LA TRAMPA DE AMAPOLA
Llovía impetuosamente sobre la ciudad...no sucedía hace bastante tiempo a pesar de ser invierno...¿Porqué justo ahora?.
Mi madre estaba con la cabeza gacha sentada en su sofá de cuero, cubierta por una manta cerca de la estufa... parecía una indigente.
No tuve la necesidad de adivinar sus pensamientos, sabía perfectamente el motivo de su preocupación: “Amapola”. La infeliz había quedado atrapada hace tres días en un hueco que había en una pared ajena del jardín, desde entonces no se movía ¡¿Y Cómo hacerlo?! Su gordura era algo evidente por lo que mi madre estaba realmente afectada, pues sabía que era la culpable.
Madre: Oh! Pobre de mi gatita –se lamentaba- Soy responsable de su sufrimiento, no puedo seguir esperando a que salga por si sola! Menos con esta lluvia!
Con determinación tomó el teléfono y llamó al veterinario para explicarle entre palabras ahogadas que se trataba de una emergencia. . .
No se por que pensé que no vendría, pero luego de diez minutos apareció. Era muy joven, quizás recién egresado... de voz amable, gestos delicados, espalda ancha, alto, pelo castaño... probablemente había algo más en él que sus ojos verdes ¿Habrá sido la excesiva blancura de su uniforme la que lo asemejaba a un ser celestial?.
No se cómo lo hizo, pero la gata al verlo o al oír su llamado salió con un poco de dificultad desde la trampa, como si nada hubiese pasado..... pero ¿y yo?, ¿quién me libraría de lo estaba sintiendo?.
Mi madre lloriqueaba como de costumbre, sosteniendo al animal entre sus brazos, mientras escuchaba atenta las recomendaciones del veterinario.
Al despedirlo, lo dejé en la puerta y tomé valor para enfrentarlo:
- Gracias por todo! Espero algún día ser tan buen veterinario como tu!
- ¿Estás estudiando? º me preguntó con la sonrisa de un ángel º
- Si! º le respondí algo agitado º
- Si te esfuerzas y pones todo tu corazón, de seguro lo lograrás º abrió su paraguas dispuesto a marcharse º
- ¿Puedo ir a tu consulta mañana? Debo hacer un informe y necesito algo de ayuda! º sentí un ardor incontrolable en mis mejillas, tuve mucho miedo de su respuesta º
- Claro! Estaré muy feliz de ayudarte en lo que necesites
Mi corazón estaba siendo consumido por el fuego en ese instante . .. ahora solo quedan cenizas.. .
Al día siguiente yo mismo cepillé con cuidado el pelaje deteriorado de Amapola, a la vez que le confesaba mis sentimientos.
En realidad nunca me había agradado la gata de mamá, pero ahora sentía que le debía algo... hasta su aroma me era agradable.
Eran las siete! Estaba listo, bien arreglado, me puse mi mejor ropa y fui a la consulta.
- Hola! º Lo saludé con entusiasmo mientras él se desinfectaba las manos luego de haber atendido al último paciente de la jornada º
- Hola! . . º me respondió algo sorprendido y sonrojado º , justo acabo de terminar de atender a un cachorro, por suerte su caso no era tan grave y en pocos días se repondrá . . .
Un silencio reinó . . Estaba realmente embobado con su imagen y la calidez que transmitía su alma, por lo que me era muy difícil disimular.
- Bueno, ¿vamos a mi departamento? O quieres entrevistarme en medio de este olor?
- Je, está bien
Pensar que estaríamos solos me produjo una inexplicable sensación en el cuerpo...No sabía como controlarlo. Llegamos, encendió las luces... todo era muy acogedor...
- Dime, ¿qué quieres saber? º nuevamente su sonrisa parecía perfecta º
Pasaron las horas y lo bombardeé con preguntas. El, amable, se dio el tiempo de explicarme cada una. Reímos juntos por mi ignorancia, los minutos parecían correr fugaces y sin darnos cuenta terminamos hablando sobre otras materias ...descubriendo muchos otros intereses en común.
Ya no cabía duda. . mi fascinación por él propasaba los límites
Terminamos la jornada algo exhaustos ...y con evidente tristeza supe que ya era hora de partir..
Me desmoroné junto a las fantasías que había construido en mi mente, pero de improviso, cuando estaba por cruzar el umbral, me sostuvo fuerte del brazo, deteniendo mi avance.
- No te vayas! º de improviso me besó º
Caí rendido en su trampa, me sometí como un esclavo, me encerró en su corazón y arrojó a llave a un mundo inalcanzable...... Luego me arrastró despojándome de mis ropas, hasta llevarme a su cama.
No necesito decir más....... nos amamos hasta que el sol impetuoso golpeó nuestros cuerpos desnudos, enredados entre las sábanas.
Pasaron los días y no llamó, tampoco me atreví a hacerlo...
No tocó mi puerta.... y aunque quise ir a su encuentro, no fui capaz.
Amapola. . . mi confidente, solo ella y Dios saben la amargura que sufrí... ¿Cómo pude caer tan fácilmente en sus redes?
La desesperación me consumió y comencé a escribir dejando fluir todos mis sentimientos en las débiles letras, tan pálidas pero fuertes en su significado.
Casi todos los días le envié una carta........ No recibí respuesta, pero insistí
Una noche me hallaba en el escritorio, con Amapola sentada sobre mis piernas. Ella seguía atenta el movimiento de mi mano trazando líneas para una nueva misiva, pero el sueño y el frío me venció. Era invierno y las nubes amenazaban con dejar caer sus lágrimas nuevamente.
La gata se marchó meneando la cola, como de costumbre, dejando su sombra impresa en mi mente.
Yo..... rendido dejé caer mi cuerpo sobre la cama......
Al día siguiente me asomé por la ventana.. efectivamente estaba lloviendo con una inquietante suavidad. Mi madre, algo desesperada me distrajo de mis pensamientos. ..
- ¿Has visto a Amapola?
Solo atiné a sonreír...
Miré al cielo gris preguntándole..... ¿Qué tan enfermizo puede ser un sueño?