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En las garras de la muerte... por Darkneko

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Notas del capitulo:

Tercer lugar >o< esta vez... espero que no sean muy imaginativos... n_nU porque estaremos en problemas... bien no voy a decir nada... así que a disfrutar >o<...

Naruto no me pertenece... es propiedad de Kishimoto-sensei...

 

     El día de la presentación se acercaba y aun faltaba mostrarle a Naruto algunas de las cosas a las que se debía acostumbrar al ser parte de la familia Hatake como lo habían hecho los demás miembros de la servidumbre lo habían hecho en el pasado recién cumplidos los seis meses de formar parte de la familia. 

     - Aun falta algo de tiempo para prepararnos para la ceremonia de los clanes… y aun falta enseñarle el evento principal… - comentaba en la reunión familiar al peliplateado con el pequeño rubio dormido en sus brazos mientras paseaba por la estancia, mientras era observado por los hijos de Hatake, sabían lo que eso significaba, tendrían que mostrarle la parte más cruel de su raza y esperar que su cabeza pudiera asimilar la información. 

     - Pero… y si no responde de buena manera… - comentaba preocupado Gaara, si ese era el caso tendrían que darle final a la existencia del rubio y hacer de cuenta que nunca existió en sus vidas. 

     - Creo que lo mejor sería que no fuera… - pensó Sai en voz alta como una sugerencia cosa que su padre y hermano mayor negaron con la cabeza. 

     - Sabes que eso es imposible… no venceríamos al consejo de clanes… ellos mismos serían los que acabarían con la vida de Naruto… ¿acaso eso es lo que quieres?... – comentaba Itachi con su habitual tono serio, sus brazos reposando cruzadas sobre su pecho y sus ojos cerrados, suspirando ante lo inevitable, pocos eran los que podían soportar aquello sin ser miembros del clan de vampiros. 

    - Puedo soportar el cuchicheo del consejo y enfrentarme a ellos, lo que no soportaré será el perder a Naruto… - aclaro el mayor recargando su cabeza en la contraria que se escondía un poco más en el calor que emanaba de su cuello aspirando el aroma tan agradable que el mayor desprendía con su esencia. 

     Sasuke se mantenía a distancia de la conversación, mientras mordía con desesperación su pulgar intentando en vano calmar las ansias de pensar que sería lo que pasaría con el pequeño cuando le mostraran el lado mas oscuro del mundo en el que nació, tan noble como era, muchas veces le había encontrado ayudando a pequeños animales que caían presa de aun disparo causante de los humanos y la forma barbárica con la que consiguen alimento o simplemente diversión a costa de la vida ajena.  

     - Solo… nos queda esperar ver que pasa… - suspiro el mayor, era frustrante, solo eran pocas las personas que soportaban ver esas imágenes sin caer en la locura y preferir la muerte en sus propias manos. 

    - Shikamaru, Kiba… - llamo levemente, segundos más tarde ambos jóvenes castaños abrían la puerta en sigilo, entraron con cautela como siempre solían hacerlo, al estar frente al mayor hicieron una reverencia mostrando su respeto, sospechaban que era lo que les iban a pedir. 

     - Prepárense para la cacería… mañana hay luna llena… - informo a los principales de la casa, responsables de que todas las cosas tanto fuera como dentro de la mansión estuvieran en perfecto estado, además de que el Nara era el encargado de buscar pueblos o aldeas fuera de los suburbios, lugares con poca civilización, para cazar a placer. 

     - Hai… - susurraron ambos haciendo otra reverencia, el de la coleta se atrevió a alzar la mirada y ver dentro de los ojos dispar del mayor, para asegurarse de lo que estaba pensando. 

     - Señor… ¿el pequeño también vendrá?… - pregunto sin deshacer el gesto que mantenía en el cuerpo, el mayor le acomodo en sus brazos para que estuviese un poco más cómodo, le acarició el pelo, logrando que las orejas se hicieran hacia atrás por la fricción de su mano, su cola yacía inmóvil colgando entre los brazos del mayor. 

     - Claro… recuerda que es indispensable para la presentación… además… - respondía con serenidad, desvió su mirar a donde sus hijos se encontraban, notando a la oscuridad de la noche como los ojos comenzaban a ser iluminados por aquel brillo que denotaba la impaciencia, Gaara se encontraba abrazándose a si mismo, intentando controlar los temblores que tenía su cuerpo ante la excitación de que ese momento se acercaba. 

     - No creo que puedan aguantar otro mes sin tener ejercicio… - murmuro con una sonrisa, camino fuera del salón, dando por terminada la reunión familiar, ambos sirvientes dieron agradecieron en tenerle como señor y disculpándose marcharon a hacer los preparativos, esa noche, la rubia mascota no dormiría con su amo, esa noche dormiría con su nuevo padre… 

     Todos los hijos del Hatake estaban teniendo problemas para dormir, el influjo de la luna les estaba afectando demasiado, todos comenzando a sentir la adrenalina recorrer sus venas, todos esperando el momento en que salieran de su casa para poder darse un festín con la personificación de lo que un día fueron. 

    Al llegar la mañana, el peliplateado miraba el rostro del pequeño, sin poder evitar que una sonrisa cruzara por su rostro, se veía tan lindo, tan tierno, tan frágil en ese momento, tenía la necesidad de sentirlo en sus brazos y abrazarlo con fuerza, se negaba a creer en aquella posibilidad de que tendrían que separarse de él, no lo permitiría, simplemente era algo que no quería permitirse, ese niño había sufrido demasiado como para ahora, que la paz por fin llegaba a su vida, le fuese arrebatada, sin poderlo evitar besó la frente del rubio quien al contacto calido con los labios del mayor abrió lentamente sus ojos, sonriendo y extendiendo los brazos a la persona que con tanta gentileza le abrió las puertas de su casa, aquella que le cuidaba con verdadero cariño, ¿eso era tener una familia?... era un sentimiento simplemente hermoso, quería permanecer a su lado para siempre. 

     - Buenos días Naruto… ¿Dormiste bien?... – pregunto al separarse del abrazo, el pequeño se sentó en las sabanas blancas que cubrían su cama y acaricio la cabeza rubia, logrando que su cola se agitara lentamente en signo inequívoco de que ese toque le gustaba. 

    - Muy bien… tengo hambre… - llevo sus manos a su vientre que gruño como respuesta, provocando que el mayor soltará una leve risa divertida por lo curioso y sincero que resultaba ser el pequeño, sería una verdadera lastima perder al rubio, desde su llegada a la casa, había hecho un cambio radical en el comportamiento de sus hijos, para mejorarlos, cosa que no sabía como agradecer. 

     - Vamos a desayunar… seguramente los demás aun se encuentran durmiendo… - musito el mayor levantándose, seguido por Naruto. 

    - Yo los despertaré… nos vemos en la cocina, Kakashi-chichi… - con esa gran sonrisa adornando su rostro, las orejas alzadas y su cola en movimiento comenzó a caminar por los ya conocidos pasillos que le guiaban a los cuartos de los hijos del peliplateado, llegando en primer instancia al cuarto de su amo original. 

     Tocó la puerta levemente, un “pase” le dio el acceso a abrir la puerta, el moreno se encontraba ya despierto sentado en su cama, mirando la nada, Naruto meneo indeciso la cola esperando en el marco de la puerta que le llamasen a entrar, la mano del azabache le hizo una señal para llegar a su lado, con una sonrisa nerviosa y moviendo levemente la cola, se acercó hasta donde el moreno; que al tenerlo cerca, le alzo en brazos sentándole sobre sus piernas y encerrándolo en un abrazo. 

     La cabeza del moreno estaba hecha un mar de preguntas sin respuesta concreta, ahora se sentía bien, el tener al ojiazul cerca suyo le hacía sentirse completo, nunca antes se había sentido de esa manera, quería permanecer al lado del rubio por la eternidad, pero sino conseguía soportar la forma brutal en la que solían hacer las cosas, tendría… que matarle, ese era el destino del dueño hacía la mascota que no soportaba la naturaleza de su amo. 

    Quiso aspirar el aroma que desprendía el moreno, y coló, siendo permitido ese gesto, su cabeza cerca del cuello del pequeño, percibió el latir de aquella vena que le llamaba por ser mordida y sin poder evitarlo extendió los colmillos clavándolos en la tierna carne del pequeño quien se tensó al sentir los pinchazos en su cuello, con su manitas se aferró a las ropas del moreno, cerrando los ojos con fuerza y apretando los dientes para evitar dejar escapar sonido de queja alguno. 

    - Sasuke-san… el desayuno… - murmuro con tono lastimero, logrando que el mayor soltara las mandíbulas, lamió la zona logrando que el sangrado parase, realmente extrañaría el sabor de ese elixir rojo, tomó el rostro del menor por las mejillas y en un gesto afable de su parte, deposito un beso en la frente del pequeño, quizás felicitándole por ser tan valiente ante lo anterior o tal vez, como una muestra de sus sentimientos, sin poder evitarlo su cola se agito por la alegría que le invadía aquel gesto. 

    - Gracias, enseguida bajo… - fue la frase que le proporcionó el menor de los hermanos con una sonrisa pequeña en su rostro, Naruto bajo de la cama dando un pequeño salto, disculpándose con su amo, pero tenía que despertar a los demás miembros de la familia, Sasuke le dio su permiso y de este modo salió a cumplir su nueva tarea matutina auto-impuesta. 

     Minutos después todos los hermanos bajaban a desayunar, en cada rostro podía percatarse el cansancio que les abatía, en la mesa el pequeño Naruto junto con Kakashi esperaban pacientes la llegada de los demás, el rubio, mecía sus pies en el aire al no poder alcanzar el piso por su estatura, su cola se mecía rítmicamente al compás de sus pies y sus orejas alzadas al máximo mientras sonreía y se balanceaba de un lado a otro entonando una canción para el mayor que del mismo modo sonreía y le acompañaba en la tonada. 

    - Naruto… - llamo el padre mientras transcurría el desayuno, logrando una quietud general tanto en la mesa principal como en la mesa de la cocina donde la servidumbre desayunaba de igual modo, una costumbre que había dado el Hatake mayor. 

    - El día de hoy nos vamos a ir… por supuesto que vienes con nosotros… pero… - el pequeño le observaba interesado en las palabras del que ahora, era su padre. 

     - Iremos de cacería… tendrás que ver parte de la naturaleza del clan… debes comprender… que si no eres capaz de sobrellevarlo, tendrás que morir a manos de tu dueño… espero lo comprendas… - todos bajaron la cabeza por esa frase, la vida en la mansión no sería la misma sin esa cabeza rubia corriendo de un lado para otro alegrando hasta el día mas nublado con el cielo de sus ojos y los rayos del sol que eran sus cabellos, Naruto giró sus ojos a donde su amo, frente a él, se encontraba, Sasuke evitó la mirada del rubio, verle a los ojos en este momento no le daría las fuerzas si algo malo ocurriese, el ojiazul sonrió a Kakashi para contestarle con un tono confiable. 

    - Wakaru… - las mirada se desviaron al pequeño que no dijo nada más, el hibrido cerró los ojos y meciéndose de nueva cuenta tanto su cuerpo como su cola, balanceando los pies en el aire comenzó a entonar la canción de un día brillante y sueños que se cumplían, una vida junto a aquellas personas que te querían, aquellos a los que llamaban familia, mientras con el tenedor y el pequeño cuchillo sin filo en sus manos sostenía el desayuno consistente en unos huevos fritos y pan tostado con mermelada, en las gargantas de todos un nudo se formo y con grandes esfuerzos degustaron los alimentos en silencio. 

     Al llegar la tarde, todos los preparativos para la salida ya estaban listos, Shikamaru les dio el mapa donde señalaba un viejo pueblo cerca de las montañas, donde los campesinos nunca salían a las ciudades, ya que desconocían la existencia de otros lugares que no fuesen sus tierras, mientras que Kiba daba las instrucciones correspondientes para cuando marchasen y después de su llegada, claro estaba que él ni el otro castaño irían en su compañía, pero velaban por su seguridad y regreso. 

    Partieron rumbo al lugar, esperando que el regreso fuera favorable, los buenos deseos por parte de sus subordinados les dieron esperanza, pero el miedo de perderlo era inmenso, la luna aun no se ponía en alto, pero la apariencia feroz del pelirrojo comenzó a relucir en su aspecto, jadeaba y esa sonrisa sádica y diabólica asomaba en su rostro, esperando, solo esperando llegar al lugar para desencadenar toda la ira que contenía aquella personalidad que desaparecía en casa. 

    Al llegar al lugar, el peliplateado bajo al pequeño que desde el principio cargaba en brazos, sus orejas atentas a los sonidos, sus ojos acostumbrándose a la escasez de luz que comenzaba a presentarse y los jadeos generalizados de los hijos, que llegaron al ver la luna en su esplendor fue lo les dio la pausa antes de la entrar por las calles de la pequeño pueblo que en esos momentos, dormía a la luz de las velas. 

    - Quédate aquí… y observa… por favor… se valiente y aguanta… - pidió al hibrido que afirmaba con la cabeza, pensando en que las visiones no podrían ser tan fuertes, él había visto algunas grotescas en su vida, por ello, una más no sería diferente, lo que no sospechaba eran las imágenes que observaría desde la seguridad que le ofrecía el árbol donde le dejaron. 

      - Andando… - ordeno a sus hijos, quienes los siguieron con el rostro fiero y la mirada destellando ira, rencor y todos aquellos sentimientos oscuros embarcados en lo que quedaba de aquel cuerpo que una vez tuvo cuerpo humano, se adentraron a la zona con aquellas pequeñas casas de madera, mientras que el silencio era roto por los jadeos salidos de las bocas de los hijos de la noche, pequeños hilos de saliva escurrían de las comisuras de sus labios y los colmillos presentes, algunos animales alertados por las presencias oscuras llamaron alertados a sus amos quienes por el ajetreo salieron para encararlos, demasiado tarde, el juego, estaba comenzando. 

    - ¡Monstruos!... – grito uno de los habitantes del lugar, alarmando a todos los que se encontraban presentes, se escucho el rugido de los Hatake, helando por momentos a todos los presentes, incluyendo al pequeño que cerro los ojos con fuerza, aferrándose al árbol, su cuerpo comenzaba a temblar levemente, pero por alguna razón no podía desviar la mirada de lo que ocurría en el pueblo, sintiendo dentro de su pecho como su corazón palpitaba con fuerza, quizás por el miedo, quizás porque él también quería de cierta manera participar, no lo sabía, pero todos los gritos le estaban haciendo que sus ojos observaran con detalle lo que ocurría. 

    - Hora de jugar… - sentenció el mayor haciendo brillar sus largos colmillos con esa mirada fiera como sus hijos, que dibujaron una macabra sonrisa de alegría retorcida en sus rostros, el mayor también evoco ese gesto en su rostro, frunciendo el ceño aun sonriendo, las cinco presencias de esparcieron. 

    Los gritos de la gente no se hicieron esperar, algunas personas salían de sus casas buscando refugio a las criaturas de Satán que habían llegado a perturbar la paz de su hogar, nadie se salvaba, niños, mujeres, jóvenes, hombres y ancianos eran presa para las hambrientas bocas con colmillos sedientos de sangre. 

    Podía ver con asombro como uno de los habitantes del lugar corría con la esperanza de salvarse, dejando atrás a su mujer e hijos llorando y pidiendo protección, cosa que el jefe de familia no dio, Kakashi lo observó y una sonrisa autosuficiente se contempló en su rostro mientras mordía con más fuerza el cuello de la joven en sus manos que debilitada por la falta de fluido sanguíneo emitía pequeños gemidos por el dolor provocado por el peliplateado, sus dientes terminaron su unión al momento de apretar las mandíbula, la carne en el cuello de la joven comenzó a desgarrarse, un grito ahogado surgió de su garganta y las manos intentaron inútilmente de separar al causante de su dolor, sin lograrlo; las manos del padre Hatake asían a la joven por los hombros impidiendo su escape, conforme sus dientes comenzaba a cerrarse sus manos ejercían un poco de fuerza para alejar a la muchacha que comenzaba a convulsionar ante la perdida abruta de sangre y el dolor que le estaba provocando el mayor, cerró por completo los dientes, empujando al mismo tiempo los hombros de su presa, un sonido de piel, músculos, tendones, venas y parte de la traquea, reventaron, desgarrados por los filosos colmillos, el cuerpo inerte de la mujer cubierto de sangre en el suelo se apreciaba, de la misma manera que el rostro del mayor a su nueva victima veía, aquel hombre cobarde que abandonó a su suerte mujer e hijos sería el siguiente en caer. 

    - Delicioso… - murmuro Kakashi lamiendo un poco del elixir rojo que manchaba sus dedos, camino hasta el hombre que abandonó todo buscando la salvación, ahora le daría el premio por su decisión. 

    Naruto miraba con los ojos abiertos a más no poder, como aquel hombre que siempre le trataba con gentileza se comportaba como un animal hambriento sin conocer los limites de sus actos, podía recordar el toque de sus manos contra su piel, tan suave y calido, tan contrastante con la furia con la que rompía el cuello de aquel hombre en un segundo, dejándole sangrante, la mirada dispar del mayor se alzó un poco a donde él se encontraba, sus ojos se conectaron con los contrarios, el rubio dio un paso para atrás, temblando y cayendo al suelo por la impresión, el mayor cerro los ojos en un suspiro, caso perdido. 

     Sasuke tomo con fuerza la mano de una niña, encajando sus colmillos con fiereza en la blanda carne que formaba la clavícula, la cual por la fuerza, la brusquedad y la velocidad de los movimientos del moreno se rompió en el acto, un grito de dolor desgarrador emano de la pequeña boca, que fue tapada con una mano evitando de esta manera que siguiera emitiendo ese desesperante sonido producto del miedo y el dolor.  Guiado por sus instintos asesinos o por la adrenalina del momento, aun mordiendo aquella parte del cuerpo, estiro con fuerza la mano hasta el punto en que los huesos húmero, radio y cubito terminaron por ser separados del frágil cuerpo, logrando que la sangre que emanaba de cada una de las venas y sus ramificaciones le chaspeara el rostro, tiro a la pequeña en el suelo que ya había perdido la sensibilidad de su cuerpo, observó sus lágrimas y el rezo repetitivo que emanaba de sus labios, enfurecido, se arrodilló y con ira descontrolada, miembro por miembro fue arrancando del tronco, hasta quedar únicamente la cabeza pegada al dorso, el cuerpo de la niña se convulsionaba, perdiendo poco a poco sus signos vitales, Sasuke se levanto quedando al lado de lo que quedaba del ser humano desmembrado, alzó con fuerza su pie, y con velocidad y fuerza increíble la azoto sobre el pequeño cráneo, partiéndolo como nuez, podía apreciarse la sangre escurriendo por su zapato, manchando el suelo polvoriento del lugar, miro hacia el frente para visualizar a su siguiente victima corrió hacía ella para seguir divirtiéndose, mostrando orgulloso el ceño fruncido, una sonrisa de ultratumba y los colmillos y garras expuestas, brillando en un rojo carmín que era el líquido que reinaba por el lugar. 

    Naruto se encogía de hombros, mientras se abrazaba a sí mismo, eso era mentira, debía de serlo, la familia que tan gentilmente le trataba no podía ser la misma que estaba masacrando gente en ese momento, no era cierto, simplemente no podía comprender como en la mañana cada uno le trataba con suavidad, mientras que en ese momento cada uno de ellos se comportaba peor que un animal desquiciado en busca de sangre, ni siquiera los animales que atacaban en el bosque donde vivió en la antigüedad eran tan crueles, aquellos solo atacaban por necesidad, cuando era necesario para sobrevivir, su cuerpo temblaba y su cola se enroscaba sobre su propio cuerpo intentando encontrar la protección que en ese momento nadie le ofrecía, a pesar de querer apartar la vista de aquella escena le era imposible, en sus orbes azules, las lagrimas comenzaron a abultarse. 

    Gaara rugía con fuerza apretando los puños con ira a sus costados, una victima más caía a su persona y aun así no podía contener ese sentimiento que le amenazaba con destripar el pueblo completo, tomó a un hombre que se encontraba cerca, intentando escapar de la matanza que se llevaba a cabo en su pacifico hogar, le mordió con furia la yugular y arranco el pedazo con gran fuerza sintiendo como la sangre le manchaba la cara una vez más, que sensación tan placentera el sentir como una frágil cuello podría convertirse en una simple tira bajo sus poderosas manos, sus ojos brillaban con ese tomo amarillo que daba escalofrío al verse en la luna, tomó el cuello abierto aun chorreando un poco de liquido, lo apretó entre sus manos ensanchando su sonrisa malévola, ejerció presión hasta escuchar el glorioso sonido de los huesos al romperse, después eso guiado por ese sentimiento de placer y poder, haló de manera contraria para ambas partes, logrando separar la cabeza del resto del cuerpo cuando todos los tejidos conectivos se desgarraron, rugió de nueva cuenta sintiendo el jubilo de la sangre correr por el aire, visualizando a su nueva presa, y de la misma manera furiosa terminando su existencia en el mundo. 

    El rubio paralizado miraba con terror cada movimiento ejecutado, colocaba sus manos sobre sus orejas tratando de que aquellos sonidos terroríficos no entrasen a su cabeza, apretó los ojos para no ver, temblaba, temía por lo que pudiera pasar, por lo que estaba pasando, por como terminaría, demasiadas cosas para su pobre mente, otro grito de una victima más y las lagrimas de impotencia y miedo mezclado se hicieron presentes, quería que regresaran a la forma gentil que él conocía, que él amaba, pero su cuerpo temblaba demasiado y ahora, se veía imposibilitado para moverse con libertad, solo podía hacer algo, esperar y mirar con temor. 

    Sai reía feliz al ver la sangre esparcida por todos lados, le encantaba ver el sufrimiento de las personas bajo su imponente visión, tomaba cuanta persona pequeña podía encontrar, mordiendo sus costados y arrancando con la fuerza de su quijada aquella zona, dejando un gran boquete donde anteriormente se encontraban sus costillas o cinturas,  era increíble lo débiles que era, reía con estrépito al ver como cada cuerpo que tomaba con sus potentes dientes era despedazado, miembro a miembro, sangre escurriendo, lágrimas de dolor, gritos desgarradores saliendo por su garganta, rezos y suplicas por su vida, le hacían recordar cada vez en su vida mortal que pedía ayuda y suplicaba piedad para no ser maltratado, golpeado o violado sin ser escuchado, cada lamento le hacía hervir la sangre que corría en su interior, logrando que el estado en el que se encontraba aumentara, despedazando a cada victima de una forma mas cruel que la anterior, simplemente no podía parar. 

    Itachi extendía sus dedos sin dejar que esa media sonrisa que mostraba en sus labios desapareciera, corría veloz por una victima al encontrarla a unas cuantas les encajaba los colmillos en cualquier parte del cuerpo sorbiendo cada gota del elixir rojo que me calentaba el cuerpo, hasta que se aburría del sabor o le enfadaban los lastimeros sollozos de sus victimas, momento perfecto para encajar sus finos dedos adornados por sus largas y afiladas uñas y atravesar el cuerpo inerte de los que se atravesaban en su camino, disfrutando cada gota que manchaba su mano, lamiendo con delicadeza felina las gotas rojas que le manchaban su pálida piel. 

    Según el informe de Shikamaru ese lugar contaba con pocos habitantes y entre el número que yacía bajo sus pies hacía falta uno, los cinco miembros de la familia se encontraban satisfechos por la caza aun manteniendo aquella forma fiera, faltaba uno, donde estaba, nadie lo sabía, buscaron en cada rincón sin encontrarlo, todos se reunieron para dar por terminada la cacería, el peliplateado observó a donde se encontraba el pequeño paralizado por el miedo de aquella escena sin moverse un ápice de su lugar, entorno sus ojos furiosos al verle, todos se movilizaron antes de fuese demasiado tarde. 

    Naruto al ver que se acercaban hacia donde se encontraba él, comenzó a retroceder a rastras obligando a su propio cuerpo a moverse para salvar su propia existencia, chocó con algo, giro su rostro para verificar que era, encontrándose con un aldeano que le observaba con la mirada perdida, en sus manos un hacha, giro su rostro hacía el frente en donde los Hatake se vieron por última vez, nada, no había nadie delante de él, las lágrimas de desesperación comenzaron a emanar de sus ojos iba a morir a manos de un humano que susurraba “esto es tu culpa”, alzó en alto el hacha el hombre, el pequeño cerró los ojos esperando que llegará el golpe y su final, pasaron los segundos pero no sintió golpe alguno. 

    - ¿Qué pretendías dañando algo que no es tuyo?... – pregunto la voz ronca del moreno amo. 

     - Mereces un castigo… - sentenció el Hatake mayor. El rubio no podía creer lo que observaba, el hombre estaba siendo detenido por los cinco miembros de la familia de vampiros, el mayor de todos sosteniendo con fuerza el cráneo del hombre con una mano, logrando que las uñas se enterraran en la piel del hombre y sangrara, Gaara y Sasuke cada uno de ellos sosteniendo una mano del locatario con una propia mientras sonidos guturales salían de su garganta como el gruñido de un perro rabioso a punto de atacar a su presa, Sai e Itachi sosteniendo las piernas agazapados debajo de sus hermanos pequeños, demasiado rápido para poder impedirlo, demasiado enfadados porque aquel hombre casi hiere al niño, los Hatake ejercieron presión y tiraron según sus respectivos lugares de agarre. 

    Kakashi partió el cráneo exprimiéndolo en su mano, los hermanos menores arrancaron con furia los brazos del pueblerino mientras que los mayores hacían lo suyo con las partes que sujetaban, un grito de extremo dolor fue lo ultimo que se escucho emanar del hombre antes de perder la vida, mojando tanto el rostro como el cuerpo del pequeño que observó la sangre en sus manos, quedando en un estado de estupefacción incontrolable, los presentes arrojaron cual basura las partes que sujetaban aun en las manos, acomodaron los huesos de sus cuellos, relajándose por completo, la cacería había terminado, aquellos semblantes furiosos cambiaron para poner los que el rubio conocía de antaño. 

    - Vamos a casa… - murmuro Kakashi acercándose al pequeño para tomarle en brazos y regresar, más el pequeño rehusó el toque haciéndose hacía atrás intentando huir. 

    - No tengas miedo no te haré nada… lo lamento, te asustamos… - intentaba calmarle con palabras suaves, pero la mente del pequeño aun veía las imágenes de cada uno de los presentes arrebatando la vida a personas inocentes, un grito salió de su garganta cargado de miedo, segundos después, cayó victima de la inconciencia. 

    Suspiró el peliplateado, cada uno de los presentes se sentía mal, sabían lo que pasaría cuando despertará llegando a casa, solo había una solución y nadie quería aceptarlo, era imposible, ¿cómo harían ahora para salvar al pequeño de su destino?... seguramente pasaría lo mismo que a las demás, terminaría arrebatándose la vida el mismo. 

    - Regresemos a casa… - murmuro cargando al ojiazul en brazos, nadie pronunció palabra alguna en el trayecto, al llegar a las cercanías de la casa, todos los sirvientes se alistaron, ya sabían que era lo que tenían que hacer. 

    - ¿Cómo resultó señor?... – pregunto Kiba al abrirles las puertas, el mayor meneo la cabeza de forma negativa lo que ocasionó que todos los presentes bajaran la cabeza, eso no era bueno, no querían ver el final del pequeño, pero no había nada que hacer, solo esperar. 

     - El baño para cada amo esta listo… - pronunció quedamente sintiendo la pesadez del momento, pero el aseo después de cada cacería era indispensable. 

    - Gracias… Sasuke… ya sabes que tienes que hacer… - pronunció al pasar al hibrido a manos de su dueño que le acogió con cariño, mirando aquel semblante compungido del menor, temblaba aun en sueños, al parecer las imágenes que vio esa noche fueron demasiado para él. 

    - No lo mates de forma dolorosa y cruel… - pidió Sai tocando el hombro de su hermano, pidiendo negligencia para el pequeño, el moreno no contesto, camino a su cuarto cargando al pequeño en brazos, los demás también caminaron rumbo a sus cuartos.

Notas finales:

que es lo que le pasara a naruto ahora que ha visto eso?... tendra sasuke el corazon tan frío como para darle fin a la vida de tan tierna criatura?... pues si quieren saber... esperen el sigueinte capitulo... cuidense mucho y gracias por leer... matta ne... ^u^...


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