldición, ahora el que parece loquito soy yo —dijo Naruto agachando la cabeza apenado. —Te ignorare a partir de ahora.

—¿Qué? Pero si soy tu voz de la razón.

—Vamos Kakashi —dijo Naruto para comenzar a caminar.

—Te estoy hablando —Obito iba a su lado agitando los brazos.

—¿A dónde vamos? —preguntó Kakashi siguiéndolo.

—Te dije que tendría horas libres, así que vamos a casa, aunque primero quiero pasar a haces unas compras —contestó el rubio ignorando al ángel que seguía intentando llamar su atención.

—¿Me compras algo? Vi a unos chicos comiendo…eh, helado, o algo así dijeron que se llamaba —decía Kakashi.

—No se lo compres —dijo Obito.

—Esta bien, solo porque gracias a ti no reprobé —respondió Naruto.

Kakashi vio a Obito para sonreírle triunfante.

—Dame un momento, ya vuelvo —dijo Naruto para entrar a una tienda.

—No sabes lo mucho que te odio —soltó Obito mientras lo veía molesto.

—Uy, esos sentimientos no son muy positivos para un enviado del “señor” —decía en forma burlona el demonio. —Por cierto, ya que estas aquí molestando, necesito que me ayudes con algo.

—No, no pienso ayudarle en nada a alguien como tú —Obito giró su cabeza de forma orgullosa.

—Vamos, es para ayudar a Naruto, ¿o acaso no quieres que él este bien?

—Por supuesto que sí, pero no que tú lo ayudes—dijo Obito para picar el pecho de Kakashi.

—No importa, puedo hacer esto solo —Kakashi apartó su mano de un manotazo. —Cuando menos lo esperes esa alma ya será mía y Naruto no tendrá salvación.

—No importa que deba hacer, yo me encargaré de evitar eso a cualquier costo.

—Bien, a partir de ahora te ignorare como lo hace Naruto, que la gente me ve raro hablándole a la nada —dijo Kakashi girándose a ver a otro lado.

—No te atrevas apestoso demonio.

—Naruto, ¿ya me compraste mi helado? —preguntó Kakashi pasando de largo a Obito para entrar a la tienda.

—Si, pero espera hasta la casa para abrirlo —contestó Naruto mientras guardaba sus compras en una bolsa.

—Pero lo quiero ahora.

—No, hasta la casa —insistió Naruto mientras caminaba hacia la salida para ver a su alrededor. —Parece que Obito ya se fue.

—Es mejor así —dijo Kakashi levantando la vista para ver al cielo.

—¡Estamos en casa! —gritó Naruto entrando a su hogar.

—Qué bueno, había un gato negro allá afuera, y se me quedo viendo feo, me dio miedo —decía Sai acercándose rápido a la entrada.

—No seas tonto Sai, eres un fantasma, los gatos no pueden verte —contestó Naruto.

—Yo si le creo, los gatos también pueden sentir las vibras —lo apoyó Kakashi.

—¡Ah! ¡Cuídame de ese gato Naruto! —exclamó Sai para abrazar al rubio.

—No seas dramático, es un gatito, no te hará nada malo —respondió Naruto.

— ¿Ya me das mi helado? —preguntó Kakashi revisando entre las bolsas.

—Sí, pero me tienes que ayudar con mi tarea de latín.

—Después, ahora tengo una tarea más importante que hacer —dijo Kakashi tomando el bote de helado para desaparecer.

—Ah, ese demonio, ojalá se le derrita el helado en el infierno —se quejó Naruto para soltar un suspiro y ver a Sai. —Imagino que tú no sabes latín, ¿o sí?

—Que este muerto no quiere decir que sepa de lenguas muertas —aclaró Sai. —O…tal vez sí, porque sé que el latín es una lengua muerta y no debería saber eso.

—Mira, ve mis apuntes para ver si recuerdas más —Naruto de inmediato saco su cuaderno para ponerlo frente a Sai, quien veía fijamente las hojas. —¿Si lo recuerdas?

—No lo sé, no logro entender tu letra —contestó Sai entrecerrando los ojos mientras intentaba descifrar lo escrito ahí.

—Olvídalo —dijo Naruto resignado para cerrar su cuaderno.

Kakashi fue de nuevo a la biblioteca de almas; el expediente de Naruto debería de tener la información que buscaba si o si.

—Yamato, necesito de nuevo la información de mi contratista —soltó poniendo su bote de helado en el mostrador.

—¿Sigues sin conseguirle un amigo? —preguntó el demonio castaño.

—Sí, todos esos chicos a su alrededor lo evitan y no entiendo porque —respondió Kakashi.

—Dame un momento —Yamato comenzó a buscar entre los libros de almas que había en el lugar.

—Deberías de tenerlo a la mano si ya sabes que vendré yo por él —se quejó Kakashi.

—Es culpa del chico del otro turno, siempre desordena mis cosas —contestó Yamato mientras buscaba. —Pero debe estar por aquí.

Kakashi soltó un suspiro y se dispuso a esperar. Veía a Yamato ir de un lado a otro; se recargó en el mostrador mientras veía las gotas de su bote de helado deslizarse hacia abajo, tal vez debía comerlo ya y no esperar hasta llegar a casa, así que tomo el bote para abrirlo cuando el castaño se puso frente a él.

—El expediente no está—dijo Yamato alarmado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).