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En las garras de la muerte... por Darkneko

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Notas del capitulo:

Hola a todos ^o^ me tarde porque me surgiero0n alguinas cosillas... perdon...

para aquellas pervetidillas que querian la marca de kakashi... les tengo una sopresa XD...

Naruto no me pertenece... es propiedad de Kishimoto-sensei a quien aprecio mucho...

     Se encontraban los hermanos Hatake en la biblioteca analizando cada parte del rubio que se encontraba en ese momento desnudo, las marcas negras aun adornaban su pequeño cuerpo, sentado en el amplio escritorio con su colita esponjosa tapando su entrepierna y sus piernas un poco abiertas, sus manos descansaban en la comisura que dejaba ver sus piernas. 

     - ¿Qué haremos?... – preguntaba Sai un poco alarmado porque sabía de antemano que su padre llegaría en pocos días. 

     - Tendremos que idear algo para que no lo vea… - aseguraba Sasuke, a él no le había tocado ver a su padre molesto con él como para castigarlo y el solo hecho de pensar que ese suceso pudiera llegar le estaba helando la sangre. 

     - Pero si esto lo inicio Sasuke… no es lógico que solo lo castiguen a él… - comentaba Gaara, notando las alas negras en la espalda del rubio quien giraba alternada su cabeza hacía sus amos cuando estos alzaban la voz. 

     - Recuerden que Sasuke es el dueño… puede hacer lo que quiera con él… en teoría… no tendremos castigo alguno… porque fue deseo del dueño e irresponsabilidad dejarle salir de su cuarto en cuanto lo marco… sin embargo, el hecho de que todos le marcáramos el mismo día y con el interés que padre le presenta… su reacción es impredecible… - informaba Itachi, mientras los demás analizaban si esas palabras eran buenas o malas noticias. 

     Suspiraron, su padre solía ser impredecible y realmente lo que menos querían en ese momento era recibir un castigo de su parte, Naruto dejo de prestar atención a lo que los mayores conversaban y marcho agazapado por el suelo entre las piernas de los demás que ya no le prestaban a tención, todos enfrascados en el resultado de sus actos y las consecuencias que traerían, algo le llamo la atención y como todo niño curioso fue a inspeccionar. 

     - Lo importante ahora es colocarle algo de ropa a Naruto… ¿Naruto?... – buscaron por todas partes pero el ojiazul no se encontraba entre ellos, al darse la vuelta pudieron verlo, jugando con la mota que sostenía las cortinas, era increíble, ellos preocupados por lo que pasaría y él no se daba cuenta. 

     Todo el tiempo que pasaron planeando que harían les había dado hambre, era cierto, hacía mucho tiempo que no probaban aquel elixir rojo que era tan necesario para seguir siendo una de las razas más poderosas e invencibles de todos los tiempos y su padre era quien autorizaba el ir de cacería, estaban en un predicamento, perderían sus fuerzas si no probaban sangre. 

     - Señores… les traje un aperitivo… - comentó Chouji entrando con una mujer con los ojos vendados. 

     - Lo lamento… no he podido encontrar más… ha sido la única que me ha seguido a cambio de unas monedas… el platillo fuerte se llevará a cabo cuando el señor de la casa llegue… - la joven no podía ver lo que estaba ocurriendo, ni como sus anfitriones comenzaban a afilar sus colmillos fuera del margen de sus dientes. 

     - Chouji… llévate a Naruto y dale de comer algo… vístele con manga larga, pantalón y cuello alto… - murmuro serio sasuke mientras se preparaba para recibir un pequeño entremés. 

     - ¿Ya puedo quitarme la venda de los ojos?... – pregunto la joven, Chouji mientras tomaba en brazos al pequeño rubio quien escondió sus orejas en su cabellos, cerro los ojos y su colita se enroscó entre sus piernas con gran fuerza, en tanto sus manos se afirmaban a las ropas del cocinero, era la primera vez que les veía en esa diabólica forma, con el ceño fruncido y los colmillos ansiosos por desgarrar la sangre, sus ojos brillando con ese extraño color, amarillos, rojos, plateados, todos destellando con ese ambiente despidiendo olor a muerte, sus lenguas recorrían sus labios con avidez. 

     - Será mejor que no lo hagas… - advirtió una voz grave, Chouji tomo la nuca del rubio y le resguardo entre su hombro y cuello, evitando de esta manera que observará lo que estaba apunto de ocurrir. 

     - ¿Pero que estas diciendo?... no voy a… - la joven levanto la venda y a su alrededor, cuatros rostros fieros se acercaron, intento gritar, pero el mayor de todos le tomo por los hombros, mientras que el segundo le colocó la mano en la boca ahogando de esta manera cualquier gripo por ayuda. 

     - No, no, no… te dieron tus monedas… ¿no es así?... ahora cumple… - negó con la cabeza Sasuke acercándose a su presa, susurrando esas palabras al oído de la joven que abrió los ojos lo más que pudo, no de haber sido tan avariciosa eso jamás le hubiera pasado, ahora era demasiado tarde, su destino estaba marcado, en sus brazos, las uñas del mayor se le encajaban haciéndole sangrar… estaba atrapada en las garras de la muerte. 

     Un grito ahogado se escucho cuando cuatro pares de colmillos fueron encajados con fuerza en la tersa piel blanca de la chica, una cabeza a cada lado de su cuello y dos más en las conjeturas de sus codos, donde la sangre emanaba con más fuerza, su cuerpo se comenzó a sentir pesado y la vista se le nublaba y aquellas manos con uñas afiladas ejerciendo más presión sobre sus hombros ahora para sostenerla mientras la vida le era succionada, estaba comenzando a perder la conciencia, la mano que le tapaba la boca fue retirada y antes de entregarse a los brazos del dios de la muerte el más grande de los presentes se acercó a su rostro. 

     - Es una lastima que solo sirvieras como aperitivo… descansa… - unió sus labios en un corto beso, mordiendo para succionar un poco más del vital líquido que fluía por sus venas, sus ojos le pesaron y sin poderlo evitar se cerraron por completo. 

    Una a una las bocas se fueron separando del cuerpo sin vida de la joven que parecía dormir en los brazos de Itachi, cada uno lamiendo los labios, sin dejar escapar gota alguna de aquella sustancia, aun tenían hambre, hasta que llegara su padre el día de mañana tendrían que alimentarse con la comida que los humanos hacían. 

     Naruto se aferraba a las ropas de Chouji y su cuerpo comenzaba a temblar ligeramente y sin saber la razón exacta de porque esa reacción, el regordete cocinero le siguió protegiendo y reconfortando, en la mente del pequeño un viejo recuerdo, uno de los pocos que la llegada a esa casa no pudo borrar, el grito desgarrador de su madre al ser la victima del ojos cuando él era pequeño le ataco de repente. 

     - ¿Por qué tienen que hacer esas cosas?... – pregunto el pequeño sin salir de su escondite, el mayor llegaba a la cocina cargando al pequeño que seguía estando en el estupor al escuchar con claridad los sonidos de la carne al ser desgarrada por los colmillos de sus amos. 

     El regordete le acarició las hebras doradas y coloco un delantal para cubrir su desnudez, fue en ese momento que una de las sirvientas que al igual que él se habían quedado en la casa para atender las necesidades de los niños llegó. 

     - Aquí está las ropas que me pidió… - comentó mostrando las ropas en sus manos, el cocinero dejo con cuidado al rubio en la barra de la cocina, regalándole una caricia en su cabeza y orejas una vez más, le sonrió con sinceridad. 

     - Pónselas al niño… comenzaré a preparar la cena… no creo que con eso hayan quedado satisfechos… - la joven así lo hizo, el rubio permanecía viendo como el cocinero preparaba los alimentos, cuando le terminaron de vestir, como le dejaron en la barra, balanceaba los pies en el aire. 

     - ¿Por qué?... – pregunto cuando se encontraron nuevamente solo, el regordete cocinero se volteo a ver al pequeño. 

     - Porque si no lo hacen regularmente no pueden moverse… recuerda que tu corazón aun late… ahora más despacio debido a la mordida de presentación… pero sigues con vida… ellos necesitan sangre caliente para mantener sus funciones vitales… - explicó el cocinero al pequeño, con una cuchara con caldillo. 

     - Prueba esto… - pidió mientras soplaba un poco el caldo en la cuchara para evitar que el pequeño se quemara, saboreo todos esos mágicos sabores que le bailaban en las papilas de su lengua, su colita bailaba contentan colgando de la barra y sus orejas erguidas se mostraban orgullosas fuera de la cabeza rubia. 

     - Esta rico… ¿Por qué late más lento?... – pregunto recordando las palabras de Chouji. 

      - Para que puedas vivir más años con los señores… aunque no lo creas yo tengo 390 años… sirvo al señor Kakashi desde antes de que tuviera a su primer hijo Itachi… y aun conservo la juventud cercana a cuando me pidió su sequito… tengo 23 años si fuese humano… - los ojos del pequeño se abrieron a lo que escuchaba, ¿cómo era eso posible? 

     - Pero… ¿cómo?... – no sabía exactamente como preguntar o que preguntar, pero se le hacia fascinante el hecho de que teniendo 23 años humanos, como le llamo en realidad tuviera 390. 

     - Dentro de 10 años envejeceré un año más… tendría 24 años humanos… mmm… creo que no me entendiste… bien… no se como funciona exactamente esto… el que sabe más es Shikamaru… el tiene 500 años trabajando… pero cada 100 años tu creces simplemente 1… ¿me entiendes?... – el pequeño ladeo la cabeza, realmente era muy complicado de explicar, pero con el tiempo entendería las cosas. 

     - ¿Puedo ayudar?... – pregunto después de unos momentos y antes de que su cabeza rubia tuviera dolor por tratar de comprender aquellas palabras. 

      - Claro… serás mi ayudante estrella… deja te pongo el delantal para que no manches tu ropa… - de esta manera tomo un pequeño mantel que tenía cerca de allí y lo amarro a la cintura del pequeño, después de eso le bajo de la barra y arrimó un banquillo para que pudiera tener más altura. 

      - ¿Puedes poner esto aquí?... – Naruto gustoso comenzó la tarea de lo que le habían asignado, sin saber que algo se acercaba, o más bien alguien… 

     - Fue un largo viaje… estoy cansado… - recitaba con voz cansina mientras el coche llegaba cerca del portón de la enorme casa en la cual habitaban. 

     - Si… suerte que los detalles pudieron arreglarse sin ningún problema… - murmuro la voz femenina que le hacía compañía. 

     - Sólo espero que no hayan hecho ninguna travesura en mi ausencia… - la voz caballerosa se hizo presente, mientras que una de sus piernas se cruzaba sobre la otra y sus dedos entrelazados se posaban en sus rodillas. 

    El vehiculo siguió su camino, las rejas rechinaron al ser abiertas permitiendo el paso de los recién llegados. 

     - ¿Por qué llegamos antes de lo imprevisto?... – pregunto la voz femenina mientras acomodaba con delicadeza los faldones de su vestido para colocarlo de forma perfecta en su regazo. 

     - Porque los extrañaba… además…hay algo que comenzaron que debo terminar… - puntualizó sin que nadie comprendiera las últimas palabras, ¿no estaría hablando de?... imposible, eso sería irresponsable por parte de sus hijos además de que traería consecuencias al metabolismo de la mascota familiar… 

    La nariz de Naruto olfateo el aire, sus oídos se alertaron, giró su cabeza para poder escuchar con más atención, su colita se meneaba con entusiasmo pero lentamente, podía ser que fuese a quien estuvo esperando por cuatro días desde que se marchó, se escuchó a lo lejos como un coche aparcaba enfrente a la entrada, las puertas abrirse y las suelas de unos zapatos finamente limpios y lustrados tocar los bloques de cemento que era la entrada, sonrió ampliamente y su cola se meneo con fuerza, dejó sin cuidado alguno las zanahorias que llevaba en las manos, soltándolas enteras, logrando que el caldillo salpicara fuera de la olla, Naruto brinco del banquillo y corrió a la entrada agitando con fuerza y alegría su cola, mientras sus orejas erguidas permanecían. 

     Las llaves en la cerradura principal se escucharon y con el clic al ser giradas, la puerta estuvo abierta, pasaron la entrada y cerraron la puerta, murmurando las cosas buenas y malas del viaje, dejando sus zapatos en la entrada y colocándose las pantuflas para interior. 

     - Si la comida estuvo muy buena… deberíamos ir más seguido a ese restaurante… - comentaba alegre la rubia mirando al castaño que asentía a sus palabras todos siguiendo al mayor. 

     - ¿Naruto?... – pregunto el peliplateado cuando observó al frente. 

    Naruto se encontraba de pie al terminar el pasillo, meneando la cola levemente, sin saber si avanzar o esperar a que el mayor le llamase, su mano se encontraba apoyada en el marco de la puerta donde el recibidor terminaba, sobre su cuerpo una camisa de manga larga y cuello alto, pantalones que cubrían parte de sus pies al ser tan largos, al escuchar pronunciar su nombre su cola se meneo con un poco más de fuerza y sus orejas oscilaban de un lado a otro, agazapándose entre su cabello y volviendo a erguirse. 

     - Naruto… ven aquí… - pronuncio el mayor sonriendo con gentileza, dejó sus maletas a un lado y se arrodilló con los brazos abiertos para recibir al pequeño que con su colita moviéndose feliz, una sonrisa se dibujo en sus labios y con todas sus fuerzas corrió a donde el mayor, recibiendo un abrazo firme cuando por fin llego a los brazos que le esperaban. 

     - Te extrañe mucho Kakashi-chichi… - repetía una y otra vez el pequeño mientras restregaba su rostro por todo el pecho y cara del mayor quien sonreía y soltaba pequeñas carcajadas por las cosquillas que le provocaban los cabellos y pelos de la cabeza del pequeño. 

    - Yo también te extrañe… ¿te has portado bien?... – el rubio sintió una caricia en sus cabellos cuando se separaron, con una sonrisa en sus labios asintió con energía. 

     - Estuve ayudando en la cocina… - comentaba orgulloso Naruto, su colita no paraba de moverse. 

     - ¿Estudiaste?... – pregunto Shikamaru palmando la cabeza rubia del ojiazul quien asintió ante la pregunta. 

    - Itachi-san me enseño a escribir ayer… - contestó, fue en ese momento que el singular sonido de unos pasos presurosos se escucharon. 

     - Naruto… ¿A dónde fuiste?... aun hay cosas que hacer antes de que… are… Kakashi-san… Bienvenido a casa señor… - hizo una reverencia al recién llegado señor de la casa, quien devolvió el gesto con un asentamiento de cabeza. 

     - Gomen… es que olfatee el aroma de Kakashi-chichi… - se disculpó dejando de mecer su cola un poco, el solo hecho de pensar que había hecho enojar a alguien le desagradaba. 

     - ¿Quieres ayudarme Naruto o prefieres quedarte con el señor?... – pregunto amablemente Chouji, mientras que Naruto miraba a ambos mayores tratando de decidirse. 

     - Quiero platicar un momento con el pequeño… si no te importa… - comentó el mayor mientras se ponía de pie, el rubio se aferro a sus pantalones, pidiendo protección, la mano del peligris se coloco sobre su cabeza. 

     - No hay ningún problema mi señor… ¿gusta algo de beber?... – cuestiono antes de retirarse a seguir preparando la cena. 

     - Un poco de té con galletas estaría bien y leche chocolateada para el pequeño… por favor… estaremos en mi despacho… - pidió amablemente, agachándose para tomar al pequeño en brazos. 

    - Shikamaru… ¿puedes llamar a los niños?… necesitamos hablar… después de eso… pueden irse a descansar… - ordeno con esa voz tan tranquila que siempre le acompañaba, era normal que el señor después de un largo y agotador viaje, llegase a charlar con sus pequeños. 

    - Hai… - hizo una reverencia, dejo los abrigos que cargaba en las manos desde hace tiempo y los colgó en el perchero comenzando su labro de ir a cada habitación de los niños y pedirles que se dirigieran al despacho donde su padre les esperaba. 

    Kakashi cargo al pequeño que disfrutaba de ese aroma que tanta tranquilidad del traía, aquella que despedía el peliplateado, restregaba su cara en la tela que cubría el pecho del mayor, ese calor, ese olor, aquellas calidad manos sosteniéndole con gentileza… ¿había algo mejor?... si lo había, en ese momento no podía pensar en nada, solo tenía por seguro que quería sentir ese contacto por más tiempo. 

     Llegaron al despacho del mayor donde se sentaron en el amplió sillón, mientras esperaban a los demás invitados a esa importante charla, el rubio en las piernas del Hatake mayor, mientras jugaban con sus dedos esperando que alguien entrara. 

     - ¿Te divertiste mientras no estuve?... – pregunto el mayor, degustando con su nariz la esencia dulce que emanaba del pequeño, analizando con sus años de experiencia el procedimiento de dicho aroma tan deleitante. 

     - Me enseñaron muchas cosas… Chouji me explico algo de 1 año por 100 pero no le entendí… y le ayude a Tanami con los caballos y los perros… me mordieron mi colita y Tanami me tuvo que cargar para que dejaran de hacerlo… - explicaba el pequeño, tomando su colita entre sus manos, el mayor la acaricio con cariño y ofreció un beso confortante en la frente del pequeño que el rubio acepto con gusto. 

     - ¿Qué más hiciste?... – pregunto intentando sacar un poco de información, si sus hijos le habían hecho algo al ojiazul, les tendría que castigar, Naruto se sostuvo el mentón con el índice y el pulgar mientras pensaba que había hecho en la ausencia del mayor. 

      - Itachi-san me enseño letras… Gaara-san me leía cuentos antes de dormir… Sai-san me enseño sus pinturas… y Sasuke-san me llevó al pueblo a comprarme golosinas… guarde para compartir contigo chichi… - se abrazó al mayor, gesto que fue correspondido de la misma calida manera en la que el peliplateado solía corresponderle.  

     - Disculpe… su merienda señor… - anunció Chouji entrando con una bandeja de plata, en ella un plato con galletas diversas y dos tazas una con té y la otra con leche chocolateada, la dejó en la mesita delante de los presentes, Naruto observaba con hambre las galletas, el mayor le extendió algunas y el pequeño no tardo en comerlas.  

      - Enseguida estará la cena… - aviso estando enfrente de la puerta, abrió girando el picaporte despacio para salir del lugar.

     - Gracias, avísanos cuando esté listo… - encargo el regordete cocinero que asintió a la petición y marchó del lugar justo cuando los hijos del señor llegaban a la puerta del estudio. 

      - Tengo la curiosidad desde que llegue… Naruto… ¿Por qué esas ropas tan calidas en este tiempo tan acalorado?... – pregunto alzando una ceja, buscando una solución factible a ese dilema. 

     - Fueron las ropas que me encargaron poner… - fue su única respuesta mientras tomaba un poco de leche. 

     - Sólo espero que Naruto no este con padre… sino será más difícil de explicar… eh… chicos… Naruto esta con padre… - anunció decepcionado Sai mirando como en las piernas de su progenitor se encontraba el pequeño comiendo galletas, meneando la cola y tomando leche chocolateada. 

      - Vamos a quitarte esto… hace mucho calor para que lo traigas puesto… - anunció dejando la taza de chocolate que llevaba el pequeño en la mesita y comenzando a levantar parte de la camisa de manga larga y cuello alto que llevaba el pequeño, los hermanos comenzaron a sudar frío. 

     - Padre… ¿querías hablar con nosotros?... – hablo Itachi logrando que la tarea del mayor cesara por unos momentos su tarea, dejando puesta de nueva cuenta, levanto al pequeño un poco y lo colocó a su lado, para poder hablar con sus hijos, Naruto aprovecho esto para acercarse a la mesa y poder comer con más libertad las galletas. 

     - Acérquense por favor… tomen asiento… - pidió mostrando los demás sillones cercanos, los niños algo inseguros hicieron lo que se les ordeno. 

     - ¿Me pueden explicar porque no esperaron para después de la ceremonia?... – pregunto con su voz serena mientras los hermanos le veían desconcertado, como era posible que ya les hubiera descubierto… ¿Naruto había hablado? 

     - ¿De que…hablas padre?… - pregunto Gaara intentando de esta manera su padre hablara más claridad, tal vez se refería a otra cosa. 

     - Sasuke… ¿tu comenzaste con todo este problema?... – pregunto mirando al menor de sus hijos, el cual permanecía con los brazos cruzados mientras que resoplaba molesto y giraba hacía otro lado, odiaba cuando no podía escapar de su culpa. 

      Después de varios intentos por parte de Kakashi por que le explicaran lo que había pasado y no obtener resultado alguno, paso sus manos por su rostro en signo de cansancio y algo de frustración. 

      - ¿Pretenden que crea que el cambio de olor de naruto se debe a que ha crecido?... – pregunto alzando la ceja en señal de no creer palabra alguna, a pesar de que parte era verdad, la mayoría era inventada, era cierto que tuvo un cambio de olor debido a las pócimas de Sakura tiempo atrás… pero… ¿y los demás?

     - Si tuvieron el valor de hacerle la marca… ¿por qué no o aceptan?... ¿es más importante salvarse ustedes que lo que el pequeño quiera?... ustedes no conocen nada… sentencio con la mirada baja. 

     - Naruto… ¿puedes venir?... – el mayor se había puesto de pie para intentar charlar con sus hijos, pero todo resulto en vano, era hora de mostrar como se hacía realmente la marca sin dañar el cuerpo contrario. 

      El rubio obedeció, bajo del cómodo sillón y llego donde el mayor que le quito la camisa, dejando ver su pequeño dorso desnudo, después de eso le cargo en brazos nuevamente. 

     - ¿Han visto lo que le han hecho al pequeño?... – pregunto mirando de manera desaprobatoria a sus creaciones. 

      - Pero… ¿cómo?... – pregunto anonadado Sasuke observando el cuello del infante. 

      - No puede ser… - susurro Gaara incrédulo a lo que le presentaba ante sus ojos. 

      - Esto es ilógico… - murmuro Itachi sin comprender, llevando sus dedos índice y pulgar a sostener su barbilla intentando comprender que era lo que había pasado. 

      - ¿Y las marcas?... – cuestionó alzando la voz Sai, Kakashi suspiro, a los presentes les hacía falta una pequeña lección. 

     - ¿Cómo pretendes que algo que estas negando siga a la vista?... y si no fuera poco… usaron el método adulto… es un niño por todos los cielos… - el tono que usaba seguía teniendo ese tono suave, sin embargo, las palabras serias al igual que su semblante dejaban mucho que desear, ese rostro no daba buenas noticias. 

     - No pude controlarme… - se alzo Sasuke, apretando los puños, eso era cierto, su cuerpo se movió por si mismo, y cuando pudo reaccionar, era demasiado tarde. 

      - ¿A que te refieres?... – pregunto Kakashi con el semblante serio, sosteniendo aun en brazos al pequeño infante, quien volvía a su vieja rutina de buscar el refugio calido en el cuello del mayor. 

      - No se que me paso, mi cuerpo se movía solo, cuando me di cuenta ya había terminado… - confeso sintiendo coraje consigo mismo, ¿Cómo era posible que él mismo le hiciera semejante cosa cuando prometió no hacerla hasta después? 

     - Me paso lo mismo… - añadió Gaara, ahora todo tenía sentido, todo era culpa de la primera vez de Sasuke y Gaara, era lógico que su cuerpo se moviera por sus instintos, Itachi y Sai ya habían experimentado ese tipo de placer, suspiro cansado, debía terminarlo, a pesar de que no se veía marca alguna en el cuerpo del infante, el podía ver sus lugares asignados, su muñeca izquierda y la parte derecha de la estrella en su barriga, no había duda, Naruto tenía el poder de amar a quien fuese, la prueba de ello eran las marcas, ahora ocultas. 

      - Naruto… te quiero mucho… ¿lo sabias?... – comentó asombrando a los presentes, un calido beso en su frente con todo el cariño que pudiera profesarle, las mejillas del pequeño se sonrojaron y la estrella en su barriga comenzó a brillar nuevamente, de la misma manera que su muñeca izquierda y en ambas partes una “K” se presentaba. 

      - Las marcas internas no precisamente tienen que ser por el cuerpo… la marca interna se lleva en los corazones de las personas, Naruto los ama a todos… por esa razón su cuerpo quedo marcado de esa manera… - les explico colocándole de nueva cuenta aquella camisa, al parecer al pequeño no le afectaba en nada traerla puesta, después de ello lo dejó en el suelo, llegaba la hora del castigo. 

      - ¿Qué será buen castigo por no investigar?... Sasuke… Gaara… ustedes tendrán un castigo menos severo, por ser su primera vez teniendo relaciones, por eso no se pudieron controlar… pero sus hermanos… podían controlar a la perfección sus cuerpos… y aun así, continuaron… - pasaron saliva con dificultad, su padre estaba molesto y su tono de voz comenzaba a sonar mas grave de lo normal. 

    - ¿Las garras de tigre?... ¿La cuña?... ¿El potro?...  ¿qué será?… - intentaba buscar el castigo adecuado, para cada uno, todos estaban nerviosos, fuese lo que les fuese a hacer no sería nada bueno. 

     - Kakashi-chichi… ¿les vas a golpear?... – pregunto halando un poco su camisa blanca que llevaba en ese momento. 

      - Solo les daré una reprimenda… todo estará bien… - contesto el mayor. 

      - ¿Sangraran?... – volvió a preguntar el pequeño con sus ojos expectantes a la respuesta del mayor. 

      - Probablemente… pero es la única manera de que escarmienten… - fue la contestación sincera que obtuvo del peliplateado. 

      - No… no quiero… los vas a lastimar… por favor… yo… yo fui… yo quería que ellos me quisieran como yo les quiero a ellos… por favor… no les pegues… - rogaba el rubio aferrándose a la pierna del mayor quien le miro desconcertado al igual que los demás. 

      - ¿Tanto les quieres que te duele verles lastimados?... – pregunto al pequeño que asintió derramando un  par de lágrimas al creer que aun así habría castigo, los demás sintieron un nudo en la garganta, y todas las marcas relucieron nuevamente, aquel sentimiento mutuo se estaba haciendo más fuerte y el tatuaje en la espalda de naruto, aquellas alas negras, se volvieron blancas. 

     - Señores… la cena esta lista… bajen por favor… - pidió Tanami, después del estupor en el que se habían metido, comenzaron a bajar de uno por uno, notando que hasta en la superficie de la gruesa tela que llevaba, las alas, ahora blancas, resaltaban. 

      - Bien… el sello ya esta hecho… - confirmo Kakashi al ver la espalda del pequeño. 

     - ¿Por qué blancas?... – cuestionaron al unísono los cuatro hijos del peliplateado, quien sonrió. 

     - Porque es el más puro… - fue su contestación, todos marcharon a cenar.

 

Notas finales:

que les parecio?... no tengo mucho que decir... mas que las pervertidillas que querian kakanaru no lo tuvieran XD... pero bueno... aun asi... espero que les haya gustado... nos vemos cuando la rueda de las actualizaciones regrese de nuevo a este fic...

cuidense muecho, matta ne... ^u^...


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