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Lunas de nieve por Silence Tsepesh de Lenfet

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Rowan pasa corriendo por mi lado, alcanzo a notar el olor de las papas fritas… y el grito furioso de Eddie.


— ¿esas eran las ultimas?- pregunto, intentando no reír. Siempre hay cosas que me gustaría que nunca cambiaran, espero que esta sea una de esas cosas.


— lo eran.


— lastima. Yo no me atrevería a hacerlo si tengo que regresar a dormir al mismo lugar— Eddie me mira, y una sonrisa malvada aparece en su rostro— no, eso no es lo que quise decir ¡No le digas a Rowan que yo te di esa idea!


— no servirá de mucho pero será divertido.


—olvídalo ¿bien? estaba pensando en volver al karaoke. Es muy divertido, invitemos a Gabriela y Fabien, que también inviten a Will y Norman— estoy seguro de que aunque no canten se la pasarán bien— subirán a cantar sin estar ebrios.


— tengo… mucho tiempo que no voy a un karaoke.  


— los demás ya fueron— esa noche vi que los demás estuvieron allí, fue divertido ver a las chicas cantar— ¿Qué dices? sé que podemos ponernos de acuerdo ahora mismo si se los pregunto. Anda, lleva a Rowan si quieres. Killian también puede venir… Umm, creo que dirá que no, muy sensible aun y querrá quedarse a cuidar a Nell.


— puede llamar a la niñera o dejarla con alguien más, Lon hace eso. Pero también creo que no es momento para llevarlo a un bar. 


— será en otra ocasión. Se divertirá. Entonces tú iras ¿cierto? siempre estas cantando por aquí esas canciones de rock, puedo escucharlo.


— ¿escuchar qué?- Gabriela se asoma, saludando con la mano. No estaba aquí cuando llegue y por la hora los demás deben estar de camino aquí.


— iremos a un karaoke ¿vienes? Puedes invitar a Norman— ella se ve mucho más emocionada que Eddie por ir. Platicamos sobre el karaoke, más bien yo contándole todo lo bueno del lugar. Fabien se anota en cuanto la palabra karaoke sale de mi boca. Todo parece estar muy tranquilo desde que Donelly pudo volver a transformarse y aunque tuve ese regaño tampoco pasó gran cosa después. La puerta se abre y una campanilla suena con mucho escándalo. Esa fue una adquisición más reciente cuando Eddie se dio cuenta que todos entrabamos y salíamos cuando queríamos, al menos así sabría cuando llegaba alguien. Gabriela se levanta. También me levanto porque ya sabemos que cuando hay algún cliente tenemos que ir a la sala de espera.


— les diré cuando Will tenga libre por la noche y podemos elegir cuando ir.


— bien. También tengo que revisar mis horarios. 


— ¿Tarik?- me volteo bruscamente cuando me llaman y reconozco la voz. Ash está frente al escritorio de Gabriela— vaya, que sorpresa ¿Qué haces aquí? ¿También tienes una mascota?- un perro blanco y de tamaño mediano está sentado a su lado.


— eh, no, no tengo una mascota. Ellos son mis amigos.


— ¿en serio? que coincidencia. Regreso en un momento— sonríe cuando Gabriela y Eddie le indican por donde pasar al consultorio.


— ¿Cómo lo conoces?                               


— es mi compañero de trabajo.


— ah, otro doctor.


— psicólogo en realidad— no sabía que vivía tan cerca de aquí, nunca lo había visto por la zona y ya ha sido bastante tiempo que me la paso cerca de aquí. El teléfono suena y ella contesta, Fabien se queda mandando mensajes y yo solo espero. La campana vuelve a sonar cuando llega Beau.


— tuve que quedarme haciendo limpieza después de la case— deja sus cosas a un lado del escritorio de Gabriela, Fabien se ríe y hace la pregunta que yo estaba por hacer.


— ¿Qué hiciste?


— ¡Nada! fue injusto… otro compañero hizo una broma a la profesora, intente no reírme pero ¡Era muy gracioso! ¿Castigado por reír? Injusto. Al menos tuve suerte y no llamaron a Rowan— aunque Rowan nunca le regaña mucho por esas cosas, y desde que el castigo consiste en no venir aquí, Beau no da muchos problemas— ¿Eddie está en consulta? Quiero ir a la tienda de comics.


— no sabía que te interesaban los comics— es tan hablador y nunca le escuche mencionar cosas sobre superhéroes o algo así.


— hay uno nuevo, mis amigos estaban comentándolo y quiero saber porque les gusta tanto pero no sé dónde hay una tienda de comics.


— solo hay que buscar en internet— no entiendo el mapa que veo en la pantalla de mi teléfono, con ayuda de Beau y Gabriela logramos ubicar las tiendas más cercanas y luego encontrar sus páginas de ventas para ver los productos que tienen porque ¿Qué sentido tiene recorrer todo si no tienen los comics que busca Beau? Gabriela me mira con lastima cuando digo eso— ¿Por qué buscas a Eddie?          


— pensé que podía llevarme… no quiero pedirle dinero a Rowan o Baruch.


— yo puedo llevarte, siempre quise que alguien me comprara cosas.


— ¿en serio? interesante— La voz de Ash, divertida y curiosa, regresa. Él está solo, sin Eddie ni el perro— ¿es tu hermanito?- Beau frunce la nariz.


— es como si lo fuera— intervengo antes de que Beau se comience a quejar de que no es un niño— ¿vives cerca de aquí?- la campana de la puerta suena otra vez.


— no. mi veterinaria se va a mudar y me recomendó este lugar, Aurum no está enferma pero es mayor y solo para evitar algún problema le hago revisiones cada cierto tiempo— sus ojos vuelven a fijarse en Beau— ¿ya tienes alguna idea de lo que te gustaría estudiar? Debes estar cerca de elegir una universidad.


— veterinaria. Quiero trabajar con animales grandes— Ash se ríe, no en una burla, solo algo alegre. Beau sigue hablando de tigres y elefantes hasta que la puerta del consultorio se abre y unos momentos después Eddie regresa con la mascota de Ash y él se acerca a recibirla. Alcanzo a escuchar que todo está bien con Aurum y solamente le recomienda una dieta más blanda para evitar problemas dentales y digestivos.


— Tarik— siento su mano en mi brazo— escuche de las enfermeras que tuvieron una salida divertida hace días ¿no te has olvidado de que tenemos una cita?


— ¿Qué? no, no lo he olvidado.


— ¿te parece bien este sábado?


— eso creo… solo trabajo medio día.


— excelente. Nos vemos— se detiene solo para mirar dentro de la pecera de la serpiente— me gusta esta serpiente—murmura para sí mismo y solo sigue hasta salir por la puerta. Apenas la puerta se cierra, Gabriela silva con aprobación.


— vaya, tienes una cita— me encojo de hombros. No voy a decirles que fue porque le pedí un favor, y si bien es raro pedir una cita a cambio tampoco me parece algo malo o comprometedor— ¿te gusta? Nunca mencionaste que estuvieras interesado en alguien— solo le sonrió sin responder. Me giro para sentarme otra vez y veo a Donelly de pie junto a las sillas. Casi grito de la sorpresa ¿Cómo puede sorprenderme así?


— Hola— saludo, en un intento de disimular— ¿se te perdió algo aquí?- él frunce la frente. 


— no sabía que tenía que perder algo para venir aquí.


— no lo necesita— interviene Eddie. Beau también comienza a quejarse con Eddie sobre lo injusto de su castigo, lo que me hace recordar que iríamos a comprar comics. Terminamos caminando solos a la tienda, a varias calles. Eddie quería acompañarnos pero aún tenía trabajo y nadie más se ofreció para acompañarnos. Resulto que el comic que busca Beau es sobre hombres lobo. Me rio todo el camino de regreso.


— tienes que prestármelo cuando termines. Te llevare a comprar los que salgan después.


— ¿en serio? ¡Hecho!- Killian y Nell llegaron mientras no estaba. A pesar de ser tan pequeño el lugar es muy acogedor cuando estamos así. Cuando llega Rowan, mucho después de la hora de cerrar, todos seguimos aquí. Fabien es el primero que se va porque vienen por él, luego Baruch pasa por Beau y es cuando decido que es hora de irme también. Me despido y salgo. Apenas cruzo la calle escucho pasos siguiéndome.


— ¿también te vas?


— cómo segunda casa es demasiado pequeña— Donelly. Estoy muy seguro de que ha estado siguiéndome los últimos días… siguiendo no es lo que hace pero ¿buscándome? Algo como lo que yo hice antes con él— parecías satisfecho allá.       


— me gusta ver a todos conviviendo. Lloverá— comento cuando un relámpago ilumina todo. Creo que sería mejor regresar a la clínica... aunque mojarme de camino a casa es atractivo. Que va, me mojare— ¿quieres decirme algo?


— ¿Por qué tomabas eso?- me toma varios intento darme cuenta de que habla.


— dijiste que eras bueno adivinando.


— estabas en una ciudad, sé que no hay muchos bosques allí. Pero no entiendo porque elegir ese lugar si hay muchos más además el nivel de la universidad o los hospitales no te importan o no habrías venido aquí sin dudarlo— suspiro, deteniéndome en la calle por el tránsito. Las personas caminan rápidamente en un intento de evitar la lluvia.


— ¿interrogaste a todos de la misma manera? Es cierto que no me importa mucho la calidad de los hospitales, no estoy buscando ser reconocido ni recibir premios por mi trabajo, demasiada atención para mí gusto. No era muy bueno peleando, y estaba solo… no quería entrar en el territorio de una manada por accidente, ya sabes que no todas reciben bien a los forasteros— vuelvo a caminar.


— no te gusta pelear— no es pregunta— aunque no debes hacerlo mal, has peleado aquí con los demás.


— Lon es bueno enseñando. Por instinto, se defenderme, pero nada más. Pensé que si elegía un lugar donde no hubiera manadas cerca estaría bien— nadie peleando, sin preocuparme por si alguien desconocido llegaba.


— eso debió ser muy solitario.


— no tienes idea de cuánto— respondo antes de darme cuenta. Él no comenta nada— no estoy intentando ocultar nada pero no me gusta hablar de algunas cosas de mí pasado en especial cuando veo como son las cosas aquí— y veo como pudo haber sido ¿jugaría con mis hermanos en la nieve? Pff, claro que lo haríamos. Correríamos todos juntos, esperando a que papá nos llamara. Tendríamos comidas cada semana tal vez, o tal vez nos hubiéramos mudado con la otra manada. Ni siquiera supe quiénes eran o donde tenían su territorio. Una gota cae en mi brazo, otra en mi cabeza y de pronto todo es una auténtica tormenta.


— ¡Vamos!- la mano de Donelly se aferra a mi muñeca y corre, tropiezo cuando su fuerza me jala para que también corra.


— espera…- no me escucha. Corro tras Donelly, evitando gente e intentando no caerme. No puedo evitar reírme mientras corremos bajo la lluvia. Giramos de pronto y entramos por una puerta abierta. Alcanzo a ver un letrero luminoso pero no lo puedo leer— ¿Dónde estamos?   


— estas riendo como niño pequeño.


— me estoy divirtiendo— se sacude el agua de la ropa, y mientras lo hace, le doy una mirada al lugar: es un bar. No es un lugar grande, hay seis mesas distribuidas en el lugar, una barra amplia con ocho bancos altos, una escalera sencilla y lo que parece un segundo piso con más mesas. La luz tenue, pareces decoradas con artículos viejos y poster de conciertos y discos famosos, además de la música suave tocando de las bocinas le da un aire muy tranquilo.


— era uno de mis lugares favoritos antes. Me alegra ver que aún existe aunque ha cambiado un poco— nunca he entrado a un bar parecido, siempre son más ruidosos y llenos de personas, con espacios para bailar. Aquí parece más el salón de algún club privado o algo así— vamos, no dejara de llover pronto— entra primero, antes de que pueda decirle que me gusta mojarme en la lluvia. Otro relámpago seguido por un fuerte trueno me hace decidirme a entrar. No es buena idea caminar con semejante tormenta. La chica que atiende la barra ya está en la mesa con Donelly lo que no me extraña porque no hay nadie más aquí.


— lo mismo que él— pido cuando me siento y antes de que ella me pregunte. Ella regresa rápido con dos vasos con hielo y licor.


— extraño viajar— comenta de pronto— me refiero a que extraño viajar con mi anterior manada. Era divertido porque nunca sabíamos dónde íbamos a terminar. La mayoría de las veces eran bosques, y aun así todos eran diferentes, pero también nos quedamos en desiertos y playas. Algunas paradas de humanos. Extraño eso— le da un trago a su vaso.  


— entiendo.


— no cambiaría nada,  porque me gusta mucho estar aquí pero aun así…


— ahora puedes viajar otra vez.


— sí, puedo hacerlo. Siempre quise hacer eso con los demás, ir a algún lugar y acampar, divertirnos…- hay tristeza en su voz. Me siento mal cada que se menciona lo que Donelly se ha perdido, es injusto,  triste y entiendo porque era tan malhumorado y agresivo antes. El alcohol me hace sentir cálido cuando lo bebo.


— si le dices a los demás, de seguro que organizan todo para salir mañana mismo.


— ¿tú no vendrías?


— ¿me invitarías?- le sonrió, burlándome.


— sí. Sé que me porté mal contigo y que te dije cosas desagradables por las que ya me disculpé, no sigas creyendo que no me agrades.


— oh, es bueno saber que te agrado. Cualquiera diría que no te agradaba mucho verme.


— estabas siendo muy molesto cuando yo no quería compañía— me rio, ignorando su mueca de malhumor al recordar— ¿Cómo es que eres tan insistente?


— aprendes trucos cuando…- ah, no entenderá. Le doy otro trago a mi vaso, casi lo dejo vacío porque no hay forma que hable de eso sin algo de alcohol.


— ¿Cuántos años tenías?- no me mira, sus ojos están fijos en su vaso también casi vacío— cuando te quedaste solo— añade. Bien podría haber hecho la pregunta, por la forma que pregunto él ya adivino lo que paso. Le hago una seña a la chica de la barra para que nos llene los vasos.


— ocho… tal vez nueve.


— ¿Qué les paso? lo siento si es una pregunta incomoda.


— no lo es, es normal preguntarlo— solo que aquí no me obligan a responder— Avalancha. Viajaban para verse con otra manada así que solo quedamos mi abuela y yo. ella murió años después y como no quedaba nadie más me enviaron a casas temporales. Cuando estas allí aprendes muchas cosas.


— ¿no creciste con una manada? ¿vivías en casas humanas?   


— haces que suene horrible.


— pero lo es… ¡¿Qué hacías cuando…!?- sus ojos se dirigen a la mesera. Ella está mirando su celular y no parece estar prestándonos atención. 


— ¿cambiaba? Lo hacía en la habitación, por la noche… si la casa tenía patio lo usaba pero era peligroso porque había vecinos. Me regañaban porque creían que metía gatos a dormir… eso cuando tenía mi propia habitación y no la compartía con otros niños. vale, esa mirada me está poniendo muy incómodo, no te estoy contando ninguna historia de terror— él me sigue mirando, así que miro mi vaso.


— pareciera que sí… eras un niño.


— hice lo necesario para sobrevivir. Siendo realistas no hubiera sobrevivido solo en la casa. Las casas temporales no fueron todas malas y tenía comida y un lugar para dormir.


— así fue como aprendiste sobre el té.


— cuando entre a la universidad. Tuve una beca y me mudé a las habitaciones compartidas así que tenía menos oportunidad para cambiar.


— dios, se pone peor cada que sigues— frunzo el ceño— ¿Cuánto tiempo logras no convertirte?


— varios meses, es doloroso al final así que intentaba no alargarlo demasiado, aquí no pasa eso, siempre puedo ir al bosque lo cual es muy relajante.


—espera, espera… entonces cuando dices que estabas solo y que no había nadie, realmente decías eso. Estuviste sin manada todo ese tiempo ¿Cómo es que…?- es como si estuviera viendo sus pensamientos, pasando por su cabeza uno tras otro y cambiando su expresión con cada uno. Pongo los ojos en blanco.


— no es diferente a como viven los solitarios. Solo que yo preferí quedarme en una ciudad en lugar de vagar por la nada como un lobo y obtuve un título en medicina y una especialidad en pediatría— intento bromear con eso último, pero hasta para mi suena deprimente— tuve que aferrarme a algo para poder soportar estar sin una manada. Casi me había resignado a vivir como humano.      


—  ¿nunca intentaste buscar a otros?


— si… más o menos. Tenía miedo de hacerlo, pero me encontré con algunos viajeros. Ninguno estaba interesado en que me uniera a ellos y no decían cosas agradables de las manadas— creo que todos sabemos lo de las manadas y su poca cooperación para aceptar nuevos miembros.


— vaya— hace una seña y cuando la mesera viene a llenar los vasos,  detiene su mano para que deje la botella. No soy de beber mucho pero ahora mismo podría tomar directamente de la botella. Cuando Donelly llena su vaso, hago lo mismo con el mío y me lo bebo de una para llenarlo otra vez— ahora tiene sentido que te hayas aferrado a Eddie cuando lo viste.


— hubieras visto su cara— me rio, ahora de mejor humor— te dije que no tenía nada que perder viniendo aquí.  Y mucho por ganar. Sé que es algo inusual que este tan al sur, pero no pienso irme.


— debiste pensar que era un gran idiota con todo lo que te dije.


— sí, lo pensé y más de una vez— él sonríe— pero no te preocupes, entendí porque estabas portándote así.


— vamos a necesitar otra de estas— agita la botella, que está por debajo de la mitad ¿nos bebimos todo nosotros o ya estaba usada?- ¿Por qué nunca le has dicho esto a nadie? Todos aquí son chismosos, me hubiera enterado de eso antes.


— no lo sé… no importa, creo ¿hace alguna diferencia? Eddie sabe un poco porque casi le rogué que me trajera pero no le conté muchos detalles. No quiero que me miren con lastima o que me vean diferente solo por eso ¡Tienes que guardar mi secreto! Yo guarde tu pequeño sucio secreto y casi haces que me expulsen de la manada.


— exageras, Rowan no hubiera hecho eso. No diré nada— le miró fijamente, valorando si lo que dice es verdad o mañana tendré a todos preguntando por mi familia— es tu historia para contar. No usare los mismos trucos tuyos para chantajearte a decirle a los demás, solamente creo que a todos les gustaría saberlo para conocerte mejor.


— lo tendré en cuenta. Pienso decírselos, en algún momento— dejo de lado todo cuando en lugar de llenar el vaso, bebo directo de la botella— extraño la nieve… de mi hogar. No soy insensible, también extraño a mi familia pero siendo realistas sé que no volverán. Estaba solo y aun así extraño correr en la nieve— él levanta su vaso vacío, inclinándolo en mi dirección para que lo llene. Y yo solo inclino la botella y lleno el vaso otra vez.


 


***


 


No sé porque me estoy riendo, pero es divertido ¿Cómo no lo seria? Intentar caminar sin caer solo sosteniéndome de Donelly, quien también está luchando para no caerse de cara al piso.


— deja de reírte.


— tú también estas riendo. El piso esta mojado…


— llovió.


— claro que llovió ¿A dónde vamos?


— … pensé que tú nos estabas llevando a… no se…


— ¡Mira, mira! Yo conozco este lugar…- la calle está sola y cruzamos la calle sin caernos. Golpeo la puerta cuando nos paramos, el timbre también. Se siente como un parpadeo pero de pronto la puerta está abierta y Eddie está aquí— ¡Eddie! ¡Eddie está aquí!


— vivo aquí…- Me rio y me suelto de Donelly.


— ¡Te quiero mucho!- me abrazo a Eddie, todo se mueve muy rápido y me hace reír más.


— Apestas…


— Eddie, Eddie, Eddie.


— están borrachos.


— ¿ahora que está pasando? Quita tus manos de Eddie.


— ¡Rowan también está aquí! oh, Eddie ¿Cuándo llegaste? ¡Te quiero!


—ayúdame…- mi cuerpo se mueve, alejándome del calor de Eddie. Tropiezo pero no caigo, alguien esta…


— Donnie, mira, llegamos con Eddie…- beso. Me gustan los besos. Aunque ¿Por qué me está besando Donelly? Es agradable pero siento que hay algo raro con estar besándome con Donelly.    


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